Partida Rol por web

Akden se da cuenta que alguien tiene el poder de manejar el tiempo a su antojo lo mismo que él, ya que de repente observa que la criatura tiene varias flechas clavadas sin que haya visto el ataque, sin dudarlo un segundo y al notar que sus compañeros aun pueden soportar algo de castigo el clérigo descarga todo el potente poder de su maza sobre el guardián...

Maldita sea esta bestia es bastante poderosa.

A el clérigo le queda claro que tendrá que usar todo su potencial en vencer a aquella bestia.

Akden golpea tres veces a la enorme cabeza que trata de devorarlo. Los golpes parecen afectar muy poco a la criatura, que se regenera rápidamente al tiempo que los cadáveres que la forman se retuercen y gritan de espanto. Sin embargo, con el tercer golpe, uno de los muertos de adentro del grueso cuello es despedazado, y la cabeza cae pesadamente sin poder evitar deshacerse en un muñón deforme contra el rocoso suelo.

Del Portador de los Soles no hay ninguna señal de vida. El elfo, ha quedado aplastado bajo el pesado y descomunal guardián del inframundo.

Tres de la nueva tanda de flechas de Akin impactan de nuevo en la criatura, tras haberse movido buscando un mejor ángulo.

Fendoriel y Dominic, habian quedado fuera de combate...aplastado por cientos de cadaveres que formaban la gigantesca bestia guardiana.
Nekrhatag, volaba por sobre el enorme can, tratando de esquivar una de las humeantes cabezas. En eso, una flecha impactó contra una de los humanoides que formaban a la bestia, y tras quebrar al medio el craneo, siguió su camino clavandose profundamente. La cabeza, dio una especie de coletazo, como un arco al que se le cortara la cuerda, y cayó pesadamente fuera de control hacia un costado.
Otras dos flechas hicieron lo propio con la tercer cabeza canina. La primera, impactó tan precisa, que el perro vio su cuello girando en un angulo ridículo, con los ojos vueltos hacia arriba. La segunda, atravezó y partió limpiamente otro de los tensos cadáveres, con lo cual la entera cabeza se separó del cuerpo y cayó sobre las rocas. Las criaturas que habitaban en el interior del cuello...espantosos cadáveres putrefactos, que retorcidos, trataban de sujetarse unos a otros, empezaron a reptar por el suelo, tratando de llegar a la cercenada cabeza. Esta a su vez, giraba entre aullidos y gruñidos guturales, llevada por los cuerpos muertos que la formaban, a acercarse más y más al resto del gran monstruo.
Las otras dos cabezas, haciendo lo propio, trataban de regenerar al cuerpo completamente destrozado...

Mientras la bestia se debatía moribunda, Dominic y Fendoriel se arrastraron desde debajo de sus huesos, y lograron salir tras varios minutos...
Frente a ustedes, se encontraba la entrada al inframundo.

El clérigo colgó su maza de su cinto y se acerco hasta sus moribundos compañeros a quienes les pidió acercarse. Vamos, les ayudare a recuperarse de esas terribles heridas, siento no haberlo hecho antes pero creí que el combate se prolongaría mas y mis recursos no son ilimitados...El clérigo se concentra durante algunos segundos y un instante después un aura dorada le rodea, el aura comienza a extenderse a su alrededor rodeando también a sus compañeros...

- No no no! -Gritó Akin a los demás- Debemos irnos, las curaciones más adelante, si quedamos aquí tendremos que pelear de nuevo.

Y haciendo caso a sus propias palabras, Akin se adelantó hacia la boca del averno.

Las últimas palabras de Akin fueron las que los aceleraron.
Evidentemente el Cancerbero se regeneraba de una manera extraña.
Los cuerpos se volvían a unir de formas extrañas deformándose aún más para formar la figura del can.
Tenían unos instantes ya que se movían lentamente, pero no podía precisar cuanto tiempo tardaría en volver a ser su enemigo.
De esta manera todos siguieron adelante, las puerta estaban abiertas y lo que tenían que hacer era claro, entrar al inframundo.

Al escuchar que uno de sus compañeros le interrumpe el clérigo asiente e interrumpe su acción... Adelante entonces...

Los aventureros cruzaron el lugar algunos volando y otros abriendose camino entre los cuerpos caídos, era algo realmente horrible mas allá de las deformidades vistas el olor era espantoso.
Más allá de las puerta vieron un largo pasillo, terminaba?
No lo podían precisar ya que no se podía ver el final perdido entre la oscuridad y las brumas.
Avanzaron un poco dejando las puertas del infierno detrás suyo.
Habrían caminado unos quinientos metros cuando vieron por primera vez una puerta, y otra, y otra, y otra, una a una se repetían a lo largo del pasillo.
En ese momento Gunter habló, se había mantenido cayado todo el tiempo incluso no lo habían visto en el combate ya que posiblemente el desafío era muy imponente para él o porque simplemente se quiso mantener al margen.

Aquí es donde debo estar, algo me llama, un lugar algo divino, hasta puede sentir la música en el lugar y yo debo ser el artífice de ella.
Allí sonará por siempre, afinada y perfecta.

Dicho esto posó su mano en una de las puerta, esta no decía nada.
Allí miraron otra de las puertas hechas de piedra, tenía un número, y luego observaron otra, también tenía un número, esta que tocaba el bardo no decía nada.

La puerta se abrió.
No se veía nada detrás de ella, era una oscuridad absoluta, un portal?
Una figura palida y perfecta lo atravesó para aparecer frente a ustedes.
Se trataba de una...¿mujer? Sus rasgos eran los de una mujer, ciertamente, y de una mujer muy bella. sin embargo, el contraste entre su rostro casi blanco y sonrosado a la vez, con sus oscuros y rojos cabellos enrulados era sobrenatural.
La mujer estaba apenas vestida con una blanca túnica. No llevaba adornos, a excepción de dos aretes dorados con sendos rubíes. Sus pies, descalzos, apenas parecían presionar contra el suelo.

Saludos y bienvenidos sean los vivos a mi mundo.

Allí la mujer miró a la lich.

Bienvenidos sean los muertos también.
Yo soy Perséfone y si bien tengo alguna idea de que es lo que vienen a hacer aquí les pido me lo digan.

Dominic apenas podia caminar. La extraña piel que lo envolvía era lo único que le mantenía con vida. El combate había sido demasiado para él.
Además nada más acabar tuvieron que moverse rápidamente pues el espantoso monstruo se regeneraba.

Ahora, tras mucho caminar por un pasillo que parecía no tener fin. El bardo se adelantó y abrió una puerta, de la que apareció una hermosa mujer.

Buff, espero que no tengamos que pelear de nuevo.

Acercandose a Adken le comentó en voz baja.

Perdona Adken, se que tienes habilidades curativas, podrías ayudarme, la pelea me dejó muy mal herido.

El clérigo colgó su maza de su cinto y se acerco hasta sus moribundos compañeros a quienes les pidió acercarse. Vamos, les ayudare a recuperarse de esas terribles heridas, siento no haberlo hecho antes pero creí que el combate se prolongaría mas y mis recursos no son ilimitados...El clérigo se concentra durante algunos segundos y un instante después un aura dorada le rodea, el aura comienza a extenderse a su alrededor rodeando también a sus compañeros...

Cuando el gigantesco clérigo comienza a susurrar sus extrañas palabras, el desconocido símbolo que sujeta entre sus dedos parece brillar con fuerza. Nekrhatag se aleja al sentir la cercanía de la energía positiva, y en segundos, las heridas del resto del grupo se regeneran rápidamente. Los músculos y tendones vibran con vida propia, la sangre hierve ahi donde se derramara y la carne se cierra nuevamente.
Tras el increíble milagro, todos a excepción de la extraña lich se hayan recuperado por completo...
Persefone, mira a lo alto, hacia donde se encuentra volando Nekrhatag, y pueden jurar que la bella mujer sonrie con malicia durante un breve segundo.

Jajaja, rie con una melodia cristalina la bella dama. Al parecer el cancerbero ha preferido un hueso viejo a la carne fresca de los mortales. Comenta como si ignorara la reciente curación que ha presenciado.
Y bien? Que los trae aqui?...al inframundo?