Partida Rol por web

   Visto que mi primera intención de adelantarme a los acontecimientos no ha tenido el apoyo necesario opto por sentar a comer junto al resto. 

   En mitad de la comida derramaré con algo de estruendo una copa de vino sobre mi mismo. 

    - Oh! Mierda! - He intento limpiarme con la sevilleta el estropicio que yo mismo me he hecho. - Si me disculpan, voy a cambiarme la camisa. No tardaré mucho en volver.

   a idea es abandonar el salón para echar un vistazo al pasillo de las habitaciones aprovechando que todos los huéspedes se encuentran en el comedor.

Tom no era un hombre de acción y poco tenía que añadir a esos planes tan arriesgados, a su parecer. El Doctor se juntó con sus socios a comer y de alguna manera se justificó  Disculpen caballeros, pero sería más cauteloso no usar toda la caballería de momento. Yo indagaría primero a los invitados  a la subasta, siempre estamos a tiempo de ir por la vía rápida. Ante la maniobra de distracción de Marcus para ausentarse del comedor, Baker le guiña un ojo. Y desde aquel momento se fija si alguien más abandona la sala, para cubrir las espaldas del valiente Detective. Pero quien le llamó realmente la atención  fue aquel científico y sus fantásticos ejemplares. Si les parece bien a todos, me acercaré al Doctor William Walker puede que le saque algo en su idioma.  El Doctor espera que su víctima acabe de comer para asaltarlo fuera del comedor y proponerle tomar café en la terraza. Quizás la fórmula química del café C₈H₁₀N₄O_{2 y un ingenioso crucigrama "invintándole a la terraza" en la tarjeta de visita de Tom Baker. Haría picar el anzuelo al aburrido científico. La tarjeta la facilitaría un camarero con disimulo y buena propina.}

Estoy con usted Señor Baker respondo al excéntrico doctor mientras observo la poco sutil maniobra del detective. En mi cabeza siguen rondando las palabras de Wong. ¿De verdad tenía poderes extrasensoriales? Todo eso me suena a cuento chino, a historietas de una de esas revistas como el "Weird Tales"

Habrá una demostración ¿No? pregunto recordando el programa de la subasta. Alli saldremos de dudas de si el cacharro ese funciona o no. 

Aparte de una mirada risueña de la señorita Velerie desde su mesa, nadie más pone demasiada atención a la estratagema del detective, y para cuando abandona el comedor todo vuelve a la normalidad y todo el mundo sigue con sus asuntos. La comida no durará mucho más, por lo que tiene un tiempo precioso que aprovechar lo mejor posible.

Podría intentar obtener información del recepcionista sobre la habitación de algún huésped en particular o implemente entrar al azar o siguiendo su instinto.

Mientras el doctor Baker parece convencer con éxito al científico con su invitación, el Sr. Wong permanece en la mesa acompañado del vigilante Manley haciendo el perfecto papel de chofer acompañante del adinerado oriental.

Estoy sorprendido, Doctor Baker, no esperaba encontrarme un científico de tanto nivel en un lugar remoto como este. ¿se encuentra usted de vacaciones? ¿o está preparando algún tipo de trabajo quizás? Yo mismo necesito aislarme del mundo en demasiadas ocasiones para poder poner en orden mis pensamientos cuando trabajo en algo importante.

El Doctor, William Walter, que ha aceptado encantado tu invitación para salir de la monotonía de su estancia en el hotel, no hace en principio mención alguna del motivo de su presencia aquí. De hecho, dirige inteligentemente la conversación para hablar lo menos posible de sí mismo, tampoco parece interesado en indagar más allá de lo socialmente correcto en tus asuntos, y todo su empeño se dirige a desfogarse intelectualmente iniciando el clásico debate científico sobre teorías de moda y controversias científicas.

Obtener algún tipo de información relevante es, por supuesto, un reto que seguro el Doctor Baker puede afrontar con el buen uso de sus habilidades.

Sigo comiendo del plato normalmente, después hago una pausa dejando los cubiertos sobre la mesa. -ojos bien abiertos señor Manley- Susurré mientras mis labios se movían casi imperceptiblemente. Aún mantenía en mi memoria la letanía que debía rezar para visitar el mundo espectral. Tras un parpadeo un velo blanco cubre mis ojos. Se que es arriesgado y que aún sigo agotado mentalmente, pero es una oportunidad única para comprobar si lo que sea que sentí habita alguno de los cuerpos allí presentes.

   Marcus se acerca a la recepción del hotel. Deja despacio en el mostrador dos billetes de veinte dolares plegados y con su mejor sonrisa le comenta. 

   - Buenas muchacho. No sabrás si el señor Morasinl se hospeda en el hotel , verdad? - Si el conserje coge el dinero añadiré - Y el señor Kepler, ya ha llegado? Ya le habéis asignado habitación?

Concentrado por un momento repasas el espacio mental a tu alrededor en busca de esa presencia ajena y extraña. Uno a uno vas saltando de mente en mente, no tardas demasiado tiempo ya que ninguno de los presenta nada extraño, todos son perfectamente mentes humanas y además ninguna de ella presenta ninguna fuerza psíquica especialmente llamativa, ni siquiera dentro de lo natural.  

De momento puedes ver al Sr. Wong concentrado de forma extraña con los ojos entrecerrados y un dedo puesto en la sien. Te preguntas que diablos estará haciendo, hasta que finalmente termina y vuelve a la normalidad, justo antes de que Baker se vaya con el científico.  

El recepcionista se queda sorprendido en principio ante tu petición, antes de tomar ninguna decisión, el dinero ya ha desaparecido del mostrador, después parece pensar en lo que has sugerido, no es imbécil, así que sabe que las preguntas están de más en esta situación. 

Pasa tanto tiempo pensando que por un momento dudas si no será capaz de haberse quedado con el dinero y no decir ni una palabra, dejándote en el dilema de acusarle y delatar todo tu propio intento de soborno...

Finalmente coge dos llaves de detrás del mostrador —acompáñeme— sube a la segunda planta pasa por delante de una puerta introduce la llave y gira, dejando la cerradura abierta, sigue adelante por el pasillo, abre otra y se da la vuelta, al pasar a tu lado, suelta un irónico y cómplice— cierre al salir, — y se marcha rápidamente escaleras abajo.

   Sonrío al conserje con complicidad y me cuelo a toda velocidad en la habitación de Kepler. Me gustaría poder hacer una revisión en profundidad del lugar pero me voy a tener de conformar con un vistazo rápido. 

   Principalmente busco algún papel que diga para quien trabaja. Los pondré sobre la cama y les sacare un par de fotografías. A parte de eso buscaré sobre todo cosas que estén fuera de lugar. Algo que me llame la atención.

  Tras eso intentaré dejarlo todo como estaba y repetiré el proceso en la habitación del italiano.

El Doctor Baker accede al debate científico para allanar el terreno y hacer bajar la defensa del cintífico. Por supuesto Dr.Walter, nuestras trabajadas mentes necesitan evadirse de vez en cuando y este lugar parece ideal. Baker señala la documentación que portaba su acompañante del café.  No he podido pasar por alto sus ejemplares de "física magnética y electro conductividad" que temas tan interesantes.....  

Rollo físico basado en la temática de sus ejemplares para enganchar a William y derivar En que la materia nunca muere sino que se transforma... derivando en un campo de ingeniería para poder aplicar dicho concepto de manera mecánica, puede que con un artilugio? De manera sutil obviamente. Tras un buen tiempo hablando, teorizando, pidiendo más café y quizás algún copa para amasar el objetivo. El Doctor utilizaría su charlatanería para convencer a William Walker en base al histórico colegueo científico  y bla bla bla, para sacarle si sabe algo sobre la supuesta desitengracion de materia. Algo de lo más Interesante de reprobar. Obviamente cualquier dossier, si es que Walter lo tiene seria interesante ojear rápidamente. Obviaria deliberadamente el motivo por el que el está aquí y de parte de quien, si es que no sale de el mismo William. Finalmete. Y como no, me ofrezco voluntario y totalmente agradecido de poder ayudarle en cualquier proyecto que lleve a cabo.

Pareces haber impresionado realmente al Doctor con tus conocimientos, al darse cuenta de que no eres un aficionado si no un ilustre de tus materias, que no son pocas por otra parte, empieza a confiarse y a relajarse.

Al nombrarle el tema del aparato desintegrador no puede más que delatarse, dando por hecho que tú también estás en la subasta y que, como personas inteligentes que sois, no merece la pena andaros con rodeos.

—Señor Baker, obviamente usted y yo estamos aquí por la misma razón y no tiene sentido esconderse, porque si no me equivoco dentro de pocas horas nos encontraremos en esos jardines siendo testigos de una auténtica patraña.

—Le he visto acompañar a ese oriental, supongo que alguna gran fortuna de la que usted es, me imagino, asesor científico. Yo mismo actuó como tal en representación de una compañía eléctrica, entienda que dejo eso a un lado, y yo no indagaré sobre su pagador, no es asunto nuestro.

—Si me lo pregunta, le diré francamente, todo esto es una perdida de tiempo, una patraña, una estafa. No se como se las ingeniaran para intentar convencernos de lo contrario, pero no hay tecnología creada para llevar a cabo semejante dispositivo ni energía. Por otra parte, como usted habrá visto en el dossier, las lagunas en la exposición del supuesto inventar son un insulto a la inteligencia de cualquier hombre de ciencia.

Afortunadamente las habitaciones son relativamente pequeñas, aunque ambos huéspedes están en algunas de las mejores, el equipaje es escaso, apenas para el fin de semana, y al ser un hotel no hay lugares ocultos.

Lo que encuentras es por un lado documentación que confirma que Kepler es una de los máximos accionistas y cofundador de Fundaciones Ursus, lo que te da que pensar que deben haberse tomado el asunto muy en serio para que acuda el en persona. Esa información no revela nada más en realidad, pero al menos ya estás seguro de eso.

Pero entonces encuentras algo mucho más interesante, es un dossier, no es el supuesto dossier del desintegrador, es sobre Pelfry.

Al parecer Kepler puso durante los días previos a un detective a trabajar en el supuesto inventor George Plelfry, el informe es suficientemente amplio, puedes fotografiarlo, pero, ¿cómo revelarás las fotografías en apenas unas horas sin ningún equipo?

Lo mejor será echar un vistazo rápido. O robarlo.

   Bueno la decisión es fácil. Me llevo el dosier dejo la carpeta. Tras eso cierro con cuidad y repito la operación en la habitación del italiano. 

    Buff... Gastaremos esa suerte. Que hemos venido a participar. 

Estoy de acuerdo con usted, como buenos científicos sabemos que esto es una pérdida de tiempo y una auténtica patraña. Podríamos idear una táctica para desvelar que todo es una farsa para sacar dinero a los incautos. Obviamente tendríamos que combinarnos para no revelar nuestras intenciones. Es de sobras conocido que la voz de uno solo puede tener poca fuerza aunque la verdad esté de su lado. Sin desvelar nuestra complicidad la cooperación podría ser un éxito. 

De echo hay un par de detalles del dossier que me gustaría discutir con usted, no lo tendrá a mano por casualidad? Sería importante combinar nuestras objeciones ante el supuesto artilugio y no repetirnos. Y la documentación previa sería un buen punto de partida.

Tenemos un deber como hombres de ciencia y la verdad ha de salir a luz.

Te llevas el dossier, y cuando entras en la siguiente habitación te das cuenta de que tiene una puerta abierta que da a la habitación contigua, asignada al chofer, puedes revisar las dos sin problema, pero en ninguna encuentras nada especialmente relevante.

 Solo sacas dos cosas en claro, el italiano es, además de genuinamente millonario, un jugador, entre su equipaje encuentras varias barajas y un juego de dados, así como lo que claramente identificas con su ficha de la suerte. Una de esas fichas de casino que se guardan como amuleto y nunca se cambian.

Por otra parte, el chofer, es un empleado puntual, al parecer un préstamo para el fin de semana de otros amigos adinerados del italiano, que no dispone de su personal habitual en este viaje. Y es, el chofer, un bebedor empedernido. Un perfecto adicto sin duda.

El tiempo se acaba y empiezas a oir algún run run de movimiento por los pasillos... 

La idea de encontrar una voz autorizada que confirme sus opiniones acerca del aparato son una gran motivación para el Doctor, que de por si es de naturaleza cobarde.

—Está bien, echémosle un vistazo, hasta que sea la hora de la demostración, podemos hacerlo en mi habitación. Pero le advierto que el dossier en si es una completa perdida de tiempo, véalo por usted mismo, Así podremos discutir lo importante, qué es, como prever sus posibles engaños en esa supuesta demostración, estoy seguro de que tienen alguna clase de truco impresionante para engañar a los incautos, no creo que hayan montado esto sin ningún as escondido en la manga. Ya me entiende.

  Tras lo conseguido, no es mucho pero al menos tenemos algo. Abandono el pasillo y me dirijo al comedor a volver a reunirme con mis compañeros antes de que nadie me sorprenda en un lugar del hotel de difícil explicación.