Partida Rol por web

James, tentado de sacar su cuchillo que tenia escondido detrás de su pantalón, le miró directamente a los ojos, y le tendió la mano.
- James...veo que venimos aquí buscando lo mismo.- Y señaló con la vista la comisaría.

- Si, es un viejo habito.

Doug estrecho la mano del hombre con fuerza. La forma en la que un hombre estrecha la mano dice mucho de él, y Doug era del tipo de personas que ponen a prueba ese dicho. Sintió la fuerza del hombre, y demostró la suya.

Cuando se soltaron, volvió la vista hacia el edificio. Forzó el cuello a derecha e izquierda, y se dirigió hacia el interior.

- Veamos si queda algo útil.  - agrego sin demasiado entusiasmo.

Observo el interior de la camioneta, enarcando una ceja, parece que el cuerpo del hombre lleva descomiéndose un mes. ¿En la misma postura? ¿Eso significa que este trasto tiene gasofa? En ello estoy pensando, mirando la manecilla del depósito de gasolina, para ver is con suerte me dice si hay o no vida en el depósito. Las camionetas no son lo mío, yo prefiero una moto, pero si el depósito tiene gasolina segura que me resulta útil. Reviso la parte de atrás para ver si hay alguna botella, si la hay bien, sino intento llevarme las llaves de esta chatarra, primero por si hay que salir pitando y segundo para que ningún listo se la lleve antes.

Unas voces me desconcentran, me agacho, intentando ver de dónde vienen y si es posible acercarme a escondidas, me acerco para ver de qué hablan, si son amigos o enemigos, y de ser amigos, si son o no de fiar.

James sintió la fuerza de esa mano, y sin saber porqué, notó que podía confiar en Doug. Tal vez llevaba ya bastante tiempo sin hablar con nadie...pero de todos modos no bajaría la guardia.
- Ok Doug, veamos que guardan los "pies planos" de este lugar.

La habitación principal era una habitación bastante normal, al entrar pudo ver una escena que era un poco dantesca, en la cama había un cuerpo, la mujer de la casa que seguramente moriría mientras estaba durmiendo. El lugar estaba frio porque una de las ventanas permanecía abierta.

La habitación no tenía demasiadas cosas de interés, las ropas del matrimonio lo cual otorgaría a Brian varias mudas de ropa tanto de invierno como de verano, varios recuerdos familiares y en el tocador había un joyero con 4 pares de pendientes, 2 pulseras y 1 cadena de oro.

Por su parte el cuarto de baño era bastante normal y amplio, pudo comprobar cómo aun había agua corriente aunque al principio salía marrón pero después a los pocos segundos se aclaro y salía perfectamente cristalina. Pudo observar que había tres miembros en la familia, sin duda dos adultos y un niño, el lugar estaba en general bastante ordenado. Tras mirar un poco pudo encontrar algunas toallas y el botiquín (es como el que aparece en la creación)

Malcom salió al exterior con precaución, se disponía a dirigirse hacia uno de los establecimientos de ocio cuando se dio cuenta que podía ir a una cafetería o a un pub, mientras está observando y caminando con precaución se da cuenta que hay movimiento por la zona de la comisaria

La chica comprueba como el depósito del coche esta mas o menos a la mitad, tras mirar en la zona de atrás encuentra un par de cosas interesantes, una lata con 1 litro de gasolina además de una escopeta de caza con suficiente munición para 4 disparos, además de un cuchillo de caza y algo de ropa de abrigo, una vez ha examinado el vehículo y con las llaves de este puede concentrarse algo mejor en las voces, desde donde se encuentra no está segura, pero vienen de la comisaria y ahora sí que identifica que son dos hombres, pero si desea escucharles tendrá que acercarse más.

El interior de la comisaria era bastante simple, una mesa mostrador y algunas mesas detrás con ordenadores, una puerta que llevaba la despacho del Sheriff y otra que llevaba a un pasillo con varias celdas en el. Todo estaba desierto y lleno de polvo, desde donde estaban no podían ver si el interior del despacho del Sheriff ni el pasillo de las celdas

La pareja espera unos momentos y no escucha nada, fuera lo que fuera lo que habían escuchado no estaba ahora. Fue  tras un par de minutos que vieron algo, parecía un hombre que avanzaba con mucha cautela, no sabían realmente a donde iba, pero parecía que se dirigía o hacia la cafetería en donde ellos estaban o hacia el pub cercano

El viejo policía se detuvo frente al mostrador. Podía imaginar a un agente paleto anotando denuncias sobre el robo de una camioneta, o una pelea de borrachos. La imagen se desvaneció tan pronto como había surgido.

Dio la vuelta al mostrador buscando con la mirada el armero. Quizá estuviera en el despacho del sheriff, tampoco era tan grande el lugar.

- Voy a ver si tenemos suerte Jimbo. - Dijo mientras se encaminaba hacia allí. - Joder, sería demasiado bonito ¿verdad? 

-Te acompañaré, no quiero ninguna sorpresa.- James acompaño a Doug con el cuchillo en la mano, sin hacer apenas ruído.

Cojo el litro de gasolina y me lo guardo con cuidado, la escopeta, cuatro disparos pueden salvarte la vida, aunque no tengo ni puta ida de usar estos cacharros, pero no importa, sólo por el estruendo y el poder acertar o no, la recojo también. La ropa, dependiendo del color, y del frío, me la pongo directamente, o me la echo por encima de la mochila.

Estoy quitando las llaves del contacto cuando escucho las voces que parecen ser de hombre, frunzo el ceño mirando en dirección a la comisaría. Miro la camioneta, podría largarme ahora de aquí cagando hostias, tirar el cadáver del viejo al suelo, y pirarme con medio depósito lleno.

Pensativa, soperos la situación y aunque me joda reconocerlo, pienso en él, quizás aún me encuentre, no me he ido muy lejos y quiero pensar que algo le ha pasado, se ha retrasado por alguna emergencia y seguirá el camino en el que íbamos para buscarme. Si ahora me subo a esa camioneta, me alejaré demasiado y no habrá manera de encontrarlo. El pecho me late demasiado deprisa por primera vez en mucho tiempo, la idea de alejarme no me gusta, quiero esperarlo, quiero que vuelva, así que decido dejar la comenta y acercarme hacia la comisaría oculta entre las sombras y la niebla.

Afortunadamente, el frío y la ventana abierta habían impedido que la habitación mantuviera el olor típico de los cadáveres en descomposición, cosa que Brian agradeció disfrutando de una amplia bocanada de aire. Sin mirar con demasiado atención a la mujer fallecida - por razones más que evidentes - se dirigió a los armarios y comenzó a retirar la ropa que más le interesaba, la del marido. No eran especialmente de su gusto o de su talla, pero aquello ya no importaba, la supervivencia había devorado a las preferencias estéticas en una orgía de muerte y necesidad. Tampoco cogió las joyas de la mujer, ya que no le servirían de nada en el nuevo mundo que los monstruos habían creado.

Usando las mismas bolsas de basura que había utilizado para guardar la comida y el agua, metió a grandes empujones la ropa y se dirigió al baño principal, comprobando con un gesto de dolor que había niños en aquella casa. Eso le recordó a su hijo, y fue la motivación que necesitó para darse cuenta de que su viaje de exploración había finalizado. No pensaba revisar las habitaciones infantiles, temiendo encontrar dos pequeños cadáveres que encontraron su final sin saber bien por qué.

Con la ropa y el botiquín colgados a la espalda, como si fuera una especie de Papá Noel postapocalíptico, Brian se dirigió al piso inferior con intención de comprobar si había garaje.

Los dos hombres se dirigen hacia el despacho del Sheriff, allí pueden ver la típica mesa de despacho tras la cual hay una silla en la que está sentado el cadáver de lo que hace un mes debía ser el Sheriff, el hombre tenía justo a su lado la funda con su arma y 4 balas, además de unas llaves colgadas de su cinturón posiblemente del armario de seguridad que había en la sala. 

La chica camina con precaución hacia la comisaria, aparentemente no hay nadie, cuando llega cerca puede darse cuenta que en sus alrededores no hay nadie, sin duda las voces que escucho están dentro ya que ha escuchado un sonido como de alguien en el interior.

La comisaria no era demasiado grande, en su exterior había un coche de policía, era la típica comisaria del Sheriff de ciudad pequeña, posiblemente trabajarían allí el Sheriff y tal vez un hombre mas ya que no era un lugar demasiado grande.

Tras mirar con precaución y hacerse con la preciada y necesaria carga Brian baja al garaje, es el típico garaje norteamericano, con un coche en su interior, un sedan no especialmente familiar. En el garaje puede encontrar una serie de elementos que le pueden ser de utilidad

- Caña de pesca

- Tienda de campaña grande ( para 4 personas)

- Tienda de campaña individual

- 4 sacos de dormir

- Hornillo

- Caja de herramientas

- El coche tiene 25% del deposito lleno

- 3 Mantas individuales

Cualquier otro se habría alegrado de haber encontrado semejante botín. Y sin embargo para Brian fue un golpe más a su ánimo, a su espíritu cansado. Esa familia se había preparado para salir de excursión antes de sucumbir. Como lo había hecho él tantas otras veces junto a su mujer y su hijo, cuando todo parecía más sencillo. Reprimiendo una lágrima, Brian se puso manos a la obra para recuperar lo que mejor le venía:

La Caña de pesca era imprescindible para variar su dieta, y se apropió también del Saco de Dormir del padre, en tonos verdosos. La caja de herramientas no disponía de nada que él no tuviera ya, pero el Hornillo le vendría de perlas para encender más rápidamente un fuego para cocinar. También cogió un par de mantas enrolladas, que le calentarían en las noches más frías. El resto lo dejó en su sitio, cerrando el maletero del vehículo con cuidado para no hacer ruido. No le interesaba viajar con tanto peso. Ese coche, contando con el depósito podría ir bien lejos, alejarse de la ciudad. Pero ¿qué haría después? Sin embargo, guardar su ubicación por si necesitaba un transporte sí le pareció buena idea. Buscó las llaves del coche y se las guardó.

Estaba listo para regresar a su refugio.

- Amigo, creo que esto ya no lo necesitarás.- Cojo las llaves y dejo que Doug coja el arma y la munición. Me dirijo al armario y lo abro con las llaves.- Veamos que más cosas guardas aquí.

Ahí, estacionado en la iglesia, y al advertir movimiento en la comisaría, pensó de nuevo en la ruta. ¿Que hacer?. La comisaría sin duda alguna sería un buen objetivo, donde buscar (en el improbable caso de que aún estuviera en buenas condiciones) Munición y armamento, pero por otro lado....la comida era importante.

Tras pensarlo detenidamente, llegó a la conclusión de pasarse por la comisaría antes de por la cafetería, había dos lugares donde probablemente hubiese comida, y comisaría solo había una.

Emprendió el camino a la comisaría, de la manera mas sigilosa posible, con su arma en ristre por si las moscas, bajo aquel frio invernal.