Partida Rol por web

A medida que el tiempo avanzaba, se iba haciendo más patente que habría muchas decisiones que tomar y muchas voces intentando gritar más alto. Las peleas entre Hera y Ares no eran nuevas para mí, aunque en aquel momento ni siquiera me importaban. Estaba demasiado cansada.

Pero cuando aparecieron los lobos... todo el cansancio desapareció de golpe.

Mi-er-da -dije en voz alta, poniéndome de pie, cogiendo mi mochila y preparando el arma.

- Hera, a la de tres, entra en la cabaña...Todos no entramos ahí, tendremos que correr.

Ares tenía razón. Todos no íbamos a caber allí y por alguna extraña razón, me ocurría lo mismo que a Ares. Él quería proteger a Hera y yo, a Tess.

Así que en cuanto dijo "Tres", no me lo pensé.

¡Showtime!

Hera echó a correr hacia el cobertizo, momento que aprovechó Ares para intentar atraer a los lobos con un grito y yo para empujar a Tess para que hiciese lo mismo que la reina no-virgen.

-¡Corre, Tess! ¡Ve hacia el cobertizo!

Y acto seguido, disparé a uno de los lobos y eché a correr a toda leche hacia el hospital, sabiendo que lo único que había hecho era desperdiciar una bala.

La pelea de ambos hermanos se sale de contexto cuando comienzan a gritar como locos, ¿Quién cojines grita en medio de un bosque en el fin del mundo? A ellos. Los putos Miller, siempre tan orgullosos, cabezones y arrogantes. Su estupidez puede cobrarnos la vida.

Entonces algo interrumpe la estúpida conversación. Un aullido. Mi piel se eriza cuando contemplo como unos cuatro o cinco lobos caminan cautelosos hacia nosotros sacando los dientes. Jamás había visto un lobo de cerca, su pelaje es hermoso, pero no tardo mucho en apreciar sus afilados dientes. Por un segundo, una escena del cuento de Caperucita Roja vino a mi mente.

- Abuelita, que dientes tan grandes tienes. 

- Son para comerte mejor.

Ares manda a Hera hacia la cabaña, mi mente intenta procesar ligera las opciones. La pequeña casilla no podría albergar a todos, algunos deberían quedar fuera. Le dedico una mirada a Claire para indicarle que corra hacia el cobertizo, pero esta me empuja con todas sus fuerzas.  

¡¡No!! Yo quería ayudar, no esconderme. 

Pero ya es tarde, no serviría de nada echar a correr. Sin meditarlo ni medio segundo más, agarro a Staci de los brazos con firmeza y la atraigo hacia el interior del cobertizo. Sé que es la mejor opción para ella. Eve, Zach, Claire o yo podemos correr y trepar a un árbol con más posibilidades que los demás, pero mi prima no me había dejado opción.

Quiero gritarle que corra, que trepe ese culo a un árbol y se ponga a salvo pero no quiero atraer a los lobos a la cabaña. Dios si existes de verdad, por favor, tráela sana y salva.

Al escuchar el tiro, volteo la cabeza. Claire ha intentado dañar al lobo más cercano a ella, pero ni siquiera lo ha rozado. Empuño la pistola de mi padre y disparo mientras corro, intentando alejarlo de ella lo máximo posible.

La bala se aloja en la cabeza del lobo, ¡Menuda Suerte!

El cuerpo inherte del lobo cae al suelo, al igual que el lobo al que Zach había disparado. Quedan tres, pero aún así sigo corriendo, no quiero poner en peligro a los demás.

Zach había escalado el árbol, pero antes de que pudiera llegar a decirnos qué veía, Ares se comunicó con él a gritos, preguntándole qué veía. El joven había respondido que divisaba una caseta de madera, muy pequeña, y bastante cercana a nosotros. Sin embargo, comunicarse a gritos no había sido una buena idea, como tampoco lo había sido que los Miller se pusieran a gritar en medio del bosque mientras discutían.

Si los gritos iniciales no habían sido suficientes para convertirnos en un blanco perfecto para los depredadores del bosque, los gritos de los Miller fueron la gota que colmó el vaso. Una pequeña manada de cinco lobos había aparecido a nuestro alrededor. En el momento en que todos comienzan a correr, no lo dudé ni dos segundos. Eché a correr sin pensarlo en dirección al cobertizo, intuyendo que nos proporcionaría la protección que necesitábamos.

Vi que Tess ya había tomado la iniciativa de huir en dirección al cobertizo, arrastrando consigo a Staci. Con suerte, las dos chicas se pondrían fácilmente a salvo, pero Tessa me importaba, así que no estaba dispuesto a dejar nada al azar. Corrí detrás de Staci y decidí ayudar a Tess a arrastrar a la inteligente niña prodigio en dirección al cobertizo. Cuanto antes estuviéramos dentro, antes estaríamos a salvo.

Al entrar, todos comenzamos a pegarnos los unos contra los otros para dejar espacio a los demás. Me pego a Larry y a Staci como una lapa, esperando que alguien más entre. Hera está en un rincón en silencio, observando todo. Mi corazón late tan deprisa que siento que saldrá disparado por mi boca. Un tiro suena en el aire. Zach ha derribado a un lobo. Tengo miedo, no por mí, sino por Claire.

Me siento tan inútil. Mi única familia está corriendo ahí fuera, sin ayuda. Sin mí. La cercanía con Larry me tranquiliza un poco, con suavidad agarro su mano y entrelazo mis dedos con los suyos. Se ha girado a ayudarme, cuando solo hace unas horas que me conoce.

- Gracias.- Murmuro casi inaudible.

 El mundo salvaje había llegado al campamento. Un quinteto de lobos hambrientos y voraces amenazaban al grupo; aunque rápidamente los adolescentes mostraron ser mucho más temibles que las criaturas. Aún así, con la ventaja numérica y las armas de fuego de su lado, a Staci la situación le produjo un pánico terrible. Podía ser por qué la vida de sus compañeros corría riesgo, por qué sus mochilas y pertenencias podían ser destruídas... o por qué, como era sabido de la niña prodigio, los animales le provocaban terror. Hasta la más pequeña ardilla ponía incómoda a la chica.

- L-l... lobos... ¡Lobos! ¡Son lobos!

 Sin embargo (y para la suerte de Staci) antes de que pudiera mostrar mayor reacción a la manada amenazante, tanto Tessa como Larry la tomaron de los brazos y la llevaron hasta el cobertizo. Obviamente Tessa se percató de que la fobia de su amiga iba a darle una mala pasada en esa ocasión. Y Larry andaba detrás de Tessa (por las razones que fueran) por lo que también la ayudó a llegar hasta allí. Agradecía estar en un grupo tan comprensivo... aunque agradecería también no ser llevada de un lado a otro como un costal.

- Oigan, y-yo puedo i-ir sola... _l-lobos... ^lo-lobos... O-olvídenlo...

 Una vez que llegaron al cobertizo, Staci se sacó de encima las manos tanto de Tessa como de Larry. Necesitaba un poco de espacio antes de hiperventilarse, aunque el pequeño ambiente no ayudaba. Sin embargo, al intentar zafarse demasiado rápido se tropezó con un balde y cayó sobre Hera. En cualquier otra ocasión, molestar a la reina de la universidad le hubiera helado la sangre. Ahora, solamente buscaba relajarse un poco antes de que le explotará el pecho.

- ¡D-disculpa, Hera! N-no te ví... _l-lobos... e-es que yo... ^lo-lobos... d-isculpa...

Que coño! dice imitando a uno de los compañeros intentando subirse a un arbol. No sabia si el cobertizo estaba lleno pero no queria arriesgarse y quedarse fuera.

Pero que alguien se cargue a uno! hay que comer!

Por suerte se habia puesto ropa comoda. 

Cita:

Esas simples palabras llenan de ira y ansiedad a Nikola, no tenía nada que ver con Zach solo que el hospital le traía recuerdos sumamente perturbadores.

El grupo comienza a escuchar el sonido de las pisadas, Ares y Hera discuten, Zach da un disparo seguido de un sonido de su rama… Nikola arremete con pala en mano contra uno de los lobos dando directo con el suelo, pareciera que nadie le tomo atención puesto que su golpe no causo un gran estruendo como el resto, pero quien si le noto fue el lobo quien solo con una corrida esquiva el intento de golpe. –¡Vengan por mi pedazos de mierda!- Grita Nikola buscando la atención de los otros lobos, si alguno tenía que morir se consideraba el prescindible. Se escucha el segundo disparo de Ares.

Las palabras de Hera sacan a Donnie de su laberinto de pensamientos. Era raro verla reaccionar tan amablemente hacia él. Debía haberse perdido dentro de sí durante un buen tiempo. 

-Ah, sí...gracias. Sólo estoy preocupado por...por mi hermano. Haré lo posible para enfocarme. 

¡Lobos! Honestamente, la preocupación de Donnie por los posibles caníbales infectados había borrado cualquier otro tipo de amenaza de su cabeza. En un primer momento, intentó correr hacia la cabaña con los demás, pero al ver a Nikola quedarse y enfrentarlos, no podía dejarlo solo. Aunque sólo fuera con un cuchillo, un golpe debería surtir algún efecto. Donnie intenta apuñalar al lobo cercano a Nikola pero sin éxito. -Nos cubrimos.-sururró a su compañero. 

Al escuchar la madera crujir una pequeña subida de adrenalina me impulsa a agarrarme zafarme al tronco. Al hacerlo dejo de apuntar y el rifle queda colgando de mi brazo. Miro hacia abajo y  la voy bajando poco a poco esperando la ocasión de menos peligro para dejarme caer. Cuando encuentro el momento salto de forma repentina cayendo y tras desequilibrarme ,rodando  por el suelo. Me reincorporo rápido y echo a correr como alma lleva el diablo.

Mi disparo se quedó en nada, pero afortunadamente, allí estaba Ares para echarme una mano. En lugar de continuar corriendo, se detuvo un instante y mató a uno de los lobos que habían salido detrás de nosotros. 

Yo no me detuve a mirar. Simplemente seguí corriendo a toda exhalación hasta llegar a su lado.

-Buen tiro -le dije, deteniéndome un momento mientras recuperaba el aire -. ¡Ahora, corramos!

Y reiniciamos la carrera en dirección hacia el hospital. Mientras intentaba no caerme, mi mente comenzó a funcionar mas allá de los lobos y pensé en que los que estaban en el cobertizo tenían un gran problema. Aunque arrastrásemos a los lobos con nosotros, ellos tendrían el camino hacia el hospital cerrado. ¿Qué iban a hacer entonces? ¿Volver al bosque?

Mierda, pensé, sin dejar de correr.

El grupo acaba dividiéndose: Ares, claire y Zach comienzan a correr atrayendo la atención de dos lobos.

Mientras un poco alejados de la cabaña: Eve, Donnie y Nikola hacen frente a un lobo que arremete contra ellos enseñando los dientes.

En la cabaña; Hera, Larry, Staci y Tessa escuchan como todo el ruido de los lobos comienzan a escucharse cada vez más lejos hasta que el silencio vuelve a reinar.

Claire y Zach siguen el ritmo como pueden de Ares, el cual encabeza al grupo mientras sigue su orientación hacia el Hospital que está cada vez más cerca. El imponente edificio tiene todas sus luces apagadas, como si nadie estuviese en su interior. Vacío. Inalterable.

- ¡¡Entremos!!- Chilla corriendo hacia la puerta principal sin pensarlo. No hay coches aparcados a su alrededor, ni tan siquiera hay ambulancias.- ¡Vamos, vamos!

Ares agarra la puerta principal, dando espacio para que ambos entren. Los lobos están cada vez más cerca de sus amigos. El mayor de los Miller vuelve a apuntar a uno de los lobos y dispara. Pero esta vez falla, no ha conseguido ni rozar su pelaje.

Cada uno de los lobos se abalanza encima de Zach y Claire, mordiendo al primero en la pierna y, a Claire, en el brazo. El dolor es horrible, pero solo ha sido un rasguño, aún no han conseguido arrancar ningún trozo de carne.

Eve, la cual había corrido a refugiarse en un árbol, observa desde las ramas como dos de sus amigos se enfrentan a un lobo. El Hospital ya no está lejos, quizás si echan a correr podrían llegar sanos y salvos, o quizás no. El lobo gruñe con la mirada inyectada en sangre. Va a atacar. Sin pensarlo, se lanza contra Nikola con toda sus fuerzas pero este es capaz de esquivarlo.

Pero el animal no parece rendirse, de una zancada se lanza encima de Donnie mientras arremete contra él dañando su brazo izquierdo. El dolor es horrible, pero solo ha sido un rasguño, aún no han conseguido arrancar ningún trozo de carne.

La rama de Eve cruje ante su peso, va a romperse en cuestión de unos segundos.

La carrera estaba resultando vertiginosa a más no poder. Ares era con diferencia quien estaba en mejor forma...

Joder, ahora sí que se notaba lo mucho que bebía y el poco ejercicio que hacía.

... pero de alguna manera, Zach y yo logramos mantener más o menos el ritmo. Los lobos casi nos respiraban en la nuca y eso era la mejor motivación posible.

Cuando Ares llegó a las puertas y las abrió, yo me veía ya lanzándome en plancha para entrar como pudiera, pero no todo iba a ser así de sencillo. Al mismo tiempo que Ares disparaba para intentar conseguirnos algo de tiempo o quitarnos de encima a alguno de nuestros perseguidores, sentí como sus mandíbulas se cerraban alrededor de mi brazo. 

Casi no tuve tiempo de quejarme porque moví el brazo hacia atrás para quitármelo de encima y entré con rapidez, y solo cuando me encontré dentro, tirada en el suelo, me preocupé por mirarme la herida, que ahora sí, me dolía bastante.

-¡Oouuuch! ¡Malditos lobos de mierda! -exclamé, mientras me arrancaba un trozo de camiseta para hacerme una venda improvisada. 

Hera asiente ante las palabras de Staci, las cuales ni siquiera ha escuchado. Está tan nerviosa por su hermano, ¿Cómo ha sido tan idiota de encerrarla allí y él ponerse en peligro? Él debería haber entrado con ella en esa cabaña. Ellos son los únicos que importan, al menos para ella. No es que Hera no quiera a sus amigos, pero entre ellos y su hermano. La elección es clara.

El silencio se forma fuera rápido, como si esos lobos nunca hubiesen existido. Como si se los hubieran imaginado.

- Creo que se han ido.- Susurra asomando su cabeza por la puerta.

No quedan lobos, ni tampoco rastro de sus amigos. En ese momento, piensa que debería haber corrido lejos con su hermano, no dejarlo solo. Sus ojos azules se vuelven hacia los amigos que se habían puesto a salvo junto a ella: Tessa, Larry y Staci. De cierta manera, sabía que podría haber sido peor.

Tessa ya había demostrado sus habilidades con el arco al atravesar la cabeza de John al primer disparo, mientras que Larry es un hombre fornido que podría servir en caso de necesitar una pelea cuerpo a cuerpo. En el caso de Staci, eso era otro asunto... Aún no la había visto empuñar su arma, incluso Tessa y Larry la ayudaron a entrar a la cabaña.

Asegurándose que no hay nadie fuera, decide salir empuñando su cuchillo de cocina como si la vida le fuera en ello. Una vez en el exterior, busca la dirección hacia el hospital.

- Ares y los demás habrán corrido hacia el hospital, deberíamos...- Su frase se interrumpe por un rugido. Hera palidece buscando el foco del ruido, completamente quieta.

No es un lobo, es algo peor.

El tamaño del oso es bestial, podría derrumbar el cobertizo con facilidad. Quizás si estáis muy quietos, no ataque a nadie o, quizás, la mejor opción es correr.

Sudor, polvo, gruñidos, en un parpadeo el lobo se encontró sobre Donnie, tal cuadro colmo de ira a Nikola quien corrió hacia ellos gritando -¡DONNIEEE!- Sin bastante análisis arremetió contra este con la pala en mano, luego del primer golpe, continuo con un segundo, un tercero, continuo de esta forma machacándolo y manchando de rojo la escena. Lagrimas corrían por las mejillas de Nikola al darse cuenta lo que hizo con dicha criatura, entendía que no quedaba de otra pero el nudo en el estómago era inevitable, habría preferido haberse enfrentado a un ser humano que a un animal el cual solo actuaba por instinto. Se seca las lágrimas y agrega -Vamos a por Ares, por lo que vi les siguieron unos lobos...- terminando con un trago de saliva. Para luego mirar el resto de cadáveres caninos y agregar -¿Eve nos lo llevamos para...ra co...co...comerlos?- tartamudeo mientras las manos con las que sostenía la pala tiritaban llenas de sangre.

Como era de suponer, el lobo saltó hacia una presa más fácil después de no poder herir a Nikola. un dolor agudo apareció en el brazo de Donnie junto con una mancha roja. El lobo no quería ceder el lugar y Donnie apenas pudo mantener a raya sus feos mordiscos para que Nikola ensayara un home-run con el animal. Luego de la brutal paliza, Donnie logra pararse y pone la mano sobre el hombro del joven. -Tranquilo..tranquilo...ya está....me salvaste. Gracias, Nick. 

Con la mirada busca al resto del grupo.