Partida Rol por web

Extrañado por la desaparición de los criminales que se suponía deberían estar alli, ingreso con paso cauteloso a la guarida.

Paseo mi vista por los destrozos de la habitación, intentando comprender que puede haber sucedido.

-¿Una pelea será la causante de esto? No se ve sangre derramada...-comento, mientras reviso el lugar.

Voy hacia los armarios, y los reviso cuidadosamente, en busca de pistas que me indiquen que pueden haber estado buscando, pues eso es lo que parece: que han estado buscando algo rápidamente y sin cuidado.

Luego, examino la palanca que asoma por la pared, y pregunto en voz alta:

-¿Probamos a ver que hace esta palanca? Quizás abra alguna puerta, o destrabe el mecanismo de la trampa.

En efecto compruebas que si se mueve la palanca se activa la trampa, y si se vuelve a mover se desactiva.

Todo objeto de valor ha desaparecido (o no había)

Con tan solo dos golpes el clérigo derriba la puerta. Tras asegurarme de que no hay peligro de caer por la trampilla, recupero mi cuerda y la meto de nuevo en el zurrón.

Como pensaba no hay nadie tras la puerta. Es más, hay signos de lucha. La habitación está destrozada y el mobiliario volcado. Aunque es dificil de decir, la oscuridad reinante oculta los detalles.

- Podemos coger alguna de las antorchas que hay aquí mismo. Pero yo tampoco tengo con qué prenderlas. - suelto una máldición - ¡Debí haber comprado algo cuando estuvimos en el mercado! ¿Alguno de vosotros viene más preparado que yo? Si no, tendremos que ir a oscuras. - dirigiendome a Eldarendil - No te ofendas, no sé mucho de tu gente y puede que diga una tontería, pero ¿qué tal se os da ver en la oscuridad?

¿Qué habrá ocurrido aquí? ¿Una pelea de bandas? - pienso mientras observo la habitación. No queda nada de valor, excepto un par de virotes por ahi tirados. Me agacho a recogerlos y los guardo en el zurrón. - Si encontramos una ballesta más adelante la munición vendrá bien

- Tenemos que tener cuidado, quienes hayan hecho este destrozo pueden seguir en el complejo. Temo que busquen lo mismo que nosotros.

Observo al elfo curiosear la palanca y descubrir su funcionamiento.

- Ahora sabemos como deberíamos haber entrado si los guardias estuviesen aquí. Llamar, esperar a que desactivaran la trampa y abrir la puerta nosotros mismos. - me paro a pensar en el significado de este descubrimiento y sigo hablando - Por lo tanto los autores del ataque ya estaban dentro o los guardias les dejaron pasar por alguna razón.

Contesto a Johannes antes de contar lo que había encontrado.

-Podemos ver bien en la penumbra, pero no si la oscuridad es completa. La antorcha me servirá también a mi, aunque difícil me sería llevarla y empuñar mi arco a la vez.-le digo suavemente, y luego le señalo el piso, con la huella tenuemente marcada.

-Debo deshacer mis anteriores palabras acerca de la falta de sangre. Por aquí ha pasado alguien con la bota ensangrentada. Ha habido, sin dudas, un enfrentamiento. ¿Quizás sea ese el motivo por el cual no han entregado la joya? Yo también creo que los que han llegado anteriormente, estaban buscando algo. El destrozo de los muebles los delata. Esperemos que no hayan obtenido lo que quieren. ¿Seguimos a través de esa puerta?-pregunto finalmente.

Una vez hemos pasado dentro, miro la habitación de arriba a abajo, y digo- Está bien, está claro que aquí no está la gema. O al menos, es lo que parece. Por desgracia, ahora mismo mis únicas posesiones son mis armas, por lo que no tengo nada que me permita encender la antorcha. Aunque creo que, aunque haya habido una pelea y hayan saqueado el lugar, no creo que se hayan llevado las velas ni nada parecido. Una antorcha aquí sería excesivo, podríamos quemar el lugar. Ayudadme a buscar una vela o algo parecido, quizás junto a ellas haya algo para encender. Después, deberíamos buscar pistas aparte de la huella ensangrentada, que seguro que nos lleva hacia el lugar en el que estuviese la gema. Venga, vamos a buscar como podamos, algo deben de haber dejado.

Mientras digo todo esto, empiezo a buscar por lo que quede de habitación, para seguir diciendo- ¿Sabes Rainer?, tu afición por quedarte cosas de recuerdo me recuerda a un amigo que tenía, se llamaba Diógenes de Altdorf. Aunque diga decía, no se si seguirá vivi o no, hace mucho que no lo veo. Bueno, digo que me recuerdas a él, porque todo lo que veía, se lo quedaba como recuerdo. Aunque creo que lo suyo era más un problema, porque le daba igual si lo que se quedaba tuviese dueño o no. La verdad es que era bastante bueno en lo suyo, si ignoramos el hecho de que la mayoría de las cosas que cogía no era más que basura y cosas rotas que la gente tiraba o no quería. No obstante, él siempre se quedaba todo lo que veía. El lugar en el que quedabamos normalmente toda la "pandilla" teníamos las cosas atacas con cadenas, porque si no se las llevaba. Incluso un día, quiso llevarse la silla en la que estaba sentado, lo que pasa es que le vimos salir por la puerta. No se que haría con todo lo que cogía. Seguramente acumularlo en algún sin sentido...

Wolfgang tantea el suelo los armarios y los cajones, hasta que moviendo uno de los armarios descubre un pasadizo oculto que conduce al exterior del Refugio a través de algo que aparenta ser una ta pada de alcantarilla. Una salida de emergencia que hace tiempo que no ha sido usada.

¡Mira que bien! le digo dandole unas palmaditas a Wolfgang en la espalda con una sonrisa de oreja a oreja. ¡Hemos encontrado una ruta de escape alternativa! Ya solo nos queda encontrar la maldita joya... dice Rainer mientras va hacia la puerta y la tantea por si esta abierta o no. Respecto a lo de coger cosas... ¿quien sabe cuando nos podria hacer falta? Ademas siempre podra ser vendido... espero que ese Oldenhaller cumpla su parte.

Debemos continuar, sea lo que sea que haya pasado aqui no podemos permitir que escapen... ¡necesitamos esa joya! Si ha sido la causante de todo esto y las bandas se han matado entre ellas... sera un buen momento de limpiar la basura de esta ciudad... para siempre subraya dando ligeros golpes en su mano con la maza.

¡Vamos!

-Excelente trabajo, Wolfgang. Vuestros ojos son casi tan certeros como los de mi pueblo.-felicito al humano, con alegría.

Una salida secreta...aunque serviría en caso de asedio. ¿Porque no la han utilizado anteriormente, durante este ataque?

Me preparo para seguir al sacerdote de Ulric, a través de la puerta, con el arco y una flecha bien dispuestos.

Perfecto Wolfgang - digo con entusiasmo - nos vendrá de perlas tener una vía de escape secreta.

Me coloco cerca de Rainer con la espada desenvainada y señalando a la puerta digo:

- En cuanto deis la señal entramos. Será mejor no separarnos mucho y cubrirnos unos a otros. Va a ser un problema ir a oscuras pero al menos no nos verán llegar.

Ni tampoco veremos a nuestros enemigos...

Creo... que lo mejor sera que nos atemos las cuerdas entre nosotros... nos restara visibilidad pero al menos estaremos juntos... ¿que opinais?

.... Cuando se decida lo de la Cuerda....

Abro la puerta compañeros, estad atentos... no sabemos a que nos enfrentamos. digo mientras empujo con la maza la puerta y adopto una actitud defensiva levantando la rodela hasta mi torso y con la maza hacia atras.

La puerta se abre, la cual emite un profundo y molesto crujido, en cuanto la abrís un nauseabundo y gélido viento sale de ella, helando más el alma que el cuerpo...

Avanzáis por un pasillo y llegáis a una amplia habitación. Hay soportes de para antorchas a intervalos de metro y medio a lo largo de las paredes. La mayoría de las antorchas se han consumido, pero las que todavía están ardiendo proyecyan una vaga y tenue luz sobre una escena de completa devastación. El suelo está cubiero de muebles volcados y hechos pedazos, una única silla se conserva intacta, y todo está manchado de sangre seca. Hay media docena de cadáveres diseminados por la habitación, cada uno con varias cuchilladas o acribillado a disparos de ballesta.

El olor es ante todo a sangre y excrementos, pero los cuerpos, aunque fríos, son bastante recientes. Hay tres salidas de la habitación, por donde habéis venido, un corredor que conduce a una pequeña habitación y un pasillo que lleva a un dormitorio.

Rainer coge un pedazo de tela y se lo acerca a la boca amarrandolo fuerte. Luego examina los cadaveres buscando las señales de la batalla, asi como las posibles afiliaciones a bandas (tatuajes, marcas comunes...) y asi tambien el mobiliario.

Tapaos las bocas, no sabemos que efluvios despiden estos cadaveres pero por si acaso protegeos amigos. Investiguemos juntos esto, no me fio un pelo de la situacion digo mientras enciendo una antorcha para llevarla yo.

Copio las acciones de Rainer con el pañuelo, atándomelo alrededor de la boca. El ulrita parece saber lo que hace.

El olor a sangre y muerte me trae nuavamente recuerdos fatídicos, pero la repetición de las escenas ya parece hacer que me esté acostumbrando. Sin tanta difiultad, me abstraigo de la memoria, y comienzo a revisar el lugar por rastros que pudieran ser útiles.

No encuentro nada interesante, debido al caos que existe en el lugar, y la violencia pasada.

A continuación, reviso los cuerpos, para ver si encuentro algo que nos diga quienes (o qué), lo han matado.

Tras avanzar un rato se comienza a vislumbrar luz de antorchas, por lo que no veo necesario sacar mi cuerda del zurrón para atarnos.

"¡Por Ranald! Un poco de luz, menos mal. Andar a oscuras a sabiendas de que hay enemigos por aquí no es muy tranquilizador."

LLegamos a una sala llena de muebles destrozados tal y como pasó en la anterior. La diferencia estriba en los cadáveres esparcidos por el suelo. Parece que se ha producido una verdadera batalla aquí dentro. Observo la escena intentando deducir cómo ocurrió todo.

Este lugar tiene pinta de ser una sala común ¿un comedor tal vez? Si asumimos que el ataque empezó en la sala anterior, los que estaban aquí debieron enterarse de la refiega. Como mínimo alguien de la sala anterior vino hasta aquí, por las marcas de bota ensangrentada, así que no creo que les pillasen por sorpresa

En un principio, uando oigo el consejo de Rainer sobre los efluvios, me extraño. Está claro que los cadáveres son recientes y que han tenido una muerte violenta, no por enfermedad. Pero luego recuerdo los rumores sobre la joya.

Nurgle. Dicen que gobierna la enfermedad y la podredumbre. El clérigo tiene razón, si los rumores son ciertos quien sabe que humores putrefactos pueden desprender...

Tapandome la boca y hablando en voz baja comento a mis compañeros:

- Por lo que sabemos los culpables de esta masacre todavían pueden rondar cerca. Lo mejor será hacer el menor ruido posible y hablar en voz baja.

Viendo que mis compañeros registran el lugar en busca de pistas, decido avanzar un poco haciendo de explorador para el grupo.

- Cuando registreis los cuerpos mirad si podeis distinguir entre atacantes y defensores. - les digo - Este lugar es facilmente defendible, me parecería raro que hubiesen eliminado a seis hombres sin tener ninguna baja. A ver si de esta forma averiguamos a quienes nos enfrentamos. Por mi parte voy a explorar un poco lo que tenemos delante. No os preoucupeis, no me arriesgaré lo más mínimo. Pero no me gustaría que nos pillaran por sorpresa - señalo a los cadáveres - o podríamos acabar así.

Mientras Johannes se dirige al dormitorio los demás os quedáis revisando la habitación y los cadáveres.

De los seis muertos, tienen ropas diferentes, si bien con el mismo estilo; dos de ellos lucen colgantes baratos de latón en forma de higuera. Los otros cuatro cuerpos tienen sobre la frente una tarjeta con el dibujo de la misma higuera y un texto.

Los seis cadaveres han sido despojados de cualquier cosa de valor, incluso armas y calderilla.

Numerosas pisadas de sangre cruzan de un lado a otro la habitación, hubo mucho ajetreo depués de que la sangre llegara al suelo.

La tarjeta dice:

Enhorabuena, acaba de conocer a la Brigada Antipersonal Valantina