Partida Rol por web

Finalizada su conversación con Wilson la capitana volvió con premura al puente para ver que Leah había realizado una excelente maniobra de aproximación y que Rye no había sido menos y los había conectado con la Cronus. - ¡Joder, un trabajo escelente por parte de todos! - le costaba creer lo rodado que estaba saliendo todo para lo mal que comenzó el día. Ya solo quedaba asegurar la nave y olvidarse de este lío. Tanto Rye como Cham mostraron interés en acudir a la misión. Quiénes debían ir y quiénes debían quedarse era uno de los temas que más había ocupado su cabeza en los últimos minutos, y parecía que había llegado a una conclusión.

- Chicos - comenzó, - no tenemos ni idea de lo que ha pasado ahí arriba. Puede que fuera un fallo en el soporte vital y la tripulación muriera. Puede que los tripulantes decidieran rebelarse contra la compañía. Puede que se mataran entre ellos porque se odiaban o puede que se echaran a dormir en hipersueño y nos los encontremos en plena siesta, qué sé yo. En cualquier caso creo que necesitamos cuantos más ojos y manos a bordo de la Cronus mejor. Incluso si encontramos una forma de mantener nuestro rumbo sin necesidad de esfuerzo humano creo que todos deberíamos ir. No tenemos ni idea de lo que podemos encontrarnos en la nave y puede que alguien vea algo que los demás no. ¿Qué os parece? Por cierto Lyron, igual necesitamos asegurar cargas pesadas, así que te recomendaría que aunque no lo puedas llevar todo el tiempo dejes a mano el Power Loader por si acaso necesitamos mover cargamento pesado.

- Aún a riesgo de ser una aguafiestas, creo que alguien debería de quedarse en la Montero. Aún estando en el quinto nabo derecha creo que nuestro contrato exige que siempre haya una persona responsable en las naves propiedad de la corporación, sean cuales  sean las circunstancias.- Puede que a Rye le gustase tocar las pelotas por defecto a su capitana, pero dadas las circusntancias hablaba bastante en serio. - Vale, hay muchas posibilidades de que toda la tripulación esté muerta, peor imagina que no es así y un ermitaño tarado se abalanza sobre noostros tan pronto como abrimos la escotilla y tiene nociones de pilotaje, iban a ser unas risas locas.- Mientras comentaba esto le alargué la pistola de pernos a Lyron.

- Esta bien capitana. Añade el técnico, mientras toma la pistola de pernos de manos de Kayla. - Puedo acercar el Power Loader hasta la esclusa del cordón umbilical, y una vez tengamos las dos compuertas abiertas volver por el y meterlo en la nave que vamos a abordar. Era la única solución que se le ocurría a Cham, pues no recordaba demasiado bien las especificaciones técnicas del cordón umbilical de la montero y si este podía con el peso añadido de una persona y un exoesqueleto de carga. 

Leah asiente y se mete en la zona de equipamiento para ver que juguetes han dejado para el abordaje. Comprueba canturreando una canción de trincheras subida de tono las municiones y el armamento de que dispone la nave hasta dar con el incinerador.

- ¡Que tenemos aquí! Tu te vienes conmigo.

tras coger el lanzallamas se dirige de nuevo al puente. 

- Ya tengo arma, por si hay algún experimento que se salió de madre o algún rebelde nos ataca muerto de hambre o completamente desquiciado. Solo falta asegurar los trajes y atravesar el cordón umbilical en pos de la aventura.. digo la misión de la compañía. Buena idea lo de llevarnos el power loader, puede que tengamos que retirar mucha chatarra si queremos reiniciar los motores de la chronus y ponerla en rumbo la tierra.

Dice al tiempo que vuelve a sentarse en el sillón del puente de observación asegurando los vectores y comprobando el estado del arma.

Cuando estaban en el cubículo de Wilson:

-Joder, no había pensado en vender el Helio. Eso es mejor, incluso, que lo que yo propuse. Si, descuida, capitán, a mí no se me olvidará el plan. Es cierto lo que dices sobre no estar en la onda. -Dijo mientras se rascaba la cabeza. -Si te soy sincero, nunca pensé que haría un trato así con el capitán de una nave de la compañía. Es tan jodidamente raro que no van a sospechar. -Sonrió de oreja a oreja, estaba contento. Ya no se sentía tan sólo y había descubierto que se podía colaborar con la tripulación por una vez. Ahora faltaba que todos los demás estuvieran de acuerdo. 

Finalizada la conversación con Miller, fue al puente tras ella. Todos habían hecho un trabajo ejemplar y podrían subir a la Cronus sin mucha dificultad. Perfecto para Wilson, pues no querría perderse el ir allí. 

Observó cómo todos hablaban y se preparaban. -Bien, me incluyo en la comitiva para entrar en esa chatarra. -Puso sus brazos en jarra, una clásica postura propia. -Creo que la pistola de agarre nos puede ser muy útil ahí dentro. No sabemos en qué estado están los compartimentos ni el casco. Si nadie la lleva, la llevaré yo mismo.

Antes de salir de su oficina, una vez que Miller abandonó la pequeña estancia, Wilson cogió la pistola de servicio y la ocultó en su cuerpo. Mejor prevenir.

Mientras el resto escogían sus armas y herramientas Rye procedió a revisar los trajes de vacío y comenzó a ponerse el suyo, pensando en que no habría mucho más que discutir antes del abordaje. Cuanto antes procediesen antes podría mandar a la mierda a la puta corporación, cuando sus pies tocasen tierra firme, puede que para siempre...

Miller mostró una media sonrisa de alivio al ver que el equipo parecía bien motivado para la misión. No podía engañarse a sí misma, estaba algo asustada ante la perspectiva de enfrentarse a lo desconocido en una situación tan nueva para todos, pero tenían que hacerlo lo mejor posible. Tenían que sacar una oportunidad de todo esto.

- Rye, no te falta razón con tus precauciones, pero siempre podemos bloquear el acceso a la Montero cuando abordemos la Cronus. Además, creo que tú mejor que nadie sabe que poca gente sería capaz de poner en marcha esta tartana, mucho menos robarla frente a nuestras narices. - dijo la capitana mientras abría un cajón bajo una consola de mandos en el puente para sacar una pistola de servicio M4A3. - Sabía que la había dejado aquí. - Nunca había tenido que disparar un arma, pero pensó que daría seguridad al grupo ver que todo el mundo podría defenderse en el imprevisto caso de necesitarlo. - Si nadie más tiene objeciones creo que será mejor que nos vayamos poniendo los trajes y nos preparemos para entrar a la Cronus.

Leah acompañó a Rye para colocarse el pesado traje metálico. Con su habitual falta de pudor no tardó en desnudarse y quedarse en calzoncillos para vestirse con el mono y embutirse dentro del aparatoso revestimiento. Aseguró su arma y se dispuso en la entrada del cordón umbilical a la espera de órdenes. 

Una nave muerta en mitad del espacio, a millones de kilómetros de cualquier rastro de civilización. Un equipo de aventureros dispuestos a descubrir los secretos que llevaron a su funesto destino y rescatar los restos de la historia y el conocimiento prohibido que encerraran sus laboratorios. Con su brillante armadura y armado con un arma capaz de incendiar a sus enemigos. Estaba listo.

- Capi, cuando de la orden el piloto Leah se presenta para el servicio.

Bromeó haciendo el saludo militar.

Aparte de la pistola de pernos que Kayla le había pasado, Cham cogió un par de barras anti bloqueo de puertas y escotillas, pues una vez tuviesen la nave abordada con energía, podrían abrir y cerrar la nave con garantía, pero por ahora les tocaría tirar de fuerza bruta y no pensaba pasar abriendo una y otra vez las mismas puertas. 

Una vez en la sala de los trajes, antes de empezar a ponerse el suyo propio, Cham revisa el de Rye la cual ya lo tiene prácticamente puesto. - Ten cuidado compañera ... Poco mas podía decir, ya que es en estos primeros minutos entre que consiguiesen abrir la puerta de la Cronus y no cuanto mas peligro podrían correr. Dicho esto y tras pasarla el casco, el técnico se apresura a preparar sus atavíos espaciales, negando con la cabeza mientras ve la falta de decoro de Davis mientras se desviste. 

- Sabía que la había dejado aquí. - 

Esto fue lo quería capitana dijo en voz alta para no despertar sospechas, pero lo que de verdad había ocurrido no le gustó nada. El arma no estaba. ¿Acaso lo había dejado en otro lado? Si no había sido así ¿Algún compañero la había cogido? Sonaba absurdo, pero toda la situación lo era.

Lo que estaba claro es que no disponía de la pistola de servicio.

Mientras se metía en su traje, con el corazón a cien por hora, nervioso, para concentrarse hacía un repaso mental de material y de las posibilidades allí dentro. 

-Chicos, se me acaba de ocurrir que sería buena idea que la capitán, o alguien, llevara el detector de movimiento. No sabemos en qué estado está la Cronus, y si nos separamos, cosa que ocurrirá, y hay una emergencia, nos localizaríamos unos a otros más rápidamente. O a los posibles supervivientes, aunque, sinceramente, me parece poco probable que los haya. 

Siguió con la tarea. 

Miller estaba acabando de ponerse el traje cuando Wilson realizó una observación bastante acertada. La capitana no había reparado en primer lugar en el escáner de movimiento, pero podría ser de utilidad una vez a bordo de la Cronus.

- Wilson tiene razón. Podemos usar el escáner para localizarnos con rapidez en caso de necesitarlo. Me encargaré de llevarlo. Cuando estemos listos podemos salir.

Finalmente, madre anunció que se había completado la presurización del pasillo umbilical lo que daba vía libre a la tripulación para iniciar el abordaje.  Mientras terminaban de ponerse los trajes IRC mk.50, compartieron algún comentario más pero la tensión podía palparse en el ambiente. Hicieron las comprobaciones rutinarias para verificar que los comunicadores de los trajes funcionaban y una vez verificado, avanzaron en fila hacia la exclusa.

La compuerta se abrió con un sonoro pitido mientras las válvulas de gas se comprimían para que el metal se elevase mostrando un oscuro pasillo que se extendía hasta la perta de acceso de la Cronus. Uno a uno, fueron avanzando, siendo engullidos por aquel camino que se asemejaba a la barriga de una serpiente. A pesar de no haber ningún motivo para estar nervioso, pasar por aquel lugar podía poner de punta el bello de cualquiera, pues por alguna razón, estos pasillos umbilicales tenían partes traslúcidas que dejaban ver la inmensidad y el vacío del espacio, dando sensación de fragilidad.

Su paso era lento pero continuo y ninguno habló durante el trayecto. Cuando todos hubieron llegado al otro lado, Miller se aproximó a la compuerta y buscó el panel de control para solicitar el acceso a La Cronus. Finalmente localizó el panel y tuvo que retirar no sin algo de esfuerzo por lo complicado que era trabajar con aquel traje, una placa metálica que protegía los controles. Un panel con una pequeña pantalla negra y varios botones, pero parecía apagado. A pesar de ello, Miller introdujo la clave corporativa para el abordaje de naves de la compañía… pero nada ocurrió. Volvió a probar, pero con el mismo resultado.

Si fuera un problema de códigos todavía podrían hacer algo, pero el problema era otro, la puerta estaba sin energía y estaba claro que por mucho que lo intentaran no entrarían de la manera simple. Solo había una forma de hacerlo. Era necesario un soldador para romper los anclajes de la puerta y que se pudiera abrir. Por suerte, habían traído uno,

La verdad es que Rye se lo veía venir y tenía el soldador en la mano desde el minuto uno. Una vez que Miller se hizo a un lado, comprobó que la herramienta funcionaba, no fuese que por falta de uso se le hubiese jodido la batería, pero el piloto rojo y el encendido al rojo blanco eran buena noticias. Así pues comenzó a trabajar en los cierres desde la parte de arriba hacia abajo, con paciencia pero sin pausa.

El soldador cumplía su función y mientras Rye trabajaba en la puerta, el resto guardaba silencio, roto solo por el silbido producido por la acción de la herramienta sobre la puerta. Solo le llevó unos minutos y cuando finalmente rompió los anclajes de seguridad, la puerta se abrió de golpe con un fuerte sonido metálico que hizo a todos contener la respiración. La rotura de los anclajes de seguridad dio a entender a todos que esa puerta no podría volver a cerrarse. Tras dejar paso a la capitana, uno a uno, fueron accediendo finalmente a la Cronus.

Cuando todos se encontraron en el interior, vieron que se encontraban en una sala octogonal, con dos puertas al norte y al sur, con una escalera de servicio que descendía a los niveles inferiores. La sala se encontraba sumida en oscuridad, rota solo por una pequeña luz de emergencia anaranjada sobre la puerta por la que habían entrado y la luz de sus linternas. Los haces de luz mostraban una atmósfera cargada, motas de lo que parecía polvo flotaban en el aire y una densa neblina recargaba el ambiente.

Los medidores ambientales de los trajes emitieron un pitido mostraron el resultado del análisis inicial. La temperatura era fría, muy cerca del punto de congelación. El aire estaba viciado, con una alta concentración de dióxido de carbono. Por suerte, la gravedad de la nave era la correcta lo que permitía moverse con toda la comodidad que los trajes les dejaban.

A pesar de la oscuridad, hicieron una inspección inicial lo que les hizo ver junto a la puerta de entrada unas marcas de rozaduras y arañazos como si alguien o algo hubiera estado golpeándolo continuamente. Sin embargo, fueron incapaces de identificar el origen de dichos arañazos. No había ninguna herramienta ni nadie en aquel lugar. El silencio era su único compañero ahora mismo.

A Miller no le agradaba la sensación de llevar puesto el traje. No importa lo avanzada que pareciera la tecnología que la ropa específica para sobrevivir en el espacio iba a ser siempre pesada y correosa con la misma sensación de libertad que una camisa de fuerza y la misma sensación de claustrofobia que una lata de sardinas al sol del desierto. No mejoraba la atmósfera el silencio que reinaba mientras avanzaban por el cordón que los unía con la Cronus. Una vez llegaron a la entrada intentó acceder mediante el panel de mandos, pero la energía de la mastodóntica nave no estaba activa. Tuvo que ser Rye con su soldador la que salvara la situación.

Entraron a una gran sala octogonal con diferentes salidas. La visibilidad era muy limitada pues las únicas luces presentes en la nave eran las de las linternas que llevaban. Iba a ser complicado moverse así por una nave tan grande como la Cronus y no le gustaba pensar en que no conocían la estructura de la nave. Por primera vez en bastante tiempo se sentía pequeña. No se dejó llevar por estos pensamientos y su carácter de mando retomó el control.

- Bueno, aquí estamos. Creo que lo primero debería ser intentar tener al menos energía suficiente como para ir al puente y realizar un diagnóstico. ¿Objeciones, chicos?