Partida Rol por web

Cuando el autobús se detuvo, descendí para unirme a los demás. Aunque no teníamos tiempo que perder, nos enfrentábamos a una nueva situación. En ese barco quizás no cupiésemos todos.

-Esa chatarra no podrá llevarnos a todos. ¿Cómo vamos a meter ahí a los heridos y también al resto de la gente y los suministros? Sencillamente, no puede ser. Nos hundiríamos antes -les solté, bastante cabreada por haber llegado hasta allí pensando que podríamos escapar cuando en realidad, quizás no tuviésemos ninguna oportunidad real.

Desesperada, miré a Keira.

-Esto es una locura. Hay que buscar otra embarcación.

El hermano de Staci era joven, pero parecía tener bastantes tablas. Sin duda, se había enfrentado a muchos zombies, como ellos, y aquel barco era lo mejor que había encontrado. En realidad, no lo mejor, sino lo único.

-No hay otro barco. Es o ese o ninguno. Así que ya estáis dejando todo lo que no sea imprescindible o no lo conseguiremos.

Como si se tratara de una premonición, todos oísteis el ruido de motores de avión que iban acercándose y al mirar hacia arriba, distinguisteis varios cazas.

El padre de Staci iba a responderle a Claire, pero la aparición de los aviones no dejaba tiempo para otra cosa que no fuese largarse de allí a toda velocidad, así que se volvió hacia el resto.

-¡TODOS AL BARCO, DEPRISA! -gritó. A continuación, miró a Tom, que se había asomado por la puerta superior del Stryker -. ¡NADIE SE VA A QUEDAR AQUÍ, ASÍ QUE MÁS NOS VALE HACERLO BIEN!

Rápidamente, comenzó a ayudar a la gente del autobús para meterlos en aquel maldito y penoso barco. O subían todos, o morirían allí. O flotaba... o se hundirían con él.

Fuera lo que fuese a ocurrir, lo sabrían dentro de muy poco.

Keira bajó detrás de Claire y agarró su mano con naturalidad. Lo que decía Claire tenía mucho sentido.

-Eso es mucho más pequeño que un puto pato de goma. ¿Cómo coño vamos a entrar ahí? -añadió.

La aparición de los aviones, hizo que mirara a Claire y temiese por su vida, más que por la suya propia, pero también por todos los que estaban con ellos. Ahora, sí o sí, no había más opción que subir o morir.

-Me cago en la puta. ¡Vamos, bajad del autobús! ¡Claire, ve a por tu madre y los niños! ¡Hay que subirlos como sea!

Desde el interior del autobús, la madre de Claire había observado con preocupación todo cuanto había sucedido y se había alegrado de que por fin, hubieran podido pasar al puerto, pero ahora, todo eran prisas y estrecheces. Estaba viendo un viejo barco que dudaba pudiera contenerlos a todos y a su hija hablar acaloradamente con alguien más.

Caminó hasta la puerta y descendió, aunque sin salir, a tiempo de oír el final de la frase de Claire.

-Pero qué ocurre. ¿A qué viene todo esto?

Ella también oyó los aviones y entonces, todos se pusieron nerviosos. Keira se giró hacia ella soltando improperios y ella se giró hacia el interior del autobús.

No iban a conseguirlo.

James se acercó corriendo a Larry y al ver lo que sucedía, miró alrededor, en busca de alguna otra embarcación. Pero no había nada más. Aquel chico había dicho la verdad. Era esa o ninguna.

Mientras tanto, los zombies parecían estar regresando, pero estaban muy dispersos y el peligro ahora era otro.

Esas putas bombas.

-Larry. Encárgate de mamá. Voy a retaguardia a proteger la huida -le dijo a su hermano, lanzándose hacia atrás a toda velocidad y empezando a disparar su arma en cuanto fue necesario.

Diana notó como el Stryker se paró y abrió la puerta. Allí estaban todos bajando de los vehículos y comenzando a ponerse nerviosos. Diana se preocupó de lo importante, con cuidado sacó a la perra del coche llevando tanto sus equipajes como los de la perrita. Aquel barco que el muchacho nos mostraba parecía algo desvencijado pero tampoco tenía que ser un yate. - Mientras nos saque de aquí vale, mientras arranque y nos lleve lejos de este futuro cementerio vale. - Dice cuando escucha a la gente gruñir por el estado del barco. La otra opción era esperar a que cayeran las bombas, algo que no muchos estarían dispuestos a ver. Se fue hacia el barco con la intención de ayudar cuanto antes a subir a bordo a los que tuvieran problemas de movilidad. Entre todos tendrían que acelerar el paso pues los zombies no tardarían mucho en aparecer a borbotones. - El barco debería estar ya encendido, alguien se puede encargar. - Añadió mientras revisaba que no vinieran zombies o los recibirían con plomo para protegerlos. 

Conseguimos entrar en el puerto ayudados por el liderazgo que estaba demostrando el padre de Staci, que reaccionó rápido ordenando abrir fuego tras nuestro fallo con los misiles. Éramos militares, pero eso no significaba que tuviéramos ninguna maestría manejando este trasto. Ni siquiera el sargento. 

Una vez dentro tuvimos ante nosotros la embarcación que suponía nuestra única esperanza de sobrevivir. Asomado con medio cuerpo fuera del stryker, no veía como entraríamos todos en esa pequeña embarcación. Pero ya no había tiempo para pensárselo, recular ni buscar alternativas. El sonido de los aviones era real y al girarme pude distinguirlos en el horizonte. Bombarderos sin duda. 

- ¡Id embarcando YA!, ¡TODOS!, ¡DEPRISA PERO CON ORDEN!. 

Los zombies no nos iban a dar un respiro tampoco, y empezábamos a tenerlos de nuevo encima. Tenía que cubrir el embarque...así que me puse de nuevo a los mandos de la ametralladora decidido a quedarme el último si hacía falta.

- ¡Tom, Diana, John! - comencé a abrir fuego - ¡Salid a coordinarlos y cubrirlos de cerca y montad si podéis, yo os seguiré en breve!. 

No pensaba que fuera a sobrevivir y tampoco que ese barco llegara a ninguna parte. Pero con todo perdido solo me quedaba agarrarme a mi deber. 

 El pánico y la incertidumbre habían invadido a todo el grupo. Lograron hacer caer la puerta del puerto y de esa forma pudieron llegar hasta el barco. Sin embargo, aquel vehículo de escape prometido se veía mucho más pequeño de lo que necesitaban para toda la gente allí. Su hermano aseguraba que no había otros barcos disponibles, lo cual solo era una mala noticia más.

 Y como frutilla del postre: los aviones del bombardeo a la ciudad ya estaban llegando. No había otra salida. Staci salió del autobús, ayudando a los heridos y enfermos a poder llegar hasta el barco.

- Vamos, suban ustedes primero. Sra. Majorino, traiga a Ian...

 Los zombies llegarían a incordiarlos en cualquier momento. Era mejor que entraran aquellos que no podían defenderse primero. Staci no era muy habilidosa con las armas, pero por lo menos podía defenderse.

Después del fallo con los misiles al intentar destruir las puertas, no me quedó más remedio que avalanzarme sobre ellas y derribarlas. Acelerando a tope, no fueron un obstáculo para el poderoso vehículo. Una vez dentro, vimos la pequeña embarcación que había requisado el hermano de Staci. Era una mierda, pero una mierda que flotaba y sacaría de esta condenada ciudad a tod@s los sobrevivientes. Paramos los vehículos y empezaron a bajar e ir hacia la chalupa. Diana cogió a Xira y salió, reteniendo en mis pupilas un último vistazo de esa preciosidad peluda. Jack siguió encaramado en la ametralladora, disparando a los muertos que se iban acercando.

-"Adiós Diana, eres una chica valiente, cuida de Xira. ¡Jack, este es el final de mi camino! Me quedaré aquí para impedir que los muertos se os acerquen. Debes bajar e ir con ellos, necesitarán de tu ayuda y de tus conocimientos. Eres la persona adecuada para saber llevarles, siempre has sido muy diplomático. Y tú, John, baja de una vez. A ti también te necesitarán cuando pierdan toda esperanza de vivir. Tú les darás fe... fe en la gente y en lo que pueden hacer juntos, si logran unirse y ayudarse. Venga, bajad, no queda tiempo."

Cogí el walky-talky y lo activé para hablar.

Después de hablar con los ocupantes del stryker, cogí el walky-talky y apreté el botón para hablar.

-"Staci, Larry, Cameron, escuchadme atentamente. Meter echando ostias a todo el mundo en esa mierda de bote que habéis encontrado. No perdáis ni un minuto y llevad lo necesario. Una vez en él, soltad amarras y tirar lastre. Todo lo que veáis que no sirva, tiradlo. Hay que aligerar el peso lo máximo posible. No os dirijáis mar adentro, seguid en todo momento la línea de costa. Id hacia el sur, así la corriente os ayudará en el trayecto y reservaréis gasolina. En cuanto veáis un pueblo, parad y pedid ayuda. Pero no os confiéis, puede que la infección haya llegado allí. Y NO confiéis en nadie hasta estar seguros de que son buena gente. Cuidaros los unos a los otros y NUNCA dejéis a nadie atrás... cada vida es muy importante, nunca se sabe si en un futuro te salvará a ti. Decidla a esa cabrona de Keira que se cuide y que sea muy feliz con Claire. Y, por favor, cuidad de Xira. ¡Ahora zarpar cuanto antes, rápido!"

Volví a arrancar el stryker y le di la vuelta, mirando de frente hacia las puertas que había derribado. Esperé un rato para ver si bajaba la Doble J y acompañaban a Diana, dirección al barco.

Tom había hecho un gran trabajo conduciendo, Jack había estado firme en su puesto con la ametralladora y Diana había mantenido las comunicaciones...

Rezar no ha servido de mucho pero más no podía hacer, la verdad.

Aunque ahora sí podría hacer algo para colaborar. Había que ayudar al resto a embarcar aunque John no se sentía demasiado optimista al respecto.

En realidad si el ejército quiere asolar la ciudad no creo que se les vaya a escapar un barco lleno de gente que trata de escapar. Y estaría dentro de la lógica que una de esas bombas cayera justo en la proa de nuestra embarcación cuando intentemos salir de aquí. Si lo que quieren es contenter la infección nunca nos dejarán salir con vida de aquí... Quizás siga siendo más seguro quedarse en tierra después de todo.

- ¿Qué hará usted mientras, sargento? - preguntó sin bajarse todavía del vehículo. Quería saber cómo iba a acabar todo aquello. Después de todo no iba a poder dar demasiada fe si no tenía bastante ni para él mismo.

Ante la pregunta de John, me giré y le dije seriamente:

-"Intentaré que ninguno de esos comecarne se os acerque y estéis todos dentro de ese barco y zarpando. Y ahora abajo, rápido."

Sonreí al ver a aquel pelirrojo en el muelle. Pese a que no lo conocía de antes, supuse que se trataría del hermano de Staci. Era una suerte saber que había logrado encontrar una embarcación y que no lo habíamos encontrado a medio devorar o convertido en uno de esos zombies.

-Así que tú eres el hermano de Staci, ¿eh? -comenté, con una sonrisa en los labios. Miré la embarcación que había obtenido y me encogí de hombros-. Tampoco me esperaba que nos consiguieras el Titanic, pero ahí no cabemos todos ni de coña...

Siento el beso de Tessa en mi mejilla y, en otras circunstancias, tal vez la hubiera rodeado con mis brazos y hubiera aguardado hasta que el barco que había conseguido Oswald zarpara. Por desgracia, parecía que tendríamos que buscar una nueva embarcación si queríamos salir todos de allí. Más problemas. Sin embargo, Oswald lo había dejado claro: no había más barcos.

-Lo conseguimos... -dije, mirando a Tessa a los ojos, con un claro miedo-. Tess, encárgate de mi madre. Que suba al barco cuanto antes. Quedaos allí las dos. ¡Rápido!

Era un barco demasiado pequeño y no cabíamos todos, eso estaba claro. Para colmo, mi hermano James se disponía a tratar de hacerse el héroe y tratar de disparar hacia los zombies que se aproximaban. Él no era ni militar ni nada, por lo que aquello no podía salir bien. Sin pensármelo dos veces, decidí echar a correr en dirección a James y tratar de noquearlo, golpeándolo en la cabeza con la escopeta, aunque con muy poca fuerza.

-James, o subes al barco o te subo -le espeté, de mala gana-. Estamos a punto de lograrlo. Ya hemos perdido a papá, así que no pienso perderte ni a ti ni a mamá. ¡Sube al barco cagando leches!

En esos instantes estaba demasiado alterado para prestar atención a las palabras del sargento hablando por el walkie talkie, aunque capté sus últimas frases. Sonaba demasiado a una despedida...

Diana estaba llevándose a kira cuando el Sargento dio la orden de subir al barco para él quedarse protegiendo la retaguardia. - ¡¡No!! ¡¡Tom, podemos subir todos, aún hay tiempo hasta que la horda grande llegue, sube al barco!!- Le gritó sobre los disparos de ametralladora de Jack. Por su parte Larry golpeó a James por detrás, supuso que para arrastrarle al barco. Pero no podía esperar a que aquellos militares cabezones entraran en razón y menos atacar a uno de ellos esperando que eso fuera a servir.  Girando comenzó a correr hacia el barco. Subió por la pasarela y desde ahí pudo dar la mano a aquellos que peor equilibrio mostraban. Poco a poco comenzaron a subir mientras ella por el rabillo del ojo vigilaba que ningún monstruo se acercara a escondidas hacia los refugiados. Si alguno se acercaba tenía preparada la escopeta para impedirle que hiciera daño. - Vamos! necesitamos que todo el mundo suba cuanto antes y zarpemos, esos monstruos no nos van a dar mucho margen para huir. 

Por desgracia, he coincido con Rurik en más de seis partidas en el año que llevo en Comunidad Umbría. Es el típico que se apunta a todo lo que sale, dándole igual si ya está en veinte como en treinta partidas. En todas en las que coincidimos, sin excepción, a hecho lo mismo: postea unas pocas veces cada cierto tiempo y desaparece sin decir nada. Encima, las pocas veces que posteaba, ni siquiera seguía la lógica de los post anteriores, no se los leía.

Yo cuando le vi que entraba en esta partida, me imaginé que lo volvería a hacer. Sólo espero que por lo menos te avisara que se iba y no te haya dejado colgada sin un "hasta luego Lucas", xD! A lo mejor te podía haber prevenido, pero... no se... tampoco me gusta hablar de nadie. Supongo que a Ank Durrs, también le habrá pasado lo mismo con él, ¿no?

Mi post lo pongo cuando sepa qué hace la Doble J. John parece dubitativo de subir al barco y a Jack, no se por qué me da, le veo que se va a quedar conmigo. Así que, si no te importa Erica, esperaré un poco a sus post.

Un saludo

Diana sacó a la perrita del autobús y la llevó al barco, junto con algo de equipaje ligero. Jack se colocó protegiendo a los civiles, junto con el padre de Staci y algunos más.  Los zombies aún no habían llegado, pero empezaba a ser necesario colocarse en posiciones idóneas para rechazarlos.

Staci ayudó a la madre e Claire con el pequeño y también al resto de heridos y poco a poco fueron subiendo a la frágil embarcación, que parecía estar a punto de hundirse en cualquier momento.

Y mientras todo esto ocurría, Tom se dio cuenta de que quizás todos no podríais salir. Cogió un walkie, su arma y se subió al Stryker para hacer de parapeto. Cameron lo vio y le saludó con la cabeza, con todo el respeto que le merecía, porque alguien así únicamente se le podía hacer un regalo como aquel. 

Mientras iban tomando posiciones, Larry se resistía a dejar a su hermano allí, solo, así que lo golpeó con su arma, no demasiado fuerte, y lo arrastró hacia el barco.

-¡Joder, hermano! ¿Has perdido la cabeza? -le dijo James, mientras se frotaba el lugar en el que le había golpeado -. Está bien, está bien. Venga, vamos.

Larry y James se aseguraron de que su madre, al igual que el resto, terminase de subir. Los últimos que parecían dudar eran John y Cameron. El hermano de Staci fue de los primeros en subir, pero solo para arrancar el motor. El rugido de los viejos motores resonó por todo el puerto y una humareda oscura empezó a elevarse hacia el cielo. Mientras tanto, más allá casi de la vista, los aviones terminaban de hacer una primera pasada sobre la ciudad. Sin se seguían los protocolos, al regresar, lanzarían la bomba.

Debíais salir de allí ya.

-¡HAY QUE IRSE AHORA MISMO! -gritó Oswald, echando un vistazo al barco, que parecía bastante hundido por el peso de todo el mundo, que si bien había logrado entrar en él,también iba a suponer una dificultad añadida para coger velocidad -. ¡PAPÁ! ¡VAMOS!

Cameron miró a Tom y a Jack, y después, echó una carrera hacia el barco, saltando la pasarela y entrando directamente en él.

-Venga, Jack, John. Deprisa -les gritasteis todos.

Quedaba muy poco tiempo. Los cazas hicieron una primera pasada y al dar la vuelta lanzarían las bombas termonucleares para arrasar con toda la ciudad. Casi todos se encontraban ya en el barco, que sufría ante el peso de la gente. Los motores sonaron y el barco empezó a desplazarse lentamente hacia atrás, para hacer las maniobras que le llevaran mar adentro. Cameron corrió, pero la Doble J seguía dubitativa. Yo seguía en el stryker, agarrando con fuerza la metralleta, atento al avance de los muertos.

-Cómo me gusta oler el napalm por la mañana, por Dios.

Pensé, mirando de reojo la estela dejada por los aviones.