Partida Rol por web

- Recuerde que es declaración como testigo, no como acusado. Simplemente tiene que repetir lo mismo que dijo antes, hacerlo por escrito y grabaremos lo que se hable para evitar errores. No hay intención de acusación de omisión de ayuda, ocultación de un crimen... y una larga lista que ambos conocemos y que es tontería mencionar ahora. Es lo que quiere, ¿no? Ya ha dicho lo que tenía que decir y las preguntas serán rutinarias. No considero que necesite un abogado, pero si va a insistir en ponerse en ese plan, quizás si deberíamos replantearnos el trato.

» Por mi parte entiendo que son adolescentes, se asustaron y la cagaron. Pero usted es abogado y sabe como se pueden poner las cosas si se formula una acusación contra ellos y creo que hay suficientes cargas probatorias ahora mismo, como el testimonio voluntario de su hijo, sin presión por nuestra parte ante dos agentes de la OFI. Eso no podrá rebatírselo a ningún juez. Les marcará de por vida, sobre todo si las notas que tengo y lo que ocurrió con Marie coinciden. Decida que quiere ser para su hijo en este momento, padre o abogado, porque depende de lo que decida me tocará hacer una llamada a la OFI y un arresto a un menor o no. Recuerde que es el futuro de su hijo lo que se juega y será su responsabilidad lo que ocurra, la agente Jones y yo simplemente actuaremos según corresponda dependiendo de su decisión. - Si ahora iba a dudar y a marear la perdiz con su hijo, haciéndonos perder el tiempo lo iba a llevar claro. Me iba a joder meterle mil acusaciones al chaval, pero todo iba a quedar en manos de su padre no de mí ni de Jones. Así que nuestras conciencias iban a quedar tranquilas. La de su padre ya se vería.

- El otro chico si le necesitará como abogado por huir de nosotros sabiendo porque lo hacía y mi superior ya sabe su nombre y donde está, es quien nos lo ha notificado. Pero su hijo no. Como le he dicho, se puede hacer aquí con calma, como el que ve un accidente de tráfico y se lo cuenta al agente... sin más líos o insisto, opte por hacer de abogado con él y nosotros tendremos que hacer nuestro trabajo también. Creo que cambian mucho las cosas dependiendo de lo que decida. - Le dije sin perder la amabilidad ni la calma al hombre. - Y en cuanto a Jonathan Maslowe ya sabe que se pueden conseguir tratos de inmunidad por su testimonio y ya sabemos porque huyó. Creo que no tengo que decirle como hacer su trabajo en ese caso.

Volví a mirar la hora y saqué el móvil de nuevo, para demostrarle al abogado que hablaba en serio. En cuanto dijese que sería su abogado llamaría a nuestra jefa para notificarle el arresto del menor y de que íbamos a llevarle a las dependencias de la policía de Sarns, para un interrogatorio con su abogado presente.

Valad sonrió sin dejar de mirar a Kharis. 

- Bien jugado agente. - Le dijo. - Veo que usted sabe de lo que habla. No es un mindundi en el gremio, quiero decir. - Asintió con la cabeza. - Lo haremos como usted quiera. ¿Desean pasar a mi despacho? - Señaló con la mirada la escalera de acceso al piso superior.​​​​​​

Parecía que al final habíamos conseguido lo que nos interesaba, que no era otra cosa que una declaración que dejaba las cosas más claras. Después de todo, estábamos allí para lograr resultados y desde luego, con lo que nos contara aquel joven estúpido, estaríamos más cerca de conseguirlo.

Maslowe estaba en la comisaría; Peter, dentro de poco, enfrente, con una declaración que lo dejaba solo.

-Agente Kharis, ¿se encarga usted de este asunto? Yo tengo que acudir a una cena y después podría pasarme por la comisaría para ver a nuestro detenido. Creo que será incluso mejor esperar un par de horas a tener esta declaración, ¿no le parece?

No disponía de mucho tiempo y además, dejar a Maslowe sudando no estaba de más. Si en unas horas incluíamos la declaración de su amigo, lo que tuviera que decirnos, lo soltaría incluso sin preguntarle.

- Por mí adelante, cuanto antes se haga, antes podremos ayudar al otro chico. - Le dije al abogado que optó por hacer lo correcto y no perjudicar más a su hijo. Entonces Jones me recordó lo de la cena. - Adelante, ve. - Le dijo a su compañera entregándole las llaves del coche. - Ya sabes donde estaré para cuando termines... si es que Jonathan no colabora. Si lo hace será rápido y quizás logremos que duerma en casa esta noche. Aunque por mí le dejaba saber lo que es una celda hasta primera hora de la mañana. Así la próxima vez no hará tantas tonterías seguidas. - Dijo sin perder el humor.

Luego miré a Chandrelle. - Mejor llámeme cuando acabe con la cena. Creo que el señor Val-Unduil sabrá que decirle a su cliente y hacerle entrar en razón para que todo vaya más deprisa y los cargos no sean tan graves para él. Y no se preocupe, cuando acabe aquí pediré un taxi para ir a la comisaría. Mejor llévese el coche usted. - Insistí por si decía que no a mis palabras. - Así el señor Val-Unduil podrá poner al corriente de todo al chico mientras yo llego. Nos vemos más tarde, que tenga buena cena.

Por mi parte esperaba que todos colaborasen, porque sino el que no cenaría nada sería yo...

El agente Kharis Daeric se encargaría de aquel asunto, mientras que Jones iría a su cena con la familia Marvin. Ahora que tenían una matrícula y al menos un testimonio, quizás aquel encuentro con Harry y su hija, amiga de la víctima Marie Penwater, quizás no tuviera tanto interés, pero aún así, no tenía porqué ser descortés con Harry y su familia y quien sabe, quizás incluso aportasen algo más de luz a aquel asunto.

Jones se despidió de su compañero y de Peter y su padre y se marchó con el coche de Daeric. Sin duda se fiaba mucho de ella, pues de lo contrario no le hubiera dejado el coche para nada. Al fin y al cabo, lo tenía muy celoso y casi se podría decir que era como el hijo que no tenía. Viajar en taxi hasta la comisaría para entrevistarse con Maslowe no iba a ser del agrado de Kharis, pero otra cosa no podían hacer si pretendían que Jones no se saltar es cena, que tarde, ya llegaba tarde.

Ya en el despacho de Val-Unduil, comenzaron a redactar una manifestación detallada con todo lo que ya había confesado de palabra. Peter transcribió en el ordenador, palabra por palabra todo lo que había dicho en voz alta, matrícula incluida y finalmente, cuando estuvo terminado, lo releyeron en voz alta. Al volver a leerlo, Kharis estuvo bastante satisfecho, pues en esos momentos no es que tuviera un sospechoso de carne y hueso, pero tenía la matrícula de un camión y ese camión tenía que estar a nombre de alguien.

Fue entonces cuando lo recordó. A la joven Marie Penwater la había encontrado... ¡Un camionero!  Inmediatamente revisó sus notas y encontró el nombre del hombre que encontró el cadáver.
 

En el lugar se haya el requierente, quien resulta ser el señor CHESTER BARNS, con número de identificación 6798276VS, fecha de nación el día 20 de TOTAM de 217, domicilio en la calle ESTRELLA POLAR 12 PBJ B, de SARNIS, número de teléfono 555-672890.

No constaba la matrícula del camión de aquel hombre pero una rápida llamada solventaría sus dudas. Inmediatamente llamó a su central identificándose con su número de agente y pidió información sobre la matrícula ZZT 166 HJ.

- Se trata de un camión de la marca BENETT modelo W3000-S2, a nombre de un tal Chester Barns. - Comentó el agente al otro lado del teléfono. - ITV y seguro en vigor. ¿Necesita algo más agente Daeric?

La declaración estaba lista y todos parecíamos conformes con ella. - ¿Recuerdas algo más, color del camión, alguna pegatina que llamase la atención? Desde luego que con la matrícula sobra, pero a veces los criminales cambian las matrículas y... - Le pregunté al chico sin mala intención por mi parte. - Luego no conducen a nada porque son falsas. - Y miré a su padre. Él seguramente sabía de lo que hablaba.

- Bien pues con esto... si quiere ir a empezar a ejercer de abogado del otro chico, yo pediré un taxi para que me lleve a la comisaría. Así tendrá tiempo con... - En ese momento recordé los datos del informe y volví a llamar a la OFI. Nuevamente me dieron el nombre del propietario del vehículo, pero esta vez con mis notas en mi mano comprobé que quien había lanzado el cuerpo era el mismo que había realizado la llamada dando el aviso de la chica muerta y que estábamos buscando en la localidad equivocada.

Pero no podía dejar a Jonathan encerrado toda la noche. - Sí, se le considera sospechoso de asesinato. Necesito que alguien compruebe si está en su domicilio y que se le mantenga vigilado mientras hablo con el otro testigo. - Dije mirando al abogado fijamente a los ojos, dándole así a entender que la declaración de Jonathan urgía. - Estoy a una hora de allí. Cualquiera puede pasar por su casa y ver si hay luz y que vehículos hay en las cercanías... para cuando yo llegue puede haberse marchado... no creo que esté pidiendo tanto. - Pero sí, para los vagos que no querían hacer nada, eso era pedir demasiado.

Suspiré cabreado, porque el coche se lo había llevado Jones y no tenía medio para volver a Sarnis salvo interrumpiendo su cena. Pero también sabía que no era oro todo lo que relucía y no iba a perder tiempo y pistas corriendo a por alguien que quizás estuviese en ruta con su camión por el país y que lo mismo no asomaría por casa hasta dentro de una semana.

- No... - Chasqueó la lengua. - No recuerdo nada más del camión la verdad. Pero si recuerdo algo del camionero. Era un hombre de mediana edad, con barba larga y canosa. Llevaba unas gafas redondas y pequeñas y tenía mucha barriga. - Comentó el joven. - Se le salía la barriga por debajo de la camiseta. - Comentó. - Estoy casi seguro que podría reconocerlo. ¿Hacen ruedas de reconocimiento como en las películas? - Preguntó. - Si quiere podríamos hacer eso...

- Puedo acompañarle yo mismo a dependencias de la policía de Sarns. - Le ofreció el señor Val-Unduil. - Al fin y al cabo, vamos al mismo sitio y se ahorra el taxi. - Se encogió de hombros. - Pero entendería que quisiera no ir con el abogado defensor del joven al que pretenden interrogar como testigo. - Sonrió.

- Sin problema. - Respondió el agente al otro lado del teléfono. - Iremos a su domicilio y si se encuentra allí le retendremos y le avisamos. ¿O lo detenemos directamente y lo llevamos a dependencias? - Preguntó.

Anoté los datos de la descripción del camionero. Me parecía demasiado preciso todo. De noche, alejados y que viese tantos detalles. Pero no dije nada al respecto. - ¿Podría poner un anexo con esos datos? Así no los perderé aunque los lleve en mis apuntes. - Le dije al padre del chico antes de mirar a este. - Y sí, las hacemos como en las películas. Así que te llamaremos cuando necesitemos ese reconocimiento visual.

Cuando Vallas se ofreció a llevarme lo pensé unos segundos. - No se preocupe. Distingo bien el trabajo de todo lo demás. No me crea ningún conflicto. - Le dije al hombre con amabilidad.

En cuanto a la llamada me quedé atónito con la respuesta del agente. - ¿Retenerlo? ¿Acaso no sabe que eso se considera delito? O se detiene o se deja ir. No hay más. Retener es privar de la libertad de movimiento a una persona y eso es delito según nuestras leyes. - Dije tajante. - No quiero ni que llamen a la puerta, solo que vigilen su domicilio. En caso de que vean que se marcha, sí, realicen... - ​​​​ dudé unos instantes. - ... realicen un aviso de que no puede abandonar la ciudad mientras sea el único testigo del caso de Marie. En caso de que se extralimite, detengale por desobediencia a la autoridad. No quiero que se le acuse aún formalmente de nada y lo más importante, que no se acerque a su camión. ¿Queda claro? Mañana nos encargaremos de él.

Miré al abogado. - Podemos irnos. Haré otra llamada de camino a la comisaría. 

Dicho esto, llamé a mi superiora para avisarla de los dos testigos presenciales de como el camionero que había puesto la denuncia había sido visto por los dos menores arrojando el cuerpo de Marie a la cuneta. Avisé de que iba a tomarle declaración a Jonathan, el segundo testigo, quién tenía cargos por huir de la justicia y ocultación de información y que fuese cursando una orden de arresto para el señor Chester Barns, así como una orden de registro para su camión y domicilio.

El trayecto hacia la oficina de policía de Sanrs fue en silencio. Aquel abogado no gastaba saliva en conversaciones banales y simplemente puso la radio a un volumen agradable. Sonaba jazz, pero jazz del antiguo, de ese que tendría más de cincuenta años. Era por todos sabidos que los elfos vivían muchos más que los humanos y posiblemente sus gustos musicales se habían quedado anclados en el tiempo.

Al llegar a la oficina, les recibieron los mismos agentes con los que habían tenido la discusión horas atrás. El turno de tarde estaba apunto de concluir y ambos agentes estaban mucho más clamados, sobre todo Danil Erfolg, quien prácticamente ni saludó, pero tampoco hizo un solo mal gesto, ni tuvo una mala palabra. Fue Othar McDenis quien se encargo de informar a agente de la OFI y abogado del joven, de lo sucedido.

- Verán, se presentó aquí. - Comentó McDenis. - Vino a la comisaría, dijo ser Jonathan Maslowe y nos informó de que se había asustado. Que no sabía porqué había salido corriendo, pero que estaba muy arrepentido y que quería hablar con los agentes de la OFI. - Othar se encogió de hombros. - El gallito se ha hecho caca, supongo. - Sonrió. - Si me acompañan...

Othar condujo al agente y abogado a través de las entrañas de la comisaría. No era demasiado grande, pero si laberíntica y con bastantes salas. Finalmente llegaron a una oficina con un escritorio con un ordenador de sobremesa y varias sillas, así como algunos muebles archivadores con bandejas repletas de impresos y papeles de tono legal. Un joven de color se encontraba sentado en una de las sillas con los codos sobre las rodillas y la cabeza hundida entre las rodillas. Sin duda estaba preocupado.

- Todo suyo, señores. - Dijo el agente. - Si me necesitan... - Ladeó la cabeza. - Estaré por aquí.

Johnathan alzó a cabeza. Se notaba la preocupación en su rostro y sus ojos estaban enrojecidos y vidriosos. ¿Había estado llorando? Si no era así, poco le había faltado. Con la entrada de los agentes y del padre de su amigo, Johnny se puso en pie. Dio un par de pasos adelante y a punto estuvo de ofrecer su mano, pero finalmente la retiró y dio un paso atrás.

- Hola. - Dijo de forma seca. - Creo que me buscan, ¿no?

- Así es Jonathan. - Respondió el señor Val-Unduil. - Creo que tu comportamiento no es el que un joven de tu nivel debería haber demostrado en todo este asunto. Vas a tener problemas. - Le comunicó. - Pero todo puede resolverse con un poco de buena voluntad. - Miró a Kharis. - ¿Verdad agente? - Le preguntó. - ¿Cómo quiere hacerlo esta vez? ¿Misma estrategia que en mi domicilio o vamos a ponernos más serios?

Saludé con la cabeza a los dos agentes y anoté que Jonathan acudió voluntariamente a la oficina, arrepentido por su huída. Seguí al capullo sin decir nada y entré en la sala donde estaba el chico. Esperó a que los tres quedasen a solas antes de hablar. - Dado que ha recapacitado y digamos que se ha entregado él mismo, podemos hacer lo mismo que antes. Pero primero me gustaría que le explicase al joven que le podía haber ocurrido de haber sido todo de otra manera, así como serán las consecuencias de sus actos por lo que ha hecho. Quiero que vea y entienda la diferencia antes de que preste declaración sobre lo que vio la noche de autos. - Expuse claramente al abogado y al chico.

- Luego repetiremos el mismo procedimiento y cuando terminemos, llamaremos a su madre si los agentes de Sarns no lo han hecho ya. Debe estar muy preocupada ahora mismo y que se marche a casa. Eso sí, recuerde que los chicos no deben salir de la localidad por si les necesitamos para testificar. Cuando quiera puede empezar, señor Val-Unduil. - Le dije al elfo para que pudiera al corriente a su cliente, por llamarle algo y entendiese en el jaleo que se había metido. - Cuando acaben las explicaciones, espero de usted toda la verdad. Quiero que entienda lo que le estoy quitando de encima a cambio de su testimonio antes de que empiece a hablar y se plantee mentirnos. - Le dije al chico con calma y aquel tono siempre amable en mi voz.

- Supongo Jonathan, que sabes que lo primero que hiciste mal fue callar cuando viste lo que viste, ¿verdad? - Le preguntó Valad al joven. Éste se puso blanco. Aquello sólo podía ser que ya sabían lo sucedido y que Peter había cantado. - Podrían acusarte de muchas cosas, omisión del deber de socorro, encubridor de un crimen... - Negó con la cabeza. - Eso acabaría necesariamente con tu vida así como la conoces. - Comentó así como de pasada. - Luego está el hecho de escapar de la justicia. ¿Desobediencia, ocultación de pruebas, obstrucción a la justicia? - Meneó la cabeza. - ¡Un buen currículum! - Exclamó. - Por suerte estoy yo aquí y el agente Daeric es un hombre comprensivo que busca ante todo, atrapar al verdadero culpable de la muerte de esa pobre chica. Así que, mejor será que nos cuentes todo lo que sucedió esa noche y por escrito. ¿Lo has entendido, verdad?

- ¡Joder, no sabes cuanto lo siento! - Exclamó aquel chico realmente afectado. - Aunque ya no estábamos juntos y ella me estaba haciendo la vida imposible... ¡Joder, no quería que le pasara nada! ¿Saben? Al final habíamos sido algo y yo seguía apreciándola... - Suspiró. Se le veía genuinamente afectado. - Ese día me dijo de quedar. Llevaba días insistiendo y atosigándome. Me dijo que teníamos que hablar y que si no quedábamos algo malo pasaría. Al final acepté verla, pero le dije a Peter que me acompañara. No me fiaba, aunque eso no se lo dije... en principio íbamos a ir de fiesta con ella y ya. - Hizo una pausa y empezó a recordar. - Íbamos a Doxton, pero nos llamó antes diciendo que iba andando por la carretera y fuimos a recogerla. No la encontramos, pero había un camión. Apunté la matrícula, ahora no la recuerdo, pero la tengo en casa. La llamé al móvil, pero estaba apagado. Luego vimos al del camión. Era un hombre gordo. Se deshizo de Marie en la cuneta y se fue. - Tragó saliva y se llevó las manos a la cabeza. - No lo podía creer... ¡Era ella! Nos asustamos y pensamos que irían a por nosotros... la cagamos mucho...

- Vale, tranquilo, chico. Despacio y por partes. Marie te acosaba. Supongo que quería volver contigo, ¿o me equivoco? ¿Quien rompió? - Pregunté con calma y miré al abogado. - Quiero saber el estado emocional de la víctima antes de su muerte. Porque una cosa si está clara: estaba alterada y desesperada. - Y no tendría porque estarlo. Tenía suficiente hierba como para estar tranquila una temporada. - Quizás tan alterada como para no pensar y subirse a ese camión voluntariamente.

O bien los chicos si se vieron con ella, discutieron, la mataron y cuando llegó el camión se escondieron. Por eso tenían tantos datos, porque estaban demasiado cerca. Un asesino no adelanta a dos adolescentes y tira delante suyo el cuerpo de una mujer... Y si estaban de frente, les vería con las luces...

- Por otro lado... No me quedó claro. Ibais por la carretera para encontraros con Marie y... ¿El camión os adelantó y se detuvo o iba por el carril contrario y paró antes de que os alcanzase? - Si estaban de frente las luces no les dejarían ver tantos detalles... - Porque entiendo que ibais andando.

Guardé silencio esperando esas aclaraciones. - La matrícula, no desesperes. En cuanto te llevemos a casa nos la puedes dar. - Anoté con disimulo "comprobar las llamadas de Jonathan y Marie la noche de autos" en clave, para que si el abogado miraba, no supiese que era... Simplemente parecían símbolos descuidados.

- Y ahora sí necesito que te centres en el hombre. Tienes que decirnos todo lo que recuerdes de él. Incluso serviría una edad o altura aproximada... Lo que te venga a la cabeza. Se que es duro porque la querías... Pero tenemos que encontrar a quien lo hizo y detenerle. - Porque quizás Marie no fuese la primera... Si es que no habían sido aquellos dos adolescentes...

En ese momento se me encendió la bombilla. ¿Como no caí antes? Llamé a la OFI y solicité que me enviasen una foto del sospechoso. Quería ver si su descripción cuadraba con el hombre al que vieron... O quizás simplemente llegaron cuando el hombre bajó a orinar, movió el cuerpo, se dio cuenta de que estaba muerta y llamó a la policía mientras que los adolescentes se imaginaban que la había lanzado del camión. Ese era otro punto importante a preguntar. Pero primero tenía que responder a aquellas preguntas mientras me llegaba la foto de Chester Barns.

- Vale, tranquilo, chico. Despacio y por partes. Marie te acosaba. Supongo que quería volver contigo, ¿o me equivoco? ¿Quien rompió?

- Fui yo... - Dijo apenado. - Estuvimos bien una temporada, pero era muy... - Tragó saliva. - ¿Controladora? No podía mover un dedo y ya estaba encima mía sabe... - Resopló agobiado. - Quise cortar con ella, bueno... de hecho lo hice, pero no fue fácil. Seguía actuando como si no hubiéramos roto. Me buscaba, me perseguía... me enviaba mensajes, ¿sabe? Muy agobiante todo.

Quizás tan alterada como para no pensar y subirse a ese camión voluntariamente.

- Podría ser si, pero no lo creo sinceramente... - Comentó. - Había quedado con nosotros y no creo que pensara en marcharse antes de que llegáramos. Como le he dicho, estaba obsesionada conmigo.

- Por otro lado... No me quedó claro. Ibais por la carretera para encontraros con Marie y... ¿El camión os adelantó y se detuvo o iba por el carril contrario y paró antes de que os alcanzase? Porque entiendo que ibais andando.

- No, nosotros íbamos en coche. - Dijo confundido. - Tengo coche, ¿sabe? Por eso íbamos a recogerla. - Hizo una breve pausa. - Íbamos en sentido contrario. Vimos el camión estacionado en el arcén y luego al camionero. Peter vio como manipulaba un cuerpo. - Se llevó la mano al mentón. - Él no nos vio. Detuvimos el coche a unos cuantos metros y volvimos en la oscuridad, entre los árboles. El tipo ya se metía en el camión y se marchó. No nos vio, o eso creo y luego... - Cerró los ojos, apretó los puños y resopló angustiado. - Vimos que era Marie...

- Y ahora sí necesito que te centres en el hombre. Tienes que decirnos todo lo que recuerdes de él. Incluso serviría una edad o altura aproximada... Lo que te venga a la cabeza. Se que es duro porque la querías... Pero tenemos que encontrar a quien lo hizo y detenerle. 

- Yo sólo puedo decir lo que ya he dicho. - Respondió. - No veo tan bien como Peter en la oscuridad. - Se encogió de hombros. - Ya sabe, por la sangre... - Y es que Peter era medio elfo y todo el mundo sabía que los medio elfos veían bastante mejor que los humanos en la penumbra.