Partida Rol por web

Uno a uno los miembros del equipo roja escarcha, participantes del torneo de la torre prohibida, fueron entrando a la puerta que les fue asignada. Al hacerlo uno a uno percibió como se sumergían en un extraño liquido cálido y azulado del cual emanaban constantes destellos de luz.

Una vez dentro era clara la sensación de que sus espíritus abandonaban sus cuerpos navegando por los flujos de corriente que aquel extraño liquido contenía en su aparente diminuto interior. Su cuerpo parecía no existir, no había peso en ellos, no había sensación física alguna, todo era extraño, todo era distinto.

Y así durante el trayecto una extraña voz los invadió en su interior sin que ellos pudieran negarse a escucharla.
-La Cámara de la Iniciación. Esta cámara representa el inicio de la senda de una leyenda, se pondrán a prueba algunas de sus básicas aptitudes físicas, sociales e intelectuales...-

Tras aquellas palabras todo se tornó extraño y ninguno recordó como había cruzado realmente la puerta. Sin embargo ahora se encontraban todos juntos en aquel extraño lugar; parecía ser la ladera de un montaña; era un terreno rocoso y árido, con el viento soplando en contra de ellos y el sol en su punto mas alto.

Acuclillados en el suelo en torno a si mismos, observaban a lo lejos a un grupo de enanos probablemente miembros del grupo mercante de la superficie que se encontraban montando una especie de grua en torno a la fosa que generaba una cascada. Aquel grupo parecía muy entusiasmado en darse prisa en hacer aquello que hacían y no prestaban mucha atención a sus alrededores.

Tras cruzar la puerta todo era diferente, todo cambiaba y al mismo tiempo seguía allí. Adriana estaba dispuesta a hacerse con la victoria, pero ya con el primer paso se sentía cambiada, quizás había sido demasiado inmadura y era ahora cuando todo le parecía más serio. 

Que gran cascada, y....eso de allí -¿ENANOS?, ¿donde estaban los monstruos, las criaturas infernales y las sombras de pesadilla?. ¿Serían amigos, enemigos, otros participantes?. Mejor confiar en su líder y esperar  su consejo, los enanos pueden ser grandes luchadores pero no dudaré en quemarlos a todos si se interponen entre nosotros y la llave.

Todo comenzaba y la primera prueba estaba ante ellos sin más preámbulos.

Tras pequeño análisis y esperando las apreciaciones de sus compañeros, Elrohir comienza a hablar en un tono bajo y pausado:

No estoy seguro si esos enanos serán o no amistosos y estarán dispuestos a ayudarnos, pero 10 enanos pueden ser excesivos para nosotros. Parecen enanos mercantes, podríamos intentar negociar con ellos una salida a cambio de nuestra ayuda. O aprovechando que somos 2 pícaros, que por lo menos uno no se acerque directamente y intente ocultarse para observar oculto que ocurre, por si es necesario obtener ventaja de esta situación.

Exhaló el aire contenido en aquel arcano viaje, aliviada de volver a encontrarse firme en una realidad sorprendente. Como el resto esperaba enfrentarse a una sala similar a las visitadas en la torre, pero en lugar de ello el misterio era mucho mayor. Estaban en alguna zona del reino, o era todo una ilusión poseedora de sus propias reglas. Asombrada por tan extraño poder, entrecerró sus ojos concentrándose en la idea que había sido inscrita en su mente. Debemos cruzar la siguiente puerta. Sentenció con seguridad agazapada mientras procuraba relajar el entusiasmo de sus hermanos con el vaivén de su mano. Sin elevar su postura, comenzó a caminar despacio, mirando con atención los alrededores de aquella misteriosa cascada que tanto le atraía. Abrid bien los ojos, con suerte no será necesario molestar a los enanos, busquemos esa puerta. Sus movimientos, cautelosos y salvajes, mostraban una importante carencia de civismo y una interesante afinidad animal. Una vez recorrida cierta distancia, su mirada se enfrentaba con curiosidad a los enanos, examinando su comportamiento y su tarea, necesitaba valorar si serían hostiles aunque delegara ese juicio a su instinto.

Raven miro el escenario, efectivamente había bastantes enanos repartidos por la zona, en su mente veía aquella llave y la puerta que debían abrir, sonrió de medio lado cuando pensó en que quizás la primera prueba le sería sencilla si conseguía pasar desapercibida y robar aquella llave.

- Tenemos que buscar esa llave, si los enanos la custodian sera difícil quitársela, no creo que nos la den solo con una charla amigable- miro detenidamente la zona, buscando relieves o zonas en las que pudiera pasar escondida, ella y su grupo y quizás con algo de suerte pillar por sorpresa a los enanos si la charla no era una opción -Creo que lo mejor sería prepararnos para ambas cosas, un grupo de charla y que el otro se oculte, preparado para algún tipo de combate, si sirve la charla nos reuniremos en la puerta y si no, sera bueno tener un grupo de ataque sorpresa.

Tras atravesar la puerta el panorama no nos da la bienvenida, un lugar inhóspito lleno de rocas y tierra, demasiado desapacible para lo que estaba acostumbrado hasta ahora. A lo lejos enanos, una raza más preocupada en lo que hay debajo de sus pies que en lo que hay encima.

Tras comprobar que estamos todos reunidos, y que la líder se adelanta al grupo, decido seguirla a pocos pasos de distancia, ya que nunca está de más ser precavido.

Después de oír las palabras de mis compañeros intervengo en la tormenta de ideas.

- Diez si no más. - Dice respondiendo a Elrohir. - Con lo recelosos que son los enanos, Vyrin piensa que puede haber más en las inmediaciones. Toda precaución es poca.

No le gustaba el terreno en el que se encontraban, y más teniendo en cuenta que pudiera ser que los enanos conocieran mucho mejor el terreno, por lo que podrían hacer mejor uso de él que sus propios compañeros, eso sumado a que había más enanos que compañeros suyos, dejaba con pocas opciones una victoria en una lucha abierta.

Pisó con alivio aquella superficie sólida y áspera, muy en contraposición a las sensaciones tan extrañas que había sentido durante aquella especie de viaje astral. Volver a pisar tierra firme, y más tratándose de un suelo salvaje, de montaña, supuso una gran satisfacción para el corpulento guerrero. También le calmó el hecho de que acabara ese "viaje" y poder volver a sentir otra vez su cuerpo. Nunca había sentido esa sensación, y desde luego no le había gustado en absoluto.

Enanos. Un grupo de aquellos seres diminutos y en su mayoría barbudos estaba no muy lejos de los héroes. Los enanos no se habían percatado de su presencia, pero les superaban en número y estaban arremolinados alrededor de una fosa.

Trekk escuchó, como era habitual en él, de forma estoica y con semblante inalterable lo que dijeron sus compañeros. 

-Nos superan ampliamente en número. Un ataque frontal contra un grupo tan numeroso de enanos no podría funcionar. Parecen mercaderes, es de esperar que lleven consigo guerreros. Podríamos hacer lo que dice el elfo (Elrohir) y actuar a sus espaldas. O podríamos intentar separarlos en grupos más pequeños y actuar lentamente.

-Yo me ofrezco voluntario para ir a hablar con alguien más, pero creo que lo principal ahora sería encontrar a su líder, seguramente sea el que porte la llave de entrada, y quizás también nos diga dónde está la puerta. ¿Quien de ellos os parece más apropiado para esa función?

Adriana se pone a la derecha de Ivar (AC,16) y comienza ha observar los movimientos de los enanos

Sin mayor información de la situación, las multitudes de opciones llegaban a los oídos de Ivar, quién aún se mostraba recelosa por tomar una decisión apresurada. Sus escasas dotes de liderazgo provocaban esa situación, sus hermanos estaban inquietos, dificultando sus deliberaciones, por lo que prefirió dar su opinión contestando a cada iniciativa. Dividirnos nos debilitará demasiado, no podríamos socorrer a los heridos. Un suspiro demostraba el esfuerzo que su meditación requería. De ser necesario entablaremos negociaciones, sin acciones hostiles. La inferioridad era apreciable, motivo para decantarse por la diplomacia. Estad preparados, se arrepentirán si no temen nuestras armas, en especial las místicas... decidida organizó a sus hermanos antes de avanzar. A mi señal, marcharemos juntos, Trekk y yo a la vanguardia, su dedo empujó la arena a cada nombre señalado para dibujar sus palabras, las espadas a cada lado y los magos cubriendo sus espaldas. Espero la aprobación en la mirada de cada hermano para regresar a su inspección. Su mano se levantaba unos segundos antes de incitar al grupo emprender sus pasos en lña dirección señalada y con ellos su primera prueba, conversar.

Decididos a intentar librar el combate de ser posible, los miembros del equipo escarcha roja salieron de su cobertura para avanzar hacia los enanos y la poza en la que parecían trabajar. Ahora, algo mas cercana, se podía ver que estos enanos habían montado una especie de sistema de poleas y aparatos que funcionaban como una improvisada grúa. Probablemente intentaban sacar algo del agua, pues de lo contrario su accionar carecería de sentido.

-Alguien viene jefe- Clamó uno de los enanos quien aparentemente vigilaba los alrededores y que los diviso casi desde el momento en que empezaron a aproximarse.
-Hey ustedes, alto ahí, ni un paso mas- Clamo un enano corpulento mas atrás y quien probablemente era el líder de aquel grupo de aparentes mercaderes. Su mirada recorría a los recién llegados y a los alrededores ante la posibilidad de que surgieran más inoportunos visitantes. –Quienes son ustedes y que quieren aquí? Hablen pronto pues no seremos pacientes.-

La hechicera levantaba levemente su báculo para detenerse bajo el mandato del prudente Enano. Aclaró su garganta y contestó con contundencia. ¡Somos la Hermandad Roja Escarcha! Tomó algo más de aire para continuar. ¡Debemos cruzar ese portal! El bastón apuntaba hacia el lugar adecuado en la cascada al tiempo que advertía al grupo. Atentos. Alzó seguidamente su mano libre a la altura de su cabeza, mostrando la palma de su mano mostrando intención diplomática y do un paso. ¡Hablemos! Recuperó una postura firme esperando la respuesta del líder de la comitiva enana, esperando conversar con normalidad pese a la poca destreza que poseía en ese aspecto.

Nos movemos en silencio siguiendo la formación designada por Ivar. La formación que hemos tomado no es mala, pero sin duda casi ninguno de nosotros aguantaría un golpe de un arma enana sobre nuestro cuerpo, por lo que tenemos que estar bien alertas. La líder lo sabe, y por eso susurra las palabras que confirman lo que todos pensamos, un paso en falso y podría desencadenarse un batalla.

Los enanos hablan a gritos, típico de estos avariciosos seres, que no están familiarizados con ninguna de las criaturas que podrían tener un refugio en las inmediaciones, y a causa de sus gritos, advertir nuestra presencia. Nunca he sentido simpatía por ese pueblo, y por ello nunca me preocupé por estudiarlos en la torre del círculo. Ahora me arrepiento de eso, ya que si hubiera conocido algo más de sus costumbres o sus intereses, podríamos tener ventaja en esta situación.

Poco convencido con la acción emprendida finalmente, Elrohir sigue al grupo haciendo piña y esperando nervioso la peor reacción de los enanos. Desde la posición de espera, decide examinar la posición de sus posibles enemigos intentando evaluar  las posibles armas con las que cuentan y si poseen armas de distancia que puedan aplicar sobre ellos.

Parece que hay una cueva al otro lado de la cascada, quizás este allí la puerta.

Dice de manera pausada a sus compañeros, en un tono que sea audible para los mismos pero no para los enanos.

Siguiendo la formación establecida, Adriana no entiende como no la dejan ir junto a su líder, es atrevida y temeraria, demasiado joven, pero no dudará en cumplir con su obligación, protejerá al grupo y más concretamente a Elrohir.

-Yo también he visto un brillo en esa dirección, como decís Ivar y tú.....vos.....Elrohir.

Los elfos tienen algo que desconcierta a la joven maga.

Raven permanece entre las sombras, mirando a sus compañeros, acariciaba la empuñadura de su arma sin saber si haría falta y pensó en ese momento... Si los enanos aceptan dejarnos pasar... ¿como explicaran a los que están ocultos? Ahora daba igual, ya estaba hecho, solo quedaba esperar que todo saliera bien.

Ante las palabras de Ivar los enanos reaccionaron de forma extraña, parecían sorprendidos e incluso discutían entre si. En un par de veces todos notaron que señalaban la cascada como si no entendieran algo respecto a ella. La poza formada por la cascada también parecía ser parte de la discusión al grado de que el enano que parecía ser el líder ordenó a un par de ellos a que ayudaran a otros que parecían trabajar con el aparatejo montado al borde de la poza.

Finalmente tras casi un minuto de deliberaciones su líder pareció ordenar a dos enanos que parecían ser simples miembros de la caravana a que dialogaran con los recién llegados. Estos por su parte avanzaban ahora directamente hacia donde Ivar y los demás esperaban.