Partida Rol por web

Rocias al septón con el contenido de su frasquito y este se revuelve una vez más tratando de liberarse, aunque vuelve a fallar en su cometido.

Jamas renunciaré a los verdaderos dioses, malditos pirómanos -grita el viejo con fanatismo -mis hermanos cortarán vuestras cabezas y vuestra falsa religión se perderá en la oscuridad de la historia -grita soltando una risa maniaca.

Lo que yo decía- piensa, aunque algo decepcionado. Le hubiese gustado ver al hombre renegando de su fe, más que nada para demostrar que todo el mundo tenía un precio en esta vida y que las creencias podían cambiarse ante las palabras o situaciones adecuadas. Mas este no era el caso.

A pesar de ello, Lucyen no podía negar la valentía del septon. Moriría por sus creencias, y eso era algo que nadie le arrebataría nunca. Aunque no podría contarlo.

Finalmente llegais al gran Salón y el guerrero se queda en la puerta junto con el resto de los guardias mientras tu accedas a ella.

En el interior de la sala se encuentra tu padre, Lord Gendry, su consejero Elwood Meadows, tu hermanastro Robert y la alta sacerdotisa de R´hollor Melara.

Mi hija por fin ha llegado -dice en alto Lord Gendry mientras te lanza una mirada dulce -por fin podemos empezar esta reunión, no podemos atrasar más estos asuntos de gran importancia.

Padre, no culpes a hermana por su retraso, debía estar ocupada aprendiendo las lecciones del maestre -explica tu hermano lanzándote una mirada cómplice y agradable -pero ya estamos todos y nada debe retrasarnos.

Titubeo un instante antes de entrar, mirando mis ropas poco adecuadas, pero acabo por encogerme de hombros.

¿Qué son ellos para que deba yo preocuparme de mi aspecto en su presencia?

Carraspeo y entro al Gran Salón con la cabeza bien alta, no sin antes lanzar una última mirada hacia el soldado.

-Padre –saludo-, lamento el retraso. Como ha dicho Robert, estaba… ocupada –sonrío a mi hermano con calidez.

Hago hacia los demás una leve inclinación de cabeza, y observo sus rostros. ¿Parecen preocupados? ¿Expectantes? ¿Saben más que yo?

Miro después a mi padre, esperando a que hable.

El fuego es tan bueno para acabar con vidas como para preservarse de los monstruos de la noche. Qué hacen tus cristales, además de reflejar la luz?

Sus cristales sólo reflejan la luz, pero no piensan que sin la luz no había reflejos en sus templos. Sin el calor de las llamas no sería posible tallar ni formar los cristales en sus cabezas. Sin el corazón de los hombres que laten no seríamos más que las estatuas inertes que ponen en sus septas. 

Den mira ansiosamente al adepto que presidía aquel acto, esperando que diese la orden de llenar de luz al infiel

Cuando llego a la reunion me dio cuenta de que soy la ultima en llegar.

Me siento algo azorada.

Tambien observo en la habitacion a unos soldados, me estraña nunca han venido.

En parte no le doy importancia ya que lo montaraces que estan ahi los conozco de otras veces de haberlos visto en Rocadragon.

Cuando oigo mi nombre miro fijamente y le respondo  si soldado soy Arya.

Buenos dias Señores.

Dicho esto me acerco a los demas montaraces.

La tensión se palpa en el aire. Todos los reunidos en las catacumbas de RocaDragón miran fijamente al viejo septón esperando la orden que lo mandará a la muerte.

El alto sacerdote de R´hollor carraspea, llamando la atención de los presentes -¡Arrojad al infiel a las llamas del Señor de la Luz! -el grupo de devotos más cercano se acerca al hombre viejo para acabar con su vida.

La tensión se palpa en el aire. Todos los reunidos en las catacumbas de RocaDragón miran fijamente al viejo septón esperando la orden que lo mandará a la
muerte.

El alto sacerdote de R´hollor carraspea, llamando la atención de los presentes -¡Arrojad al infiel a las llamas del Señor de la Luz!-

Eres el devoto que más cerca se encuentra del sentenciado y te percatas de que algunos de tus hermanos se acercan para llevar a cabo la orden sobre el viejo septón.

Lord Gendry os mira a todos. Su rostro es una expresión de orgullo y nobleza constante pero ese día muestra algunas imperfecciones producidos por lo acontecido, su ceño está fruncido y unas pequeñas venas se marcan en su frente y cuello. Esta misma mañana he recibido una carta de Desembarco del Rey, la reina Daenerys ha fallecido, su reinado de paz y prosperidad ha terminado -explica sin tapujos.

Lord Elwood Meadows, uno de los consejeros de tu padre toma la palabra en cuanto tu Lord Gendry expone lo ocurrido. ¡Debemos aprovechar la muerte de la reina para tomar más poder!¡Es una oportunidad única! -grita nervioso y con el rostro enrojecido por la exaltación

Bien, la última en entrar será la primera en partir -explica el guerrero, repartiendo unas hojas escritas sobre la mesa- las misiones de exploración se situan en lugares muy dispares pero todas tienen el mismo objetivo, recabar toda la información posible sobre los movimientos de las otras casas y sobre los grupos de las falsas religiones.

El guerrero comienza a leer cada uno de los folios de forma lenta y con dificultad -una de las misiones es viajar a Puenteamargo y Vado Ceniza para investigar a los Greyjoy. Otra de las misiones será pasar un tiempo investigando que ocurre en Altojardín, cual es la actitud de los gobernantes y como se encuentran los habitantes de la ciudad. Otro posible trabajo es en Palosanto, investigando a la Casa Martell. Finalmente las otras dos misiones serán en la Puerta de Sangre de la Casa Arryn y en la Atalaya de Aguasgrises, pasando por Los gemelos, vigilando a la Casa Stark -enuncia el hombre leyendo las últimas cartas.

En total, para los más lentos de los presentes tenemos cinco misiones a elegir -dice contando los folios -dos en el imperio de los Greyjoy, otra en los dominios de la Casa Martell y las dos últimas en las tierras de la Casa Arryn y en las de la Casa Stark, respectivamente. ¿todo claro? -enumera el hombre mirando a Arya para que escoja rápidamente.

Den mismo ayuda a llevar la sentencia del alto sacerdote. Como siempre obediente el acólito cumple las órdenes de sus superiores mientras sus manos llevan casi por inercia la jaula hacia el fuego. Sus ojos se pasean del condenado a la llama y viceversa, sonriendo sin darse cuenta cuando el fuego salvaje prende en llamas verdes al condenado. Mira atentamente el humo, los dedos de fuego y ese espacio entre la llama y el aire donde el mundo es un borrón. allí es donde a menudo se ven las visiones del futuro. Nunca está de más una plegaria por lo desconocido, por lo que aún no ha pasado bajo la luz de R'hllor.

Señor que todo lo ves y todo lo llenas de tu luz, dale misericordia a esta oveja descarriada y danos a tus seguidores las herramientas para seguir tus designios...

Lucyien mira impasible la escena, sin decir nada y a la espera que ocurra el tan ansiado final. ¿Que podía hacer sino? 

Que acabe ya de una vez- piensa. Quería salir cuanto antes de allí. 

La noticia me deja de piedra. Después de lo que el guardia me había dicho, esperaba que fueran malas noticias: que la reina habría enfermado, o que algún señor se habría rebelado... pero que Daenerys hubiera muerto… Eso no podía imaginarlo.

La intervención del consejero me saca de golpe de mis pensamientos.

¿Cómo puede alguien tan idiota haber llegado tan alto? ¡Pues claro que sin Daenerys será fácil tomar más poder! Eso mismo estarán pensando en este instante todos los señores desde Invernalia hasta Dorne. Y por eso la Casa de la Luz ha de actuar de una forma diferente.

Lanzo una dura mirada hacia Elwood, y después miro a mi padre con preocupación. Sé que la muerte de la reina le pesa no sólo por lo que pueda suponer para los Siete Reinos, sino porque él tenía fe en ella y en su gobierno.

-Padre… –digo, acercándome algunos pasos-, lo lamento tanto… Y vos, consejero Meadows –me giro hacia él clavándole unos ojos cargados de desprecio-, cerrad esa boca vuestra llena de pretensiones y codicias. ¿La Reina ha muerto y vos pensáis en acaparar poder? ¿Qué clase de alimaña sois? Si Lord Gendry no estuviera cegado por la preocupación y la pena os echaría de Rocadragón sin dudarlo. Vuestro señor no piensa en el poder ahora –avanzo hacia él mientras le hablo-; piensa en la muerte de una reina que será leyenda, piensa en el futuro de los Siete Reinos, piensa en que la última Targaryen ha desaparecido sin herederos y en cómo podrá Poniente seguir unido sin ella… Y vos pensáis tan sólo en el poder... Sois el peor consejero del mundo y no merecéis ni estar en este salón –le espeto cuando llego ante él, y entonces le doy la espalda para volver a mirar a mi padre, a él, sin embargo, con preocupación y cariño.

Tanto tu hermano Robert como el consejero Elwood Meadows se apresuran a contestarte pero una voz amenazante les impide hablar -¡Silencio! Si la muerte de la reina ya está provocando estas rencillas entre nosotros imaginaos lo que provocará entre las grandes casas. Ambos teneis parte de razón, pero no sois capaces de ver la situación en su conjunto.

Lord Gendry se levanta de su trono y camina hacia un mapa de los siete reinos -no sabemos lo que ocurrirá en los próximos días pero, pase lo que pase, nuestra casa no declarará su pretensión al Trono de Hierro ni la idea de obtener más poder. No tenemos ejercito suficiente para ello y no sacrificaré a mis vasallos ni a mis caballeros por un capricho de poder. Sin embargo no podemos confiar en que otras Casas no aspiren a sentarse en el trono y que esos deseos provoquen guerras.

Padre, si me permite tomar la palabra -pide con respeto Robert, el futuro sucesor de Gendry. El señor de la casa le permite hablar con un gesto de su mano -creo que debemos observar antes de pensar en lo peor, no creo que la reina Daenerys dejara el reino sin tomar medidas para evitar guerras, rebeliones y luchas de poder.

El viejo septón es lanzado a las llamas sin miramientos. Sus ropas y su carne comienzan a quemarse, provocando humo y unas extrañas llamas de color verdoso fruto del líquido que le derramó uno de los devotos. El hombre grita de dolor mientras que la carne se le desprende de los huesos hasta que, finalmente, deja de ser capaz de pronunciar sonidos y muere con un grito ahogado de dolor.

Observas como uno de los devotos, el que había rociado con el frasquito lleno de líquido verde al anciano, mira fíjamente el fuego musitando algo para él mientras el resto de devotos claman en voz alta oraciones a R´hollor.

 Las ropas y la carne del viejo septón comienzan a quemarse, provocando humo y llamas de color verdos . El hombre grita de dolor mientras que la carne se le desprende de los huesos hasta que, finalmente, deja de ser capaz de pronunciar sonidos y muere con un grito ahogado de dolor.

Miras fijamente el fuego, buscando la palabra de R´hollor en las llamas.