Casi me pongo a llorar cuando escucho a la mujer hablarnos; luego de que el hombre se había ido me había vuelto loca pensando cómo comunicarnos con él. Ahora esta mujer nos entiende, y parece tan buena gente. Me siento renovada después del caldo y el calor que tanto extrañaba mi cuerpo.
-Señora, soy Yael Tomada, yo le agradezco de corazón...
Me corté en seco por la emoción. Hablar, algo tan simple, tan cotidiano, tan normal, después de la vida que estábamos llevando era como beber el elixir de los dioses.
-Yo, nosotros, nosotros le agradecemos.
No pude decir otra cosa, estaba tan emocionada y cansada, y la palabra nunca fue mi fuerte. Esperé que algunos de los otros chicos le dijeran lo de nuestro viaje, o que le contaran lo necesario aunque sea.
Yo simplemente no podía decir nada. Estaba agotada, agradecida pero exhausta en el sentido mental. Era como si ésto fuera demasiado bueno para ser verdad...
La anciana cíngara parece contenta de saber que os encontráis bien, y agarra las manos de Yael con cierta ternura cuando ésta se muestra agradecida.
- Ah!! jeje Yo contenta de vosotros bien, querida. El bosque traer vosotros anoche. Nosotros cogimos en entrada poblado y nosotros cuidar.
Ante cualquier pregunta por saber dónde estáis.
- Esto ser pueblo de Drind-Gadet, gentes tranquilas de los bosques. Yo ser mater de caravana, lo que vosotros llamar cíngaros.
¿Drind-Gadet? La primera vez en su vida que Jonathan oye ese nombre, y se pregunta cuán lejos han ido a parar.
Y además cíngaros (o sea gitanos). En casa tienen un dicho, y es que no te puedes fiar de ellos…
Aunque Jon anhela respuestas casi con desesperación se obliga a si mismo a calmarse y a dirigirse a la anciana con serenidad y poniendo su mejor cara de “niño bueno”.
Disculpe señora, pero estamos muy lejos de nuestra casa… ¿Nos podría decir dónde nos encontramos exactamente? Ni siquiera sabemos si estamos todavía en Austria.
- ¿Austria? No, no!! Rumanía. Nosotros en Rumanía. Nosotros descansar aquí de largo viaje.
- Esta noche, cíngaros damos fiesta en pueblo. Toda gente irá, ¿vosotros querer ir?
Cita:
Por si no lo habéis pillado, os lo explicaré de manera simple:
Fiesta en el pueblo = Sacrificio humano
;)
jajaja Bueno bueno, quién sabe ;-P
-Señora -interrumpo tímidamente -¿puedo bañarme en algún lugar y tenéis algo de ropa?
Me pongo roja al explicar eso pero estoy harta de la túnica y quiero sacarme la tierra del cuerpo. Entonces escucho sobre la fiesta en el pueblo. Teniendo un sentido del respeto inculcado por mis padres desde pequeñita, y sabiendo que estas personas nos han salvado la vida, no puedo evitar decir.
-Iremos... sí.
Aunque no debería hablar por todos, pero quiero que sepan lo agradecida que estoy. Miro a Jonathan y Neil esperando su respuesta. Espero, además, que la buena señora me indique algo parecido a un baño.
- Bien. Ahí podéis conocer alcalde pueblo y él saber cómo encontrar camino de salida bosque.
La anciana te lleva cogida de la mano hasta una habitación contigua y te tiende una toalla y algo de ropa. La ropa no parce agradarte demasiado; se trata de un camisón marroncillo claro, unas medias gruesas que hacen la vez de calcetines, una camisa igualmente gruesa y hecha de lana y por último un jersey de colores chillones también de lana. Será chapado a la antigua, pero cuando terminas de ducharte y te lo pones, te siente cómoda e increíblemente abrigada.
No mucho más tarde oís en el exterior un poco de ajetreo. Al asomaros por la ventana podéis ver a un grupo disperso de gente caminando tranquilamente hacia un extremo del pueblo, lugar de donde provienen sonidos de guitarra y la iluminación de una gran fogata. La mayoría va vestida a la antigua, pero no se trata de cíngaros, más bien tienen el aspecto del europeo caucásico blanco.
Yael, tras la ducha y ponerte ropa limpia, -5 al estrés.
PD: Si voy muy deprisa decídmelo ;-)
"Estoy vestida. Por fin estoy vestida, Dios, Buda, Alá... ropas... que bien sientan aunque sean tan, tan enormes para mí"
-Arigato, señora, muchas, muchas gracias. -le dije a la mujer realmente agradecida. Luego me fijé en todas las personas que iban hacia un punto en particular. Muchos eran europeos, o al menos tenían más el aspecto de serlo.
Mirando a Jonathan y Neil les dije:
-Vean, por la ventana. ¿Será posible que... que alguno de ellos nos pueda mostrar el camino a casa?
Suspiré pensando en lo bueno que sería pero, a decir verdad, ya con el estómago con comida, ropas calientes y un sitio seguro, en donde no saldría ningún monstruo o ente, o criatura terrible o asesino... yo estaba más que feliz. La verdad en este momento no pedía nada más.
"Aunque sería lindo poder volver a casa."
Está perfecto, yo espero a los demás porque siempre contesto primero y parece que acaparara la partida :$ ji... pero es la emoción vieron....
Edito: no aguanté pero no posteé nada así reee importante.
Neil estaba un poco abobado y absorto.
Era la primera vez que hablaba con unos zíngaros. Recordaba a sus antepasados que en tiempos del rey Conan de Aquilonia llegaron a ser un pueblo próspero, algo anárquico pero bien establecido. A Conan y a Belit siempre les dieron problemas los Zingaros: eran gente traicionera y avariciosa y se preguntaba si sus descendientes serían algo mejores.
Gracias por todo, señora. dice un tanto tímido y confuso.
¿Una fiesta? pues creo que no puedo beber... No le apetece en absoluto ir de fiestas, sino ponerse una larguísima serie de anime en el VHS, tumbarse en calzoncillos en el sofá y beberse varios litros de gaseosa hasta que amanezca.
Finalmente decidís ir a la fiesta cíngara y bajáis de vuestro caserón de corte antiguo y doble piso hasta llegar a una calle completamente nevada y carente de carretera. La única iluminación proviene de unas antorchas predispuestas en las fachadas de las casas, y aunque hace mucho frío, hace mucho que dejó de nevar.
En vuestro camino pasáis por una taberna construída de madera y algunas personas, vestidas de igual manera que Yael (ropa campesina del siglo XVII), se dirigen dialogando hacia la zona de la fiesta, alejada del pequeño núcleo urbano que compone el poblado.
Poco antes de llegar al frondoso bosque halláis las caravanas de los cíngaros. Ahí os encontráis con una fiesta en toda regla. Formando un círculo alrededor de una ancha hoguera hay un grupo de cíngaros bailando de una manera muy particular, y alrededor de estos hay un montón de gente charlando, riendo y bebiendo.
Os sentís un poco fuera de lugar, ya no solo por todo lo que habéis pasado antes de llegar a este poblado, sino por las formas de la gente. La mayoría habla en un idioma parecido al rumano pero otros hablan inglés, aunque un inglés muy arcaico. Procuráis arrimaros a algunos de esos grupos y escucháis algunas soprendentes leyendas sobre la zona.
"Me han contado los cazadores del pueblo, que últimamente han visto una criatura furtiva andar por la floresta. Se trata, según Carmen, del Desvelado. Un chico extranjero que ha perdido todo lo que tenía y que ahora, por miedo a algo que habita en sus sueños se mantiene despierto a base de dolor. Este pobre diablo aúlla por las noches al torturarse a sí mismo para no quedarse dormido."
El tiempo pasa y poco a poco váis entrando en calor. La fiesta ha avanzado hasta el punto en que la hoguera, antes formada por una grande y ancha llama, es ahora un rectángulo de metro y medio de ardientes brasas. Algunos de esos cíngaros las rebasan andando ligeramente sobre ellas mientras aúllan salvajemente y alzan los brazos en pos de victoria al atravesarlas completamente.
A estas alturas de la fiesta, algunas personas se han ido y otras charlan ahora más pesadamente, formando corrillos en el suelo y sentados mientras apuran sus últimas copas. Recordáis que Carmen os habló del alcalde y de la ayuda que podría proporcionaros para salir del profundo y tenebroso bosque, y lo encontráis no muy lejos de vuestra posición hablando elocuentemente.
La fiesta era como estar en otra época, como si la modernidad con sus televisores de Leds y sus ipods y todo eso se hubiera congelado en el tiempo y sólo existiera este lugar, y nosotros nos hallásemos de vuelta en el pasado. A mí me gustaba esto. Lo que odiaba era todo lo que teníamos encima: los locos que nos habían perseguido, los mafiosos, el aullido. Entonces escuché una parte de una leyenda que narraba sobre un chico, tan angustiado por sus pesadillas, que aullaba para no quedarse dormido.
"Ay por buda..." pensé tiritando de miedo. Nosotros estábamos en una situación similar, siempre nos "dormíamos" y aparecíamos en lugares horribles, era como vivir una eterna pesadilla.
Iba a comentarle esto a Neil cuando noté la figura del alcalde a lo lejos. La fogata ya era un cosa nimia comparada con cuando la fiesta comenzó y había poca gente, mejor oportunidad para acercarnos al hombre.
- El alcalde... debe ser él. Vayamos y esperemos que sepa inglés... o japonés...
Me encaminé en su dirección. No quería tener que hablar yo, así que si alguno de mis compañeros lo hacía primero, mucho mejor. Pero en estos momentos, con todo lo pasado, mi timidez era algo absurdo para tener en cuenta.
Bueno, pues vete tu a hablar con él, que yo voy a ver si aprendo un hechizo o algo así. dice mirando promero las contoneantes caderas de la japonesa y cuando se va perdiendo de vista desvía la mirada buscando a Carmen, la mater, entre la gente.
Para alguien como Jonathan, acostumbrado a correrse juergas día sí, día también, en la fiesta zíngara parece desdibujarse, permanecer sin llamar la atención. Trata de disimular con quedas sonrisas la enorme desconfianza que siente hacia esta gente, y aunque desearía ponerse ciego a bebida para olvidar la desagradable situación en la que se encuentra, prefiere mantenerse alerta y no bajar la guardia en ningún momento.
Cita:
Cuando escuchan la leyenda, Jon intercambia una mirada de alerta con Yael y Neil. Demasiado parecido a lo que les está sucediendo a ellos. Demasiadas casualidades...
Pero hay que centrarse. El Alcalde. Él nos podrá decir cómo salir de aquí. Porque tendrán algún coche ¿verdad? o algún teléfono, o habrá una carretera o parada de autobús en algún lado...
Mietras Neil busca a la tal Carmen para preguntarle por la leyenda del Desvelado, Jon acompaña a Yael en busca del Alcalde.
De reojo mira las ropas chillonas de la muchacha. Parecen cálidas. Luego mira las suyas. Están hechas un asco y no le protegen bien contra el frío. Pero preferiría enfrentarse de nuevo al Ente antes de permitir que le pusieran uno de esos jerseys de lana de colores.
Jon suspira, se estira la chaqueta y sigue a Yael.
Cuando os ve aproximaros, el alcalde se acerca a vosotros y hace una reverencia a modo de saludo en tiempos antiguos. Se muestra muy cortés y sonriente.
- Ahhh, así que sois vosotros... los del "otro lado".
Os estrecha la mano con emoción, invitándoos a no cortaros a la hora de hablar con él.
- Es un placer conoceros. No se ha hablado de otra cosa en todo el día más que de vuestra... llegada. Espero que estéis disfrutando de la fiesta con esta gente !
Su inglés, al igual que el de Carmen, es muy arcaico, aunque este al menos conjuga los verbos.
Carmen se acerca casi al mismo tiempo, quedando a la altura de Neil mientras escucha al alcalde. Al ver a Neil le sonríe, sus mejillas se han sonrojado y su aliento exhala un ligero aroma a alcohol de hierbas.
- Hola joven, tu pasar bien en fiesta? jejeje
Saludo al alcalde con una reverencia al estilo japonés: estirando mi torso brevemente hacia adelante y bajando la cabeza para luego retornar a la posición erguida.
-Sí señor. Señor... ehr...
Me está volviendo la timidez a mi cabeza, tratando de acallar mis palabras pero quiero irme de aquí. O al menos saber que estoy segura; también me preocupa el estado de mis amigos, porque ya siento que son eso, amigos.
Tomo la mano de Jonathan, sólo como un acto que me dá fuerzas y sigo:
-Señor, nos extrañan en casa. Hemos pasado un momento, unos momentos, hermosos y su gente es muy cálida pero necesitamos volver a casa. ¿Tenéis idea de una manera de ir a la ciudad? O... al pueblo más cercano, ¿tenéis un teléfono que podamos usar, señor?
Lo miré con ojos suplicantes...
Si, bueno. Del otro lado del canal de la Mancha. Yo soy de Sunderland.
¿Cómo del otro lado.... esto no es un bucle temporal sino ¡dimensional!!!
Verá, se lo voy a explicar a usted, que parece que tiene estudios. dice volviéndose a la gitana para seguidamente expicar su alocada teoría que sin embargo se ajusta bastante bien a lo que están viviendo.
Todo esto es como si el destino se hubiera confabulado para hacernos pasar por las mas extrañas pesadillas comunes.... todos soñamos lo mismo, con unos tipos que aparecerán en su futuro y con los que harán bien en mantener las distancias, que se llaman nazis y odian a los judios, a los gitanos y a los roleros. No es tan sencillo como volver a casa y olvidarnos. Hay algo que nos ha unido y que está jugando con nuestro destino y que lo seguirá haciendo hasta que se canse o hasta que sea derrotado, porque lo que nos sucede es tal cúmulo de circunstancias y casualidades que roza lo imposible. Es como si todo lo que nos sucede estuviera preparado.
Y digo, que usted es una mater zingara y como todas las mater zingaras tiene poderes y sabe hechizos, ¿no podría hacernos un chequeo psiquico o astral para ver contra quién nos estamos enfrentando o quién está guiando nuesro destino?
Neil seguidamente asiente, aseverando su sarta de estupideces.
Cita:
Como diga que no sabe lo que es un telefono y resulte que estamos en el pasado... me va a dar algo.
;)
- Ahh sueños, pesadillas. Nunca ser buenas para nadie.
La anciana mujer pone cara de incomprensión con la mayor parte de las palabras que salen de Neil, pero finalmente lo coge del brazo y se lo lleva consigo, sonriendo, hacia donde estaban las brasas de la fogata.
- Venir conmigo, venir. - Carmen te hace un gesto con la mano hacia las incandescentes brasas. - Si tu pasar por brasas, Carmen ofrecerte regalo contra Bestia del bosque. - te dice muy convencida y orgullosa.