Partida Rol por web

Nugirrha se puso nerviosa cuando aquel tipo llamó a voces a su compañera.

Qué oportuno...-pensó.

Sin embargo, al contrario de lo que esperaba, la amenaza no llegó de la mano de esos dos sujetos misteriosos, sino de unos soldados imperiales que andaban tras una mujer que pedía ayuda desesperadamente. 

Todavía molesta por las palabras que le habían dedicado otros soldados (o quizá los mismos, todos parecían iguales) anteriormente, y ante tal escena de abuso, fue difícil mantener a raya la furia de la wookiee. Por si fuera poco, la temeraria actitud de ese tipo llamado Flamo, animó todavía más a Nugirrha para tomar cartas en el asunto.

Empuñando su palo gaffi, lanzó un rugido mientras se dispuso a cargar contra uno de los imperiales.

Cómo pasar de una situación tranquila a una de estrés. Debería de estar acostumbrado. Todavía dudaba acerca de cómo actuar ante su «conocida» y demás personajes circundantes, cuando apareció la mujer.

Marco la sujetó instintivamente, luego vio aparecer a los soldados. Mal asunto.

—¿De cuántos créditos estamos hablando?

Parecía que no iba a tener la oportunidad de averiguarlo. No le importaba especialmente la mujer, no la conocía y posiblemente se buscase lo que le venía encima, pero los créditos…eso merecía su atención, con imperiales o sin ellos.

Además, el  pelirrojo se había puesto a hablar y la wookie desconocida ya parecía haber decidido por todos los presentes, pues empezó a rugir y parecía dispuesta a cargar.

¡Qué demonios…!

Flamo era, ante todo, un caballero. Y ayudar a una pobre indefensa, junto con el aliciente de fastidiar a unos soldados imperiales y, sobretodo, llevarse algunos créditos al bolsillo, parecía ser una buena oportunidad para demostrarlo. Ya casi convencido a dar la cara ante esa tal Val y unos desconocidos que parecían conocerse entre sí, se dispuso a adoptar su mejor tono de barítono y una actitud convincente. Pero la wookie lo estropeó todo. Con un rugido profundo agotó sin más mediación la vía diplomática. No es que fuera racista, pero... ¿qué se podía esperar de un wookie?

Probablemente lo más seguro fuera mantenerse fuera del alcance de cualquier cañón bláster. Nunca le habían disparado (aunque ya no tenía dedos para contar las veces que le habían apuntado con una pistola), y la acción no era lo suyo. Sin embargo, Flamo se echó la mano al costado y palpó con alivio la dura empuñadura de su blaster de bolsillo. 

- Que le voy a hacer – contesto a su amigo encogiéndose de hombros, atenta a la escena, viendo como él se adelantaba para tratar de calmar los ánimos – me encuentran ellos a mi

Por más tentadoras que fueran las palabras de suplica seguidas de créditos, el escenario no era para nada favorecedor, con los imperiales solicitando que se metieran en sus asuntos con su habitual “amabilidad”, aún así, como Marco, sabía perfectamente que había que dar la vuelta a cualquier situación para poder sacar provecho, claro que no todos tienen a una compañera peluda con poca paciencia para el diálogo.

- ¡Maldita sea! – exclamo haciéndose a un lado y tratando de agarrar a Tom para apartarlo de lo que se avecinaba y preparándose ella misma para entrar en acción

Los soldados dan un paso atrás al ver a Nugirrha como se lanza a por ellos en lo que claramente es una desobediencia a una orden directa. Si no fuera por el grito amenazante probablemente los soldados hubieran abierto fuego de inmediato, pero debajo de esas máscaras blancas sus rostros debían ser de estupefacción ante la enorme masa de pelo que se aproximaba hacia ellos con su palo gaffi dispuesto a golpearlos sin compasión.

Marco había observado en otras ocasiones la capacidad de negociación de los imperiales: absolutamente nula. Por esa razón tenía decidido que con respecto a ellos, o apartarse a un lado o liquidarlos cuanto antes.

En todo caso, llevaba demasiado tiempo sin hacer nada de provecho. La palabra «créditos» parecía haberle nublado la razón.

—¡Aparta!

Se sacó de encima con brusquedad a la mujer y desenfundó como un rayo. El tiempo pareció pararse cuando apuntó hacia uno de los soldados, el más lejano a la wookie que cargaba. Le encantaba esto.

Ya tendría tiempo para arrepentirse más tarde.

Además, parecía que había apuntado bien. Casi lo sintió por aquel soldado pues el disparo había sido certero y mortífero de necesidad, en pleno visor. El hombre cayó hacia atrás como un saco, sin emitir ni un grito.

Una muesca en mi pistola.

De repente, todo sucede muy aprisa. Un montón de gente parece activarse y aparecer de todos los lados y arremeter contra los soldados imperiales.

- ¡Ey! ¿De dónde ha salido esta enorme bola de pelo? - dice Tom cuando ve a Nugirrha lanzarse sobre los soldados con su arma de cuerpo a cuerpo.

Sin previo aviso, alguien de entre la muchedumbre dispara contra los imperiales, derribando a uno de ellos.

- ¡Vaya, Val, se está montando una buena fiesta, suerte que hemos sido invitados!

-¡¡¡ROAAAAAAUUUUUHHHHHHWWWW!!!

El profundo grito de la wookiee casi retumbó por todo el Paseo. Cargó sobre el soldado imperial que seguía en pié como un bantha en estampida, y descargó sobre él su palo gaffi cuando se encontraba a escasos metros de distancia. Desgraciadamente, la efectividad de Nugirrha no estuvo a la altura de su ímpetu.

El rugido furioso de su peluda amiga eran sin duda atronador, comprendiendo la estupefacción de los soldados que les impidió tan siquiera moverse ante la carga de Nugirrha. La respuesta de Marco fue inmediata, derribando con milimétrica precisión a uno de sus objetivos.

- Pues será mejor que saque a alguno a bailar ¿no crees? - dijo la mujer mientras desenfundaba su blaster y apuntaba al imperial que Nugirrha había tratado de golpear, esperando abatirlo antes que reaccionara contra su amiga

Su tiro fue certero y alcanzo su objetivo sin dañar a su amiga, pero algo estaba mal podía percibirlo. Los dos hombres uniformados que había visto antes estaban a sus espaldas, cuando volvió a fijar su vista en ellos ambos avanzaban desenfundando sus armas.*

Todo estaba sucediendo demasiado deprisa. El grito de la wookie y su carga más amedrantadora que efizcaz, realmente. El disparo de aquel pistolero, que había desenfundado el arma en una fracción de segundo y ya había tumbado a uno de los soldados. Asesinar a un soldado imperial. Esto son ya palabras mayores. La tensión le tenía agarrotado a Flamo. No paraba de pensar en lo mismo. Mantén en perfil bajo... perfil bajo... perfil... ¡a la mierda el perfil bajo!

Cuando quiso darse cuenta de lo que hacía ya era demasiado tarde. Su dedo pulgar había pulsado el temporizador de la granada aturdidora que guardaba para una ocasión especial. Una ocasión como aquella. 

El cilindro rodó casi inadvertido* en medio de aquel jaleo de gritos y disparos de bláster y fue a parar justo detrás de aquellos sospechosos guardias uniformados que ya habían comenzado a desenfundar sus armas.

¡BOOOOOM!

La explosión los cogió por sorpresa a todos, incluido al propio Flamo. Que se tapó los oídos y cerró los ojos. Acababa de meterse en el lío más gordo de su vida. Y como solía ser habitual en él, lo había hecho sin reflexionar demasiado.

El ataque de Nugirrha era muy duro, sin duda los reflejos del soldado hicieron que conservara todas sus extremidades, incluida la cabeza; por desgracia su compañero no tuvo la misma suerte, pues mientras sacaba su vibrocuchillo para atacar a la wookie el visor oscuro que además de tapar sus ojos mostraba información del entorno salto por los aires. 

El sonido al caer fue seco y el casco salió volando dejando ver un buen reguero de sangre saliendo directamente de su cabeza y expandiéndose lentamente por el suelo del lugar.

El otro soldado recuperándose de la esquiva sacó también su vibrocuchillo mientras su armadura recibía un impacto de blaster, aunque no fue suficiente para atravesarla, por lo que atacó a la wookie, logrando no clavar el arma en su piel, pero si hacerle una pequeña herida que comenzó a empapar su pelaje con su propia sangre.

Mientras tanto los dos informantes habían decidido entrar en acción y al parecer iban a apoyar a los soldados imperiales. Viendo que el soldado estaba apañándoselas con Nugirrha, los dos decidieron disparar a la muchacha que había disparado al soldado trabado en combate...

Ambos disparos lograron impactar en la muchacha por la espalda... lo que no se esperaban era la granada que había rodado hasta sus pies. La explosión hizo que cayeran los dos al suelo, bastante heridos por los restos de la granada que habían salido volando y casi todos impactaron sobre ellos

Nugirrha insistió atacando al soldado que tenia enfrente. Estaba tan concentrada en la pelea que ni se inmutó con la explosión. Todo lo contrario que sucedió con la herida que le propinó el imperial, que enfureció todavía más a la wookiee. Intentó apuntar el golpe, pero dejó ver sus intenciones y el soldado paró la estocada con su vibrocuchillo. Fue una decisión arriesgada, porque Nugirrha era muy fuerte, y quizá el golpe pudiera hacerle perder su arma... 

La escena se había vuelto algo dantesca cuando la sangre del imperial, al que Marco había abatido de un solo tiro, se desplomo bañando el suelo de la estación con su sangre. Nugirrha parecía tenerlo controlado, pese al “rasguño” causado por el imperial que pronto sería otra mancha en el suelo en cuanto la furia de la Wookie cayera sobre él. Y no sentiría pena alguna.

Lo siguiente sucedió como a cámara lenta a los ojos de Val. Cuando sintió aquella extraña sensación, como un dedo recorriendo su espina dorsal, que le hizo girarse para ver a los dos hombres que habían visto antes en el paseo. Antes siquiera de hacer contacto con sus ojos, sintió sus certeros disparos impactando en su espalda, arrancándole un alarido mezcla de sorpresa, dolor y rabia, para acto cerrar los ojos ante el estallido de una granada.

Para su satisfacción, cuando volvió a abrirlos, ambos hombres yacían en el suelo mal heridos. Y pese al dolor que sentía atravesando los nervios de su espalda, avanzo con decisión hasta posicionarse ante ellos. Alzo su arma con decisión sobre la cabeza de cada uno de ellos y con gran frialdad disparo.

Aquello no se había acabado. El soldado restante luchaba por su vida y aquella explosión había echado por tierra a aquellos soplones. Val pareció terminar con uno de ellos, pero la wookie seguía enfrentada…¿y quién demonios habría lanzado esa granada?

Había que tomar una decisión rápida. Marco creía que podía meterse en un lío con la wookie, pero era vital terminar cuanto antes y largarse.

Apuntó cuidadosamente...

Sin saber cómo, estaba metido de lleno en un combate nada más pisar la estación, ¡y aun no había empezado ni una partida! Con estupor vio como Val recibía dos disparos por la espalda, pero la fortuna, o tal vez la Fuerza, parecía estar de su lado, ya que se levantó y siguió en la reyerta.

- Lo que no sé es cómo lo he hecho para no recibir ni un disparo - dijo mientras miraba a su alrededor, atento a si alguno de los atacantes aprovechaba que no había sacado su arma para dispararle.

La onda expansiva de la bomba le hizo tambalearse, pero logró mantenerse en pie.

- ¿Wookies desatadas y explosiones, esto ocurre realmente?

Mientras todos peleaban y disparaban, se acercó a la mujer que había pedido ayuda para verificar su estado y si aun seguía viva.

Cuando Tom se acercó a la mujer esta se levantó aprovechando la ayuda prestada. Tom pudo ver como sacaba su blaster y apuntaba directamente al informante militar que malherido parecía preparado para volver a levantarse y continuar la reyerta. Un único disparo bastó para dejarlo rematado en el suelo.

El silencio se apoderó de El Paseo, la poca gente que había paseando por el lugar había desaparecido. No tardáis en escuchar un lejano sonido, por desgracia os es familiar, se trata de los pasos a la carrera de, posiblemente, más soldados imperiales.

- Gracias, por suerte para mi... parece que si - Responde Maya con una pequeña sonrisa al comentario de Tom. La mujer no ha dejado de apretar su estómago todavía ensangrentado.

Os mira a todos y luego a su alrededor por unos segundos.

- Tenemos que irnos de aquí, esos cerdos no tardarán en volver. Seguidme - 

La mujer parece tajante, sin esperar una respuesta pasa por encima de los informantes muertos y todo lo rápido que le permiten sus heridas comienza a alejarse de la zona.

Marco todavía no enfundó la pistola, observó como la mujer remataba al herido sin vacilar.

—Vaya, una mujer despiadada —dijo.

Se encogió de hombros y se dispuso a seguirla. Ciertamente, tenían que salir de allí a toda velocidad. Además, los créditos iban con ella y Marco Drasti no era de los que perdonaban las deudas.

Nugirrha empezó a calmarse cuando observó que ya no había más enemigos a su alcance. Fue entonces cuando se percató de la magnitud de la masacre, y lo que es peor, de la atención que habían provocado, atrayendo a todo un pelotón de soldados imperiales.

Dadas las circunstancias, no dudó en hacer caso a Maya. La wookiee miró a Val y le hizo un gesto afirmativo con la cabeza, dando a entender que estaba conforme con seguir a esa desconocida. Al fin y al cabo, para los imperiales seguro que ahora estaban todos en el mismo bando, les gustase o no.

Después de comprobar rápidamente que su rasguño no era demasiado grave, Nugirrha emprendió la marcha tras aquella extraña mujer.

Cuando todo terminó, Tom se encogió de hombros y se dispuso a seguir a la misteriosa mujer.

- ¿Esta enorme bola de pelo va contigo, Val? - dijo señalando a la wookie - No sé porqué creo que haríamos una pareja estupenda. Es enorme y peluda y yo no entiendo nada de lo que dice. Somos la pareja ideal.