Partida Rol por web

La muchacha salió en pos de Rangar y puso la mano sobre el hombro del fornido bárbaro. Bajo la palma sintió sus músculos tensos y dispuestos para el combate, pero antes de que se lanzara de cabeza contra aquellos seres, debía asegurarse de que quedase protegido.

-¡Que el calor de Shallya te proteja!

Ragnar gruñó como un animal, trazó un arco con su hacha y la hundió a un lado del infraser. La criatura del caos ni siquiera tuvo que apartarse.

- ¡Aaaah! - Gritó el mutante al caer al suelo tras resbalar con la grasa. 

Sin embargo, no se rindió y desde el suelo propinó un manotazo al norteño que le rasgó la piel de la pierna dejando una herida muy fea.

- ¡Por Tzenestch! - Gritó desde el suelo.

El mutante de los ojos saltones que hasta hacía poco estaba devorando los restos de un niño, se aceró a Alder cojeando mientras se limpiaba la sangre de la boca con la manga.

- ¡Tú serás  el próximo! - Le dijo al ladrón.

Entonces le lanzó un manotazo que Alder esquivó muy fácilmente.

Quien también se acercó a Alder fue el mutante con cara de ser de las profundidades abisales. Éste, a diferencia de sus compañeros, no lanzó amenazas ni consignas religiosas, sino que simplemente se limitó a tratar de golpear a Alder sin demasiado éxito.

Al parecer había reclamado más atención de la deseada, pero eso entraba dentro de lo posible así que, como de costumbre, se lo tomó con filosofía, esquivando los ataques que se iban sucediendo en su contra.

Al tenerlos a tan corta distanciano le quedó otra que dejar caer su ballesta al suelo y, de un ágil movimiento sacar una pequeña daga oculta en su manga.

Durante un instante dudó si simplemente atacar a uno de aquellos dos seres que le hostigaban, si bien terminó por desechar la idea.  los números eran parejos y su prioridad debía ser la de  contener a las fuerzas enemigas mientras que Ragnar, el músculo del equipo, los iba liquidando. Por eso mismo se quitó de un empujón al de la cara de pez de encima, dando un pequeño salto atrás para poder así cubrir su flanco con un árbol y reducir así las posibilidades de los atacantes. Desde allí lanzó una puñalada hacia el ser escamoso, con más intención de amedentrarlo que de herirlo.

-¡Atrás, preciosos!-

Al ver fallar a Ragnar su golpe, Chester pensó en huir. Si alguien tan imperturbable, imponente y tantas otras cosas que empiezan imp había fallado su golpe. ¿Qué iba a hacer él?

Dejate de gilipolleces mago idiota, tú eres experto en equivocarse.

No podía huir a las primeras de cambio, ni a las segundas. Si no siempre sería un don nadie. Aunque la aventura terminase en Altdorf y el príncipe no quisiera nada de ellos, siempre podría decir que luchó y derrotó a unos horribles mutantes corruptos por la magia del caos.

El mago dio un paso al frente y sacó su ballesta. ¡Estaba dispuesto a usarla!

Alys contuvo el aliento, desde luego las cosas no estaban saliendo nada bien. Corrió detrás del bárbaro y le puso mano en la enorme espalda, haciendo brillar su símbolo sagrado.

-¡Ten esperanza! -exclamó la muchacha.

La magia divina recorrió el cuerpo del bárbaro.

Ragnar apretó los dientes para encajar el golpe del mutante que yacía despatarrado delante de él. El dolor le subió en oleadas por la pierna, pero tan pronto como subió se detuvo y retrocedió. Miró para atrás y vio a Alys detrás de él, durante un instante antes de devolver su atención al infraser que tenía delante.

Derribado, su oponente no tenían ninguna posibilidad. El bárbaro alzó su hacha por encima de la cabeza y cogió todo el impulso de su cuerpo para descargar un golpe sobre su columna vertebral.

El mutante de los ojos saltones se movió a un lado golpeando con dureza sobre la cabeza de Alder. El pícaro sintió como su cerebro goleaba contra su cráneo y se sintió algo aturdido, aunque no lo suficiente como para dejar de pelear. No obstante, sabía que un nuevo golpe similar a aquel, acabaría por derribarle.

- ¡Rodéale Hans! - Le dijo al mutante con cara de pez. -  ¡No dejes que escape!

El mutante con cara de ser abisal, dio un paso para colocar a Alder entre ambos mutantes. Fue entonces cuando trató de golpearle, fallando por mucho. El pícaro fue rápido al esquivar el golpetazo.

- ¡Bluuuuup broooop! -  Gritó  algo casi impronunciable aquel  desagradable ser.

El ser caótico de los ojo saltones le endiñó un golpe directo qeu por un instante le dejó sin respiración. La vista empezó a emborronarsele y  a sus ojos todo cobró un marco blanquecino, si bien pudo sacudirse la cabeza, recueparndose justo a tiempo para esquivar un nuevo embite del hombre con cabeza de pescado.

Si no iba con cuidado aquellos engendros iban a lelvársele la vida, cosa que no le apetecía lo más mínimo. Pero al menos él tenía las espaldas cubiertas por sus compañeros. O eso creía.

Un vistazo atrás le bastó para comprobar como el bueno de Chester era el único que le asistía en aquella situación.  Apuntando su temblorosa ballesta en su dirección si bien la determinación brillaba en su mirada.

-¡Cuidado con darme!-advirtió al mago de un grito que, si bien estaba teñido de la típica ironía del pícaro, esta vez también iba cargado de preocupación.

Alzando la vista buscó al resto del grupo, quienes parecía que se habían centrado en acabar con el mutante que Chester había dejado acertadamente incapacitado con el conjuro de grasa.

-Me vendría bien una mano aquí-inquirió en tono malhumorado, aún notando la cabeza dándole vueltas.

-¡Ragnar! ¡Dale al de la cara de pescado, yo le mantendré ocupado por este lado!

Chester sintió alivió al ver a Ragnar destrozar al mutante. Entonces volvió a apuntar con decisión al mutante con cara de pez. Hasta que Alder le dijo que tuviera cuidado. Las manos volvieron a temblarle y el temor no sólo a fallar sino a herir a un compañero se apoderó de él. 

El mago fue a bajar su arma cuando sin quererlo ésta se disparó.

Alys había hecho todo lo que podía hacer, de modo que dejó trabajar a los combatientes.

Ragnar respondió con un gruñido bajo, como el de un animal. Se acercó al mutante con cara de pez y trazó un arco lento y poderoso con su mandoble, que el infraser esquivó con facilidad.

El ataque fallido del bárbaro propició, sin embargo, que el enemigo tuviese que moverse para esquivarlo, provocando así una obertura en su guardia que el puñal de Alder aprovechó con un sorprendete acierto, puesto que se coló, casi en toda su loungitud, por la axila de la criatura, creando un reguero de sangre corrupta al retroceder rapidamente.

-Mierda, joder...-se lamentó, sabiéndose aún rodeado de enemigos, si bien tan heridos como él mismo.

Los dos mutantes parecían en las últimas, pero él no estaba mucho mejor. Agarrando la daga con ambas manos, se concentró en tratar de esquivar los nuevos ataques que le hiciesen.

Alys podía hacer poco. No era una combatiente. Nunca había blandido un arma contra nadie, sin embargo, si quería sobrevivir y que también lo hicieran sus inesperados compañeros de aventura, tendría que ayudar en aquel combate. Se movió rápidamente para rodear al mutante de los ojos saltones junto con Alder, si tenía dos enemigos de los que preocuparse, le sería más difícil combatir de forma efectiva.

Ojos Saltones y Cara de Pez, viendo que sus enemigos no parecían ser demasiado peligrosos, sobre todo el tipo de las gafas y la mujer, decidieron acabar con sus vidas. Khorne, el dios de la sangre estaría orgulloso de ellos si lograban una nueva matanza en aquel camino perdido en medio del basto Imperio.

Alder fue nuevamente el objeto de los ataques de los dos mutantes. Sin embargo, éstos fueron lentos y torpes y sumado a la gran agilidad y capacidad de esquiva del pícaro, del todo ineficaces. Era el momento de que Alder y Ragnar no fallaran, pues  heridos como estaban, sobre todo el joven encapuchado, podía ser que no tuviera otra oportunidad de lograr la victoria.

Dos ataques más fueron contra él, con la clara intención de acabar con suvida pero no con el mismo acierto. E lprimero lo esquivó hacia un lado y el segundo lo hizo girando sobre sí mismo, encarando esta vez a Ojos saltones.

Ragnar debería ser capaz de ocuparse del escamoso, por lo que prefería tratar de lidiar con el otro contendiente, quien ahora estaba siedo flanqueado valerosamente por Alys.

Ojos saltones tampoco fue ajeno a la presencia de la muchacha, puesto que su mirada se desvió un isntante hacia ella, momento que aprovechó el pícaro para colar el puñar dentro de las defensas de lmutante, hundiéndolo justo en el cuello y haciendo aparecer un nuevo torrente de sangre corrupta.

El siervo del Caos, con los ojos aún más abiertos se llevó ambas manos al cuello con expresión de incredulidad, para acabar desplomádose.

-¡Gracias por la ayuda encanto, te debo una!-expresó, esta vez lleno de su innata fanfarronería y optimismo, recuperados al cambiar las tornas del combate en su favor.

Chester fue a recargar la ballesta, pero tal y como estaban colocados, ni siquiera tenía ángulo de tiro. Así que esperó a que Ragnar hiciera lo suyo. Tampoco es que él fuera a aportar mucho con sus pobres disparos.

Ragnar no es que estuviera aportando mucho más que Chester, con sus poderosos golpes que no impactaban.