Partida Rol por web

El fulgór fatídico

1. Reunión de enanos

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13/09/2020, 11:06
Hilda Olgysdóttir
Sólo para el director

Hilda durmió a pierna suelta, como siempre. Había bebido bastante más después de que Ojoférreo les dejase, ya que estaba pagado, pero como a buena enana el alcohol no le afectaba demasiado. Se levantó tras unas reparadoras horas en las que había soñado con una fragua inmensa, llena de oro, acero y hierro. Lo entendió como una señal de Moradin. 

Se lavó un poco y se puso a cuidar sus armas y armaduras: como clériga de la Forja, aquella era su manera de rezar. Tras un buen rato de cuidados, engrasados y pulidos, estuvo satisfecha y lo guardó todo. Se puso la cota de mallas y se colgó la ballesta a la espalda. Dejó el martillo sobre la mesa, con reverencia, y trazó unas runas con el dedo sobre el metal. 

-Moradin-recitó con voz grave-Tuyo es el secreto de la forja, tuyo es el conocimiento del herrero. Forjador de almas, yunque de acero, ven a mí en tu poder y bendice mi herramienta para que destruya a tus enemigos con el poder de la Forja. 

Empleando los secretos aprendidos en su largo peregrinaje, las runas que trazaba con el dedo se quedaban sobre el metal, candentes como hierro al rojo, y todo el arma destelló un momento antes de que su luz se quedase en su interior, como si de repente tuviese una pequeña llama iluminando desde dentro del metal. Ahora aquel arma poseía la bendición de Moradin y podría romper el duro pellejo de las criaturas de roca. 

Guardó el martillo en el cinturón y salió de la posada. Ya que no iban a partir hasta media mañana y tenía tiempo, decidió ir a ver si encontraba algo de interés. No creía que hubiese templos de Moradin en aquella ciudad, así que buscaría forjas, que al fin y al cabo también eran templos de su deidad. Las forjas humanas solían ser toscas, burdas y sin refinamiento, pero Hilda tampoco despreciaba ninguna fragua. 

Notas de juego

Me levanto y uso el poder de la forja para que el martillo se convierta en un arma mágica +1 hasta mi siguiente descanso largo. Voy a ver si encuentro alguna buena forja que me interese, por hacer tiempo más que nada.  

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13/09/2020, 11:37
Avi

Aunque al principio no iba a hacer nada, tras acabar sus rezos a Moradin Hilda salió a dar un paseo y ver si podría interesarle algo mientras esperaba la hora para reunirse con sus compañeros. Caminando llegó a un pequeño callejón en el Distrito noble donde vio una pequeña forja que le llamó la atención: El clavo torcido, de la que emanaba una gran cantidad de vapor.

Al entrar se encontró con una pequeña forja llevada por dos genasi. El genasi de fuego golpeaba el metal con fuerza, metal que era sujetado con una pieza de hierro ya que al genasi le faltaba un brazo. Junto a él había otro genasi de agua, de pelo largo y ondulante que casi parecían olas de mar. Justo cuando Hilda entró en la tienda conjuró un chorro de agua al metal lo que hizo que surgiera un montón de vapor que llenó la tienda de neblina unos segundos. Entonces se dio cuenta de la aparicion de la enana y fue corriendo hasta el pequeño escritorio que usaban como mostrador.

-Bienvenida al clavo torcido-dijo l genasi, aunque Hilda no tenía muy claro si era un hombre o una mujer aunque su voz sonaba femenina- disculpa todo el vapor, estábamos terminando un encargo. ¿En que podemos ayudarte?-le preguntó amablemente.

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13/09/2020, 11:44
Bharnus

Un halo de preocupación surcó la mente de Bharnus, pero mantuvo la calma. El grupo tal vez tuvieran la manera de combatir contra eso, un buen golpe rompe la piedra. Pero él se sentía un poco jodido. Y aunque tuvieran lo que necesitaba, temía no poder adquirirlo en esa herrería. 

- estaba pensando en algo que pudiera arrojar... -enseñó el hacha de mano y uno de los dardos amarrados al muslo- si puedo, prefiero mantener cierta distancia con esas criaturas -guardó los objetos y cruzó las manos- y qué precio tendrían en caso de haber

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13/09/2020, 12:19
Alrik Escudorroto

Melvar, bribonzuelo. Veo que habéis reformado la tienda. Supongo que el negocio va bien —dijo con una sonrisa, refiriéndose al humano como llevaba haciendo casi 40 años.

Una extraña mezcla de nostalgia, pena e incomprensión se apoderó de los ojos del enano momentáneamente. Alrik iba de aquí para allá, visitando fortalezas enanas y otros lugares, lo que significaba que en ocasiones pasaban varios años entre cada visita a la pequeña pero prestigiosa librería. Que ya no era tan pequeña tras la anexión de un par de locales contiguos años atrás. Y al igual que tras tanto tiempo la propia tienda había ido cambiando, con cada visita el historiador veía envejecer bruscamente al pequeño Melvar. Parecía que era ayer cuando era apenas un mocoso gateando entre las polvorientas estanterías. A su siguiente visita ya correteaba los estrechos pasillos blandiendo una espada de madera. El hilo de pensamientos le llevó inevitablemente, recordando visita a visita, a rememorar cuando, a su regreso de un largo viaje al Lago de Vapor en el que buscaba a un famoso artesano enano que fabricaba escudos con caparazones de tortugas dragón, se encontró la tienda patas arriba y a un adulto y cabizbajo Melvar reorganizando los libros. Melvin, querido amigo tras muchos años de colaboración, antiguo propietario del local y padre de Melvar, había fallecido un par de meses antes, tomando este último el relevo al frente de la tienda. Alrik no recordaba haber llorado la muerte de ningún otro humano, pero sí lloró la de Melvin. Y ahora Melvar tenía más edad de la que tenía Melvin cuando Alrik visitó Aguas Profundas por primera vez y descubrió la que sería su librería de referencia. Jamás se acostumbraría al ritmo al que envejecían los humanos. Imagínate tener que registrar su historia o árboles genealógicos, menuda locura.

En un intento de escapar de la tristeza, su mente empezó a proyectarle momentos más agradables de su relación con padre e hijo. Incluso recordó que tiempo después de la muerte, tomando unas cervezas, habían bromeado con que sólo había sido necesario cambiar dos letras en el letrero frontal de la puerta. ¿Quién había hecho aquel chiste? ¿Había sido Alrik o el propio Melvar?

Sacudió la cabeza. Ya valía de recordar los viejos tiempos. Por suerte para Alrik y los otros clientes, el hijo había salido a su padre, culto y dedicado, por lo que no se notó un cambio a peor, sino quizás a mejor, conforme fue pasando el tiempo. Ahora la librería era más prestigiosa que nunca, como atestiguaba el hecho de que siempre que entraras hubiera curiosos ojeando libros de diversa índole y al menos dos o tres escribas haciendo copias en las mesas dispuestas para ello.

Perdona —le dijo al humano, que le miraba curioso pero paciente, pues llevaba casi un minuto en silencio—, ya sabes que esta vieja cabeza divaga cada vez que se ve rodeada de tanto conocimiento.

—Voy a emprender un nuevo viaje, muchacho. Este parece que es de los peligrosos, así que ya sabes lo que eso significa —dijo descargando la mochila sobre el mostrador con un sonoro golpe. Uno a uno, empezó a extraer cuadernos. Unos cuantos de apuntes y diagramas de sus invenciones como artífice, pero la mayoría de historias, relatos y notas sobre familias enanas o sus miembros más notables— El sello en la portada de cuero los clasifica, como siempre.

Esta era una rutina que llevaba casi cien años llevando a cabo antes de cada viaje, después de que perdiera unos cuantos cuadernos con información muy valiosa en un desafortunado percance en un río. Sus libreros de confianza en las distintas ciudades que frecuentaba ya sabían el procedimiento. Si pasaba un tiempo prudencial sin que Alrik regresara a por los cuadernos, normalmente un año, debían hacerlos llegar a distintos sitios. Los de inventos se habían de enviar al gremio de artífices para que les diera uso. Los de historia enana debían enviarse al Salón de Mithril o a la Ciudadela Felbarr, ambos al norte, donde otros historiadores enanos amigos de Alrik podrían pasar a limpio su trabajo, publicarlo, o incluso continuarlo.

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13/09/2020, 12:37
Hilda Olgysdóttir

La pequeña forja le había llamado la atención nada más verla, con su tejado cónico con agujero en el centro y su planta circular. Aquella no era una forja humana ni enana, estaba claro, y sus líneas recordaban más a las fluidas del agua o el fuego que a las de un edificio. 

Llevada de la curiosidad, entró, y le recibió una gran nube de vapor. Cuando pudo ver de nuevo, descubrió quiénes eran los dueños: efectivamente, ni humanos ni enanos. Genasíes. Claramente los genasíes de fuego y agua eran habilidosos con los asuntos de la forja, y Hilda los respetaba. Sonrió y se acercó al mostrador. 

-Saludos, soy Hilda Olgysdóttir. Tan solo quería ver vuestra forja, vuestro trabajo. No todos los días puede uno ver trabajar a los descendientes de los elementales de fuego y agua. 

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13/09/2020, 14:07
Melvar

-Ya veo, te mantienes ocupado como siempre. No te preocupes, los enviaremos como siempre-le dijo Melvar recogiendo los cuadernos- Imagino que necesitaras uno nuevo para tu nueva aventura. ¿Que sello necesitas? Si me das unos minutos te lo puedo grabar yo mismo en el cuero y te lo llevas ya-le ofreció mientras guardaba los que había recogido en una caja de madera donde apilaba los envios de Alrik. 

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13/09/2020, 14:09
Garlock

-Tenemos un par de hachas del trueno-le contestó la semiorca- normalmente serían 500 piezas de oro cada una, pero como las vendemos juntas lo dejamos en 800 piezas ambas. Si lo que buscas son cuchillos, tenemos unos kunais que nos trajeron desde Kara-tur. Son algo exoticos pero no suelen ser del gusto de nuestros clientes, aunque te aseguro que están muy bien equilibrados, yo misma los he probado alguna vez y atraviesan la madera como si fuera mantequilla. La roca no les costará demasiado. Podría dejarte cada uno por 30 piezas de oro-le ofreció.

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13/09/2020, 14:15
Avi

-Jajaja, me vas a poner roja y eso es difícil-bromeó la genasi- Supongo que no es muy común, somos muy pocos en Aguas profundas y, si te digo algo en confianza-dijo bajando la voz y llevandose una mano a la boca- desde luego ninguno es tan habil como mi marido. ¿Necesitas un arma? ¿Quizás una armadura? Te ofrecería elementos para tu casa pero imagino viendo tu martillo y tu coraza que no estas buscando muebles.

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13/09/2020, 14:52
Bharnus

El brillo de los ojos de Bharnus cambiaba fácilmente. En el monasterio le decían que su mirada expresaba demasiado, y que el semblante calmado típico de la Orden se destapaba con sus ojos. Él no se daba cuenta del cambio, y por eso no era consciente hasta qué punto era evidente para los demás. No eran farolillos que se encienden y apagan, pero si alguien estaba atento se podía percibir.

En esos momentos pasó de la neutralidad a un brillo luminoso al escuchar ''kunai''. Los Maestros de su Orden usaban kunais forjados por ellos mismos en el monasterio, una tradición que a Bharnus, como iniciado, todavía no había sido permitida. Le ilusionaba poder usarlos, aunque fueran de otro origen.

Sin embargo, ese brillo se apagó en cuanto escuchó los precios de los productos. Habían pasado muchos años desde la última vez que Bharnus pisó una tienda, antes de empezar en el monasterio. Acostumbrado al intercambio de bienes y a vivir con los frutos de su esfuerzo en la Orden, no recordaba el valor mercantil de las monedas. Antes de marcharse cogió lo que consideraba que era una cantidad aceptable de dinero para un viaje. 

Y ahí estaba, ante hachas que valían 500 piezas de oro, quién demonios tiene 500 monedas de oro. Y aún peor, su saco no contenía el dinero suficiente ni para 1 kunai. Monje idiota, pensaba. Intentó mantener el semblante impasible, pero los ojos le delataban. Tras una pequeña pausa soltó un gruñido mal disimulado:

- Interesante... Ojearé un poco más por el mercado y volveré, gracias por la información

Dio media vuelta y salió de la herrería, gruñendo palabras ininteligibles. Buscó a su alrededor una zona calmada a la sombra, se sentó en posición de loto y se puso a meditar para calmar su espíritu.

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13/09/2020, 18:01
Hilda Olgysdóttir

Aquella genasí le cayó bien de inmediato. Sus bromas y su jovialidad eran refrescantes como el agua clara de la que descendía. Vaya que si me vendría bien una armadura, pensó. Si tuviera materiales, Hilda misma se forjaría una buena armadura completa enana, una de esas obras de artesanía con placas gruesas por todo el cuerpo, que transformaban a un enano en un impenetrable muro de acero. 

Pero no los tenía. No tenía materiales y no tenía ni dinero. Su bolsa del oro era tan ligera que en cualquier momento iba a salir volando. 

-No, no necesito muebles-le respondió sonriendo-Como digo, solo venía a ver la forja. -entonces tuvo una idea- ¿Podría ayudaros en algo? Seguro que un par de manos más no os vienen mal, y a mí tampoco me vendrían mal unas monedas. 

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13/09/2020, 22:14
Bharnus

Tras una o dos horas meditando, Bharnus logró calmar su interior. Todavía tenía mucho que aprender. La frustración, al igual que otras emociones, no debían perturbar su espíritu con tanta facilidad. Más de 100 años en la Orden y todavía fallaba en ello, dificultando su progreso dentro de la jerarquía y manteniéndolo como Iniciado.

Se puso de pie y miró al cielo, aún debía ser pronto, quedaban unas horas para el mediodía. Algo podré encontrar en este mercado, se decía, no todo tiene que ser inaccesible. Recordó la conversación con la semiorca. Las armas mágicas se escapaban de su entendimiento, pero algo le había quedado claro, en ese sitio iba a ser imposible pagarlas. Pero necesitaba alternativas.

Se dirigió de nuevo al centro de esa zona de comercio, buscando alguna herrería que pareciera más humilde que El Escudo Hendido, algún lugar donde no tuviera que salir huyendo. Era reacio a la interacción social, pero en ciertas situaciones uno debe apartar sus preferencias y actuar como debe, y si hiciera falta, preguntaría a algún ciudadano dónde poder encontrar armas a precios asequibles.

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13/09/2020, 22:28
Alrik Escudorroto

Oh, fantástico. Mi sello de siempre del escudo roto. Pero no voy a estrenar ese cuaderno aún. ¡Voy a investigar una vieja pista! —dijo enseñándole a Melvar el ajado cuaderno centenario—, una acerca de uno de esos clanes enanos desaparecidos y olvidados —la ilusión podía verse claramente en su rostro—. ¿Sabes que este cuaderno tiene como 5 veces tu edad? ¡JAJAJA!

La sonora carcajada de Alrik llenó el local, causando miradas con las cejas enarcadas de los dos escribas cercanos.

Qué tiempos... cuando empecé este cuaderno era poco más que un muchacho. Y al fin podré dar respuesta a un viejo misterio, y dar a un clan el respeto y posición en la historia enana que merecen —dijo, con voz melancólica observando el viejo cuaderno, sus ojos deteniéndose en cada grieta en el cuero, en cada brizna de cordel que se separaba de la cuerda enroscada en el lomo uniendo las viejas páginas de pergamino, como si conociera esos detalles a la perfección igual que se conoce a un viejo amigo.

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13/09/2020, 23:18
Avi

-Ahora mismo me temo que nos manejamos bien-dijo la genasi azul- pero si vuelves en otoño, antes de que caigan las primeras nieves, solemos tener muchos encargos y-de nuevo bajó la voz con picardía- aunque a él no le guste, nos vendría bien una mano extra para hacer herraduras, dagas y cosas así-Le dijo- eso si, la paga no es especialmente buena me temo depende de lo habil y rápida que seas fabricando.

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13/09/2020, 23:20
Melvar

El hombre cogió una punta metálica que tenía al rojo y empezó a grabar el sello. No tardó mucho en reunirse de nuevo con el enano.

-Aquí lo tienes, todo tuyo-le dijo- Cuando vuelvas de esta aventura tuya me tendrás que contar que es eso de los enanos olvidados con una buena cerveza. Serán un par de piezas de oro por el cuaderno y cubrir los costes de los envios-le dijo con una sonrisa.

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13/09/2020, 23:30
Riautar Cuernofuerte

El monje no tardó en encontrar lo que buscaba. Armamento de Riautar, rezaba el cartel de madera que colgaba en la puerta con lo que parecía ser un trozo de coraza.

El interior no era muy grande pero estaba lleno de barriles donde había espadas, lanzas, cuchillos, alabardas y en las paredes colgaban algunos escudos, armaduras y arcos y ballestas.

-MMm si necesitas ayuda para elegir un arma dimelo-dijo sin casi levantar la vista el viejo enano que atendía la tienda. Tenía una gran barba cana y recogía su pelo con un pañuelo amarillo que también mantenía el sudor de su frente lejos de sus ojos. No llevaba camisa y por como respiraba debía haber estado trabajando hasta hacía unos momentos.

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13/09/2020, 23:43
Bharnus

Bharnus entró y ojeó alrededor.

busco algún arma que pueda utilizar contra criaturas de piedra... -dijo con voz rasposa- no entiendo de armas mágicas, pero creo que con un martillo ligero resistente o una maza podría funcionar -se dio cuenta de que no había seguido las enseñanzas; carraspeó y suavizó el tono- buenos días

Igual no había meditado lo suficiente, seguía un poco ofuscado.

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14/09/2020, 08:45
Alrik Escudorroto

Cogió el nuevo cuaderno y, tras mirarlo brevemente, lo introdujo en la mochila.

Perfecto Melvar. Si todo va bien, invitaré yo a la ronda —dijo, optimista con respecto a la expedición, mientras dejaba dos monedas sobre el mostrador—. Nos vemos dentro de un tiempo, amigo.

Alrik volvió a cargarse su abultada mochila y salió con paso ligero de allí. Aún tenía que recorrerse toda la ciudad con sus cortas patas hasta llegar a la Puerta Sur antes de que diera mediodía.

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14/09/2020, 14:57
Riautar Cuernofuerte

-Jumm, ¿de piedra dices? Quizás te pueda valer un buen martillo, o un pico-dijo el enano no muy convencido- tengo algunos aquí. Este martillo de guerra por 15 piezas de oro quizás te podría servir si tienes fuerza suficiente-le dijo señalando un martillo que tenía muescas de haber sido usado anteriormente pero parecía bien cuidado.

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14/09/2020, 15:10
Hilda Olgysdóttir

Hilda apretó los labios un momento tras oír la respuesta. Era una pena no poder sacarse unas monedas, pero aquello podía pasar. Se había arriesgado un poco, pero aquella gente le había caído bien. No se podía ganar siempre. 

-En otoño volveré, sí-dijo-Pero no para trabajar. Si el viaje en el que voy a embarcarme va bien, vendré para traeros materia prima, venderos acero y adamantita. La mejor que hayáis visto. 

Sonriendo a la genasí, se despidió y salió de la forja. No le quedaba mucho más que hacer allí ya, así que se encaminó directamente a la Puerta Sur, andando sin prisa por la ciudad. 

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14/09/2020, 15:22
Bharnus

Un pico... no se me había ocurrido, pensó Bharnus. Cogió el martillo y lo sopesó, observando el material en busca de pequeñas grietas que pudieran poner en compromiso los golpes contra piedra.

Fuerza tenía de sobra, y no era la primera vez que empuñaba un martillo de guerra. Aunque llevaba muchos, muchos años sin usar uno. En la Orden entrenaban con armas más móviles, para aprovechar la agilidad del movimiento y soltar golpes con todo el cuerpo. 

- Me puede servir -apoyó el martillo en una mesa, sacó 15 piezas de oro y se las pasó al enano- gracias

Cogió el martillo, lo apoyó en el hombro y salió de la tienda. Miró a su alrededor un poco más tranquilo y se encaminó a la puerta Sur del distrito de comercio.