Partida Rol por web

Un mensajero envuelto en seda aparece ante vosotros portando un estandarte.

- Vuestros nombres ¡Rápido!

Una media sonrisa se dibujó en el rostro de Edghtwo al ver al portador de aquella fragancia. Agitó las riendas de su caballo para darse la vuelta y encararse a sus compañeros. Hermanos, guardar vuestras armas, no es mas que un heraldo... Terminó la frase mirando a Buliwyf, ya que era él, el que debía contestar.

 Miro a Halga con una sonrisa- ¿Ves? Te dije que oliendo a perfume no podía ser peligroso ¿o tu intentas llamar la atención cuando vas al combate?

Me relajo un poco, anque aun no envaino la espada, no hasta que el jefe me lo ordene - sinceramente, cuando voy al combate mi olor corporal es lo ultimo que me preocupa cuando voy al combate...... y tambien cuando no voy a el - termino riendome a carcajadas

Herger vuelve a colocar el hacha, que había sacado antes de su emplazamiento cuando el explorador había dicho que alguien venía, pero al ver que no es mas que un pequeño comité de bienbenida se relaja y mira a Buliwif, esperando que como le corresponde, sea el quienpresente al grupo ante el mensajero.

No me gustaría ni siquiera imaginar a Halga echandose perfumes como si fuera una mujer - sonriendo Herguer baja del caballo y se coloca el pelo con un rápido y simple movimiento para que no le moleste en los ojos.

Observo y escucho toda la pintoresca situacion, en las tierras de Ibn no era normal eso de acercarse con perfume de mujer para evitar malentendidos, asi que no pudo evitar esbozar una sonrisa.

Tendre que escribirle a mi paje sobre esto, seguro que lo encontrara curioso y dira que ya lo sabia o algo parecido.

Envaino la espada curva emitiendo un sonido metalico y seco. Decido quedarme callado y escuchar, que es lo que mejor se me daba, sino no hubiese aprendido esta lengua norteña tan pronto.

Me adelanto unos pasos con mi caballo.

- Soy el hijo de Hygliak, llamado Buliwyf. Conocemos a tu señor, venimos con el encargo de servirle.

- Mi señor, Hrothgar, os dará la bienvenida enseguida.

El mensajero lidera el grupo en dirección al poblado.

Avanzáis por el camino aproximandoos ya al poblado de Hrothgar, situado en un bello paraje.

Sin más preámbulos os dirigís al edificio que denota ser el centro neurálgico del pueblo, un pequeño palacio de madera. Allí os presentáis al rey Hrothgar, que esperaba con anhelo vuestra llegada.

Ahora estáis sentados en la mesa, cenando y conversando sobre la amenaza de estas tierras, los Wendol, y sobre la estrategia a seguir para el combate.

Mientras entrabas en el pueblo, te has dado cuenta de que no cuenta con ninguna defensa exterior, ni empalizada, ni muros, ni foso. Tan sólo un par de torres de vígia.

Mientras cabalgábas por el poblado, te has dado cuenta de que apenas hay hombres en edad de luchar...La mayoría son mujeres y niños.

Al divisar el pueblo me sorprendió su precaria situación no tenía ningun elemento defensivo, ni empalizada, ni fosa, nada y eso era muy extraño, además, los ciudadanos parecían cansados y temerosos, como si algo oscuro se hubiera ceñido sobre ellos, sin contar la grandisima tasa de mujeres que tenía dicho poblado, sólo me limité a observar, pero ya pensaba que nuestra llegada tenía una sólida razón de ser.

Una vez en la cámara dónde el Rey Hrothgar nos iba a recibir avancé hasta la mitad de la habitación, adelantándome ligeramente a los demas y me presenté:

Soy Buliwyf,el hijo de Hygliak, hemos venido para ayudaros (y acercandome a Hrothgar, le dije posicionandome cerca suyo para que pudiera oir mi susurro)

-Que es lo que apesa a vuestro pueblo?

Después del discurso previo nos sentamos todos a la mesa y entre mordisco y mordisco le pregunté al Hrothgar que había pasado, quienes eran los que asolaban sus tierras y como lo habían afrontado hasta ahora.

Después razoné:

-Lo mejor es saber contra qué nos enfrentamos, quizás sean criaturas de verdad, demonios, pero lo mejor será que lo comprobemos por nosotros mismos.

¡tendámosles una emboscada!. Les esperaremos en el salón real, hasta que se decidan a atacar y les sorprenderemos, necesitamos saber que son exactamente. -Acabé

Con una jarra de aguamiel en la mano, Herguer afina el oído para escuchar lo que están hablando el rey u el jefe del grupo, y tras unos instantes escuchando y asimilando todo  lo escuchado, deja la jarra en la mesa  y comenta:

Señor, si me permite hablar un instante, creo que saber qué son nuestros enemigos no es lo más importante, sino saber qué es lo que buscan aquí, el por qué de los ataques a éste reino, y así, saber como encontrarlos antes de que ataquen, por que, la táctica de la emboscada, mucho me temo que no dará resultado. Su un mensajero sabía exactamente en que parte de la orilla encontrarnos, no a debido de ser difícil para los enemigos avistarnos, por tanto ya sabrán de nuestra venida.

Herguer aguarda a la respuesta de su jefe, con total tranquilidad, sin preocuparse por la comida

-Herger tiene razón- Corto la conversación con mi voz- Esas criaturas, sean lo que sean, deben de saber que estamos aquí, y no tardaran en atacar...- Bebo un trago de mi aguamiel- Quizás podamos aguantar un par de asaltos en los próximos días, pero necesitamos construir defensas en el pueblo, o por muchas emboscadas que hagamos acabaran con nosotros tarde o temprano.- Miro a los ojos de Buliwyf mientras le digo lo siguiente:

- Mi señor, levantemos unas cuantas defensas en el pueblo, busquemos a esos seres, y ataquemos a su corazón antes de que lo hagan ellos, o de lo contrario pereceremos aquí.

El viaje hacia el "campamento" de aquella gente se hizo corto. Por el camino Edgtho no dejó de observar la zona... llegaron al pequeño poblado donde todos coincidieron que estaba totalmente indefenso. El pueblo contaba con poca gente capaz de blandir una espada y sus caras mostraban el terror y sufrimiento que habían pasado.

Dentro de los aposentos del rey, se mantuvo en silencio, no se sentía cómodo en aquella situación y pidió permiso a Buliwif para salir a hacer guardia. Cogió un poco de comida y salió del pequeño palacete de madera.

El tiempo pasaba lento. Pero todos los factores apuntaban a una misma cosa. Esa noche iba a haber bruma... No se lo pensó ni dos veces y corrió a decírselo a su líder. Entro de forma educada al salón y con paso firme caminó hasta Buliwif. Esta noche habrá niebla...

Nada más ver el poblado noto la tensión el ambiente, se nota que una gran desgracia ha debido acaecer en estas tierras para que el pueblo haya tornado tan siniestro.... Cuando entramos en el castillo dejo hablar al rey con el jefe del grupo, escucho atententamente sus palabras, al igual que la de mis compañeros, pero es ante la propuesta de Helfdane que respondo - Si, yo tambien pienso que deberiamos preparar las defensas cuanto antes, pero.... por el ojo perdido de Odin, ¿¡Donde demonios están los hombres!?, no prestendo resultar descortes, pero en una sola cabalgada ha resultado obvio que en este pueblo hay mas mujeres y niños que otra cosa, ¿como es esto posible?, con tan pocos hombres tanto preparar una emboscada como mantener unas defensas sera dificil... - termino un tanto pensativo

Ibn permanecia muy callado durante la cena. Sus costumbres y modales distaban mucho de los de la gente del norte. Habian cosas que le asombraban y otras que le desagradaban totalmente.

Escuchando y atento a todas las conversaciones comio muy poco y bebio tambien poco, pues el alcohol que ingerian como nada esos hombres del norte hacian mella en el muy rapido.

Sin defensas... la mayoria ancianos y mujeres....y somos treze..... Alá misericordioso, que tus bendiciones sean para mi esta noche cuando el enemigo se presente.

Mordisqueo un poco mas de pan y lo mojo en vino caliente. Algo muy extraño para el pues el vino, el buen vino siempre se servia al natural, pero claro aqui era necesario estar caliente por dentro sino el frio podria ser el peor enemigo.

El Rey Hrothgar explica la situación.

- Ahora ellos nos dan caza en nuestra propia tierra. No siempre fue así...Al principio pensamos en construir granjas para dejar huella hasta donde alcanza la vista...Pero ahora...

Bebe un poco de su jarra.

- Svigui la quemaron...Hará dos años, sí, dos años. Y de los demás no sabemos nada desde hace meses...Por la noche, después de haber bebido, mis siervos cuentan muchos disparates...Pero cuando amanece...¡Encuentran los cadáveres!

La mesa se queda en silencio durante unos segundos.

- Hay un hombre que estuvo en Iesbik...

Todos se sientan alrededor del hombre mayor para escuchar su historia.

- Yo vi perfectamente al ser que me hizo esto.- Se señala el parche en su ojo.- Dientes de león, de oso la cabeza y garras capaces de reducir un tablón a astillas. Vienen por la noche, con la bruma...Siempre en la oscuridad, como si vieran en las tinieblas.

Algunos de vosotros os miráis mutuamente intentando visualizar a vuestro enemigo.

- Pero sí vi al dragón luciernaga con toda claridad, igual que todos aquella noche...Le vi bajar de las montañas, entre la bruma, arrastrándose de un lado a otro...Era tan largo como cien barcos y escupía fuego al acercarse. El padre de mi padre siempre nos lo advirtió, nos decía que era un fantasma del pasado.

Tras la historia y el aviso de Edgtho de la aparición de niebla, se inician los preparativos. Los niños y las mujeres se resguardan en un escondite, mientras vosotros aguardaréis en el gran salón a la llegada de los Wendols.

 Escucho la historia del hombre- Parece imposible que vuelva a pasar, ya no se sabia nada de ellos desde hace siglos.- Pienso mientras veo como los niños se resguardan con las mujeres y quedamos solos en la sala.

- Árabe. ¿Alguna vez has visto un demonio? Y lo que es la pregunta importante ¿Alguna vez has matado a alguno?

Después de esto, me siento en la silla con mi espada en la mano y el peto (como no) puesto, preparado para recibir ordenes de nuestro señor.