Partida Rol por web

Observo a Johannes, ladeando la cabeza, como me pasa cada vez que detecto la incomprensión inherente a las diferencias de razas y culturas.

-La paciencia, compañero Johannes, no tiene nada que ver con el motivo de nuestra huida del lugar de encuentro. Yo podría haberos esperado un año sin moverme del lugar, pero los guardias que llegaron al establecimiento podrían haber puesto objeciones.-lo reconvengo seriamente, confuso acerca de si lo dice por no haber comprendido la situación, o si cree que hubieramos podido actuar de otra manera y no lo hicimos por algún motivo.

Nunca terminaré de entender a los humanos, creo.-Pienso, con pena y algo de melancolía.

Cambio de tema, para borrar del presente el momento pasado algo amargo, y aclaro:

-Yo también pienso que los compañeros de lucha pueden ser nuestros aliados en salir de la ciudad. Encaminemosnos hacia donde vuestros conocimientos nos indiquen podamos hallarlos.-les digo a Johannes y a Wolfgang, en voz baja mientras sigo observando nuestros alrededores.

Me... me parece bien. Espero que podamos apelar al favor que nos deben... si no deberemos gastar mas dinero en esta nimiez... ¡arrgghh! Maldita nuestra suerte... llegar,tener un disturbio y hacernos culpables... machacaria la cabeza del culpable hasta dejarlo irreconocible... ¡vaya que si!

Termináis de cruzar el puente, algunos volviendo sobre sus pasos, en direccción al Regreso del Reaver, vuestra antigua posada. Camináis por las calles de Nuln, donde cada vez más personas disfrazadas se dirigen a los lugares emblemáticos de la ciudad, se respira unambiente de fiesta y alegría. Uno de esos pocos momentos en el que la gente humilde puede sentirse libre.

Avanzáis por calles, dudando sobre la localización exacta de la posada, decidís seguir el canal y la encontráis. Hay bastantes personas frente a ella.

Sí, sí, dicen que era aquí donde se alojaron.
Malditos rufianes.
Pues el posadero también, dando cobijo a unos delincuentes.
Yo he oído que mataron a cinco guardias mientras huían.

Deducís que hablan de los que originaron el alboroto, vosotros. La guardia está en el interior y el exterior del edificio. Éste no e sun buen sitio para quedarse...

Señores... ¿y si exploramos las salidas? SImplemente ver como estan de transitadas... y colarnos... dice Rainer en un susurro a sus compañeros de desventuras .

¿Cómo se habrán enterado de que estuvimos aquí?

- Sí, marchémonos cuanto antes. Ya están tras nuestra pista. - susurro - De camino a la salida podemos entrar a alguna taberna y probar suerte.

Aunque mucho me temo que si están tan empeñados en buscarnos, las salidas estarán muy bien vigiladas.

Maldita sea nuestra suerte... Debemos de buscar otra solución. Como bien decís, las salidas estarán vigiladas. Aunque, se me ocurre una idea, pero, dicho sea de paso, no es muy legal, aunque creo que ya, poco nos queda por probar. Bien, mi idea es esta. Vayamos al puerto, y consigamos una embarcación. Nada en especial, solo un pequeño bote. O colarnos en algún barco, aunque eso será más difícil. De hecho, la idea es sencilla, pero su realización no. Como os he dicho, es una idea, pero es lo único que se me ha ocurrido, al menos, para evitar un enfrentamiento directo con la guardia. No obstante, solo es una idea. Además, quizás no lo tengamos que hacer tan ilegal, mucha gente, por una cantidad de oro, te lleva de un sitio a otro sin preguntar...

Pero como ya he dicho, solo es una idea -Digo mientras ajusto mi máscara, y sacudo un poco el polvo de mi traje, para parecer un ciudadano noble, limpio, y honrado.

- Siempre he pensado que ocultos en una embarcación es la mejor manera de escabullirse de la ciudad. Aunque quizás estamos siendo paranoicos y no seamos tan buscados, quizás las puertas no están siendo tan vigiladas y podamos salir por ahí. No perdemos nada por observar que se cuece en las puertas de la ciudad, si lo vemos dificil podemos acercarnos al puerto, sin descuidar las tabernas, sigo pensando que nuestros aliados son la mejor opción. - contesto, limpiandome la ropa al igual que Wolfgang

Si, yo también creo que nuestros aliados son la mejor opción. -contesto a Johannes- Y también me parece buena idea no dejar de visitar las tabernas, e ir a ver las entradas y salidas. Y, en cuanto a lo de la paranoia, supongo que ya es por deformación profesional. Demasiados años siendo buscado y perseguido, como para olvidarlo tan fácilmente. De todas formas, es mejor tener esa paranoia, y ser precavido, a que nos cacen intentando salir. ¿No crees, Johannes?. En fin, hagamos eso, que se nos va a empezar a hacer tarde. Por cierto, eso me recuerda... ¿Por qué te persiguió aquel guardia cuando quisimos salir? ¿Te reconoció, o fué por algún otro motivo?. Aunque, claro, supongo que no te quedarías a averiguarlo...

Escucho las palabras que cruzan los que mas saben de estas cosas. Yo siento que están en lo correcto, al buscar la ayuda de los Huyderman. Asi que no intervengo, pues ya están en el camino correcto.

Esa es una de las costumbres humanas que he notado, y me desconciertan a veces: intervienen simplemente para mencionar que están de acuerdo con algo, sin que les sea inquirida esa información.

Es un hábito que no consigue arraigar en mi. Asi que, silencioso, acompaño la charla de mis compañeros, atento al camino y a la posibilidad de que guardias se acerquen.

Rainer mira a Wolfgang y Johannes y sabe que tienen razon.

Como os he dicho, este tipo de argucias no son lo mio. Os seguire donde vayais amigos... vosotros marcais el camino.

Buscáis a los Huyderman "por ahí" tal y como dijo su líder, no sabéis por dónde empezar exactamente así que os dirigís al Refugio, tras una caminata llegáis ante él. A sus puertas hay tres guardias y seguramente hay más en el interior, curiosos alrededor vuestro os informan.

Los han matado a todos...
Hay siervos del Caos dentro, muertos...
Se lo merecían, ¿quién habrá sido?
Seguramente los propios ladrones, que hacían tratos con ellos...
¡Gentuza!

Por precaución decidís alejaros de ahí, pues vosotros ya conocéis la historia (o no) y en una zona bastante humilde y peligrosa entráis en una taberna "El cazador"

El interior no es muy limpio, las personas poco recomendables, la comida no es mucho mejor y la bebida no queráis ni saberlo. Es el lugar idóneo para buscar a vuestros amigos, sin embargo todos los presentes miran con asco y avaricia los caros trajes que lleváis puestos...

- Pues la verdad Wolfgang, es que no entiendo porqué me persiguió. Tal vez vio algo sospechoso en mí: no es que tenga las maneras de un noble. - sonrío - De todas formas, como bien dices no me quedé a averiguarlo y en unos minutos lo despisté por las calles de la ciudad. También entiendo a lo que te refieres, he sufrido mi ración de persecuciones en mis tiempos. - me dirijo a todos - ¡Marchemos pues!

Tras un paseo hasta el refugio, del que no sacamos nada en claro, llegamos a un tugurio. Buen lugar para buscar. El interior confirma lo que exclamaba el exterior.

Bueno, aquí estamos - pienso

- Vaya, parece que cargar con estas ropas nos va a dar problemas. Deberíamos haberlo imaginado. - susurro a mis compañeros - No se si nos prestarán la atención que necesitamos.

Quizás nos la presten de otro tipo, del que acaba con una puñalada en la espalda.

- Wolfgang, - digo a mi compañero - cuando quieras. Yo te seguiré el cuento.

Entro en la taberna junto a los demás. Johannes tiene en parte razón, entrar con estas ropas ha sido un error, pero solo en parte. Quizás sin máscaras nos reconocería alguien.

Siguiendo el plan trazado, me acerco a la barra, junto a los demás. Cuando estoy allí, le digo a Johannes- Pues como te venía diciendo. Lo cierto es que lo que cuentan de las alcantarillas es muy interesante. Sin duda alguna. ¡Ah! ¡Tabernero! -digo para llamar la atención de este, si todavía no ha venido a ver que queremos y que hacen unos tipos como estos en un sitio como este- ¿Que tiene que no sea cerveza?. Lo siento, pero es que la cerveza me parece... Ains, bueno, que no se diga. ¡Cuatro jarras de cerveza!.

Mientras el camarero me las sirve, sigo comentando con Johannes, lo suficientemente alto como para que el tabernero me oiga- Pues sí, como te decía, seguro que esos tipos de las alcantarillas nos pueden ser útiles. Sí, bastante útiles. ¿Verdad que sí? -pregunto esta vez al tabernero. Antes de que responda, digo- Sí, seguro sí. Pero, el problema -digo esta vez a Johannes- es que nadie sabe dónde están. Nadie, ni un alma. Y es una pena. Desde luego que sí. Pero, un segundo... Tabernero, ¿no sabrá por casualidad dónde están esos tipos verdad?. No, seguro que no. ¿Y no sabrá de nadie que pueda decirles que Godofredo Tronquismochis les busca?. Eso estaría bien, y seguro que sería rencompensado...

El tabernero os mira con desconfianza cuando pedís algo diferente a cerveza, ricachones en su taberna, os sirve las cuatro jarras de algo parecido a cerveza mientras escucha lo que Wolfgang dice, su cara va mostrando más desconfianza e incluso ira, hasta el momento en que os retira las cervezas y blandiendo un garrote con el que os amenaza indirectamente

¡Largaros de mi taberna! ¡Ahora!

Los parroquianos dejan sus conversaciones y se oyen algunos siseos de dagas saliendo de sus vainas, los que estaban sentados en una mesa cercana agarran unos troncos con no muy buenas intenciones y todos los ojos se clavan en vosotros...

Rainer sale mirando a todos lados sujetando con su mano la rodela.

Nos vamos... ya. es lo unico que dice mientras abandona la "calidez" de la Taberna...

Salgo despacio de la taberna, retrocediendo lentamente con la mano en el pomo de la espada, sin perder de vista a los múltiples clientes enojados al parecer por algo de lo que Wolfgang dijo.

¿Qué sería? ¿Los habrá asustado la mención de los Huyderman? Quizás estos eran mas allegados a otro grupo, y eso los enojó. No importaba demasiado. Habría que salir de aqui y luego ver que hacer.

Le sigo el juego a Wolfgang, asintiendo a lo que dice, sonriendo y soltando chanzas cuando es necesario. Hasta que el tabernero se vuelve violento.

Al final las ropas nos han jugado una mala pasada. - pienso viendo el barullo a mi alrededor - Con cuidado Johannes, son muchos y poco amigables.

- Mejor marcharnos - susurro a mis compañeros.

Atento a cualquier signo de ataque, sigo a los demás hasta la salida. Una vez fuera, me paso la mano por la frente, en un gesto de alivio y secándome el sudor de paso.

- Uf, de buena nos hemos librado. Podríamos volver a intentarlo en otra taberna, pero si lo hacemos, mejor quitarnos el disfraz antes. Lo mejor será movernos en dirección a una de las salidas para investigarla, y probar en algun otro tugurio que nos pille de camino. Así ahorramos tiempo. Tampoco queremos que se nos haga tarde.

-Concuerdo con Johannes. Revisemos las salidas, e intentemos averiguar algo mas en otro lugar de estos. Pero debemos encontrar un lugar oculto para poder cambiarnos: no creo que sea una costumbre local cambiarse en el medio de la calle.-acoto al final de mi frase.

-Primero revisemos alguna salida, para ver que tipo de seguridad podemos ver. Recién luego de eso quitémosnos los disfraces.-propongo.

Os dirigís hacia la puerta más cercana (X7), la Puerta Sur, que sale de la ciudad hacia los campos de cultivo que la abastecen, la presencia militar queda representada por los diez guardias que hay en ella, pero el tráfico de personas que entran y salen les suopera, así que se limiten a "dirigir el tráfico"

Es una gran oportunidad la mayoría de las personas que hay llevan idénticas ropas a las vuestras, gente humilde,y a vuestra izquierda hay un callejón donde quitarse el disfraz y guardarlo en las mochilas, es sin duda una gran oportunidad...