Partida Rol por web

El Camino del Héroe

15. La Muerte Roja.

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06/02/2012, 20:45
Galatea

Galatea no empezó a andar hasta que Rengar se hubo desahogado, o al menos lo suficiente para que el semiorco lograra dejar de llorar y se recompusiera un poco.

El camino fue difícil, era como si los ojos de todo Velarburgo estuvieran clavados sobre ellos, de hecho tal vez fuera así. No obstante, cuando llegaron al templo y se toparon con Olavia, Galatea tuvo que coger aire para hablar. Alguien tenía que hablar.

Gracias... Madre Segadora—respondió, y lo hizo de corazón. Luego hizo una pequeña pausa—. Está...

Se quedó un momento en silencio, como si se estuviera pensando la frase hasta que simplemente suspiró.

¿Está... todo el mundo bien?

No tenía ni idea de si la dragona había logrado herir a alguien pero al decir eso pareció recordar algo puesto que instintivamente bajó un poco la vista, buscando a alguien en concreto entre las faldas de los clérigos.

¿Drizzt?

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06/02/2012, 21:26
Rengar

-Gracias, Madre -contestó Rengar decaído. En otra circunstancia le habría dado vergüenza tener que enfrentarse al templo entero en paños menores, pero ahora poco le importaba. Tenía los ojos rojos por las lágrimas y el rostro tirante, sin olvidar el dolor de las quemaduras todavía no sanadas.

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06/02/2012, 22:58
"Drizzt"

Drizzt se abrió camino entre los monjes.

¡Galatea, Galatea! ¡No me dejaron pelear! Yo... —echó un vistazo en derredor—. ¿Por qué está Rengar así? ¿Qué ha pasado? ¿Dónde está Khaila?

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07/02/2012, 00:11
Rengar

El semiorco miró al niño con el rostro desencajado.

-No ha salido bien. Khaila ha muerto luchando contra el dragón.

Rengar no tenía fuerzas ni ánimo para intentar endulzar una verdad que le sabía de lo más amarga. Era un niño, sí, pero tenía derecho a saber la verdad.

-Ha sido muy valiente. Se ha sacrificado para que pudiéramos huir.

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07/02/2012, 10:09
"Drizzt"

¡Pero Khaila era una gran guerrera! —protestó Drizzt tras unos momentos de conmovedor silencio.

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07/02/2012, 10:09
Olavia Tsardruyn

La anciana palmeó la cabecita del niño.

Estamos todos bien. Aunque creo que no se puede decir lo mismo de Rengar. Vamos —dio una palmada con sus manos enguantadas—, que alguien se ocupe de sus heridas. Venid a mi despacho.

Fuisteis conducidos allí. Despejaron una mesa de trastos y tumbaron allí a Rengar. Dos acólitos canturreaban sus hechizos de curación mientras La Gran Madre Segadora tomaba asiento en una mecedora.

¿Qué vais a hacer ahora?

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07/02/2012, 12:15
Galatea

Galatea agradeció para sus adentros el cambio de curso en el diálogo, no se veía capaz de aguantar el trago de la situación con Drizzt. Se limitó a asentir y siguieron a la Madre Segadora hasta su despacho.

Normalmente no le hacia falta pero esa vez buscó una silla sintiendo que necesitaba sentarse. La elfa apoyó la frente sobre una mano un momento como si eso fuera a ayudarla a pensar mejor o algo así por lo que guardó un momento de silencio antes de responder la pregunta.

Pensar en la solución, en vez de en el problema—dijo finalmente. En el fondo se sentía mal porque la sensación de que no se había mostrado tan insistente como de costumbre con las precauciones ante lo desconocido no la dejaba en paz, ¿realmente había sido así? Se esforzó por no darle vueltas a lo que ya no podía cambiarse—. Creo... que lo hemos enfocado mal, pero yo por lo menos me niego a rendirme.

«Prisas, ¡prisas y malos hábitos son lo único que se pega de los shemlem!» decía siempre Aleera. A ella nunca le había gustado darle la razón porque simplemente pensaba que no la tenía... pero aquello resonó igualmente en su cabeza, hasta pudo imaginarse perfectamente a su hermana poniendo los ojos en blanco.

Para empezar... necesitamos un clérigo, aunque me temo que no será lo único—suspiró. De pronto una idea apareció como por ensalmo en su mente y levantó la cabeza, hasta parpadeó como si le sorprendiera haber caído en eso—. En la Ciudad del Valle de la Rastra hay un gremio de aventureros. Quizá no sea mal sitio por el que empezar a atar cabos.

Se volvió ligeramente en la silla mirando a los demás en busca de su opinión.

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07/02/2012, 13:12
Rengar

Rengar se dejó hacer mientras escuchaba a Galatea. Era evidente que necesitaban a un clérigo, pero no sabía lo respetuoso que le parecería a la propia Khaila que buscasen sustituto para ella tan rápido. El semiorco giró la cabeza para mirar a la Madre Segadora y a Galatea.

-Todavía es pronto. Deberíamos enterrar a Khaila y guardar luto. Bueno, enterrar... hacerle un funeral.

La imagen de una sombra calcinada en el suelo golpeó a Rengar entre los ojos. Eso era todo lo que había quedado de la guerrera.

-Después sí... preocuparnos por todo lo demás.

Un escalofrío de placer le recorrió cuando las quemaduras se curaron del todo, pero luego comenzó a sentirse helado. Buscó en su mochila una muda limpia y entera y se la echó por encima de la cabeza. Qué bien poder moverse sin sentir un horrible dolor en todas partes. Iba a tener que cortarse el pelo y afeitarse la barba para arreglar lo que el fuego había provocado. Su armadura estaba hecha un asco: debía llevarla a un herrero para que la arreglase. Todo eso tenía solución. Pero Khaila iba a seguir muerta...

-Hay que decírselo a su familia.

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07/02/2012, 13:35
Galatea

—Por la diosa, no me refería a hacerlo ya mismo—Galatea soltó un pequeño gruñido frunciendo ligeramente el ceño. Hablando de prisas humanas. A ella la sola idea de hacer como si nada e ir directos al siguiente objetivo le parecía una frivolidad espantosa, al menos se alegraba de que para Rengar por lo visto también... Suavizó entonces el gesto y añadió con un suspiro pesaroso—... lo del funeral lo daba por supuesto.

Volvió a apoyar la mejilla en la mano. Los elfos tenían una vida larguísima, entre ellos, perder a un miembro del clan era una tragedia y podían a llegar a guardar luto durante vidas humanas enteras. Khaila no era elfa, pero era su amiga. Se sentía extraña...

Ni si quiera sé si tenía familia. Nunca habló de eso—murmuró. Lo cierto es que pese a tanto tiempo juntos, no sabían nada de la guerrera—. Pero quizá podamos preguntarle a Shira si sabe de dónde venía. Fue ella quien me la presentó...

Parecía haber sido ayer.

Galatea observó distraídamente cómo los clerigos terminaban de curar al semiorco, más por curiosidad de ver el efecto visual de una quemadura desaparecer hasta no dejar rastro que por otra cosa. Pero entonces cayo en la cuenta de que quedárselo mirando mientras se ponía la muda de camisa nueva igual se interpretaba de forma rara y volvió rápidamente la cabeza de nuevo hacia adelante.

Esperando a que Ossian y Aidé se pronunciaran sobre la pregunta de la Madre Segadora, claro.

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08/02/2012, 09:57
Ossian

Vosotros la conocíais más, era vuestra amiga —dijo Ossian, al ver que Galatea esperaba que dijera algo—. Lo que decidáis vosotros me parecerá bien. Pero sí, creo que necesitamos más ayuda.

Aidé permaneció en silencio.

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08/02/2012, 21:34
Galatea

Galatea guardó otro momento de silencio, normalmente ordenar sus ideas era algo mecánico pero en aquel instante le costaba una barbaridad. Las cosas habían salido tan mal...

En principio sólo tenía la frente apoyada en la mano, luego cerró un momento los ojos con fuerza, como si le frustrara el hecho de que sus pensamientos corretearan en círculo y no los diera cazado. El pensar en un clérigo la hizo recordar la promesa que le había hecho a la viuda de aquél miliciano... Siempre había sido contraria a esas cosas pero en aquél momento el corazón la había traicionado y había hablado antes que ella. No iba a romper esa promesa ya que, dentro de lo contrariada que la hacía sentir, al menos era un sacrificio que hacía por un padre de cinco hijos que ni si quiera conocía pero...

No, no era capaz de repetirlo de nuevo y menos en un conocido. Dolía, dolía mucho. Pero no sabía que jamás se perdonaría a si misma si traicionaba sus propios valores con algo que se le antojaba "beneficio propio".

Terminó soltando un suspiro cansado y se echó hacia atrás, recostándose sobre el respaldo de la silla.

Lo primero es hacerle al menos un funeral...  —dijo—. No quiero que lo único que quede de ella sean huellas sobre el barro.

Al menos físicamente hablando. Por supuesto Galatea tenía un concepto muy distinto de la "muerte" al de los humanos, para ella sólo era una puerta más a cruzar en el ciclo de la vida, no un final.

Más tarde sin... prisa, deberíamos ir a la Ciudad del Valle de la Rastra—añadió ladeando la cabeza sin despegarla del respaldo de la silla para mirar a Rengar—. Allí podemos intentar averiguar dónde encontrar algún familiar suyo. Y buscar recursos en el gremio, también.

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08/02/2012, 22:37
Rengar

-No me gusta la idea de dejar Velarburgo desprotegida tanto tiempo -dijo Rengar poniendo las manos sobre las rodillas e inclinándose hacia delante-. Sobre todo ahora, que hemos visto al dragón.

Pero si pretendían unir a un clérigo a su grupo, iban a tener que hacerlo...

-Hum. No sé si será seguro.

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08/02/2012, 23:07
Galatea

¿Y qué hacemos? ¿Quedamos aquí esperando sin hacer nada a que vuelva a bajar?

Galatea se encogió de hombros con resignación pesarosa.

A mí tampoco me gusta , Rengar. Pero tal y como estamos ahora... creo que ha quedado patente que no podríamos hacer gran cosa—admitió con cierta amargura—. Por irónico que resulte, si queremos proteger Velarburgo hay que salir de él y encontrar los recursos que nos faltan.

Estiró la mano izquierda al costado de la silla buscando por costumbre el lomo de Áscalon. Al instante se dio cuenta y la volvió a dejar sobre el apoyabrazos. Cuando no lo tenía cerca tenía la vaga sensación de que le faltara algo y en aquel momento echaba de menos a su lobo más de lo normal. No obstante, hizo un esfuerzo por tratar de darle algún animo al semiorco.

Cuanto antes empecemos a equilibrar fuerzas, antes podremos mantener a raya a ese bicho y menos peligro correrá el pueblo.

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08/02/2012, 23:57
Rengar

Rengar asintió. Galatea, como siempre, tenía razón. Y él, nada más que poder decir al respecto.

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09/02/2012, 09:30
Olavia Tsardruyn

La Gran Madre Segadora carraspeó para llamaros la atención.

Siempre digo a mis discípulos que cuando estén en una situación dolorosa y tengan la certeza de haber llegado al límite de tus fuerzas y de haber hecho todo lo que podían hacer, crean. Les digo que han quedado libres y que una prueba más se ha cumplido —dijo la suma sacerdotisa con tono pesaroso—. No tenéis más que demostrarle a La Gran Madre, a la gente de este pueblo o a mi. Quedáis libres del juramento. 

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09/02/2012, 09:35
Ossian

Yo continuaré esta búsqueda —se apresuró a añadir Ossian—. Es lo mínimo que le debemos a Khaila. Su sacrificio no puede ser en vano, no podemos rendirnos.

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09/02/2012, 09:36
Aidé

Aidé rebulló inquieta en el sitio, y miró a Rengar y a Galatea. Pero no dijo nada.

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09/02/2012, 10:26
Rengar

-Gracias, pero sigo teniendo un deber como paladín -contestó Rengar-. Además, Ossian tiene razón. Por Khaila hay que acabar lo que hemos empezado.

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09/02/2012, 12:06
Galatea

Galatea negó con la cabeza.

Y es un consejo muy sabio—admitió francamente—. Pero Ossian tiene razón... Si ahora lo dejamos ¿de qué habría servido entonces todo esto?

Suspiró y levantó la vista.

Además, la dragona va a seguir aquí, no puedo quedarme simplemente mirando cómo el pueblo la sufre. Y no me gusta faltar a lo que prometo, con juramento o sin él.

En el fondo, y aunque la anciana dijera que no, era visible que aún había gente que culpaba a Aidé de aquello. Y eso tampoco le gustaba, pero decidió no decirlo en alto. Y hablando de Aidé... La hechicera ahora estaba libre del juramento que la habían obligado a hacer, y ahora sí podía decidir por si misma irse o quedarse. ¿Estaría pensando en eso? Irónicamente, el hecho de que diera la impresión de no tener tan claro si quería dejarlos, hizo que la elfa se sintiera un poco mejor. A Galatea le caía bien la genasí.

Aidé, ya te dije que no quería obligarte a nada que no quisieras—dijo con suavidad—. No te vamos echar nada en cara si no quieres seguir. Y si nos acompañas, sabes que eres más que bienvenida.

Cogió algo de aire y soltó un bufido suave, como si acabase de recordar algo agridulce.

También dije que a mi me gustaría que se quedase "Aidé", no solo "la hechicera del grupo", y que trataría de darte algún motivo para eso, ¿verdad?—añadió con una sonrisa triste—. No sé si me ha dado tiempo. Mira que soy desastre...

Tal vez el mero hecho de tener en cuenta lo que la genasí quisiera fuera uno, aunque en ese momento no lo pensó. A despecho de que evidentemente se sabía lo que quería ella, preguntó el quid de la cuestión:

¿Qué quieres hacer ?

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09/02/2012, 15:12
Aidé

No lo sé —admitió Aidé.

La genasí se miró las puntas de las botas.

Lo siento, Galatea. Pero no lo sé.