Al dia siguiente, la caravana de Vistanis se pone en camino hacia la capital del condado.
Se levanta el sol y suena el canto del gallo. Los zingaros nomadas comienzan a recoger los bartulos y comienzan a atar a los caballos a los carros. La gente esta lista para continuar, vosotros, os habeis levantado con las primeras luces del alba y colaborais con los demas para continuar el viaje. En vuestra memoria queda la sensacion extraña que sentisteis la noche anterior. El recuerdo es demasiado nitido y aun os parece ver por el bosque algun indicio de por donde os movisteis la noche anterior, aunque son suposiciones que achacais a los nervios de la situacuion. La caravana avanza en el más absoluto de los silencios. No quieren que se vuelva a repetir lo ocurrido en epocas pasadas, cuando unas sombras de sales atacaron el campamento de Magda Kulchevich, la matrona por excelencia de la tribu.
Caminaba junto a mi compañero Beguert, a la misma velocidad que toda la caravana. Ninguno decía nada por el momento.
Había sido una mañana rara, el estado de animo de los nómadas se me había pegado y el ánimo decaía.
En mi cabeza rondaba los recuerdos de anoche, y las palabras de la Raunie, enlazando un pensamiento con otro, me vino a la mente una pregunta:
- Beguert- llamé su atención- ¿qué clase de dotes debe tener una Raunie, a parte de la organización y mando?
- Las raunies son elegidas por el pueblo de manera consensual. Son las guias espirituales de todos nosotros, una raunie no se hace, se nace. Es algo que lo llevan en la sangre y sencillamente, saben cuando es el momento de suplantar a la anterior. Esa tradición ha sido asi siempre.
He contestado por Tejocillo, ya que el no sabe como es elegida una raunie, pero asi ya lo sabeis los dos.
-Entonces...¿Tienen alguna capacidad mágica?
Eso también lo tienes que responder tú
Yo posteo cuando es algo que os tenia que haber dicho y por avatares del destino no os lo he dicho todavia. Pero esa pregunta que te ha echo el elfo la debes contestar tu con la mas absoluta de las sinceridades, no tienes ni idea xD
Lo miro unos segundos.
- Creo que sí, pero nunca lo he tenido claro.
-¿Está mal visto en vuestra sociedad preguntar eso?- Dialogo, pues tenía la intención preguntárselo al más anciano de la caravana.
Beguert se encoge de hombros con gesto indiferente:
- Pues si te soy sincero, nunca me he parado a cuestionarme eso. Se que desde tiempos ignotos, las raunies han cuidado de su pueblo y defendido de todos los males que nos han atacado, y que una raunie de la antigüedad, Magda Kulchevich, tenia la protección del primer lord oscuro de esta tierra, protección que mas tarde heredó su hija, de la que se decia que tenia un gran poder magico. Pero desconozco si nuestra raunie tiene algo de ese legado.
Al cabo de unos instantes llegais a una mansion, en las afueras de Villderray, parece que se preparan para dar algun tipo de fiesta.
Me sentía tan débil en la situación en la que me encontraba. Aunque hacía un tiempo que llevaba viviendo con aquel grupo de vistanis nunca me he sentido uno de ellos. Son en general gente introvertida. Al igual que mi pueblo...
Podría ser esa mi misión, la de ser embajador del pueblo élfico del bosque Yeränden, que es como lo llamamos normalmente....
Lancé un suspiro de desaliento, mi mirada estaba perdida dentro de mi mente.
...¿Cuál puede ser mi misión?, puede ser cualquier cosa...
Presto atención para ver lo que decide el líder del grupo.
Llegais a la ciudad de Villderray. Es cerca del mediodia y cuando llegais podeis ver que es una ciudad con bastante población a pesar de las desgracias que azotan esa tierra. Las puertas de la ciudad tiene toda la pinta de que han desistido de volver a levantarlas porque podeis ver en la muralla de la ciudad, un par de puertas comidas por el paso del tiempo, rotas y colgando de unos remaches de las jambas de la puerta.
La gente del pueblo os mira mal, nadie se atreve a agrediros, puesto que sois vistanis y contais con la protección del Lord Oscuro de Sithicus, pero no por ello os tratan con amabilidad. Alguna madre podeis ver que coge a su hijo y se lo lleva dentro de su casa.
El edificio de la alcaldia es una construccion de piedra con una bonita decoración. Los guardias de la puerta os cruzan las alabardas y os niegan el paso. La raunie sale al paso y dialoga con ellos en voz baja, no lo escuchais a menos que esteis al lado de ella. Tras las palabras de la mujer uno de los guardias entra en la alcaldia y al momento de salir le notifica a la raunie que puede entrar en el lugar.
La mujer pide a los mejores guerreros de la tribu que cuiden de los demas en su ausencia, entre los cuales, se lo pide a Lobogris y a Eryion.
La ciudad De Villderay no es más que un montón de edificios construidos de madera y paja, mal amontonados dentro de una muralla; si la comparábamos con las grandes ciudades elfas que se escabullían dentro del bosque. Así como las grandes y altos edificios contruídos de piedra blanca. Aún así, Villderay era el primer asentamiento al que se le podía llamar ciudad.
Cuando la Raunie les habla a los guerreros el elfo se encontraba suficientemente cerca:
-Haremos lo que nos pide. ¿Dónde los podemos llevar para que estén seguros?
La raunie te dice que con que espereis en la puerta sera suficiente
Sonrío a medias, asiento, y espero, prestando atención a nuestro alrededor, por si acaso.
Podeis hacer lo que querais de momento. La raunie esta reunida y vosotros en la puerta. Podeis quedaros en la puerta sin moveros o podeis aprovechar a dar un garbeo.
-Beguert, hay suficientes hombres como para proteger a todos- Dejé que meditara mis palabras un instante, para luego seguir hablando- Y yo necesito unas botas nuevas, estas ya calan el agua en demasía y temo perderlas en una de éstas caminatas. ¿Vienes a buscar alguna ganga?
Realmente, las botas sólo eran un pretexto para poder conocer algo del asentamiento.
Cuando dejé el bosque Yeränden me llevé un poco dinero, que casi no había ni utilizado, pues comí de la caza y en los días de bbuen tiempo dormir a la intemperie no es problema para un elfo, siempre y cuando haya una buena fogata al lado.
Para un vagabundo como yo, me es irrelevante una ciudad más, por mucho que sea la capital del condado. Aun así, para complacer al elfo, acepto a acompañarle. Quizá encuentre algo interesante en la ciudad.