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El Cantar de la Princesa

Capítulo II: Sombras en la noche

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12/10/2021, 22:26
Ella

Sin detenerse ni un instante, la muchacha escuchó con cierta incredulidad las palabras de John. Por un instante, frunció el ceño y apretó los puños, enojada. ¿Le estaba mintiendo otra vez? ¿O acaso solo se burlaba de ella? Por su expresión, el muchacho parecía sincero, pero lo que decía no tenía sentido para la salvaje.
—Entonces dime... si no es una cárcel y es tan... —la muchacha engoló la voz —"maravillosa" como dices, ¿por qué tus compañeros y tú saltaron las murallas? ¿Y quiénes eran tus compañeros? ¿Parientes o amigos de Princesa? ¿Amigos tuyos acaso?
A ojos de Ella (y quizá de cualquier forastero), aquello parecía más un acto de desesperación que algo premeditado, y para nada propio de hombres libres que pueden entrar y salir libremente de un lugar.
***
Más tarde, cuando John se dispuso a cazar, Ella murmuró mientras se alejaba, arco y flecha en mano, los ojos fijos en una liebre que retozaba al pie de un árbol. 
—Como fuerces el brazo y vuelvas a descoyuntarte el hombro... 

- Tiradas (1)

Notas de juego

¡Y pifia! Ella acaba de romper su arco, y espantar a la liebre. Amo mis pifias. xDDD

A todo esto, puse la puntuación en Armas a distancia, y debía ser la de Caza, pero da igual... :P

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12/10/2021, 23:02
John

John trataba de no perder el ritmo de la aguerrida joven.

Ya te lo he dicho. Es una misión secreta. Se suponía que nadie debía vernos salir de las ciudad porque hay enemigos del reino en Libantir que conspiran contra la pobre princesa. Janira, la confidente de la princesa nos contrató a varios para esta empresa. No los conocía —era evidente que no tenía ganas de hablar de eso, la traición y el abandono de quienes consideraba amigos le dolía más de lo que quería admitir y se sumió en un mutismo algo incómodo.

Más tarde, John se quedó mirando un punto fijo a lo lejos, entre los matorrales. El joven moreno se separó de Ella en dirección al punto que había estado mirando, moviéndose con cuidado y apuntando con su arco. ¿Aquellas plumas eran de faisán?

- Tiradas (1)
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13/10/2021, 01:19
Director

Llevan varias horas caminando. La actividad del camino es mayor que antes y hay viajeros, la mayoría de ellos granjeros, que van en una dirección u otra con sus carros. Quizá vayan a la ciudad a intercambiar sus productos por otros que necesiten o quizá vuelvan ya de ella tras comprar o vender. A medida que se van alejando de la ciudad, las granjas están más espaciadas, pero se pueden ver algo alejadas del camino.

Pocos árboles hay salvo algunos bosquecillos esparcidos aquí y allá. A lo lejos, en el norte, en las montañas lejanas, comienzan a formarse algunas nubes de tormenta, pero poco preocupantes en ese momento. Intentan cazar alguna cosa, pero lo máximo que consiguen es clavar una flecha en el suelo.

En esa zona quizá haya algún conejo salvaje, pero la mayoría de animales son de corral y pertenecen a los granjeros.

Notas de juego

Chicos, no tiréis porqué sí... Tirad solo cuando yo os lo pido, por favor.

Además, estaba actualizando... No tenéis ubicación ni descripción del terreno... No podéis escribir sin saber dónde estáis ni qué hay alrededor.

Ya sé que tu tirada ha pasado la dificultad normal, pero teniendo el cuenta que los faisanes no estarían en su habitad natural, no puedo pasar la tirada. Por eso digo que las tiradas solo cuando digo yo. Además, si somos lógicos, aun tienes el hombro resentido y tu fuerza para estirar el arco seguramente no sea la apropiada.

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14/10/2021, 23:15
John

Ninguno de los dos había podido cazar nada y por el norte amenazaba lluvia. Lo que creía un faisán había resultado una gallina de una granja cercana. No tenían derecho a robarle el sustento a nadie así que se había vuelto con las manos vacías. De todas formas, el dolor del hombro al tratar de tensar la cuerda del arco le había recordado que aun no estaba completamente curado.

A lo largo de la mañana se habían cruzado con varios aldeanos, pero nadie les había importunado. Todos iba a sus cosas, lo que John agradeció. No es que no le gustase una buena charla intrascendente, es que no quería entretenerse más de lo necesario.

A medio día hicieron un alto para comer algo y refrescarse junto a un fuente del camino. John se quitó las botas y se masajeó los pies que empezaban a dolerle. Llevaban horas caminando, no estaba acostumbrado. 

Oye, esas pinturas que llevas, ¿qué significan? —dijo poniéndose las botas de nuevo y acudiendo a la fuente para lavarse las manos.

Se sentó sobre una piedra y se preparó para comer un poco más de las raciones de viaje antes de seguir la marcha.

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16/10/2021, 04:55
Ella

La muchacha se echó de espaldas sobre la hierba y entrecerró los ojos. El canto de los pájaros era música para sus oídos; y el olor del verde, una caricia repleta de recuerdos. Y así estaba, ensimismada en la añoranza de su tierra, cuando John le preguntó sobre las pinturas que cubrían su piel. 
—¿Qué? Ah, las marcas...  —Ella se sentó con las piernas cruzadas y miró sus brazos. —Esta... —dijo, y señaló el trazo azul que se había pintado poco antes. —Esta marca señala un avance como sanadora. ¡El primero! —celebró. —Pero todavía me queda mucho por aprender. Y estas... —Su índice señaló la zona inferior de los ojos. —Representan mi logros como guerrera. Tengo dos, pero apenas tengo dieciséis soles y muy pocos las consiguen a mi edad. Me prometí regresar a mi tierra con una más. ¡Y Arnulf, el Oso Calvo, estará orgulloso de mí! —se entusiasmó. 
Y continuó un buen rato señalando, una a una, las marcas en su rostro, brazos y muslos y explicando el porqué de cada una de ellas: la marca de los hijos del Gran Oso, las conseguidas por matar a los malditos orcos, la que la unía a la Osa, las... En fin, una larga lista. Pero eso no fue todo, sino que sacó de su mochila unas cáscaras que guardaban en su interior tinturas de diferentes colores y le explicó al muchacho la mística conexión entre los colores, los símbolos y los espíritus. En resumen, una detallada descripción del credo animista de los Hijos del Gran Oso. 
—¡Tendrías que ver a Gerold! El anciano brujo es un mapa, ¡su piel apergaminada es un mural de historias! Y de sabiduría...
Ella estaba exultante. Sus ojos brillaban de emoción, su voz era un susurro pletórico de recuerdos. Tanto que su escaso carisma cedía ante una arrolladora nostalgia haciendo del relato algo menos tedioso.
Ni bien terminó de devorar su ración de semillas, raíces y frutos secos, Ella recogió sus pertenencias y, con nuevos bríos, echó a andar dando largas zancadas.
—¡Apurémonos! ¡Ya quiero llegar a ese bosque!—exclamó. 
Y así fue caminando y canturreando una ¿canción? Más que un canto eran voces de animales, susurros del viento...
Finalmente, y de forma repentina, giró la mirada hacia John y dijo:
—En verdad no entiendo como puedes entregarle el corazón a una desconocida, pero... —Hizo una pausa buscando las palabras. —Es muy noble lo que haces por "Princesa". Debe estar muy sola y muy triste si nadie de su sangre, o de su corazón, se ofreció para esta misión. Quizá esa es su maldición —pensó en voz alta. —Pero esa maldición ya se está rompiendo... porque ahora tiene a alguien de su corazón luchando por ella, solo que aún no lo sabe.

Notas de juego

Perdón por el retraso. >_<

¡Andando! :D Que tenemos que encontrarnos con el último (y nuevo) integrante del antiguo grupo. xDDD 

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16/10/2021, 09:04
Director

Notas de juego

Ella te borro el mensaje repetido :D

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19/10/2021, 01:59
Director

Tras un rato de descanso y charla ambos están listos para volver al camino. Aunque las horas caminando ya hacen mella en los pues del joven John. Por contra, Ella parece que no esta demasiado cansada y seguramente sea porque está acostumbrada a los largos viajes. De todas formas, deberían encontrar resguardo pronto. La tormenta está cada vez más cerca aunque quizá aun tengan un par de horas antes de que caiga sobre ellos. Algunos viandantes se apresuran en su camino de vuelta a casa.

Algunos de ellos van en carros y llevan mucha mercancia. ¿Quizá para algún comercio? Y dobde hay un comercio, podría haber un pueblo. Y en los pueblos suelen haber posadas. 

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20/10/2021, 22:11
John

Preguntando a algunos de los carreteros trataron de dar con la venta o posada más cercana. Podían volver a pasar la noche al raso, pero seguramente les pasaría factura. Jon era consciente de que necesitaba recuperarse del brazo lo antes posible así que las monedas estaría bien gastadas. Siguiendo a uno de los carros dejaron que los condujese a resguardo. 

Con un poco de suerte podrían comer caliente esa noche y dormir en un cama. Sería estupendo. Además quizá podría conseguir información sobre el Bosque de Las Almas o incluso algún mapa. Quién sabe, las posadas están llenas de viajeros con información de lo más variopinta.

La perspectiva de un techo y un cena caliente espolearon los pasos de John.

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22/10/2021, 00:12
Ella

El resto del camino transcurrió sin otra novedad que la presencia de algunos carros y la de unos caminantes. Como no se le daba bien el trato con extraños, y menos aún con sus miradas inquisitivas, Ella se mantuvo ligeramente apartada y en silencio (pero aunque se esforzara, era inevitable que atrajera algunas miradas) y dejó que John llevara la voz cantante. Además, Altair era su tierra: él conocía los caminos, las costumbres de su gente y, quizá, los peligros que pudieran a acecharles en aquel viaje. 
Oscuras nubes que se aproximaban anunciando un aguacero. Muy pronto sería el momento de buscar un refugio donde pasar la noche o algún reparo donde armar la tienda. Pero aún tenían un último trecho antes de un merecido descanso tras aquella larga jornada.
Si fuera por la muchacha, se arrebujaría en su capa y continuaría caminando hasta bien entrada la noche, ya que aún bajo la lluvia era imposible perderse en aquel camino. 
—Muy pronto caerá un aguacero, ¿quieres continuar un tramo más o acampamos? ¿Conoces algún refugio?  —preguntó.

Notas de juego

De regreso. ^_^

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22/10/2021, 14:50
John

John trotaba por el camino.

—Tiene que haber una posada por aquí. Llevamos todo el día caminando y no hemos pasado ninguna, ya toca que veamos una —asíntió tratando de convencerse de su razonamiento—. Los arrieros que llevan el grano al molino de mi tío me hablaron de varias en el Camino del Oeste.

Hizo una visera con la mano para otear en todas direcciones. 

—La verdad es que nunca había estado tan lejos de la capital. Hoy nada de dormir al raso. Nos sentará bien un plato caliente y librarnos de la lluvia —trató de animar a Ella sin dejar de caminar. 

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22/10/2021, 19:23
Director

Notas de juego

Os estaba escribiendo y esto me ha hecho un quiebro... vamos, que lo he perdido.

Os posteo esta noche cuando tenga un rato entre paciente y paciente. :D

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22/10/2021, 22:48
Ella

Notas de juego

Y, ya que estamos, entre paciente y paciente, un analgésico para John también. :P

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23/10/2021, 02:16
Director

Tras hablar con algunos viajeros, descubren que no están muy lejos del pueblo. En el cruce que hay un poco más adelante solo tendrían que ir al sur y a poco menos de media hora deberían llegar a la posada. El amable señor con el que habla John les ofrece un sitio en la parte de atras de su carro pues les advierte que quizá no lleguen a destino antes de que la tormenta les caiga encima.

Ya se puede ver como las nubes cubren el sol de media tarde y la cortina de lluvia se aprecia en el norte. No muy lejos de donde están ellos.

-Os llevare hasta el camino que lleva a mi granja. Solo tendréis que caminar 5 minutos más para llegar a la posada. Si queréis, claro. Iréis un poco apretados, pero no tendréis que caminar. 

Notas de juego

Ays... Esta fallando... Lo tenia escrito y me ha mandado envío duplicado y bo he podido copiar el mensaje ToT

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23/10/2021, 16:22
Ella

Al escuchar aquello de que "nunca había estado tan lejos", Ella contempló con sorpresa al muchacho. ¿Tan lejos? Justo antes del alba se encontraban frente a los muros de Libantir; y ahora, al atardecer, en el Camino del Oeste, a una jornada a paso vivo de aquella amurallada ciudad. ¿Y John nunca había pisado aquel lugar? Con el entrecejo fruncido, la salvaje desvió la mirada hacia el camino; luego, otra vez, hacia el muchacho.
—¿Y aún así afirmas que no eras un prisionero? 
Ella no lo comprendía...
Con solo ocho soles cualquier niño del clan recorría esa distancia, no en una pero sí en dos jornadas, acompañando el paso de los animales en busca de buenos pastizales. Y con catorce soles ya recorrían largas jornadas, cazando o guerreando. 
Si, como afirmaba John, Libantir no era una cárcel, era como mínimo un lugar extraño, muy extraño. Y sobrecogedor.
Se encierran tras altos muros, dejando afuera todo lo que vive: bosques, arroyos, trinos. Y crían hombres prisioneros de aquellos muros. Hombres sin piernas, pensó.
En verdad, no lo comprendía.
***
La muchacha observó al hombre (¿campesino, comerciante?) y el carro (¿qué cargaba en él?)
—Hay una posada hacia el sur —repitió las palabras del hombre. 
El muchacho estaba cansado y cargaba con la mochila y la molestia del hombro y, como ya había dicho, quería descansar en un buen refugio bajo techo y comer algo caliente, pero...
—¿Hacia el sur? —inquirió y volteó la mirada hacia John.
¿Estaría dispuesto a desviarse de la ruta? No era grande el desvío, y la promesa de un techo junto al fuego era muy tentadora.
Los ojos de la muchacha se perdieron en el horizonte, más allá del Poniente, donde se encontraría el Bosque de los Espíritus...
Y quizá aquella a la que buscaba.

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24/10/2021, 10:01
John

John hizo rodar sus ojos al comentario de Ella. Estaba claro que los suyos vivían de una manera muy diferente allá en el norte. Bueno, que pensara lo que quisiera, quizás era una de esas personas a las que las palabras no le bastan, una persona de hechos. 

***

Al sur, sí —el joven asintió a la salvaje y se subió al carro agradeciendo al carretero el favor. 

Media hora de desvío bien valía una cena caliente y una noche de sueño reparador. Después del largo día caminando se aflojó las botas y se permitió ponerse cómodo. No estaba acostumbrado a caminar tanto, pero no pensaba quejarse, y menos al lado de Ella, que parecía hecha de piedra. Además, no era la primera vez que le salían ampollas. El trabajo duro no le asustaba, pero seguir a oscuras y bajo la lluvia sería una estupidez.

Señor —preguntó al carretero—. ¿Estamos muy lejos del Bosque de Las Almas?

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25/10/2021, 23:11
Director

El carro se pone en marcha cuando ambos ya están subidos. El traqueteo es suave aunque se notan las irregularidades del camino.

-¿El Bosque? Chico, mejor que os mantengáis alejados del Bosque. Cosas oscuras se mueven en su interior. Pasé hace poco por el camino que lo rodea y tiene ahora un aura peligrosa. Nunca he sentido tanta necesidad de alejarme del Bosque. Pero no os desviaréis demasiado. Al fin y al cabo solo hay dos formas de cruzar el Río de Plata. Y una de ellas es seguir hacia el sur y cruzar al llegar a Puente Gris.

Tras un rato en el carro, ven como se van acercando cada vez más a un pueblo bastante grande. Se nota que es una ciudad en la que paran bastantes viajeros. El camino tiene un desvío justo al llegar al pueblo. Seguramente, el camino que lleva a la granja del buen señor que los ha llevado.

-La posada está en la plaza del pueblo. Es el edificio más grande. 

El cielo se está poniendo cada vez más negro.

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26/10/2021, 01:08
Ella

—¿Y cuál es la otra? —inquirió, hablando por primera vez desde que subieran al carro. 
Por lo visto, debían atravesar el Río de Plata y una de las formas era hacia el sur, cruzando el Puente Gris, ¿pero cuál era el otro camino?
Estaba ansiosa por enfrentarse a los misterios que encerraba el bosque, y preocupada también. El relato no era muy alentador, pero despertaba su curiosidad. 
Finalmente, se despidió de aquel hombre y bajó del carro de un salto. El traqueteo le había provocado cierta modorra y ya deseaba llegar a la posada.
—Sabes —dijo, mientras echaba a andar —nunca estuve en una posada. Weoh dice que es en las posadas donde inician las grandes aventuras, pero... —volteó la mirada hacia John. —¿Tú qué piensas?

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26/10/2021, 22:34
John

Dos formas de cruzar el Río de Plata. Ella ya había hecho la pregunta que también rondaba su cabeza así que guardó silencio a la espera de la respuesta. La palabras tétricas del lugareño respecto al Bosque de las Almas parecían hacer honor a las leyendas que se contaban de ese lugar. Sombras. Se recordó el hacerse con un haz de antorchas antes de entrar al bosque.

¿Nunca? —el joven no pudo evitar sorprenderse—. Pues ese Weoh está en lo cierto. En la posadas se cuece de todo —dijo a Ella bajando del carro con cuidado de no hacerse daño en el hombro—. Mi viaje empezó también en una posada de Libantir.

Antes de separarse del carretero se aseguró de saber su nombre y dónde vivía para poder devolverle el favor cuando estuviera en condiciones de hacerlo. Le dio las gracias y le despidió con la mano. 

 

Notas de juego

// Por cierto amada DM, para lo del hombro, que sepas que tengo la virtud de "Recuperación" (F8+): Cura 2 PV adicional en cada curación, natural o mágica :)

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29/10/2021, 16:24
Ella

Notas de juego

Máster, antes de postear en la otra escena, pregunto: ¿el lugareño ignoró deliberadamente las preguntas o qué? ¿A cuántos días está el Bosque de las Almas? (Pregunta de John) ¿Y cuál es el otro camino? (Pregunta de Ella) Porque es raro que alguien tan amable ni siquiera se dignara a responder...

Con un último posteo acá se resolverían esas dudas. O Ella empezaría a mirar con ojos desconfiados a los lugareños.

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29/10/2021, 16:32
Director

Notas de juego

Tranquilos, tranquilos...

No os he ignorado. Solo he adelantado la otra escena.

Tengo en cuenta las preguntas de aquí y que aun no las he contestado.

Dadme un rato y os pongo un texto bonito, pero para resumir:

  • El otro camino, está hacia el norte, pero el puente que cruza el río se desplomó hace tiempo y además esas tierras son peligrosas. Enemigos y tal.
  • Quedan, si todo fuese bien, 2 días de camino.