Partida Rol por web

Antes siquiera de que contestase a mi pregunta, una bandada de pájaros salió graznando de repente de una zona no demasiado al norte de donde nos encontrábamos.

Que debe haberlos espantado- me pregunté mientras miraba por un segundo hacia donde se encontraban dichos pájaros, olvidando por un instante a quienes tenia delante mientras intentaba captar lo que sucedía en el bosque.

Escuchas un grito, justo antes de que la gran bandada de pájaros alce el vuelo. El grito, aunque no estás seguro, dirías que proviene de una de las hermanas, al menos, por el agudo del grito, puedes asegurar que era una mujer.

Parece que algo pasa.

Tus sentidos no te aclaran demasiado, aunque ves que el los árboles alrededor tuyo parecen nerviosos, no consigues discernir el qué. Y aún así, sabes que a estas horas, este tipo de pájaros no salen de esta manera.

- ¿Habeís oído eso? -advirtió Kitnawa- No los pájaros, sino lo que los ha espantado. He oído gritar a una mujer

Puede que alguna de las dos hermanas estuviese en peligro; preparó de nuevo sus armas y se dispuso a adentrarse en la selva, haciendo una seña a Usiku para que lo siguiera

- Deberiamos ir a ver que ha ocurrido; podría necesitar ayuda

- Te acompaño - No había oído nada, pero si había algo peligroso en los alrededores sin duda quería estar enterado. Además, el grito del anciano le había desvelado por completo y ahora necesitaba moverse.

- Deberías quedarte con Unk'ah, solo por si acaso. Si ocurre algo, llamadnos. - le dijo al aprendiz de chamán. Aún no sabía bien que pensar del otro chico ni como llamarle, por lo que no le dijo nada.

Observas cómo la bandada de pájaros sale volando de repente, sin ningún tipo de sentido, esa no es una actitud normal para cualquier animal, así que estás seguro que algo los ha ahuyentado. Algún peligro quizá. Pero los pájaros no suelen asustarse de animales mundanos, no hasta tal punto. Quizá sea la aparición de algún espíritu en el plano mundano podría suceder algo así, quizá una criatura del más allá, pero una cosa está clara. Ni siquiera los espíritus se asustarían de un espíritu benigno o de la naturaleza.

-Solo si ella te lo permite- Dijo al niño- Pero Adhyra no suele dar segundas oportunidades, o la acaricias o te quedas sin mano- Continuó el aprendiz de shamán. Era el deber de todo shamán saber como asustar a niños y hombres con vaticinios ambiguos, y Kanu tenía que empezar a practicar.

Justo en ese momento los pajaros salieron volando y la atención del aprendiz se centró en tan extraño suceso.

-Creo que debería acompañaros, puede que se haya manifestado algún espíritu. En dicho caso, poco podrá vuestras armas contra él- Ignorando el aviso del extranjero.

Esto es raro- pensé pues aunque no tenía ni idea de la causa, sabía que ese tipo de pájaros no solían actuar así a estas horas, y además, notaba en el bosque cierta intranquilidad, cierto nerviosismo aunque no tenía ni idea de que podía ser el causante de ello -Si eso es verdad, tendré que...- empecé a pensar cuando, el otro chico con pantera me permitió acariciarla... bueno, más o menos.

Seguro que no me hace nada- le dije confiado mientras me acercaba a la pantera, agachado y moviéndome de la forma menos amenazante que pude -Me gustan los animales y yo a ellos también- dije cuando llegué junto a la pantera, con el mismo tono que un niño a punto de recibir un regalo -Ah, y yo también voy ver que ha pasado- añadí, como si fuese algo que se daba por sentado.

No voy a ser el único que se pierda al espiritu ese- pensé -Y además tengo que hacer lo que me dijo Unu- me dije, como si eso fuese algo secundario en comparación con lo anterior.

Empezáis a caminar en dirección al raro suceso. De verdad serían las gemelas? pensáis. Mientras empezáis a caminar, una sensación extraña os envuelve, la densa vegetación que apenas podéis apartar con las manos, el silencio absoluto que percibiís y la tensión que se vive en el ambiente os hacen notar una presión increíble. Como si vosotros no formaseis parte del lugar, como si esa zona de la selva no estuviera hecho para humanos. Pero caéis en el error enseguida cuando miráis alrededor, no hay pájaros, no hay rastros de animales, os acercáis a las ramas y ni siquiera hay animales. Como si se hubiesen escondido todos. Algo que os inquieta.

Pero enseguida volvéis a vuestros cabales cuando véis unas ramas partidas y hojarasca movida. Alguien ha pasado por allí. Investigando detenidamente, os dáis cuenta enseguida que son dos personas de poco peso y pie pequeño. Un perfil que encaja perfectamente con las gemelas. Empezáis a seguir el rastro cuando esucháis el sonido de movimiento, hojas y plantas que se mueven rápida y agresivamente, de repente, un gemido de esfuerzo os delata la situación de las gemelas. Posiblemente estén en un aprieto no muy lejos de allí parecía. Pero... que podía ser?

Os acercáis cautelosamente a la zona, mirando de no hacer demasiado ruido por si hubiese algo o alguien peligroso cuando llegáis a un árbol cuanto menos peculiar. Un árbol de exageradas proporciones con un tronco que bien podría hacer como dos personas de diámetro. Pero lo más curioso del árbol, es que a pesar de su grosor, está enrollado en si mismo recordándoos plenamente a una serpiente enroscada. El árbol, que de estar completamente estirado se vería sin lugar a dudas desde Babuka, no supera los 4 metros de altura tal y como está enrollado y, sin embargo, enrollado es igual de alto que de ancho. Sólo la prolongación de la espiral en un hermosa y verde vegetación en el final de la espiral y las recias y vistosas raíces que se clavan en el suelo son capaces de haceros entender que lo que tenéis delante se trata de un árbol.

Observáis el lugar, y aunque la tierra de la zona está bastante removida, veis trazas hechas por un surco muy grande, como si se tratase de una enorme serpiente que ha estado moviéndose de un lado a otro. Observáis las huellas de las chicas pero ni rastro de ellas, y os teméis lo peor.

- ¿Qué demonios? - dijo en latín sin pensar, nada más ver el extraño árbol.

Se le ocurrían algunas posibilidades sobre lo que podía haber ocurrido, pero no creía realmente que ninguna fuera posible. El árbol le llamaba poderosamente la atención, y cuidadosamente comenzó a acercarse a él para examinarlo de cerca, aunque algo en su interior le decía que era mejor no tocarlo por el momento.

Kitnawa observó el árbol y lo rodeó por un lado, mientras le hacía gestos a Usiku para que lo rodease por el otro. Aquello era verdaderamente extraño; no había visto un árbol así en su vida, e intuía que no era algo natural aunque no pudiese decir por que.

Conforme nos acercábamos al lugar, las cosas se iban poniendo más extrañas, lo cual me hacia estar en guardia... aunque también emocionado. Y ambas sensaciones aumentaron aún más al llegar a la zona a la que nos llevo el rastro que parecía ser de las gemelas. Un árbol de enormes proporciones dominaba el lugar, y su forma era como la de una serpiente enroscada.

Que no hubiesen animales ya era extraño, pero esto...- pensé mientras observaba curioso el árbol -Parece como si estuviese en una de las historias de Thimba- me dije, aunque no lograba recordar ninguna que describiese algo como eso... pero no importaba, estaba emocionado por lo que prometía ser algo sin duda emocionante. Además, por todo el lugar se veían lo que parecía ser el rastro de una serpiente gigante... sin duda esto prometía. Como había venido haciendo, intente percibir el estado del bosque, aunque no tenía claro que fuese a poder captar algo en un sitio como ese... al menos, nada normal -Quedarnos quietos no va a solucionar nada- pensé. Uno de los chicos con pantera, el que no me había dicho si podía acariciarla, estaba rodeando el árbol, como si no supiese que pensar, así que fui hasta allí.

Seguro que el árbol es importante- le dije, muy seguro de mi mismo, como si fuese el único que se había percatado de ello -Voy a verlo más de cerca- añadí, y sin dar tiempo a que me dijesen nada, me acerqué hasta el árbol con intención evidente de trepar por él.

Acabas de recordar porqué te sonaba tanto este árbol. Carazul te contó un día sobre algunos secretos y leyendas del mundo espiritual. Según te contó, existen altares en algún lugar de Nanwe muy bien escondidos. En uno de esos cuentos, una secuoya gigantesca, enroscada sobre sí misma era la entrada al altar del espíritu serpiente que gobierna todas las viperinas de Nanwe. Anh'we se llamaba la entrada al altar y según el cuento, el espíritu serpiente lo llamó así porque en su idioma significaba entrada.

Ese cuento te gustó bastante y estuviste investigando sobre éste preguntando a muy diversas personas. Algunas te decían que nadie volvía de Anh'we, otras te decían que hubo un héroe que encarnó los poderes viperinos del gran espíritu Serpiente y salió del altar, otros hablaban de las dos cosas y conjeturaban que existían dos puertas, una de entrada y una de salida.

Lo más extraño es que según Carazul, ningún chamán que conociera había tenido el honor de visitar aquellos altares, pues su localización estaba tan oculta, que sólo los más grandes chamanes podían encontrar su localización. Eso te hace recordar en lo cerca que estáis de Babuka. Es imposible que nadie haya dado con ese lugar antes.