Partida Rol por web

El simple hecho de volver a la caminata ya me hacía feliz, se notaba que no era una persona hecha para estar quieta mucho rato, necesitaba movimiento constante. Iba revisando que las correas que mantenían el escudo bien sujeto a mi brazo, estuvieran bien ajustados algo normal pero era como séptima vez que lo hacía desde que salimos.

Caminaba bien cerca de Morrig, como una necesidad de liderar al grupo para demostrar que físicamente estaba en perfecto estado. "Vaya silencio, ¿vamos a estar así todo el camino? Va a ser muuy aburrido. Pero tampoco se me ocurre de que hablar." Como si me hubiera leído al mente Morrig inició la conversación.

-Aventuras por supuesto, bueno también estoy ayudando a mi familia con una posible expansión comercial, pero desde luego la principal razón es vivir aventuras, conseguir nuevas experiencias y fortalecerme como espadachín. -hablaba como si fuera un crío imaginando que será de mayor

Puse ambas manos en mi nuca y camine mirando al cielo con esa mirada llena de sueños, esperanzas y felicidad.

-¿Sabes los típicos cuentos sobre caballeros andantes que viajan por el mundo ayudando y haciendo la vida de todos los que se encuentran un poco mejor? Quiero que por una vez esos caballeros no existan solo en libros y convertirme en uno de ellos. Por eso os recibí tan mal cuando os hicisteis llamar bandidos, los bandidos solo hacen la vida peor para todos los demás... No los soporto.

La caminata había comenzado y aunque no lo diría si me preguntaban, el silencio que se había creado resultaba en parte agradable. Se podían percibir todos los sonidos externos al grupo lo cual hacia la naturaleza en la que nos encontrábamos mas agradable.

Estaba reparando en el sonido de una pareja de pájaros cercanos cuando la conversación empezó. Escuche las palabras de los chicos con atención y no pude mas que dar la razón a Jacklin cuando acabo de hablar.- Si, la verdad es que no elegisteis bien las palabras. Actualmente mas que como bandidos os veo algo mas como rebeldes y, visto como funcionan las autoridades aquí… no me extraña.

La respuesta de Jacklin había cambiado el rumbo de la conversación pues había olvidado totalmente la pregunta inicial de Morrig

Seguía el ritmo del paseo medianamente atento a los alrededores... ya nos habían sorprendido una vez y aunque contábamos con un guía, íbamos directos a la boca del lobo y no era el momento de bajar la guardia. Ya nos habíamos relajado suficiente la noche anterior y ahora era el momento de darlo todo.

- Me gusta el título de rebeldes - comenté tras el apunte de Cran - deberías proponérselo a Furr - dije esta vez dirigiéndome a Morrig y aprovechando para responder su pregunta - Aventuras, leyendas, historias sobre el continente misterioso que nos contaban de pequeños... nos embarcamos en una expedición para explorar el hemisferio desconocido, pero no llegamos a buen puerto... bueno, literalmente no llegamos a ninguno, naufragamos y acabamos en esta isla. - expliqué de forma despreocupada mientras seguíamos con la caminata.

Caminaba junto a ellos alegremente, por fin habíamos puesto rumbo a la aventura, y aunque no iba a ser fácil ya tenía ganas de poner en práctica el plan y ver que salía.

Por el camino iba mirándolo todo por si veía alguna planta que pudiese ayudarnos más tarde, alguna medicina nunca venía mal. Cuando Morrig empieza a hablar pongo la oreja, escuchandole a él y a mis compañeros sin poder evitar seguir distraída por todo lo que había a mi alrededor.

- Sí, la verdad es que rebeldes os pega mucho más, suena mucho mejor. Y en cuanto a qué me trajo aquí a mí... pues prácticamente ya lo han dicho ellos, aventuras y sobretodo explorar el continente olvidado...

Morrig comenzó a reírse ante la idea de llamarse rebeldes.

-Creo que llamarnos "rebeldes" sería mucho más problemático. Sobretodo en medio de una guerra... Además, seguramente el término de bandido sea un poco diferente aquí que de donde vosotros venís.- Morrig comenzó a ralentizar sus pasos para comenzar a explicarles que significaba eso.- Veréis... Aquí y en el continente hay un gran número de asociaciones a las que llamamos gremios. Y esos gremios se suelen especializar en algo en concreto. Hay de magos, guerreros, exploradores... Y el nuestro en concreto, es de bandidos. Lo bueno es que sea de lo que sea el gremio, siempre que siga con la normativa y pague impuestos, está permitido. Incluso hay gremios de ladrones o asesinos, y son completamente legales... A su vez, cada uno de esos gremios tiene su propia ética. Por ejemplo hay algunos que cobran a la gente para que no se conviertan en sus víctimas. -Entonces Morrig hizo una mueca de disgusto.- Y luego están los tipos como estos, que aprovechan el nombre de nuestro grupo para para hacer lo que quieren. Hacen que perdamos reputación entre el resto de gremios. Por eso espero que entendáis nuestra posición.- Tras una pequeña pausa mientras seguíais caminando, Morrig prosiguió.- Si de verdad lo que queréis es aventuras, podríais ingresar en algún gremio de vuestro aprecio. Hay gremios de aventureros que se encargan de buscar tesoros, o gremios de mercenarios, que aceptan peticiones de la gente para luchar contra monstruos.

Mmmm. Parece una estructura interesante, aunque es cierto que puede generar problemas como este. Aunque ver a un gremio de bandidos pagando impuestos es… cuando menos raro- Dije mientras atendía a la explicación de Morrig  y reía levemente ante mi última idea. Acto seguido me gire hacia mis compañeros.- Habrá enterarse más cómo funcionan aquí las cosas, quizá deberíamos pasar por los gremios que encontremos para informarnos.

¿Hay alguno mas en esta zona o en la isla solo estáis vosotros?.- Pregunte a Morrig con curiosidad de saber que nos esperaría en el continente. Aunque, en ese momento teníamos problemas mas importantes, seguramente quedaría poco para llegar al orfanato en el que estaban escondidos esos malhechores.

Iba algo distraído obsevando el entorno, intentando encontrar diferencias entre este continente y el otro, pero de momento todo parecía bastante igual hasta que Morrig logró captar mi atención con el tema de los gremios.

- De verdad algo así existe? - entonces miré hacía el cielo dejando volar la imaginación - existirá uno de cazadores? - me veía viajando por todo el continente aceptando peticiones des de nobles ricos en busca de un buen trofeo que colgar en el salón hasta granjeros molestos porque un peligroso animal nunca visto les ataca el ganado. Notaba como mi corazón latía con fuerza por la emoción, por lo que seguí atento a la conversación... parece que sí había diferencias entre nuestro continente y este.

Cuando Morrig bajo el ritmo por poco me choco con el por la espalda debido a que todavía iba mirando al cielo. Me llamo la atención sus palabras de "en medio de una guerra" ¿este continente se encontraba en plena guerra? Aunque me olvide de eso en cuanto nombro los gremios, a la par que me gustaban también los odiaba ¿como podían permitir que un grupo extorsionara a la gente de forma completamente legal? ¿Tanto necesitaban el dinero? Tal vez por la guerra.

-No se que decir al respecto mas allá de que me parece deplorable que se permita la extorsión con solo pagar unos impuestos? -eso me había molestado y no lo ocultaba, había bajado las manos y las había puesto en los bolsillos- Pero quiero preguntarte algo ¿se esta librando una guerra en este continente?

Me interesaba y mucho debido a que donde había guerra habías muerte, dolor y sufrimiento por lo que sentía la necesidad de ayudar a aquellos que estaban sufriendo por ella.

Caminaba distraída observándolo todo hasta que oí a Morrig explicar el porqué de llamarse bandidos y todo aquel asunto de los gremios, la verdad es que parecía un sistema interesante, pero no me iba a quedar ni mucho menos a comprobarlo, aunque...

- Si nos informamos acerca de los gremios, aunque a Jacklin no parecen hacerle mucho gracia ¿eh?, tú siempre tan aguafiestas - digo dándole un pequeño codazo con una sonrisa - podría servirnos para financiar el resto de nuestro viaje, además quizás podrían darnos alguna aventura insólita, ¡podríamos descubrir nuevos secretos del Continente Olvidado! - digo emocionándome según me van saliendo las palabras - ¿qué os parece? 

Intento no dejarme invadir por las nuevas posibilidades que se abren ante nosotros, después de todo pronto llegaríamos al lugar del combate y tenía que estar centrada. Vamos Khya serénate, ya eres mayorcita, pon cara de adulta y no te dejes llevar...

-Nos encontramos en una isla pequeña y con el coste de los impuestos, aquí no salen rentable los gremios. La única excepción es el nuestro, ya que ninguno de sus miembros tiene apenas gastos y que al fin y al cabo nos encargamos de hacer de todo un poco en la isla- dijo mientras seguía caminando. Luego se dirigió a Jacklin.- Todo comenzó desde la subida al poder del último regente según me contaron. Yo era demasiado pequeño como para acordarme, hace unos 15 años. Poco tiempo después comenzó la guerra con el país vecino y llevan ya años sin haber un claro vencedor. Pero las guerras cuestan dinero y el dinero se saca de los súbditos...

Morrig parecía un poco disgustado, pero estaba lejos de estar enfadado o preocupado. Parecía que a él no le había llegado a afectar la guerra directamente y la trataba como si de una simple anécdota se tratara.

- Y al final es la población la que acaba sufriendo los deseos de lideres.- Comente mientras agitaba la cabeza negativamente. Había prestado atención a las explicaciones de Morrig. En cierta manera, aunque allí hubiera gremios parecía que las grandes verdades eran igual en un continente u otro.

-Hasta cierto punto puedo comprender los impuestos pero... Reclutar a la fuerza a la gente para esa guerra me parece de lo peor.- Dije mientras pensaba en el hijo de Railey. Realmente aquello me enfadaba. Por un momento me quede callada. Acababa de recordar el odio que el chico tenia por los bandidos. ¿Era hacia los bandidos a los que íbamos no? Mi mirada se desvió un momento hacia Morrig. Aun como nos habían tratado, no podía dejar de tener ciertas dudas sobre el gremio del que hablaba el muchacho.

Escuche con atención lo que me contaba sobre la guerra, realmente me preocupaba la gente de este país verse envueltos en una guerra tan larga tenía que algo terrorífico y todo por el ansía de poder de aquellos que gobernaban. La historia del hijo de Railey sería solo una entre miles y solo esta vez era capaz de intervenir lo cuál me hacía entender lo pequeño que era y que grandes eran algunos problemas. Pero si nos enfrentábamos a esos bandidos entonces su familia estaría mas segura y el no se preocuparía tanto.

Ahora era incapaz de quitarme de la cabeza el pensamiento de toda esa gente sufriendo, a veces tenía demasiada empatía lo cual en ningún momento me pareció un problema mas bien una virtud. Había bajado la cabeza y ahora solo miraba al suelo mientras pensaba.

-¿Falta mucho? -acabe susurrando unas palabras que me resultaban extrañas prácticamente nunca tenía prisa por acabar de andar

Las palabras de Cran fueron un duro golpe de realidad… las promesas de emocionantes aventuras con los gremios me habían hecho divagar hasta tal punto de no prestar atención al tema de la guerra y mucho menos relacionarlo con el hijo de Railey. – Seríamos capaces de interferir en un tema tan grande como una guerra que ya llevaba 15 años en marcha? – sacudí la cabeza alejando ese absurdo pensamiento. Al final da igual en que continente estemos… guerras, trifulcas entre vecinos, ansias de poder… siempre te acababa salpicando algo.

Cabizbajo y sombrío, mantuve el paso mientras esperaba la respuesta a la pregunta de Jacklin… deseoso de llegar y ocupar mi mente con otras cosas.

Escuché atenta las palabras de Morrig, no todo era tan bonito como parecía, aquello no era un juego de niños, estábamos hablando de vidas de personas, de personas que tal y como había dicho Cran, acababan pagando las consecuencias de otros, siempre lo mismo, lo había leído en muchos libros de historia y parecía que, fuese donde fuese el patrón se repetía. ¿Pero qué podíamos hacer nosotros? Bueno al menos íbamos a luchar contra esos malditos bandidos, al menos así aportariamos algo a la causa...

Sigo buscando con la mirada por si veo alguna planta interesante mientras espero
oir a Morrig decir que falta poco, empezaba a ponerme nerviosa.

-Bueno... Quien hace las reglas manda, y hay poco que podamos hacer.- Morrig entonces comenzó a acelerar un poco el paso.- No os preocupéis ya queda poco.

Tras apenas unos 10 minutos más caminando, finalmente llegasteis a lo que parecía ser una bifurcación. Una de ellas se dirigía directamente hacia el norte y a lo lejos, lo que serían unos 20 minutos andando, se podía ver el pueblo costero. En cambio, Morrig señaló en la otra dirección, la cual se dirigía hacia el noroeste.

-El orfanato se encuentra en las afueras, siguiendo este camino. No tiene pérdida. Yo ya no puedo acompañaros para que no me vean, pero no os preocupéis. Con lo que vi de como zurrabais a esos tipos y el plan que habéis ingeniado, seguro que no tenéis problemas.- Tras eso le dio la mano a Ed y a Jacklin, para después besar la mano de Cranberry y Khya con exageración, como si imitara a un noble.- Yo os esperaré por aquí con lo que acordamos en el trato. No vayamos a incumplir nuestra palabra... Somos bandidos, no mentirosos.

Asentí ante las palabras de Morrig.- Seguro que sale bien, ¿Recordáis el plan chicos?.- Pregunte mientras sacaba de mi bolsa los trapos que nos habían dejado.- Cuando empiece el humo aseguraos de tener los pañuelos puestos. Esperemos que no nos reconozcan y… si no es extremadamente necesario no busquéis pelea.- Dije esta vez no pensando en matar a alguien si no en que mis compañeros no salieran heridos. Mi mano fue tendiendo los pañuelos a mis compañeros.

¿Cómo nos repartimos?.- Pregunte mirando a Jacklin dejándole a el la decisión de si nos dividíamos en grupos o íbamos en grupos.

Al fin casi llegamos, solo un poco mas y estaríamos en la guarida de esos desalmados, mire el camino que Morrig nos señalo mientras este aseguraba que íbamos a conseguirlo, algo en mi mirada era diferente por primera vez había un verdadero instinto asesino emanando de ellos. Hasta ahora solo había peleado contra humanos, aquella vez contra los piratas y en ese caso solo nos defendíamos pero ahora era muy diferente nosotros atacábamos y nosotros eramos los que iban a empezar un conflicto, obviamente con el objetivo de prevenir otros en el futuro unas pocas vidas de gente malvada a cambio de muchas vidas de inocentes.

Nos despedimos de Morrig y sin pensarlo dos veces empecé a caminar desenvainando ya la espada, me estaba preparando mentalmente para lo que se venía.

-No te preocupes Cran, todos recordamos el plan ¿verdad? -dije mirando al resto, cogí uno de los pañuelos y me lo puse alrededor del cuello, ya cuando empezaramos el plan me lo podría tapandome la boca- Podemos dividirnos en dos grupos uno de distracción y otro de infiltración. Ed y yo no podemos estar en el mismo equipo por si cualquiera de ambos necesita pelear tener a alguien que sepa hacerlo bien y yo quiero estar en el de infiltración para pelear con el líder.

Pase la yema de dos dedos por el filo del arma.

Tras la despedida con Morrig sólo quedaba seguir por el camino y prepararnos para la acción. Cogí el pañuelo que me tendía Cran y como mi compañero, me lo até al cuello para tenerlo a mano cuando todo empezase.

- Me parece bien – comenté ante las palabras de Jacklin y acto seguido miré a Khya – que te parece si me enseñas que tal vas con el arco? – si no recordaba mal, la noche anterior me había comentado que sabía defenderse… y si nuestro trabajo era encargarnos de posibles vigías y crear una distracción, sin duda el arco era la mejor herramienta para ello. Aunque sin duda alguna sentía la emoción de estar a punto de entrar en combate, Jacklin desprendía una extraña sed de sangre que me estremeció.

Mientras acabábamos de concretar el plan, hice un par de jirones con el trapo que me dieron los bandidos y con cada uno de ellos envolví la punta de una flecha, como si fuese una antorcha. Cuando fuese necesario, sólo tendríamos que empaparlas con aceite, prenderlas y disparar al objetivo.

Por el camino encontré otra manzana de esas que te sentaban tan bien cuando las ingerias, la cogí para guardarla y seguí caminando hasta que Morrig nos hizo parar, indicándonos como continuar hasta el orfanato para poder empezar el ataque. Le hice un gesto de ánimo antes de que se fuese, me caía bien ese bandido.

Escucho las palabras de mis amigos, mientras cojo el pañuelo que me tiende Cran e imitandoles me lo ato al cuello para podermelo poner rápidamente cuando llegase el momento oportuno.

Todo lo que habían dicho los tres me parecía bien, asi que asentí con la cabeza mientras sacaba mi arco, tenía ganas de probarme a mí misma, de ver como el plan funcionaba, pues de eso estaba segura, pero a la vez sentía un nudo en la garganta...

- Muy bien, iré con Ed entonces y podrá contaros lo certeros que son mis disparos -digo mientras me fijo en como prepara sus flechas, sin duda sabía lo que hacía- ¿preparados?

Tras seguir por el camino y repasar una última vez el plan, los guerreros decidieron que se separarían en dos grupos. No pasó mucho rato cuando finalmente llegaron al campamento bandido y, tal y como dijeron sus extraños amigos, había un gran edificio en ruinas a lo lejos. Pero entre ellos y aquel edificio que era su objetivo, de forma improvisada parecía haberse construido dos torres de vigía, en las cuales dos bandidos con arco parecían estar haciendo guardia.

Ya que era peligroso a partir de ese momento seguir por el camino, decidieron apartarse para decirse unas últimas palabras antes de volverse a separar. Los nervios se podían notar, ya que posiblemente los bandidos les superaban en número, pero con su plan nada podía fallar... ¿O tal vez sí?