Partida Rol por web

A buen ritmo escaleras arriba, la luz se hacía cada vez más intensa, y si el calorcito aumentaba en consecuencia podría ser un buen lugar en el que echar otra siesta. ¿Cuanto faltaría para comer? Aunque no sabía si les darían de comer en pleno examen, de hecho incluso si hubiera comida,no sería correcto comer sin consentimiento previo.

No es que le importase demasiado, pues estaba allí por ese permiso de cazador, pero siempre se agradecía la buena consideración hacia los invitados ¿Eran los competidores invitados? Esa era la cuestión...

El cambio de horizontal a vertical, la respuesta de la examinadora y el súbito adelanto hasta su posición relativa de aquel hombrón dejan a Pipan aún más perplejo de lo que ya estaba antes. ¿Pero qué está pasando aquí??

Pero al mirar hacia arriba, la luz de la ¿salida? está cada vez más cerca. Poniendo expresión de seguridad en sí mismo, Pipan continúa ascendiendo los escalones. Sea lo que sea...¡que venga!

Llegando en el grupo más rezagado, Razo cedió el paso a los que iban junto a él para subir aquellas escaleras, ocultando que necesitaba recuperar el aliento antes de volver a esforzarse sobremanera, de lo contrario, su hígado explotaría. 

Francamente desanimado, maldijo el momento en el que eligió un ancla para llevar a aquella competencia ya que su peso le había lastrado mucho y, cada vez más consciente de sus propias carencias respecto a los demás, emprendió la subida con una evidente apatía, sintiéndo que no estaba preparado para convertirse en cazador. 

Kain había podido observar como el explorador que iba a su lado lo repasaba y alcanzaba a la examinadora, cada vez le impresionaba más el sujeto y empezaba a despertar de nuevo su emoción por la prueba. Justo cuando se disponía a acelerar el paso para intentar alcanzarlos a ambos, fue sorprendido por la inesperada aparición de uno de los hombres más corpulentos que había visto en el examen y por un instante quedo abrumado al ver que este logro alcanzar a Biscuit y al explorador.

En ese momento se dibujó en él una sonrisa, al verse inundado por la misma sensación que tenía al competir con sus hermanos y olvidando la cautela que había tenido en mente al iniciar el examen de un salto intento alcanzar a los demás e intentar correr con todas sus fuerzas para llegar primero que nadie a la salida.

Ahora debían subir unas escaleras, siguiendo a la examinadora que riendo y dando brincos iba primera casi como si fuese un juego. Unos pocos participantes la seguían de cerca, se ve que algunos estaban mejor adaptados para este tipo de pruebas y no les costaba tanto seguir el ritmo. Jin mantenía su tiempo y por el momento no tenía dificultades a diferencia de otros que estaban más atrás y se los veía agotados.

Las escaleras agregaban una complicación más pero él se mantuvo en su esfuerzo al lado de la niña de la guadaña y del monje que parecía tomar un poco de ventaja de ellos.

-Parece que todos quieren destacar aquí, ¡hey, monje! ¡¿Qué sucede, no quieres la compañía mía y de la mocosa?! Ja ja ja

Una ves unido al reducido grupo cabecera el hombre alto llega en silencio, con la mirada siempre al frente y sin perder de su vista periférica a la joven que les guía. Continua con su ritmo estable y su respiración casi inalterada.

Que buena manera de arrancar los motores, un ligero calentamiento antes de lo que sea que se venga, solo espero no haya que esperar mucho una ves lleguemos así no nos enfriamos. y culmino con una sonrisa al grupo desviando por primera ves la mirada del frente, pero devolviéndola de inmediato a su sitio en un movimiento y gesto así robótico.

 Era momento de subir las escaleras y Yoshi se encontraba bastante cómodo esto le traía recuerdos de su entrenamiento en el templo, por lo que se estaba presionando más para avanzar y al escuchar las palabras del joven moreno, se gira lo suficiente para dejar ver una sonrisa y dice nos vemos en la sima ya podremos conversar cuando lleguemos allí y continua la marcha       

Sabía perfectamente que al hablar o interactuar de más gastaría energías, enfocado en como sus pulmones respiraban y observando a detalle a los que mejor lo hacían logré mantenerme en pié y seguir avanzando.... Aun cuando ahora tuviese que emplear mi poca experiencia física en subir escaleras las cuales me resultaban infinitas.

A medida que el cansancio le iba pasando factura, sentía el peso, quizá de sus vendajes y lo que estos contenían, quizá de su propio cuerpo o incluso de la misma idea, la realidad de que no estaba listo para esto sin importar cuanto pensara que lo estaba. A cada paso iba respirando más fuerte, pudiendo escucharse apenas su jadeo si bien contenido perfectamente, pero cada vez menos. Poco a poco iba dando leves pausas, movimientos súbitos de detenerse y seguir, o demostrar que su cuerpo era víctima de la gravedad inconscuente a las voluntaes y deseos de aquellos a quienes arrastaba, vivos o inertes, conscientes o instintivos, a todos por igual, como un jalón al abismo, al infierno incluso.

Y fue así como el que se apodaba de cierto modo tropezó, entre que cerró los ojos en un parpadéo mal hecho, una visión mal calculada, todo pequeño detalle que podía afectar al cuerpo y su concentración, porque todo era física, todo era masa y todo era el cuerpo en que uno vivía, no había alma, no había espíritu, solo moral y filosofía para los que actuaban en el momento antes de morir y después de nacer, el absolutismo que era el único dogma para el joven le recordó sobre como la realidad era solo materia, solo energía, nada de alma, nunca. Fue lento en sentimiento, casi eterno, pero instantáneo en suceso, súbito y sin piedad, como la realidad siempre era.

Sin piedad.

- Hey, Nagayama, ¿no te crées tan rudo, eh, niñato?

- ¡A ver qué tanto te gusta esto!

Sonidos huecos, lejanos, de pisotones y patadas a un niño de no más de 10, 12 años quizá tirado en el piso, brazos en lo alto aguantando y aguantando, tirado en el piso exactamente como el que ahora se hallaba, años después, en la Prueba del Cazador, probablemente pasando del medio de la carrera y los grupos al final absoluto. ¿Pensaba rendirse? Podría, quizá no tenía opción pero ninguna regla dijo que se quedaría fuera si no llegaba, si bien tampoco decía que tendrían que esperarlo. En la vida real no había reglas, como en un dojo, o una pelea uno a uno, era cada quién por su cuenta. Poco a poco fue alzando la cabeza y su mente se llenó con una sola idea clara, pero potente.

"Se arrastra la serpiente"

Arrastró el brazo y lo estiró para moverse, con su estómago y todo su cuerpo, finalmente usando su mano para tensarla y pegar una palma hacia el suelo, levantándose apenas, tambaleando, mareado, cansado. Si ya no quedaba nadie, avanzaría por instinto y si alcanzaba a ver a alguien, les seguiría con lo que quedara. Avanzar hacia adelante, nunca detenerse, ir con todo. Pegar fuerte, pegar primero.

Sin parar, sin piedad.

El examen de cazador no era algo fácil. Al año, los rumores decían que no habían más de seis participantes que lo superaban año a año, por lo que, para la cantidad de asistentes, debía de ser un reto que solo unos pocos podían superar. Así lo sintió Kyo, al igual que cuarenta participantes más. La prueba pedía un nivel físico altísimo, o al menos, de momento, y no muchos estaban rindiendo para alcanzarlo. Kyo fue un ejemplo de ellos, puesto que, mientras iba subiendo por las escaleras, se cayó de forma dolorosa a través de los escalones, por varias decenas de metros antes de poder detenerse. El cuerpo le dolía mucho, cada fibra de sus músculos le dolía por todo el esfuerzo, e incluso, sentía la boca con sabor a sangre por este. Aun así, se levantó, y comenzó a correr detrás del grupo, esperando no quedar atrás como para ser descalificado.

Razo, por su parte, ya había tomado plena conciencia de que el ancla había sido una pésima idea, sobre todo por el hecho de que ahora sudaba a mares, y cada cierto tanto sentía que esta se le iba a soltar, y la iba agarrando con más fuerza para no soltarla, sobre exigiéndose aún más. Para el resto, la cosa fue más fácil. A varios les llegó el segundo aire y se pusieron a la par, e incluso, en los primeros lugares, otros simplemente se encontraban en tan buena posición física que esto no constituía ningún reto.

Y, antes que se dieran cuenta, estaban frente a una gran salida. Los primeros en llegar pudieron tener un gran respiro de un profundo olor a hierba mojada, conjunto a sentir la brisa fresca del aire del bosque, viendo, frente a ellos el paisaje que se encontraba.

Unas grandes montañas, rodeadas por un bosque, se encontraban en el lugar. El bosque, cuando lo miraban en detalle, se podía observar que era profundo y se iba reuniendo niebla a medida que uno iba profundizando en él. Al fondo, al menos hasta lo que podían ver, un solo camino llegaba hasta los pies de la montaña. Una vez que todos se encontraron allí, la mujer habló;

-Muy bien a todos los presentes, nos encontramos en las montañas Haijanpumaunten, pertenecientes al lugar de la primera prueba. Deberán llegar a una meseta que se encuentra a unos 2500 metros más arriba, en la montaña, tienen hasta el atardecer para llegar allí. -

Y tras eso, como si no tuviera más que decirles, partió corriendo a una velocidad mucho más rápida que antes, y antes de que pudieran darse cuenta, le habían perdido la vista. Por detrás de ustedes, unas grandes y pesadas puertas de acero se cerraron sobre el túnel, haciendo que todos los que hubiesen quedado atrás, ya no puedan avanzar en la prueba. Contaban, según la posición que podían contar del sol, aproximadamente de seis a siete horas.

Ivrels al escuchar a la instructora comenzó a caminar retomando la guadaña con sus manos, dicen que los gatos a menudo piensan cual es el camino que mayor fortuna les proporcionará y la niña tenía ese tipo de sentido felino. Recordar iempos de estudio, sentir el viento y visualizar el trayecto eran parte importante de la que por fin era la primera prueba, no debía dejar que la pereza le venciera esta vez, era de mala educación hacer esperar a la gente y los examinadores seguramente no lo verían bien.

Acostumbrada a correr por su propia montaña, en la que se encontraba no debería ser tan diferente, los caminos de los gatos eran a menudo un misterio, pero eran sus mismos pasos; y si bien era cierto que a ella a veces le costaba un poco más, apoyarse en su guadaña o cortar algunas hierbas mal intencionadas suplía algunas de esas deficiencias.

Paso a paso comenzó a susurrar una canción sobre gatos que saltaban de piedra a piedra para evitarse mojar almcruzar un río, una sencilla canción infantil que a veces entonaba para hacer más amena la marcha. Además a su preciada familia parecía gustarle aquella melodía.

Sabía que no era una simple excursión, si era una prueba debían ser precavidos o pecarían de confiados y faltarían, su respiración era calmada y pensó que más que nunca tenía que ponerse sería,nomestaba en juego solo su vida, si no la de decenas de gatitos que llegarían pronto y que ya deseaba acariciar y arrullar en su brazos. Se cerró la cara con la mano, también los ojos, para evitar cualquier rastro de legañas, lo que podía parecer solo una prueba era para ella una misión.

Nadie tomaba nada en serio en este mundo. Aquellos que conseguían todo sin esfuerzo no eran merecedores y los que sufrían toda la mierda tenían que arrastrarse hacia arriba, hacia adelante. Sangrando por la boca, con moretones visibles, mayormente raspones, pero aún así y alguna que otra ruptura menor en sus prendas, salió exactamente el último de todos, cuando la puerta se cerro, pudiendo sentir a los que quedaron tras él, como si les pidiese disculpas, esperando que pudiesen intentar un año después, como si cargara sus voluntades, pero a su vez fuese libre de ellos, y los dejase libres de esto.

Esta siguiente prueba era otro test de atletismo mantenido, sin embargo el ambiente era distinto. Apenas pudo disfrutar del aroma y demases porque ya había empezado. Siete horas, más o menos, seguramente menos, y con eso haría lo que tuviese, mirando hacia los lados y, con sus vendas en las manos y brazos, reforzándolas, pensando que por fin sería su momento, el todo o el nada. O ganar aquí, o perder completamente sin lugar a dudas de que no estaba en su ruta temporal el conseguir la victoria en el Examen de Cazador.

Andando.

Muerte por glamour.

Curiosamente, una idea que no iba mucho con él: Algo fascinante, carismático, sensual y expresivo, pero a su vez asociado a la idea del estudio antiguo de las cosas etimológicamente, la magia y sus análisis del mundo natural fuera de la tecnología, lo que se entendía o reemplazaba a la "ciencia" entonces, hace mucho tiempo, cuando el metal era con suerte armaduras y filos, no máquinas ni dispositivos. Kyo observó este glamoroso mundo natural y sintió su propia muerte cerca, su propia derrota, el K.O. de todo boxeador y artista marcial.

Pero no se rendiría, ya fuese de una forma seria y frugal o expresiva y bombástica, vencería.

Su intención era analizar, observar, y avanzar... Así como pelear contra todo, usando sus puntos fuertes, en contraste con lo aleatorio y sin-sentido (Como la vida misma, lo cual le daba ciertos puntos de aprobación aún dentro de la queja velada) de la pre-prueba o Prueba 0, la anterior en la que acababa de casi perder por completo.

A por ello. Se movería la Serpiente una vez más.

Salgo corriendo tras la chica lo mas de prisa que puedo pero esta claro que aun no soy contrincante contra ella, me deja atrás pero esto me sirve para iniciar mi camino, sin decirle nada a nadie continuo avanzando hasta llegar a mi destino.

Tiger se acerca a la base de la montaña, pero no inicia su subida inmediatamente, simplemente comienza a mirar pero no mira ningún punto exacto, esta mirando la montaña como un todo, como analizando opciones, buscando lo que logra ver del camino principal y observando como se comporta para ver si hay caminos mas directos, para finalmente tomar una decisión.

Razo había logrado quedar, contra todo pronostico, al lado ganador de la puerta de hierro. Casi sin aliento, aprovecho las palabras de la instructora para recuperar lo más que pudiera su aliento, para luego observar con indudable temor la montaña que exigía ser escalada para superar la primera prueba de no sabía muy bien cuantas.

Mirando alrededor, vió que aunque había pocos tan cansados como él, la inmensa mayoría de los que quedaban parecían tener muchas mejores aptitudes para la carrera que él mismo, sintiéndose decaido de nuevo. 

El plan parecía obvio, juntarse con los más capaces para tener mejores oportunidades de pasar la prueba aunque, sin apenas aliento, esperaba que otro fuera el que propusiera formar grupos para unirse a cualquiera de ellos, suponiendo que él sólo no iba a conseguirlo.

Kain había llegado entre los primeros pero aun así sus ganas de competir no se habían logrado calmar y probablemente no lo harían, hasta poder pasar al grandulón que lo rebaso o al explorador o por lo menos enfrentarse a ellos de una forma más directa. Se encontraba tremendamente emocionado por la prueba y había olvidado totalmente su cautela, cosa muy común en el cuándo algo lograba emocionarle y por la que habitualmente era regañado por María que siempre recalcaba la necesidad de mantener la cabeza fría para lograr sus objetivos.

Kain movido por su gran emoción se acercó al explorador y le dijo mientras le sonreía:

- Eres muy bueno, pero esta vez definitivamente llegare primero. – Dicho esto dejo de prestarle atención por un momento y miro al tipo que lo había pasado antes:

- Eso también va para él. – Cuando termino de hablar corrió hacia los arboles de un lado del camino para quedarse cerca de este sin perderse pero con la intención de usar su gran agilidad para usar los arboles como plataformas y acortar su camino a la montaña.

Mmmmmmm así que hasta la meseta  de la montaña, respira hondo y observa con detenimiento a la montaña mientras sus pensamientos divagan “será que hay tiempo suficiente para ir por el camino o será mejor avanzar en línea recta escalando algunos tramos”  suspira tratando de encontrar la mejor solución mientras pero para evitar perder tiempo se pone en marcha por el camino aunque esta siempre alerta por si puede tomar algún atajo       

El muchacho una vez que se cerró la puerta que dividía a perdedores de ganadores de la pequeña carrera de la examinadora sintió como que eso no había sido nada. Que ni siquiera había sido parte de la prueba. Y no estuvo tan errado.

Adelante se les abría un camino que finalizaba en una montaña que tenía un bosque que amenazaba con una paseo tranquilo hasta finalizar la prueba. La examinadora desapareció velozmente y nadie pudo reaccionar. Sólo les quedó la orden de que para pasar la prueba había que ir hasta la cima. Y sólo tenían hasta el atardecer. Debía ponerse rápido en ello.

Jin comenzó a avanzar por el camino que se ofrecía como la mejor alternativa, estando atento a loq ue pueda surgir tanto viniendo de los peligros de ese bosque, como de los participantes que estaban con él.