Partida Rol por web

-¿Pero qué estás diciendo? ¿cuantas veces te ha dicho mamá que no juegues con sus camisones?

Alicia te aparta de un empujón y recoge la túnica vampírica para luego ponértela de mala gana en las manos.

-Toma, ahora coges y la llevas a donde est....¡¿dios mio, pero cómo te has hecho eso en la muñeca Aitana?! Ayy...ay...chicas creo que me va a dar algo...

Las amigas de tu hermana se apresuran a recogerla al vuelo cuando está a punto de caerse de morros. Una vez vuelve en sí, las tres chicas te llevan hasta el cuarto de Iván tratándote con un cariño inusual en ellas.

Tu hermana no deja de acariciarte el pelo mientras repite una y otra vez una frase que te pone los pelos de punta.

-Ya verás, vas a ponerte bien...vas a ponerte bien...

Tras llamar insistentemente a la puerta del cuarto del mayordomo, éste se levanta y observa con asombro tu muñeca, después te llevan a la cocina, donde improvisa una tablilla con un taco de madera y algo de cinta aislante.

Todos son extremadamente amables contigo, intentando hacerte sonreír y borrar tus amargas lágrimas...que te recuerdan que ninguno de ellos estuvo presente cuando el vampiro te atacó.

Un rato después, cuando ya estás algo más calmada, tu hermana accede a dejarte ir al cuarto con ellas y allí, entre chismorreos y nombres de chicos, vas quedándote dormida, acurrucada en la cama de tu hermana, en un hueco bastante reconfortante que han habilitado para ti.

La voz de Iván te levanta, aún es temprano, Alicia sigue durmiendo a pie tendido junto a ti.

Tras degustar el riquísimo desayuno que Iván te había preparado, te acompaña en la limusina hasta el médico, donde te realizan curas para la pupa de la muñeca.

Tras ello vuelves a casa y el mayordomo te lee una nota de tu madre en la que dice que hoy tienes que hacer la mochila para irte mañana al campamento.

La niña permanece todo el día en una frénetica actividad, cada vez que ve a alguno de sus padres hace patente su deseos de no ir al campamento con lloros, pataletas y enfados, pero cuando ve que nada parece surtir efecto arrastra sus pasos hasta su dormitorio...

Si tengo que ir, por lo menos me llevaré cosas para no aburrirme y no tener que hablar con los otros niños, que asco de campamento, a ver que me llevo...uhm...la videoconsola portátil, mi reloj de la Sirenita, los juegos, no se si me dejarán llevarme el móvil, yo por si acaso lo echo...

Al verla recoger tranquilamente sus cosas parece que el recuerdo de lo sucedido anoche ha quedado relegado a un pequeño vendaje en su muñeca, aunque la luz del día oculta pensamientos que sólo cuando la noche cae vuelven a tomar protagonismo en la mente de la pequeña...

El día se hace tan rápido como los viajes en las atracciones más vertiginosas de los parques infantiles, cuando la pequeña Aitana quiere darse cuenta, sus papás ya han regresado del trabajo y han cenado con ella.

Con pocas ganas de que llegue el día siguiente y tenga que marcharse de campamento, la niña se acuesta, más por obligación de sus padres que por ganas, y queda en la cama pensando en lo desagradables que serán los próximos 15 días...

la niña esta demasiado cansada para pensar en vampiros esa noche, a pesar de todo se ha asegurado de cerrar bien la ventana y dejar la puerta abierta y la luz del pasillo encendida

No pienso hablar con ningún niño mañana, son todos unos idiotas, y como alguno me diga enana o bajita o cualquier tontería de esas le voy a dar un puñetazo... y por supuesto no pienso dejar que jueguen con mi PSP ni nada...y...y...

rendida, el sueño la vence con rapidez...

"Hallo aufstehen, hallo aufstehen do re mi, do re mi, AWIIIIIIIIAAAAA AWIIIIIAAAAAA"

El insoportable pitido del despertador que les regaló el colegio a tus papás y que por desgracia terminó en tu cuarto, te hace despertar de un bote, tan grande que casi tocas techo.

Hace un día bastante bonito, la hierba del inmenso jardín, perdón, de TU inmenso jardín que se ve a través de la ventana, no está mojado, y en el cielo hay claridad.

Pero lo que hay que hacer hoy no es tan bonito...ni comparación.

Iván no tarda en aparecer en el cuarto con esa dichosa campanilla que utilizan papá y mamá para llamarle y que él emplea a su vez para despertarte cuando tienes algo pendiente y se te pegan las sábanas...

-¡Vamos señorita Aitana, hace un día espléndido para irse de campamento! baje a la cocina, tiene dispuesto su desayuno preferido.

El día que no debía llegar había llegado...y ya no había marcha atrás, con un suspiro te dispones a afrontar la dura jornada.

La pequeña se despertó con cara de pocos amigos, con una mirada de enfado bastante graciosa, arrugando la nariz mientras de un manotazo tiraba "accidentalmente" el despertador contra la pared...son sonrisa al verlo callar parece que hace que mejore el terrible día...

La niña se viste con la ropa que tenía preparada desde anoche y agarra la pequeña mochila rosa con las cosas que ella ha elegido llevarse, las demás las "olvida" en el cuarto...

Tras dos nuevos intentos de simular que su salud no es la mejor para ir de campamento finalmente accede a comer el rico desayuno que había preparado Ivan...

Al acabarselo, y también por accidente, hoy debe ser el dia de los mismos, la campanilla termina bajo su pie provocando que ya no suene nunca más...se sienta en el sofa mientras juega con su PSP a la espera de que llegué el fatídico momento...

Vaya rollazo...estúpidos críos son los únicos pensamientos que le permite su concentración...

Despertador y campanilla hechos popó, mochila de campamento abandonada en el cuarto y un rico desayuno en tu tripita...la cosa no podía ir mejor.

Pero Iván no tarda en cruzar la sala con tu enorme mochila de campamento...la verdad que su tamaño impone, si la pones en el suelo es hasta más alta que tú.

Una vez la ha metido en el maletero de la limusina, se persona en la sala, y a diferencia de otras veces, no cede ni un palmo a tus quejas y excusas...al parecer tiene órdenes directas de mamá para que hoy marches de campamento.

Con resignación y prácticamente pegándote a todo lo que encuentras para evitar que Iván te saque de casa, finalmente eres conducida a la parte trasera de la limusina y comienza el viaje...

Tras comprobar un par de veces que los seguros sellan la prisión que ahora mismo es para ella el coche, la niña opta por dejarse caer en el asiento trasero, parece que resginada al fin a su terrible suerte, aunque a buen seguro que se guarda alguna pataleta para cuando lleguen a su destino...

Asomada ahora a la ventanilla del vehículo parece distraída jugando a algo que es díficil de explicar, pero a pesar de su disgusto sonríe de vez en cuando...al cabo del rato parece cansarse y la cara de fastidio vuelve a imponerse mientras espera el final de su viaje...

El viaje transcurre lento y aburrido en tu prisión particular, Iván apenas habla y se centra en conducir lo más rápido posible por las calles de la ciudad ya que según dice llegáis tarde...pero eso a ti te da igual, es más, quizá si llegases tarde ya no podrías ir de campamento...

No caerá esa breva, al rato notas como la limusina va frenando poco a poco hasta detenerse finalmente.

Iván te abre la puerta y te coge la pesada mochila, mientras tú, únicamente llevas la tuya rosita con lo más vital.

Al bajar como una princesita enfurruñada del auto, puedes observar un gran autobús y multitud de gente a su alrededor.

Con Iván casi arrancándote el brazo al tirar de ti, os acercáis al barullo.