Partida Rol por web

¡Bah! ¿Qué daño puede hacernos?

Alejo mi hacha del pobre niño y me uno a mis compañeros.  Bien, movámonos antes de que esto empeore... Antes de alejarme, hecho una última mirada al desdichado bandido. ¿Creen que esta niebla se despeje pronto? Mis barbas comienzan a humedecerse. Con una mano, trato de desenredarlas, pero me resulta casi imposible y me resigno luego de unos minutos.

   Espero a mis compañeros y trato de manterme junto a ellos para no perderme, pero mi sentido natural me sigue diciendo que hay un peligro invisible aunque latente...

   Bien pues. Quién tiene alguna idea de hacia dónde vamos?-pregunto con gran incertidumbre. No sólo el camino me parece sospechoso, sino que también la pesadez del ambiente.

El lobo de Einarr encuentra un rastro. Mira al grupo con cara de preocupacion y se aleja rapidamente, aunque ladrando sin cesar para poder seguirle la pista. La niebla es realmente espesa y no lograis ver a más de 3 metros de vosotros.

Avanzais con pesadez y algo de miedo a través de la niebla siguiendo el ruido que va haciendo el lobo. Pronto ois algo más nitido, el lobo jadeando y una persona que identificais como Halthir sollozando.

   Corramos! Tal vez continúe con vida!- Y hecho carrera hacia el sollozo, sin importarme la neblia. No giro a ver si mis compañeros me siguen el rastro, pero no me preocupo demasiado, sé que pueden llegar; en ese momento sólo pienso que es posible ayudar a Halthir aún.

Encontrais a Halthir. Esta de rodillas. El lobo* esta a su lado mirandolo con cara de lastima. Su baston esta tirado en el suelo, pero lo del suelo es grotesco. Los 4 bandidos que habian huido yacen sin vida a sus pies. Halthir llora mientras va rezando algo de que solo eran unos niños.

Al ver que el lobo de nuestro compañero se aleja velozmente me preocupo por lo que haya encontrado, pero al escuchar los sollozos y los aullidos no me detengo y corro en la misma dirección que Einarr. Ni bien me encuentro con la perturbadora escena siento un extraño escalofrío recorrer mi espalda. Ha...Haltir...dime que no has sido tú el que ha hecho esto...¿Que ha sucedido?¡Contéstame! Me preocupa verle en ese estado, cómo si algo en su mente le hubiese arrastrado y no pudiese salir de ese estado. Busco a mi alrededor algo que pudiese explicar mejor lo sucedido.

   Al llegar y ver el estado en el que se encuentra Halthir, un desgarro inexplicable invadía mi alma lentamente, sintiéndolo junto a Aramis*, lejanos de lo que se negaban a creer. Luego volteo para encontrarme con el rostro preocupado y sorprendido de Mythrail y sólo llego a articular vagamente, esforzándome por creer mis propias palabras.

  N-n-nosot-tros tamp-p-poco lo s-s-abíamos- digo sin encontrar palabra para decir o modo de justificar aquella sangrienta imagen.

El guerrero no para de llorar hasta que se acercan sus compañeros. Una vez estan todos juntos Halthir se serena un poco:
- Yo no queria pero me dio un arrebato, necesitaba matarlos.- Y se vuelve a echar a llorar y vuelve a caer de rodillas.

Esto es increíble...no puedo creer lo que ha sucedido...

Los cuerpos inhertes de los jóvenes bandidos yacen a nuestro alrededor, cómo si nos estuviesen culpando sin cesar. Trato de respirar lenta y calmadamente y pensar bien qué es lo que debemos hacer. Creo...creo que deberíamos darles entierro...no podemos dejarles aquí tirados sin más. Las palabras salen de mi boca con un sabor a metal que destroza mi garganta. El aire a mi alrededor se siente pesado, y me dejo caer al suelo esperando de esa manera encontrar algo de calma en esta horrible situación.

   Abl-blan...daré la tierra para que sea más f-facil- sugiero entrecortadamente a los presentes. La congoja me toma como víctima y sólo puedo agacharme y fijar mi vista en el suelo, tocándolo, sintiendo el dolor de la naturaleza. Tomo mis elementos para conjurar y cierro los ojos, tratando de concentrarme en dónde debo ablandar la tierra para enterrar mejor los cuerpos. Abro los ojos y veo que bajo el tronco de un árbol fuerte es un lugar propicio para un entierro.

   Lentamente me acerco allí y ablando la tierra, a la vez que tomo mi cabeza: un punzante dolor me absorbe, pero es magia que sale de mí.

Veo la tierra moverse y comienzo a arrastrar uno de los cadáveres. Le cierro los ojos con una temblorosa mano y le dejo dentro de la precaria tumbra. Luego, hago lo mismo con otro de los cuerpos. ¿Qué...qué es lo que haremos ahora? Miro a mis compañeros esperando alguna respuesta.

   Tal vez podríamos intentar salir de esta espesa neblina- sugiero a la vez que mantengo mis manos en el suelo, ablandando la tierra para que Mythrail logre sepultar los cuerpos. No me parece un buen lugar para permanecer más tiempo. Mi sentido natural me dice que estamos en una posición desfavorable- concluyo con la esperanza que mis compañeros siguieran mi sugerencia y desaparezcamos de allí lo más rápido posible. Esto me da tanta mala espina que mis piernas tiemblan más de lo que esperaba...

Halthir de repente se levanta de un salto, sereno completamente

- ¿Lo estais oyendo? Por ahi me estan llamando.- Su tono de voz es tranquilo como si nada de esto hubiera ocurrido. Comienza a alejarse a grandes zancadas. Aramis sale detrás suyo ladrando.

   Espera! No te alejes!- alcanzo a gritar, para terminar dándome cuenta que Halthir se había camuflado con la densa neblina que nos abordaba. Me volteo hacia mis compañeros y los miro con cierta resignación. No creo que esto deba continuar.

   Seguidamente, echo a correr tras el rastro de Halthir y el ladrido de Aramis.

¡Eh!¿Qué están haciendo? Agotado como estoy por cargar los cuerpos trato de seguir a mis compañeros. La niebla es demasiado densa, y no consiguo ver claramente. Aún así continúo hacia adelante, por donde creo haberles visto desaparecer. Los aullidos del lobo me guían vagamente. Espero que esto no terine en otra matanza... 

La niebla a pesar de que es espera, gracias a los ladridos de Aramis podeis seguirle el rastro facilmente a Halthir. Podeis ver el suelo que tiene las huellas de botas de humanoide y al lado huellas de perro, sabeis que Aramis esta con Halthir. Pero parece que Halthir ha quedado un poco tocado de la cabeza. Comenzais a caminar en cuesta abajo. Recordais que para llegar a Luskan habia una cuesta abajo, tal vez esteis en el buen camino*

La niebla es espesa, y la visión de Darin empieza a limitarse considerablemente, ya no es capaz ni de distinguir donde se encuentran sus compañeros, tan sólo se guía por los ladridos del perro.

¡No corráis tanto! ¡maldita sea, no se ve nada!

 Trato de seguir a mis compañeros, pero me es muy difícil seguirles la carrera bajo la niebla. ¿Pero en dónde se metieron? Grito sus nombres esperando que su respuesta me guíe hasta ellos. ¡Debemos mantenernos juntos!