Partida Rol por web

Tiger se acerca a la montaña, hacia las cuevas, siguiendo el sonido del viento una idea un tanto alocada va surgiendo en su mente, viento y cuevas, si el viento es ascendente igual lo puedo utilizar a mi favor, algún tipo de paramente o ala delta quizás, investiguemos que si no me toca comenzar a escalar cuanto antes... fueron las palabras que pasaron por su mente.

Pipan, encaramado entre un peldaño y un pasamanos, lanza una vez más la cuerda con satisfacción. Esto de escalar con sólo una cuerda no está mal...quizá cuando ya sea hunter podría volver para hacer una excursioncita por aquí. El paisaje a su alrededor es magnífico.

Ya agarrado a ella, mira hacia abajo un momento y se queda perplejo al ver que de los demás, casi ninguno está ascendiendo.

¿Pero qué esperan? ¿Creen que van a encontrar un ascensor?

Y vuelve a trepar. Sin embargo, su experiencia escalando no lo es todo. Al poco, su pie resbala del borde en el que ha intentado apoyarse y pierde el equilibrio. -¡OUAPPP!- Con la sorpresa, cae un poco hasta que logra volver a aferrarse a la cuerda. El impulso lo balancea sin control de lado a otro un rato mientras trata de no precipitarse al vacío.

Tocaba entrar en los túneles y correr y volar hacia el destino, estaba una pizca nerviosa, pero según dicen, los ratos siempre caen de pie. Solo esperaba que está regla se aplicara también a ella, aunque si era algo común entre turistas, tan peligroso no sería ¿No?

Si hay algo que se les de bien a los gatos es notar corrientes de aire y lugares frescos e incluso salidas que den a lugares cálidos. Simplemente les encanta sentirse cómodos y escogersegun el capricho del momento.

Ivrels casi tan acostumbrada a ello como cualquier gato, cerró sus ojos un momento, olisqueó el aire, y después miró si el polvo se movía cerca. Tocaba escoger el hueco que le llevara a la cumbre y sin demora, se dispuso a volar.

Aquel tipo con los equipos de montaña era una molestia ciertamente, pero desde el comienzo de la prueba su actitud descuidada e impulsiva, llena de bizarra potencia para un careto de buen rostro como ese le dejaba claro que era alguien de peligro, Kyo podía oler a los enemigos, saber si un enemigo lo era, que casi siempre era el caso, potencialmente, entender la esencia de sus rivales posibles a nivel fundamental.

Y eso era el punto. Ya relajándose un poco, pero apenas, esta montaña le recordó que todo era, como siempre, física, y que, como siempre, la solución que mejor conocía él mismo era mediante los puños. ¿Sino como más? Cerró los ojos, sintiendo el calor, y que pronto se volvería oscuridad, una peor que el otro por muy poco. Soltó el aire y espiró, meditando entonces como todo artista marcial o por lo menos guerrero haría. Un desafío no sería negado.

Esperó que los otros dejaran de enfocarse en él y buscó ocultación o por lo menos, sutileza, puntos ciegos basados en la observación de plano o scan de topografía general que hubiese hecho, por pequeño que hubiese sido, siendo un paso. Luego, se sacó su chaqueta o polerón y la empezó a envolver alrededor de su mano, nada menos, la cual ya tenía las vendas y los refuerzos metálicos dentro de placas, un bloquéo suficiente y algo de aire entrando a su piel, de paso, soltando más sudor y suspirando del modo más velado posible. Luego... Comenzó su brillante o estúpido plan, o brillantamente estúpido quizá.

Buscó un punto en la montaña, un sector central y le otorgó sendo puñetazo. Con todo lo que bloqueaba su mano de, bueno, hacerse mierda. No era su intención algo absurdo sacado de algún manga o serie como romper la muralla y abrir un camino... Sino hallar en donde sonaba hueco y encontrar las posibles cavernas internas. Buscaría puntos centrales como puntos aislados por esquinas de la montaña en su base, o sectores de la roca donde se notase que estaban indentados. Todo era ciencia, todo era fuerza, sus dos filosofías en una.E

Intentaría unas 15 veces , 5 por lado, usando patadas (Envolviendo sus piernas también con su chaqueta/polerón para el mismo efecto de amortiguación aparte de las zapatillas y vendas) las últimas instancias y tomando descansos entremedio, tomando la agua que le quedaba. Iba contra el tiempo y ahora sí se veía brutal. Una vez hallara un hueco o la indicación de una montaña, era cuando la cosa cambiaría.

Se pudo ver como Kyo estaba meditando y sacándose la chaqueta para poder respirar con más calma, pudiendo seguramente verse sus vendas en ambas manos cubriéndolas como sería el caso con un artista marcial o practicante de combate común y corriente, aún a los pies de la montaña como si fuese a encontrar una solución alterna o esperar a tomar otra forma de enfrentar el problema.

Kain se había concentrado en observar la montaña y buscar pistas pero no vio nada en particular que le llamara mucho la atención, lo único que creyó provechoso de aquella actividad fue aquella  ligera sensación de sentido común que le decía que volviera al bosque o que como los demás intentara observar la montaña. Ya que había venido del bosque y no había visto nada muy raro, primero intentaría rodear la montaña mientras analizaba con detenimiento su estructura o algo que le ayudara a subirla en los terrenos aledaños a esta.

Juzgando imposible subir por las escaleras en un tiempo prudencial para pasar la prueba, Razo decidió arriesgar el todo por el todo y rodear la montaña en busca de una gruta o túnel que sirviese de atajo para llegar a la cima o pensaba que no lo lograría a tiempo. Por ello, hizo acopio de todas sus fuerzas restantes y empezó a correr en sentido horario la misma mientras inspeccionaba cualquier recoveco que pudiera sugerir una entrada discreta a la vista.

Razo se percató, mientras rodeaba la montaña, que había una abertura de una cueva oculta en un lado de la montaña. Eso sí, la entrada estaba cubierta por gruesas ramas de la naturaleza que habían crecido a su alrededor, las cuales se movían cuando, cada cierto rato, se escuchaba el chillar de la montaña en el fondo, parecía que había una fuerte corriente de viento dentro de la montaña.

Kain no estaba teniendo las mejores de las suertes para tantear el terreno de las que él se esperaría, y ciertamente, no estaba logrando encontrar nada que le sirviera de mucho. Lo que, si se dio cuenta, de que él no había sido el único mirando a los alrededores de la montaña, y se fue percatando de que, con el tiempo, había menos gente buscando como él.

Kyo sintió como la fuerza de su puño retumbó por la pared. Las primeras veces, le dolió muchísimo, puesto que la roca era extremadamente dura, y parecía no notar ninguna abertura, hasta que, en uno de sus puñetazos, pudo sentir algo. El dolor era menor y podía sentir una pequeña vibración. Buscando de dónde provenía esta, encontró a algunas decenas de metros, la entrada de una cueva, la cual, por dentro, estaba iluminada por luces. Pudo sentir al estar dentro como la cueva comenzaba a vibrar, y salía una fuerte corriente de viento de esta, el cuál le llego en todo el cuerpo. Este provenía de mucho más adentro, pero él podía sentir el chillido del viento de como este parecía ir ascendiendo a lo alto de la montaña.

Ivrels entró a las cuevas sin miedo. Se dio cuenta de que había un sistema de iluminación a través de estas, por lo que, seguramente, eran los pasos utilizados por los turistas para subir. Sin ningún miedo y avanzando a través de este, encontró un gran espacio circular, donde se podía ver, al fondo, una oscuridad acuciante, pero arriba, se podía ver como la abertura continuaba hasta el cielo, a gran altura. Podía escuchar la montaña entera chillar, y se comenzó a sentir una vibración muy potente, y allí, ella supo que era su momento. Se lanzó al vacío con la hoja en mano, y, a una fuerza impresionante, sintió como la fuerza del viento la levantaba con tal fuerza, que sentía todo su cuerpo liviano, al punto que el mero hecho de ir agarrada a la hoja se hacía fácil. Pudo ir viendo todo el interior de la montaña a medida que iba ascendiendo y ascendiendo, hasta que salió a lo alto del lugar. Podía ver la meseta de la montaña, y mucho más abajo, el bosque entre nieblas.

Pipan, por su parte, si bien había ascendido un buen trecho con su hábil técnica, el cuerpo le pasó la cuenta, y en un momento que se desconcentró, se precipitó hacia una de las escaleras. Alcanzó a caer de forma que no se hiciera daño, pero había perdido el impulso que había tenido en el piso. Miro a su alrededor y pudo observar que, a esta altura, si comenzaba a correr con buen ahínco, lograría llegar al lugar en un par de horas, lo que sería un par de horas antes del atardecer.

Tiger hizo un racionamiento lógico, si había suficiente presión aérea por las cavernas, podría encontrar una forma de subir si contaba con el implemento necesario…y tras buscar con su mirada, tras un rato, lo encontró. Había en el bosque unos árboles de gran tamaño que sobresalían del resto, que poseían unas hojas de característica extraña, eran inusualmente grandes, y, además, eran increíblemente resistentes. Si el las doblaba, flexionaba, o intentaba romper, se daba cuenta de que eran increíblemente duras, por lo que posiblemente, estas podrían ser la herramienta que le faltaba para hacer uso de los túneles.

Una amplia sonrisa se dibujo en el rostro de Tiger...

Ah ver si la suerte me acompaña...

Me dirijo hacia los arboles, selecciono una hoja que me parezca correcta, resistente pero flexible, hago una pequeña prueba agarrándola por ambas partes y zarandeándola para comprobar. Al tener la que considero correcta me dirijo hacia las cuevas y busco en la que considero que hay mas presión de aire para subir, me preparo, tomo la hoja y la coloco sobre mi cabeza firmemente agarrada y me lanzo justo en lo que considero que viene una buena "bocanada" de aire.

Vamos allá, el que no arriesga no gana!!!

Mientras voy subiendo voy gritando de manera controlada de la emoción

Vamos!!! YEAH!!!! mientras mantengo mis manos con un agarre firme sobre la hoja.

Jin, rápidamente, se dirigió a esas aberturas en la roca que tal vez podían ser cuevas. ¿El camino a la cima sería más rápido por dentro que desde afuera? No tenía otras opciones asique decidió arriesgarse. Al acercarse a la roca pudo ver en algunos sectores tenía la posibilidad de subir sin necesidad de equipamiento como el otro participante. ¿Estarían preparadas estas aberturas y estos lugares aptos para ser escalados a fin de que los participantes se dirijan por esa vía? En la prueba del cazador todo era posible.

El impulso ascendente fue increíble, pero lo más sorprendente eran las vistas desde las alturas. Ivrels pensó que en vez de guiarse por el instinto al tocar el suelo, sería aprovechar para hacerse un mapa mental de la ruta a seguir.

De dicho modo cuando cerca de tocar el suelo, soltó la hoja para caer como lo haría cualquier felino de pie y a cuatro patas amortiguando la caida. Aunque estaba claro que en realidad no era una gata, imitar a quienes veía como a su familia no le había ido mal, solo tuvo que adaptar el sistema rodando ligeramente por el suelo.

Lo logró, si bien sentía el dolor en su mano derecha, pero era necesario, o era eso u otro suplicio patético como el anterior, culpa de nadie pero aún así no sin culpables, él mismo puede o no que incluído. Suspiró entonces y entró en la cueva atento que nadie le viera. Los vientos suponía que no saldrían atrás pero de todos modos estaría atento hacia la entrada, dando la vuelta para echarse al piso, cruzarse de piernas e ir sacando de entre sus cosas... Cosas, pero cosas útiles para el asunto.

Cada armazón de vendas tenía unos pequeños ganchos que se pegaban de forma ergonómica entre sí para formar el compuesto. Sacó los refuerzos de placas y vió la mano con moretones y sangre, seguramente. Se dedicó a limpiar las vendas lo mejor que pudo, usando incluso su chaqueta a un lado para poner todo el asunto. Luego desinfectó tanto dichas vendas como su mano, se trató lo mejor que pudo, mayormente removerse cualquier estigma (Trozos flotantes de suciedad y restos de piel/tejido) y dejarlo lo más limpio posible, volver a ponerse algo entremedio, las placas encima, también puestas con cierta limpieza posterior a la curación que habrá dedicado un buen tiempo a hacer y finalmente, cuando ya estuviese todo listo, pararse, revisar de nuevo. Si no había nadie, volvería a dar la vuelta hacia adentro de la caverna, si sentía el más mínimo concepto de alguien, iría a revisar con cuidado, pero sin salir del todo del pasaje, tal que no fuese a mostrar este camino que tanto le costó conseguir, solo quería estar atento, y admisiblemente, algo paranoico. "Abismo que mira de vuelta", "Pelear contra monstruos", después de todo.

- Al fin, es hora.

Se dijo a sí mismo una vez hiciese todo aquello y subió por la montaña como tuviese, igual atento por encuentros y sorpresas en el interior.