Partida Rol por web

Balmung se levantaba presuroso a salir del lugar, dado su tamaño no le cuesta mucho agacharse para intentar escapar del humo mientras busca una salida de aquel problema.

Vladimir se desperto muy desorientado, no sabia que sucedia, sus ojos llorosos, su garganta con picazon y casi incapaz de recuperar el aire que necesitaban sus pulmones para seguir respirando. Comenzo a toser cuando el humo le alcanzo y se sintio desfallecer en cierta medida, no sabria si seria capaz de salir de alli pero lo intentaria. Fue dando bandazos hacia la cubierta tratando de recuperar el aire que necesitaba le llegara a sus pulmones.

Un olor a humo invadió el camarote donde estabamos descansado Dieter y yo; a toda velocidad nos propusimos a salir al pasillo para intentar salir del barco o ver que era lo que sucedia. Nada más salir por la puerta mi intención sería abrir la puerta de enfrente donde descansaban Vladirmir y Balmung.

Salis entre toces a la superficie donde podeis respirar aire, aunque no del todo limpio, ya que el humo aun seguía por allí, no había rastro de fuego, solo una gran humadera.

Al salir a la cubierta, tres hombres ajenos al barco estan allí, un cuarto hombre se encuentra más alejado, con una ballesta en la mano.

Un virote del hombre de la ballesta pasa rozando a Dieter, por suerte éste se había movido en el último momento y no había resultado herido.

Los tres hombres que se encontraban en la cubierta se fueron por Ysella, Balmung y Corvo, los dos primeros consiguieron esquivar el ataque con rápidez rodando por el suelo, en cambio Corvo no tuvo tanta suerte, pues el hombre al que se enfrentaba, le golpeo en la cabeza con su espada, haciendole un feo corte en la frente, recorriendole la sangre por la mejillas y manchando sus ropas

- !Cof, cof¡ ¡Maldita sea es una emboscada!. ¡ A por ellos que les superamos en numero! - grito mientras me abalanzo a por uno de los atacantes al que intento dar un puñetazo pero sin mucho exito debido al aturdimiento que me ha provocado el humo.

No sé muy bien que pasa. Solo distingo cuatro figuras desconocidas que nos han tendido una emboscada mientras toso e intento respirar aire limpio.
Cuidado! grito al oír como el de la ballesta dispara y casi da a Dieter.

Sin saber muy bien que hacer, cojo mi arco e intento afinar un disparo.

El ataque de uno de los desconocidos me había dado de lleno, y mucha sangre comenzaba a brotar de mi frente obstaculizando mi intento de atacarle.

Corro directamente hacia mi caballo y cubro su hocico para que no se ahogue con el humo, el enemigo esta enfrente, si esos malditos hacen que se enferme mi caballo me las pagaran gravemente... así que tomando mi nueva red la lanzo con todas mis fuerzas a esos desgraciados, e inmediatamente cojo mi escudo.

- Por Verena, ¿casi me dan!

Algo trasvalsado, Dieter intenta rehacerse para tratar de buscar a los artífices de aquella emboscada.

Vladimir salio a cubierta tosiendo y llorandole los ojos en gran medida, aun asi observo como habian sufrido un incendio premeditado y los culpables les estaban atacando en ese momento.

Vladimir hecho mano de su arma pero su intento de ataque habia sufrido un gran fallo, el humo y el fuego le habian imposibilitado para responder en ese momento.

El hombre de la ballesta disparo nuevamente contra Dieter, pero éste pudo ver el ataque y quitarse a tiempo. Gurder ayudo a Dieter alertándolo y sacando su arco, disparando una flecha al hombre de la ballesta, su flecha se clavo en el brazo de aquel hombre, un grito de dolor retumbo el barco cuando el hombre se arranco la flecha.

Corvo intentaba acabar con aquel hombre que le había herido, pero la suerte no estaba de su lado, el hombre se movía demasiado rápido

Los otros hombres que se encontraban en la cubierta no consiguieron darle a sus objetivos, por suerte para los aventureros, pero la mala fortuna los acompañaba, ya que ellos tampoco habían conseguido dañar a sus contrincantes

Gabriel que estaba junto a su caballo, lanzo su red contra uno de los que estaban en la cubierta, sobre el que luchaba contra Corvo, para ser más exactos. Su red atrapo al hombre, pero por mala suerte también termino atrapando a Corvo

 Tomo mi ballesta apoyándola sobre el escudo disparo al par de enemigos que aún se mantienen en pie. El humo, el mareo y la velocidad del movimiento de ganan y la ballesta se resbala al disparar. La saeta vuela demasiado cerca de la cabeza de la enana y el torso del elfo antes de perderse entre las aguas.

-Maldición, con lo caro que salen los virotes.

Vladimir se acerca para ayudar a Corvo con su oponente ya que ambos estaban enredados en la red de Gabriel. Dispuesto a hacer sufrir a ese cabron lo que le podria causar a Corvo, le lanzo una estocada con su espada para pincharle hasta el alma.

Intento quitarme la maldita red de Gabriel de encima pero en vano, ya que no lo consigo.

-No se si intenta ayudarme o matarme, maldita sea.

El hombre de la ballesta disparo nuevamente contra Dieter, su virote se le clavo en el pecho, dejandolo gravemente herido. Mientras tanto Balmung recibía un fuerte golpe en el brazo izquierdo que raro era que no le hubiera roto el brazo. Willie habia conseguido librarse de la red, mientras que Corvo se debatía aun por quitarsela de encima. Willie tuvo la suerte de que pudo librarse de la red y parar el golpe que le propiciaba Vladimir. La suerte estaba de parte de aquellos hombres

 Descubro mi trabuco con una mano, mientras con la otra meto el paquete de virotes en la boca de cañón y lo viro hacia los enemigos.

-¡Quietos todos, o ninguno saldrá vivo!... Y creanme, por muy buenos que sean no creo que esquiven esta.