Partida Rol por web

El Caso de la Granja de Herbs

Prólogo 1. El Homenaje al Agente Especial Fortnigar.

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28/02/2020, 15:43
Narrador

OFICINA CENTRAL DE LA OFI EN SARNIS. DÍA 4 DE ANWINAN (PRIMAVERA) DE 250.

No era el primer día Kharis Daeric en la agencia. Llevaba ya algunos años, muchos de hecho, trabajando para la Oficina Federal de Investigación y había tenido algún caso importante con el que llegó a obsesionarse. Desde luego, se trataba de un hombre meticuloso y un tanto obsesivo. Obsesivo sobre todo en todo lo referente a lo oculto de Gea. A todo aquello que sabía que existía o que había existido, pero que realmente no se podía probar. Todo aquello en lo que los ciudadanos de a pie no creían y que solo un loco como él podía afirmar a ciencia cierta.

No era su primer día, pero si era un día diferente. Se trataba del último día en la OFI de su último compañero. El agente especial Geor Fortnigar había dedicado sus últimos treinta y dos años a la agencia. Mucho más que la mayoría. Era un buen agente, aunque algo quemado ya en sus últimos años. Se trataba de un tipo del que nadie diría que podía ponerse violento. Normalmente era un hombre dicharachero, buen compañero y obediente en cuanto a las órdenes dadas pos sus superiores.

No estaba muy de acuerdo en el proceder de la nueva directora adjunta de la oficina, Katja Herbert, una medio elfa a la que muchos habían tachado de incompetente únicamente por no ser humana ni elfa al completo. Fortnigar y ella habían tenido algunas discusiones en los últimos tiempos. La última fue hace casi un mes. Fortnigar llegó a agarrar de la solapa a la directora y a punto estuvo de golpearle. Por suerte se contuvo, pero eso no le libró de la obertura de un expediente. Llevaba casi tres semanas en dique seco y finalmente, para evitar una sanción y poder retirarse con el expediente intacto, decidió retirarse. Podría haberlo hecho hacía mucho tiempo, pues a los veinticinco años de servicio, uno podía irse a casa con la paga íntegra, pero aquel empleo le había costado su matrimonio y no deseaba soltarlo tan fácilmente. No obstante, el día había llegado.

Lo cierto era que con el paso de los años, Fortnigar se había convertido en un problema para la agencia y fue algo que Herbert notó nada más acceder a su cargo dos años atrás, nombrada directamente por el director Thertor A. Cas. Se trataba de un hombre que, sin causar mal rollo entre compañeros, pasaba más tiempo en el bar que dedicándose a sus asuntos. No era una borracho, pero tampoco hacía lo que tenía que hacer. Tardaba una eternidad en redactar los informes que se le solicitaban, si es que los redactaba, iba por libre en muchos asuntos y la agencia se había convertido casi, en su segunda residencia. Hacía y deshacía como quería. En definitiva, se podía decir que se había convertido en un problema para la Oficina.

Fortnigar estaba recibiendo un homenaje por parte de la oficina. Muchos de sus compañeros se encontraban en la Sala Magna del edificio principal de la agencia en Sarnis. Khia, su ex esposa y sus dos hijas, Charlett y Brinaca habían acudido a la entrega de una medalla que se le otorgaba por su dedicación y que el director de la OFI en persona le iba a entregar. La propia directora adjunta tenía que hablar en su favor y también lo iba a hacer su último compañero Kharis Daeric, que iba a tener unas palabras hacia él.

Al lado de Daeric se había sentado el agente Mik Jaglas. Un tipo demasiado bien considerado por los superiores, a tenor de su valía, que no obstante, sabía bien como lamer los testículos a quien tenía que hacerlo. Y junto a él, dos agentes novatos que por alguna razón se habían adherido a Jaglas como conchas marinas al culo de un bote. El agente Stund y el agente Dobert, dos infelices que le reían todas las gracias a Jaglas. Jaglas que por otra parte, y aquello no lo había confirmado todavía Daeric, era el responsable del sobrenombre que le habían puesto en la agencia, "El Espeluznante Daeric". Para Daeric, Jaglas era simplemente, un capullo con suerte.

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28/02/2020, 15:52
Mik Jaglas

¿Qué? - Mik llamó la atención de Kharis. - ¿Ya tienes el discurso preparado o vas a improvisar? - Le preguntó el capullo de Jaglas. - ¿Qué vas a decir de ese caimán? ¡Gracias por jubilarte, por fin me dejarás tranquilo!  - Y soltó una estúpida risotada. Dos de sus compañeros lame cojones, se rieron con él mostrando sus blancas y perfectas sonrisas. - No, ahora en serio... - Le dijo efectivamente más serio. - Debes estar cansado ya de ese vejestorio. Tengo entendido que te metió en algunos problemas últimamente...

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28/02/2020, 16:05
Narrador

OFICINA CENTRAL DE LA OFI EN SARNIS. DÍA 4 DE ANWINAN (PRIMAVERA) DE 250.

Chandrelle Jones acababa de reincorporarse a su puesto después de una larga ausencia.Los motivos por los que se había alejado, eran muy personales y desde luego no eran de gusto de nadie. No obstante, prácticamente ningún compañero sabía el porqué de su ausencia. Se había corrido la voz de que se trataba de una baja por depresión y mucho la tachaban de loca. Lo cierto era que si hubieran sabido el motivo real de su baja, no hubieran hecho un solo chiste sobre ello. pero Chandrelle era muy reservada y su vida era sin duda alguna un tema tabú con la mayor parte de sus compañeros.

Llevaba ya una semana de nuevo en la agencia. Todavía no le habían asignado departamento, compañero ni tampoco una tarea demasiado específica. No todavía, pero sabía que tarde o temprano volvería a la primera plana. Lo cierto era que había estado ocupada ordenando viejos archivos y quitándole el polvo a viejas cajas de pruebas. La directora adjunta, Katja Herbert, una medio elfa a la que muchos habían tachado de incompetente únicamente por no ser humana ni elfa al completo, le había asegurado de que eso sería algo totalmente circunstancial y que en menos de una semana la reubicaría. Sólo le pidió un poco de paciencia, pero le confirmó de que pronto habría una vacante y que sería ella quien la fuera a cubrir.

Y precisamente, quien estaba a punto de dejar un puesto vacante era un veterano de mil batallas. Un hombre que llevaba ni más ni menos que treinta y dos años en la agencia y que había sido uno de los primeros en ayudarle a asentare en la agencia cuando comenzó cinco años atrás. Era un buen agente, aunque algo quemado ya en sus últimos años. Se trataba de un tipo del que nadie diría que podía ponerse violento. Normalmente era un hombre dicharachero, buen compañero y obediente en cuanto a las órdenes dadas pos sus superiores. Pero había oído que había tenido algún enfrentamiento con la nueva directora adjunta y que eso había detonado su jubilación.

Geor Fortnigar estaba recibiendo un homenaje por parte de la oficina. Muchos de sus compañeros se encontraban en la Sala Magna del edificio principal de la agencia en Sarnis. Khia, su ex esposa y susdos hijas, Charlett y Brinaca habían acudido a la entrega de una medalla que se le otorgaba por su dedicación y que el director de la OFI en persona le iba a entregar. La propia directora adjunta tenía que hablar en su favor y también lo iba a hacer su último compañero Kharis Daeric, que iba a tener unas palabras hacia él. Mientras Chandrelle esperaba a que todo pasara rápido, sospechaba que el puesto que Fortnigar dejaba vacante, sería el suyo. De ser así, su nuevo compañero, con toda probabilidad sería al que algunos apodaban, "El Espeluznante Daeric".

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28/02/2020, 16:28
Bald Charddan

¡Oye! - El agente Charddan, sentado en la fila superior de butacas en la que se encontraba Chandrelle y un poco escorado a la derecha, trató de llamar la atención de ésta. - ¡Chandri! - Le llamó por ese mote que él mismo le había impuesto. 

Chandrelle pasaba de aquel tipo. Blad era un buen agente, educado y caballeroso normalmente, pero demasiado insistente. Le dijo de salir a cenar una vez y Chandrelle aceptó. No acabó la velada como ambos esperaban. Blad no mojó esa noche, pero su forma de insinuar que eso era lo que quería, alejó mucho a Chandrelle de él. No habían vuelto a salir desde aquella vez y poco después de aquella cena sucedió lo de Neldor. Era en ese momento la primera vez que se reencontraban desde que regresara a la actividad y aquel hombre ya empezaba a tirar otra vez la caña.

Al percatarse de que estaba siendo ignorado, descendió hasta su hilera e hizo abandonar su asiento al agente que se sentaba al lado de Chandrelle para sentarse él. Aquel hombre, miró mal a Bald, pero educadamente de marchó ocupando el asiento que le propio Charddan acababa de abadonar.

¡Oye Chandri, no sabía que habías vuelto! - Le dijo realmente contento. - ¿Hace mucho? ¿Cómo... cómo está?

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28/02/2020, 16:38
Narrador

OFICINA CENTRAL DE LA OFI EN SARNIS. DÍA 4 DE ANWINAN (PRIMAVERA) DE 250.

No era plato de buen gusto para Katja, una medio elfa en la dirección adjunta de la OFI de Sarnis, a la que muchos habían tachado de incompetente únicamente por no ser humana ni elfa al completo, se encontraba en lo alto del atril a punto de pronunciar un discurso. Un discurso que a todas luces sonaría cínico, pero ciertamente tenía que hacerlo y así se lo había pedido el Director de la OFI en persona. Tener que agradecer sus años de servicio e imponer una medalla al mérito a un agente que hacía poco menos de un mes la había cogido por la solapa tras una discusión, era algo realmente molesto para ella, pero por otra parte era su deber.

Geor Fortnigar había sido un buen agente la mayor parte de su vida laboral. No obstante, tras treinta y dos años de servicio, era evidente que tenía muchos vicios de eras pretéritas. Cuando Fortnigar comenzó su labor como agente, se hablaba más con los puños que con palabras y se resolvían a tortazos lo que en aquellos tiempos se resolvía por escrito en un ordenador. De hecho, cuando Fortnigar comenzó, los informes sobre las actuaciones, todavía se escribían a máquina. Mucho tiempo había pasado desde entonces y mucho habían cambiado las cosas.

Lo cierto era que con el paso de los años, Fortnigar se había convertido en un problema para la agencia y fue algo que Herbert notó nada más acceder a su cargo dos años atrás, nombrada directamente por el director Thertor A. Cas. Se trataba de un hombre que, sin causar mal rollo entre compañeros, pasaba más tiempo en el bar que dedicándose a sus asuntos. No era una borracho, pero tampoco hacía lo que tenía que hacer. Tardaba una eternidad en redactar los informes que se le solicitaban, si es que los redactaba, iba por libre en muchos asuntos y la agencia se había convertido casi, en su segunda residencia. Hacía y deshacía como quería. En definitiva, se podía decir que se había convertido en un problema para la Oficina.

Lo que no sabía Herbert, era como su compañero Kharis Daeric, al que apodaban algunos "El Espeluznante Daeric", no sabía ella muy bien porqué, no le había ya mandado a tomar por saco. Suponía de Daeric que, o bien tenía la paciencia de un santo, o bien era tan vago, metepatas y borracho como Geor. Aunque eso sí, parecía que Daeric lo disimulaba mejor, pues parecía un tipo bastante más competente y entregado que el bueno de Fortnigar. Tenía que buscarle una nueva pareja de baile a Daeric ahora que Fortnigar se jubilaba y había pensado en Chandrelle Jones.

Chandrelle era una muy buena agente, de las mejores que conocía. Una mujer reservada, a la que no se le conocían escándalos y entregada a su trabajo. Se decía de ella que le gustaba trabajar en solitario, aunque lo cierto era que Herbert no la había visto trabajar mucho, pues había estado poco tiempo bajo sus órdenes. Hacía menos de una semana que Jones regresaba de una larga baja. Pocos lo sabían, pero ella era uno de éstos. Chandrelle tenía un hijo. Era madre soltera. Un día en el parque, éste desapareció y nada más supo de él. Desde entonces había permanecido de baja y hacía una semana que había pedido su reincorporación. Igual con Daeric haría buena pareja.

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28/02/2020, 17:00
Phiachel Thaallasvashj

Buenos días a todos. - Dijo a través del micrófono situado sobre el atril, la Jefa de la División de Homicidios de Sarnis, la elfa Phiachel Thaallasvashjj, de la quien pocos podían pronunciar su apellido y mucho menos escribirlo. - Hoy nos encontramos aquí, para homenajear la labor de un agente excepcional. Un hombre que ha dedicado treinta y dos años de su vida, nada más y nada menos, a ésta agencia. Yo le conozco desde siempre. - Sonrió. - Cuando empecé hace quince años en la OFI, el ya llevaba en ella más de lo que yo llevo ahora. ¡Será imposible alcanzar sus años de servicio! - Rió abiertamente. - A no ser que retrasen la edad de jubilación, claro está. ¡De ser así me veo viniendo a trabajar con bastón! - Se escuchó una carcajada generalizada. Pero era un tema que no hacía mucha gracia. Al fin y al cabo, hasta ahora con veinticinco años de servicio uno podía jubilarse, pero ya se estaba hablando de retrasar la fechas hasta los treinta o treinta y cinco. - Pero no soy yo quien va a hablar hoy de nuestro amigo Geor Fortnigar, sino nuestra Directora Adjunta a quien cedo la palabra. Directora...

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28/02/2020, 19:22
Narrador

OFICINA CENTRAL DE LA OFI EN SARNIS. DÍA 4 DE ANWINAN (PRIMAVERA) DE 250.

Alexander llegaba tarde, Lisa se llamaba la causa. Por suerte, su trabajo como forense en la Oficina Federal Central de Investigación, le permitía tener un horario más o menos flexible. No obstante, aquella mañana las sábanas se le habían pegado más de lo habitual. Lisa era una mujer insaciable y aunque la conocía desde hacía poco, se había convertido en una de sus favoritas. Tras la decepción que tuvo con su ex, Kara, no quería nada serio, no al menos de momento y mataba el tiempo con chicas como Lisa.

Aquella mañana se celebraba una entrega de una medalla y una despedida, pues uno de los agentes más veteranos de la OFI, sino el que más, se marchaba a casa por fin. Una fiesta merecida por sus muchos años al servicio del estado, resolviendo todo tipo de crímenes. 

Conocía a Geor Fortnigar dese hacía tan solo un par de meses, que eran los mismos que llevaba en Sarnis tras su traslado desde Piedra del Rey. Sabía que Fortnigar había sido un buen agente la mayor parte de su vida laboral. No obstante, tras treinta y dos años de servicio, era evidente que tenía muchos vicios de eras pretéritas y eso no le estaba gustando a los mandos de la OFI. 

De hecho, sabía que había estado suspendido, aunque no el porqué y que ahora le despidieran con honores, sonaba a estrategia por parte del director de la OFI, Thertor A. Cas, como también de la jefa adjunta Katja Herbert y de la jefa de la división de homicidios, Phiachel Takanosequé (no era ese su nombre pero pocos lo podían recordar y menos podían pronunciarlo), de quitarse un problema de encima y de que todas las partes quedaran contentas.

Para cuando entró, el discurso de despedida ya había comenzado. Era la jefa de homicidios la que tenía la palabra, aunque Alexander sabía que la mantendría poco rato. Conocía bien a esa elfa morenita y sabía que no le gustaba parlotear demasiado en público, aunque pareciera lo contrario por la soltura con lo que lo hacía.

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28/02/2020, 19:32
Phiachel Thaallasvashj

[...] años de su vida, nada más y nada menos, a ésta agencia. Yo le conozco desde siempre. - Sonrió. - Cuando empecé hace quince años en la OFI, el ya llevaba en ella más de lo que yo llevo ahora. ¡Será imposible alcanzar sus años de servicio! - Rió abiertamente. - A no ser que retrasen la edad de jubilación, claro está. ¡De ser así me veo viniendo a trabajar con bastón! - Se escuchó una carcajada generalizada. Pero era un tema que no hacía mucha gracia. Al fin y al cabo, hasta ahora con veinticinco años de servicio uno podía jubilarse, pero ya se estaba hablando de retrasar la fechas hasta los treinta o treinta y cinco. - Pero no soy yo quien va a hablar hoy de nuestro amigo Geor Fortnigar, sino nuestra Directora Adjunta a quien cedo la palabra. Directora...

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28/02/2020, 19:33
Meghan Clarck

- Buenos días, morenito... - Le dijo una voz conocida mientras accedía a la sala magna de la Oficina Central colocándose aún la corbata. - ¿Mucho trajín ésta noche? - Le preguntó Meghan.

Aquella pelirroja se le había escapado. Era una mujer muy interesante y sensual y aunque jugaba con él en más de una ocasión, como lo estaba haciendo en esos precisos instantes, al final siempre esquivaba la bala. Era como una gata jugando con un ratón y en ese caso el ratón era Alexander. Lo tenía a su merced y se lo pasaba de garra a garra a voluntad y tanto él como ella sabían que en cuanto se lo quisiera comer, Alexander no podría hacer nada por evitarlo. Pero de momento Meghan parecía que no tenía hambre...

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28/02/2020, 19:57
Chandrelle Jones

No me importaba ni poco ni mucho tener que esperar a que me encomendaran puesto. En realidad, volver al trabajo me estaba resultando extraordinariamente complicado, no solo porque concentrarme en lo que estaba haciendo fuese más difícil de lo que había previsto, sino porque estaba rodeada por gente que parecían examinarme de arriba a abajo, como si estuviesen preguntándose qué hacía por allí que no estaba en mi casa o directamente, en una casa de reposo, eufemismo de "loquería". Yo ni siquiera les devolvía las miradas, al igual que tampoco lo hacía con sus sonrisas de compromiso.

Me había dado cuenta de que muy pocas cosas me importaban en aquel momento y las relaciones sociales eran una de ellas. Si alguna vez me había importado lo que pensaran o hiciesen los demás, tras mi regreso, me daba soberanamente igual.

Katja se había mostrado comprensiva. Tampoco necesitaba su compasión; solo quería trabajar y demostrar que seguía siendo válida, aun cuando mi alma estuviese rota en mil pedazos. ¿Se podía seguir viviendo estando muerta por dentro? Sí, claro que sí. Yo era la prueba de ello.

También me olía el puesto que me iban a dar. De trabajar con ese Daeric, estaba claro que iba a lamentarlo, o quizás lo hiciese él antes que yo. Nada de todo aquello parecía estimular algún tipo de emoción que no fuese indiferencia y ni siquiera conseguía desesperarme por ello.

Cuando llegó el día del homenaje a Fortnigar, me senté en cualquier lugar, lejos de todos, a mil kilómetros de distancia de cada una de las palabras que se decían y me dediqué a lanzar miradas perdidas hacia ninguna parte.

Hasta que apareció Bald.

Dicharachero y natural, animoso y sin duda, sacrificado, pero sobre todo, un auténtico pesado. Sabía que le interesaba desde la primera vez que me había traído un café sin yo habérselo pedido. No me molestó. Su insistencia me parecía en aquellos momentos, hasta graciosa. Pero el tiempo acabó por demostrarme que no era lo que yo buscaba. En mi interior, algo me decía que Bald Charddan podía ser un compañero estupendo y un amigo fiel, pero mientras no pensara con su cabeza, había poco que hacer.

Al oír como me llamaba, me giré hacia él y lo observé mientras se sentaba a mi lado.

-Hola, Charddan. Regresé hace una semana, pero aún estoy esperando destino -repliqué casi sin emoción -. Veo que tú sigues como siempre. ¿Aún no has conseguido el ascenso?

Una de las obsesiones de Bald era conseguir ascender en el escalafón. La lucha entre muchos de ellos era casi encarnizada; luchaban por obtener los mejores casos, por poner su nombre al final de los informes, por recibir los elogios de sus superiores, y por supuesto, por quedar lo mejor posible con cada politicucho de la ciudad.

Jamás me preocuparon esas cosas en lo más mínimo pero ahora, menos que nunca.

En ese momento, oí como nuestra Jefa de Homicidios iniciaba el homenaje, así que miré de nuevo hacia delante. Estaba allí porque debía estarlo, como la mitad de nosotros, pero como no le debía nada a nadie, no iba a reirle los chistes sin gracia que hiciera ni tampoco aplaudir. Un oficial que se retiraba era un oficial que había tenido éxito sobreviviendo a todo y a todos, y eso era encomiable y excepcional.

Pero tampoco me interesaba demasiado. No esperaba ser como él, al igual que tampoco esperaba caerle lo suficientemente bien a los demás como para recibir algo como aquello.

Ahora que lo pensaba, parecía hasta insensible, pero es que después de perder mi corazón, era incapaz de experimentar los mismos sentimientos que los demás. Las risas precedían a una emoción de felicidad que estaba ahí, agazapada y preparada para saltar. Eso era algo que yo había perdido y no creía que pudiera recuperar.

Pero Bald continuaba insistiendo. Era incansable en su ánimo, al igual que en sus casos; uno de los mejore compañeros que se podía tener cuando se trataba de llevar algo hasta el final, siempre y cuando no hubiese un posible intercambio de favores de por medio, algo que a pesar de no haber visto, encajaba perfectamente con su perfil de agente ambicioso. Pero en aquellos momentos, aquella actitud incansable era precisamente la que menos me apetecía recibir.

-¿De verdad quieres saber cómo me siento? Pues te lo diré. Cada mañana tengo que pensar en levantarme, y después de levantarme, debo seguir pensando en inspirar y espirar para no recordar que no merece la pena continuar haciéndolo, y puede que algún día consiga no tener que pensar en ello y repetirme a mí misma cada segundo del día que tengo que respirar. Puede que algún día hasta me acostumbre a hacerlo solo porque es algo tan natural como el suelo que pisamos. Pero hasta que no llegue ese día, ¿sabes lo que estoy pensando ahora? Qué tengo que respirar a pesar de que preferiría no hacerlo.

Sabía que Bald no deseaba escuchar aquello y que no se merecía tampoco recibir aquel golpe, pero al mismo tiempo, estaba rodeada de gente que no sabía todo lo que podía perder y que se conformaba con deslizarse como serpientes por la vida. Estaba cansada de todos ellos y él, al acercarse, había pagado en su nombre.

Mala suerte.

-Aparte de eso, me siento estupendamente -terminé diciéndole, volviendo a centrarme en el discurso, que por vulgar que me pareciera, era mejor que seguir haciéndole daño a una persona que no había hecho nada para servir de muñeco de pruebas.

Por eso, después de haberlo soltado, suspiré y me volví hacia él.

-No me hagas demasiado caso. Me temo que no soy una buena compañía, así que será mejor que no te me acerques demasiado.

Me alejaría de mí misma si pudiera, de mis recuerdos y sentimientos, pero por desgracia, era lo único que no podía hacer, y no porque no lo hubiese intentado.

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28/02/2020, 23:07
Alexander Crews

Con la corbata ya bien puesta, Alexander chascó los dedos con su mano derecha para después señalar a Meghan, guiñándole un ojo.

Lo sabes perfectamente, Meghan.

Llegar tarde, saltarse el gimnasio, tontear con Meghan Clark, lo de Lisa... ¿Que estas haciendo con tu vida Crews?

Llevaba un tiempo actuando de forma irregular, y sabia exactamente porque. Los problemas acumulados de su familia, deudas, desintoxicaciones, el peliagudo tema de Karin... habían provocado que su vida sentimental se fuera al garete. Tras una discusión enorme, Kara y el se habían separado. Era evidente que ambos se seguían amando, pero las cosas se habían complicado tanto que Alexander se había marchado del piso de ella. Desde entonces habían quedado varias veces para charlar y seguían siendo amigos, pero parecía que un gran muro de hielo había aparecido entre ellos.

Hacia poco mas de dos años, pero Alexander seguía intentando llenar el hueco que había dejado Kara. Y Lisa solo era la ultima de la interminable lista. Después de estar con ellas, Alexander se sentía siempre mal. Pues entendía que las había usado, aunque fuera de forma inconsciente, por eso no solían durar mucho en su vida.

Alex apartó esas ideas de su mente y siguió escuchando los discursos. Tratando de evitar el ligoteo con Meghan, algo que tarde o temprano volvería a hacer, ya que en el fondo sentía un placer culpable durante la "caza"

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29/02/2020, 10:36
Kharis Daeric

Y allí estábamos. De haber sido otro agente me hubiese planteado asistir o no, pero se trataba de la jubilación de Fortnigar, mi compañero, mi amigo.

Habían sido muchos años juntos, resolviendo casos, apoyándonos el uno en el otro. ¿Cuántas veces le escuché decir que ya estaba viejo para esto? Y ahí seguía. Una parte de mí, la más egoísta, no quería que se jubilara. Ya no era el agente que fue, yo trabajaba más tiempo solo que a su lado, pero si necesitaba consultarle algo estaba ahí. Yo no le daba trabajo ni problemas y él no me los generaba a mí.

Eso solo ocurrió al principio, cuando comenzó a cambiar la OFI por el bar. Pero me adarté y mi fidelidad hacia él me hizo cubrirle siempre que pude, hasta que le pillaron. Tampoco es que se ocultase demasiado.

Estaba nervioso, porque sabía que su marcha implicaría un nuevo compañero y yo me había hecho, primero a él y luego a su asusencia. Además, me tocaba hablar en público, delante de todos esos compañeros que disfrutaban tanto con sus chistes sobre mí. Y es que mi pasión era imposible de ocultar. A parte, que entré en la OFI para eso.

Que el capullo de Jaglas se sentase a cerca de mí con sus dos payasos lameculos, no me ayudaba nada.

Traté de ignorarle, tal y como Fortnigar me inculcó en más de una ocasión. Pero cuando te hablaban directamente, era imposible hacerlo. Menos aún yo, que simplemente por educación debía responder. - Buenos días, agente Jaglas. - Fue lo primero que le dije. - No voy a desvelar ningún detalle sobre el discurso hacia mi compañero. Sólo le diré que es tan largo como sus años de servicio, por si prefiere marcharse antes de que empiece. - Le indiqué entre susurros omitiendo sus risas y estupideces y buscando con eso que no estuviesen allí para cuando me tocase hablar.

- Es mi compañero y, aún jubilándose, siempre lo será. Y lo que ocurra entre compañeros, entre compañeros se queda. - Fortnigar fue muy buen compañero antes de que se dejase llevar por aquel lamentable estado. Me enseñó a cerrar la boca y a agachar la cabeza en situaciones conflictivas donde las armas eran las que hablaban.

Pero también me dejó solo de golpe y su actitud me dejó desnudo en más de una ocasión, acabando en situaciones donde todo hubiese salido mejor de tenerle a mi lado. De tener a un compañero a mi lado. Pero mi lealtad seguía ahí y aprendí a cuidarme solo lo mejor que pude.

Y ahora me tocaba volver a empezar y no estaba muy seguro de querer tener compañía alguna. Estaba más cerca de la jubilación de lo que parecía, sólo me distaban cinco años ya, salvo que lo subiesen a 35 años y no me parecía tan mal acabar mis últimos 5 años trabajando a solas.

A pesar de escuchar la voz de una mujer unos asientos bastante más alejados del mío, presté atención a las palabras de mi superior, centrándome en su discurso y en como cedía la palabra a la directora adjunta.

En breve me tocaría a mí y cada vez me sentía más nervioso.

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02/03/2020, 07:33
Katja Herbert

Encontraba súmamente molesto hacer aquel discurso. Herbert mantuvo una expresión neutra todo el tiempo, hasta que Thaallasvashj le cedió la palabra, entonces esbozó una sonrisa que parecía sincera, pero era una sonrisa que había aprendido a utilizar con los años para su trabajo. Subió al estrado sin perder aquella sonrisa, era una mujer seria, pero firme y cuando sonreía, se le iluminaba la cara y daba la sensación de ser mucho menos agresiva.

-Geor Fortnigar -comenzó diciendo-. ¿Quién no ha conocido al bueno de Fortnigar? Estaba aquí antes incluso de que nosotros fuésemos un proyecto de persona. Podría ser nuestro abuelo, aunque en realidad lo es, el abuelo de todos nosotros, y por eso merece una gran despedida por nuestra parte. Recuerdo cuando comencé en la OFI, hace ya unos años... 

Herbert comenzó a contar cosas sueltas, sin mucho sentido, solo para llenar el discurso aunque fuese con palabras vacías.

-¿El atraco al Banco Central? -preguntó y todos sonrieron, la mayoría conocía la anécdota del joven Fortnigar-. Para los nuevos, contaré la historia... Antes había una alarma conectada con el banco a la jefatura de policia, se le daba al botón y eso avisaba de que se estaba cometiendo un atraco. La secretaria por aquel entonces contactó con los policias de paisano cercanos y Geor decidió acercarse. En el coche patrulla llevaban fusiles de asalto (eran otros tiempos, ya sabéis) y fueron a ver qué pasaba. Sin preguntar ni nada, entraron en el banco y... no sucedía nada. Nadie estaba atracando el banco. Imaginad el panorama, Geor y su compañero, armados con fusiles, diciendo que son policias. Policias. Obviamente, nadie los creyó -dijo riendo, la audiencia la siguió-. Lo más divertido fue que los trabajadores del banco les dijeron donde estaba el dinero. Podrían haberselo llevado todo, pero, en fin, son gente honrada. Así cuando cuando salieron, los demás los estaban esperando, un dispositivo anti atraco enorme. Ni que decir tiene que Geor tuvo que llamar a su superior para decirle lo que estaba pasando, porque no los conocía nadie. Si no hubiese sido por eso, no estaríamos hablando de nuestro compañero en este momento. ¿El botón de atraco? La señora de la limpieza lo había pulsado por error.

Hizo una pausa para proseguir con las anécdotas. Mejor no hablar de lo malo, era preferible hablar de lo bueno. No iba a humillar a Fortnigar delante de todo el mundo, por mucho que se lo mereciera. Por ser tan vago y tan dejado.

-Hoy despedimos a un gran compañero, por favor, dediquemos un fuerte aplauso a Geor.

 

 

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02/03/2020, 10:51
Thertor A. Cas

Era el turno del Director de la Agencia, el señor Thertor A. Cas. Aquel hombre, de rostro casi siempre adusto, mostraba esa mañana, media sonrisa que delataba que por una vez estaba realmente contento por algo. Si era por quitarse de encima el lastre en el que se había convertido Geor o bien por el hecho de darle el homenaje que realmente se merecía por todos aquellos años de servicio, sólo lo podían sospechar. Al fin y al cabo, el discurso que daría serían todo honores y agradecimientos, eso estaba claro. La conclusión más probable, era que sonriera por una mezcla de ambas hipótesis. Contento por librarse de un lastre y a la vez feliz por darle el homenaje que se merecía por la mayor parte de sus años al servicio de la agencia.

Carraspeó. Colocó el micrófono delante de él. Miró al público asistente y tras colocar las hojas que tenía preparadas con el discurso que iba a formular, finalmente comenzó a hablar.

- Tenía preparado un largo y tedioso discurso. - Dijo. - Pero creo que mis apuntes no me harán falta hoy. - Asintió con la cabeza y miró al bueno de Fortnigar. - Conozco a ese hombre... - Señaló con el dedo en dirección a Geor. - ...desde que entré en la agencia. Fue uno de mis primeros compañeros y desde luego me enseñó bien. - Asintió de nuevo con la cabeza mientras le miraba con orgullo. - Estoy convencido de que no ocupa hoy la silla en la que me siento, no porque no haya hecho los méritos suficientes, sino porque a él, siempre le ha gustado más el trabajo de campo y la investigación de calle. Geor y yo formamos pareja durante tres años hará unos quince y aún le debo la vida por el caso del Destripador de Mighellboro. - Sonrió. - Pero no voy a aburriros con anécdotas de un carcamal hoy. Creo que no hace falta. ¡Además, para eso ya hemos escuchado a Katja! ¿No es así? - Le hizo un gesto juntando ambas manos y pidiéndole perdón a Katja. - Sin más preámbulos, vamos a entregarle esa merecida medalla a Geor Fortnigar.

Geor subió a la palestra, le dio la mano a Herbert, a Thaallasvashj y por último a Cas y éste le colgó la medalla en el cuello. La medalla al mérito policial, cruz con distinción blanca. Uno de los más elevados honores que un agente de la OFI podía recibir, sin tener que mediar por medio un balazo en un servicio policial. Tras aquello, Geor tenía que decir unas palabras y se acercó al atril.

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02/03/2020, 11:06
Geor Fortnigar

De nuevo, ajustó el micrófono a su estatura y comenzó a hablar. Se escuchó un molesto sonido de acoplamiento y Cas intervino de inmediato para solucinarlo.

¡Vaya! - Exclamó tras aquel chirrido del micrófono. - Se ve que la Directora Adjunta no es la única que no se alegra por mi medalla. - Dijo en tono de broma, pero evidentemente tiró a matar. - Pues no tengo mucho que decir. - Afirmó. - Creo que aún me quedaban cosas que aportar. No quería jubilarme todavía, pero me vi obligado a ello. - Se encogió de hombros. - Dejo la que ha sido mi casa desde hace treinta y dos años, que se dice pronto y ahora salgo a un mundo que casi ni conozco. - Miró hacia el suelo. - Me siento casi como un presidiario que ha pasado toda su vida en la cárcel... - Tragó saliva. - ¡Gracias de todas formas a todos por venir! ¡Y que no se os atraganten los canapés! - Y dicho aquello bajó del atril y comenzó a desfilar hacia la salida. Aquellas habían sido sus últimas palabras como agente especial de la OFI. Unas palabras con un claro mensaje hacia la directora adjunta, Katja Herbert...

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02/03/2020, 12:57
Mik Jaglas

- ¡Oye! - Exclamó Jaglas. - ¿No tenías tú que...? - Soltó una risotada y sus dos esbirros, cual hienas, le imitaron. - ¿Tú discurso que, Daeric? - Volvió a reír. - ¡Espero que no te lo prepararas demasiado! - Rió más fuerte y las dos hienas aumentaron también el sonido de sus carcajadas. - ¡Han pasado de ti bastante! ¿No? - Posó una mano sobre el hombro de Kharis. - ¡Ay Kharis! - Exclamó. - ¡No sabes lo que me puedo reír contigo!

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02/03/2020, 13:17
Meghan Clarck

Meghan miró de reojo y de forma pícara al forense. Para ser un facultativo médico estaba en muy buena forma. De hecho, parecía más bien un deportista de élite. A Meghan le gustaba ese tipo de gente. Gente deportista, gente inteligente y gente guapa. Además, Crews era un hombre de éxito. No todo el mundo llegaba a su edad a médico y mucho menos a forense. Sin duda era un hombre con ambición y eso le gustaba. A ella y a casi todo el mundo de hecho.

Ambos escucharon los discursos juntos y en relativo silencio. Sin duda era un acto más propagandístico que otra cosa. Una manera de quitarse de encima un problema y de que todos los implicados quedaran contentos. No fue demasiado largo. Tras la intervención de la Jefa de la División de Homicidios, que no hizo otra cosa que presentar el evento, intervino la Directora Adjunta y dio el colofón el Director de la OFI. Todo el mundo pensaba que Daeric, el antiguo compañero de Fortnigar diría una palabras, pero finalmente, o no estaba previsto o se olvidaron de él.

Entonces llegó el turno del homenajeado. No se cortó un pelo bajo la prespectiva de Clarck. Cuando empezó a sacar serpientes por la boca, los ojos de Meghan se abrieron de par en par al igual que su boca.

¡Vaya! - Exclamó mirando a Crews. - ¡No se ha cortado ni un pelo! - Le dijo. Y cuando Fortnigar comenzó a desfilar hacia la salida Meghan volvió a dirigirse al forense. - ¿Has desayunado? ¡Te invito!

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02/03/2020, 23:59
Alexander Crews

Alexander no le gustaba demasiado la política, al menos dentro de la OFI, por mucho que fuera tuviera sus propios ideales. Era vergonzoso que muchos ganaran su puesto o lo perdieran por una mera cuestión política y no tanto por los méritos y la capacidad de cada uno.

Crews valoraba el esfuerzo por encima de muchísimas otras cosas. Su vida había sido un ejemplo de ello. Alexander había tenido que esforzarse brutalmente para superar mil adversidades, tanto propias como externas, para llegar donde estaba y ademas, con las mas altas puntuaciones en sus estudios. También podría haber sido alguien en el deporte de no ser por su lesión, aunque aquello siempre lo agradecía en parte. Un mundo donde Alexander fuera un jugador forrado de dinero pero acosado por los medios y sin retos intelectuales era un mundo triste a sus ojos. A pesar de su pasado, entrenaba a diario, pues le encantaba cultivar tanto el físico como la mente.

Por todos estos motivos el joven forense no pudo evitar torcer un poco el gesto ante aquella dantesca reunión. Después sonrió ante la proposición de Meghan, pero negó con la cabeza.

Seria un placer, pero tengo mucho trabajo que hacer.

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03/03/2020, 09:54
Narrador

Tras la entrega de la medalla y pese a la espantada del homenajeado, la mayor parte de los presentes se quedaron a gorronear de los aperitivos que habían preparado par el acto. La mayor parte de los presentes comentó la abrupta forma en la que Geor Fortnigar había abandonado el lugar y sobre todo, las duras palabras que había tenido para con la Directora Adjunta, pues aunque no había apelado directamente a su nombre, todos sabían que en los últimos tiempos, Herbert y Fortnigar habían tenido sus discrepancias y que la marcha de Geor era sin duda, fruto de aquel enfrentamiento. 

Algunos hablaban a favor de Fortnigar, los más lo hacían a favor de Herbert, al fin y al cabo, quien no era ciego o quería serlo, sabía bien a que había dedicado Fortnigar sus últimos meses en la agencia. Lo que su fue algo que favorables y detractores de uno y otro tuvieron en común, fue que sus miradas se mantuvieron clavadas sobre Katja Herbert, quien sin quererlo, se había convertido en la verdadera protagonista de aquel acto sin sentido, que era más un paripé que otra cosa.

Katja se había convertido en el centro de atención de todo el mundo y eso era algo que no le gustaba demasiado. No por ser la comidilla de todos, al menos. Por ello, no se marchó de inmediato. Cas estuvo parloteando con ella de asuntos banales y no iba a hacerle un feo al director general de la OFI, sin embargo, cuando Cas encontró a otro blanco sobre el que centrar su atención, Katja decidió marcharse con disimulo, fue entonces cuando fue interceptada por la jefa de homicidios Phiachel Thaallasvashj, quien al parecer tenía algo que hablar con ella.

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03/03/2020, 10:16
Phiachel Thaallasvashj

Tenemos que hablar sobre aquello, Katja... - Le dijo Thaallasvashj. 

La Directora Adjunta no sabía muy bien de que le estaba hablando en aquel momento. Trató de hacer memoria y al final no tuvo más remedio que reconocer que no sabía acerca de que le estaba hablando. En esos momentos tenía demasiadas cosas en la cabeza.

Sobre Chandrelle... - Le informó y entonces calló en la cuenta. 

Chandrelle Jones era una buena agente, de las mejores de hecho. Una mujer dedicada a su trabajo, meticulosa, que no había dado problemas nunca. No había tenido todavía grandes casos, aunque los que habían estado a su cargo los había cerrado de forma favorable. No siempre llegando al fondo del asunto, pero si haciendo todo lo que estaba en sus manos para averiguar la verdad. Sin duda era toda una profesional.

Sin embargo, un hecho fatídico truncó su vida. Chandrelle era madre soltera. Tenía un hijo llamado Neldor. Nadie conocía al padre, pues Chandrelle era una mujer reservada y más sobre su hijo. No hacia un año todavía, desde el día en que el chiquillo desapareció en el parque sin dejar una sola pista sobre su paradero. Chandrelle había entrado en depresión y tan solo hacía cinco días que había regresado al servicio activo. Todavía no le habían devuelto el arma, ni le habían asignado un compañero. Pertenecía a la división de homicidios, pero lo cierto era que tenían que estudiar bien su caso.