Partida Rol por web

Lunes 26 de enero de 1920, número 602 de la calle Curwen Oeste, 09:18 horas

Enero había transcurrido apaciblemente después de vuestro primer caso oficial. Pasabais los días tranquilamente en el club, charlando o debatiendo y así aprovechabais para iros conociendo mejor. Paul y Margaret, como miembros fundadores del club Pickman, se fueron apartando cada vez más del trabajo de campo hasta dedicarse una a las finanzas y otro a buscar posibles clientes.

Precisamente esa misma mañana estabais en la sala. Hacía frío y en la radio sonaba una música suave. Paul quería hablar con vosotros -Creo que hemos conseguido otro cliente. Se llama Rupert Merriweather. Fue profesor mío de la universidad aunque ahora desgraciadamente ha caído enfermo. Está ingresado en el hospital St. Mary, aquí en Arkham y, viendo sus días contados, quiere confesarme algo importante. Quiere vernos mañana a la una de la tarde en el hospital.

Harry, que hasta entonces se mantenía de pie detrás de su butaca escuchando la música, dio con sus cortas piernas unos pasos en dirección a la puerta, se volvió de repente tras el comentario de Paul, ladeó la cabeza y habló, con la mirada perdida entre los presentes. - Esa es una buena noticia. No que tu profesor se encuentre enfermo si no el tener un nuevo caso, ¿no te ha adelantado de qué va el asunto?

Ha pasado demasiado desde nuestro último trabajo, al menos para mí, que no quería volver a pensar en ese sótano oscuro...
Así que la noticia del doctor me alegra sobremanera, dejo el periódico a un lado y espero que siga aportando datos con los que poder empezar a trabajar, pues aún queda mucho para la visita.

Aun podía sentir las caricias de Corbitt si hacia algún movimiento brusco, había pasado los días en reposo y estar tanto tiempo recostado me estaba dejando en un letargo que se me estaba tornando interminable e insoportable.

Lamento oir lo de su amigo le digo a Paul poniendole una mano en el hombro por si necesitaba consuelo aunque dudo que este tipo tenga siquiera emociones la mayoría del tiempo.

Aunque igual que Harry estaba ansioso por salir del Club.

Al día siguiente, el grupo se encaminó al hospital. El St. Mary estaba situado en la zona céntrica de Arkham, junto a la Universidad Miskatonic. En el vestíbulo principal os indican que la habitación privada de Merriweather está en la tercera planta. Al llegar allí veis que la puerta está abierta y dentro hay dos personas más. Según lo que os ha contado Paul, deben ser su mujer Agnes, de 62 años y su antipático hijo Bertrand, de 33.

Paul os presenta a todos mientras que Rupert hace lo mismo con su familia. Una vez cumplida las formalidades, pide a su llorosa mujer y a su receloso hijo que os dejen un momento a solas. El anciano empieza a contar su historia con un áspero susurro:

-En mis días de juventud, unos compañeros de estudios y yo nos vimos implicados en lo que creímos en un principio que era una inocente exploración de lo oculto. Dirigidos por Marion Allen, un hombre que nos sacaba varios años, los seis compramos una vieja granja situada a varios kilómetros al oeste de Arkham, cerca del pueblo de Ross' Corners. En ese lugar podíamos llevar a cabo en privado nuestras sesiones de espiritismo, así como otro tipo de investigación psíquica. El inesperado fruto de nuestro último experimento fue la convocación de una fuerza maligna a nuestro mundo. En vez de intentar expulsar a la criatura, huimos del viejo edificio, seguros de que la magia que había traído el mal a este plano serviría también para encerrarlo en la casa abandonada.

Sin embargo, el hechizo que mantiene a la criatura atada a la casa solamente funcionará mientras vivan los que lo realizaron. Yo soy el último de ellos y temo que con mi muerte la criatura quede libre para provocar el caos en la región.

Rupert señala débilmente hacia una caja de metal y aspecto inofensivo que hay sobre la mesilla de noche.

-Coged la caja -dice con dificultad-. Toda la ayuda que puedo ofreceros se encuentra en su interior. Debéis encontrar la forma de devolver a esa criatura al lugar del que vino y aseguraros de que así suceda. Hazlo por mí, Paul -dice mirando a vuestro compañero.

-Descuida amigo, nos ocuparemos de todo -promete Paul.

Nuestra nueva misión también tendrá lugar en una casa poseída, si las palabras del hombre son ciertas. Tal vez sea demasiado pronto para mí, pero no voy a demostrar ningún temor ante mis compañeros.

El anciano lega todo a la caja, pero tal vez sea necesaria alguna instrucción previa, no sea que abramos el contenedor y no entendamos lo que se nos pide:

- Disculpe, señor. Si he entendido bien, primero invocaron a la criatura sin querer, y luego la capturaron en la casa, ¿no? Porque si no fuera el caso, podría ser que, al fallecer los invocadores originales, el hechizo que se desvaneciera fuera la prisión de la bestia y su llamada a la vez, ya que serían el mismo ritual, y el monstruo regresaría a su mundo. Aunque por supuesto, no soy un experto en la materia como para discutir con usted...

Cuando los familiares del hombre se retiran del cuarto, no puedo más que dedicarle una mirada extrañada a su hijo, dada la antipatía que presenta. "El padre está en muy mal estado de salud y parecería que él no tiene sentimiento alguno respecto a eso", pienso al ver en mi mente las lágrimas de la mujer.

Sin embargo, me giro una vez el Sr. Merriweather comienza a contarnos lo necesario que hace a nuestra tarea. Sin lugar a dudas, se me revuelve un poco el interior al pensar que no hace mucho tiempo estuvimos frente a frente con un ser cercano a un cadáver andante... pero comienzo a distinguir cómo la información que el hombre nos da no me desconcierta lo mismo que lo hubiese hecho hace tiempo. "Gajes del oficio", pienso y sonrío.

Al terminar de escuchar la historia, quedo sin aliento. Un ser cuasi similar a nosotros nos entorpeció nuestros quehaceres lo suficiente como para acercarnos a la muerte... qué podríamos hacer, entonces, contra lo que acaba de ser llamado una "fuerza maligna". Pero las palabras de Walter me sacan de mis ensoñaciones. Si algo inexplicable puede quedar suelto, esperemos que lo que comenta Derrick o lo que esté en esa caja sea suficiente como para pararlo. Simplemente, me quedo en silencio para esperar la respuesta del amigo de Paul.

Harry no cambió su indolente postura. Gruñó algo por lo bajo apresurándose a terminar de apuntar algo en su agenda abierta, apoyada en su rodilla, cruzada sobre la otra. Ladeando su cabeza, cerró de golpe la agenda. La guardó en el bolsillo interior de su americana, adelantó sus delgados labios como si fuese a silbar y se levantó de la silla fortándose las manos. - Hay dos preguntas que quería realizarle Sr. Merriweather. Dijo intrigado. - ¿Pudísteis ver a ese ser antes de huir?, y ha comentado que estaban dirigidos por Mario Allen. De los seis que eran haciendo las sesiones de espiritismo es al único que ha nombrado. ¿Porqué?

-No, muchacho -responde al anciano con voz débil a la pregunta de Walter-. Nuestra muerte no expulsará a la criatura porque no llegamos a realizar el hechizo de expulsión, únicamente cometimos la estupidez de convocarla -el anciano hacía esfuerzos por hablar aunque se le veía agotado-. La única magia que se agotará con nuestras muertes es la que impide a la criatura vagar libremente por la región. Como dije, todo lo que necesitáis está en la caja.

Después se dirige a Harry.

-Hablé de Marion porque era nuestro líder. Pero también estaban Robert...Harold, Crawford y... -intenta recordar-. Cecil Jones. Éramos simplemente un grupo de jóvenes con ideas tontas en la cabeza... En cuanto a la criatura... -al pobre hombre le da un espasmo de terror- ¡no quiero hablar de ello!

Me acerco al moribundo de la manera mas sobrecogedora posible pobre viejo estúpido, sus errores de juventud no lo dejan ni morirse en paz Usted quedese tranquilo, nosotros nos haremos cargo. Solamente me gustaría saber dos cosas, primero, si no hay problemas si se causan daños en el lugar y segundo, necesitaríamos un permiso firmado por el dueño del lugar para poder ingresar y no tener problemas con la policía cuando termino de decir esto, mi mirada se desvía hacia William. 

- Despues de tantos años esa criatura sigue atormentándole. Harry se acercó a la mesilla de noche y cogió la caja que les entregaba el Sr. Merriweather. Quería ver qué había en su interior.

Escucho atentamente las palabras del hombre así como la de mi compañero. E instantáneamente, me doy cuenta que Scott me observa.

"- Pues... si. Sería prudente contar con una carta poder suya si es que es el último de los propietarios de la granja. Mientras continúe con vida, la sucesión ab intestato no se abrirá, por lo que su única firma servirá tanto en un poder como en un contrato con plazo o condición predeterminada -digo y agrego-, y no sería erróneo pensar en la próxima destrucción de la granja si pudiésemos detener a ese... ser. Permitiría ocultar o borrar todo tipo de vestigio relacionado a sus acciones y esa cosa".

Me rasco un momento la barbilla pensando en lo que nos deparará este trabajo. El hecho de desconocer por completo a qué nos enfrentamos me pone los nervios de punta.

"- De suceder lo peor, de romperse el hechizo -expreso tratando de ocultar con delicadeza la razón de ello-, ¿hay algo que pueda atarlo a ese lugar, que impida que vague sin rumbo fijo por cualquier lugar sembrando el caos? Sinceramente, veo que esto lo agota en demasía, pero tanto mis compañeros como yo tratamos de apelar a sus conocimientos ante nuestra falta de educación en el tema... y, si está de acuerdo en lo propuesto anteriormente, me dedicaré a labrar una breve acta para poder facilitar nuestras labores a futuro -agrego".

Harry coge la caja mientras el anciano intenta responder a William. De pronto Merriweather sufre un espasmo repentino. Se incorpora en medio de un quejido y, entre toses, expectora un cuajarón de sangre y tejidos para luego caer desplomado inconsciente. Paul sale al pasillo a pedir ayuda y al momento la habitación se llena de internos y enfermeras, entrando también los preocupados hijo y esposa. El doctor os pide que abandonéis la habitación. Así que salís al pasillo con Harry todavía con la caja en las manos.

- Volvamos a casa y abramos la caja.

Miro a mis compañeros de reojo: lo siguiente que tenía que decir no era muy amable:

- Y, bueno, sé que hablar de esto es incómodo, pero lo tengo que decir: ¿hemos sido contratados o vamos como voluntarios? Siento que sea tu amigo, doctor, y realmente es una situación peligrosa dejar eso sin resolver. Pero este es ahora nuestro trabajo, y hace dos semanas que no hacemos nada...

Harry volvió a ser dueño de sí mismo. Respiró profundamente, irguió su corto torso y se miró las manos, que ya no temblaban sujetando la caja. - Pobre hombre. Dijo. - Hagamos nuestro trabajo. Espero que los sanitarios hagan el suyo y volvamos para contarle al Sr. Merriweather que puede morir con la conciencia tranquila. Vamos para casa. Y cogió del brazo amistosamente a Walter.

-Tienes razón, Walter. Es mi amigo y no debí meteros en esto. Comprendo que necesitemos dinero aunque ahora mismo estemos más o menos resueltos económicamente hablando. No se si Rupert va a compensarnos por esto o, si no sale de esta, lo haya previsto. En cualquier caso no tenéis por qué hacerlo. Si es necesario iré yo solo.

- No me refería a eso, doctor. Sin duda iremos todos... -dijo antes de aceptar el consejo de Harry y marchar hacía casa en silencio.

"- Claro que no, Paul... como bien dice Walter, iremos todos... sin importar lo monetario- le digo acompañando las palabras con una leve sonrisa".

Al instante, camino junto a Stampelton y Derrick para dirigirnos a la casa... ojala pueda recuperarse el hombre. Me remordería la conciencia pensar que lo último en lo que pensó es en esa cosa de la granja.

De regreso al club, os reunís en la sala de estar para examinar el contenido de la caja. Dentro hay un sobre amarillo que contiene la escritura y la llave de una casa, una pequeña y antigua caja dorada con forma de sarcófago y un fino diario encuadernado en cuero. La escritura y la llave corresponden a la granja que hay cerca de Ross' Corners.

Iremos contigo Paul, no te dejaremos solos ademas, tal vez podamos encontrarnos nuestro pago dentro e la casa aunque no pienso ir si antes no hacemos nuestro trabajo, tenemos que averiguar a que nos enfrentamos y como podemos terminar con el, la ultima vez nuestros despistes casi me cuesta las tripas digo palmeándome el abdomen. 

Pero lamentablemente no tenemos tiempo que perder, no sabemos cuanto tiempo de vida le quede y de eso depende que se rompa a no el hechizo que aprisiona a la criatura!  Aun me sorprendía a mi mismo lo rápido que estaba aceptando este nuevo mundo de lo desconocido, hace un tiempo hubiera pensado que el amigo de Paul estaba senil y hoy estaba planeando la cacería de un ser de otro mundo. 

Sugiero que nos dividamos para agilizar las cosas, que alguien lea el diario y otro lo secunde, cuando descubran que vamos a encontrarnos intenten ver si pueden conseguir información de otro lado. Yo iré hacia la zona de la granja y veré que dicen los lugareños.