Partida Rol por web

La reina Weilew os lleva hasta una persona de avanzada edad, aparentemente una visionaria o bruja que vive a las afueras del poblado. Entre frases aparentemente incoherentes os menciona que para vencer a los devoradores de cadáveres hay que atacar la raíz, una mujer a la que ellos veneran y que se encuentra en "la tierra", como dijo explicitamente.

Pese a no dar información muy útil, hacéis caso a la vieja señora y os preparáis para partir en busca de su escondrijo y matar a la madre Wendol.

Ultimáis los preparativos antes de iniciar la marcha, preparando vuestras armas y vuestras monturas en la entrada del pueblo.

 - En la tierra ¿EH?- Comento tras alejarnos de la pequeña cabaña con mis compañeros.- Quizás vivan en las montañas, la serpiente salió de allí creo recordar. Sus tiendas deben estar situadas al otro lado.

Locas palabras,de una vieja loca.Contesta a su compañero intentando quitarle importancia.

Eran muchos...A caballo ademas.Quizas no sea muy dificil seguir su rastro.

Colocó bien su espada y se subió rapidamente a su caballo.

El camino hacia la pequeña aldea donde se encontraba la anciana o bruja como la llamaban algunos aldeanos, fue relativamente corto. Por el camino, mientras atravesaban el bosque Edgtho noto varias presencia como si los Wendols les observaran pero desde la lejanía.

La información que dio la vieja no fue de gran ayuda respecto a la ubicación de los Wendols, pero si a la forma de acabar con ellos de una vez por todas, matando a la madre. Con la información y con las ganas de venganza volvieron al pueblo para prepararse para el que podría ser el ultimo combate.

Yo opino lo mismo que Herger y el pequeño hermano. Si esos monstruos tienen algún campamento seguro que está allí. No hay lugar mejor para resguardarse que las montañas, eso sí no será fácil entrar sin ser descubiertos...

El mensaje de la bruja era bastante simple: matar a la bruja para acabar con la amenaza Wendol. Y eso era lo que había que hacer.

Seguiremos las huellas de sus caballos para averiguar donde se encuentra su campamento. Llevad lo imprescindible y partamos cuanto antes.

Ibn comenzó el día con las ceremoniales oraciones propias de su cultura, sabía que hoy podría acabar todo, para bien o para mal, y no quería que Alá se sintiera decepcionado.

El guerrero no estaba muy convencido de seguir los consejos de una anciana afectada por la locura, en su tierra, la ciencia se había adelantado lo suficiente como para quitarle importancia a sus palabras, pero, pensandolo bien, parecía tener bastante sentido.

El árabe guardó su cimitarra en la vaina, a la espalda, subió a su preciado caballo y acompañó al grupo hacia su destino...

Que Alá nos guarde...

Parecía que el grupo de guerreros no tenia miedo a la muerte, pero las palabras de Edgtho hicieron pensar al gigantón Vikingo.

Habían conseguido rechazar el último ataque,pero los wendols aun les superaban en número.

Confiemos en que nuestras espadas sean más rápidas que sus lenguas...Y si dan la alarma,habrá que matarlos a todos..Tras decir esto sonrió y volvió su mirada al frente,listo para partir.

Avanzáis con vuestra monturas por el bosque. Hasta un niño podría seguir el rastro que dejó la serpiente de fuego que atacó la noche anterior.

Pronto os encontráis con varios cráneos de oso en estacas de madera, advirtiendo de un peligro aún mayor si se osa adentrarse por ese lugar. Notáis el sabor del peligro.

Edgtho vuelve anunciando el descubrimiento de un acantilado con cuevas a poca distancia de vuestra posición. Decidís dejar los caballos y moveros a pie y en silencio, con los ojos bien abiertos a la espera de cualquier sorpresa.

Tras breves minutos, os encontráis apostados entre el rocaje, observando la entrada a la más que posible guarida Wendol, custodiada por dos hombres algo despistados.

La ofensiva comienza.

Escondido detrás de las rocas,junto a sus compañeros,señala a los dos guardias mientras echa mano de su arco.

Yo me encargo del de la derecha. Tenso con fuerza la cuerda de su arco y aguardo a que sus compañeros estuvieran listos.

Pocos segundos después se escuchó el zumbido de la flecha, la cual finalizó impactando en el cuello del wendol.

 - Pues el de la izquierda será mio.- Le contesto a Herger mientras acabo con el Wendol de la izquierda haciendo lo mismo que el vikingo que esta a mi lado.

 Bien hecho- dice Buliwyf ante los dos disparos certeros de sus compañeros- ahora vayamos a por la bruja- desenvaina su espada- estad atentos y no os separéis.

A Edgtho no le costó mucho seguir las huellas dejadas por los Wendols tras la incursión a la aldea. Parecen que no nos tienen miedo, estas huellas las seguiría hasta un niño. Las pisadas les llevaron hasta lo más alto de las montañas, bajo el acantilado se encontraba un puente y varias entradas a lo que podían ser cuevas y allí era donde debían vivir los Wendols.

Dos de sus compañeros no tardaron en abatir a los guardias que vijilaban la entrada y al dar la orden Buliwyf bajaron para adentrarse en la misión más arriesgada hasta ahora vivida por los vikingos. No va a ser nada fácil entrar ahí y salir vivos. Sacó un cuchillo y se dispuso a adentrarse en la cueva.

Durante el viaje Ibn miró a sus compañeros, puede que este fuera el final de muchos de ellos, y también de él mismo, el guerrero suspiró profundamente, no había pena en sus movimientos, intentaba disfrutar del aire, que este se adueñara de su cuerpo, sentir el viento en la cara...puede que no volviera a ahcerlo nunca, pero si eso pasaba, estaría orgulloso de morir con sus hermanos de batalla.

-O no nos esperan, comentó después del comentario de Edgtho.

Una vez arriba, el árabe se quedó observando como Herger y Halga abatían a los dos guardias, ya que él no tenía arco, cuando fueron eliminados, sacó su cimitarra de la vaina y se apresuró en seguir a sus compañeros para entrar en las cuevas.

¿Quien ha dicho que fueramos a salir vivos?. Contestó sonriente a Edgtho, mientras se acercaba a comprobar que los guardias estaban bien muertos.

Bueno... Ya os llevamos uno de ventaja, aunque algo me dice que va a haber para todos. Volvió a guardar su arco y desenfundo su espadón, listo para proseguir con su camino.

Una vez eliminado con éxito y en silencio a los dos Wendols de la entrada, os internáis en la cueva. Ayudados por varias antorchas avanzáis hasta las entrañas de la base enemiga.

Edgtho sugiere deshacerse de las armaduras, para moverse sin ruido. Unos segundos después os encontráis ante un pasillo que lleva a una estancia donde se oyen a varios Wendols.

Os dáis cuenta que para continuar hay dos caminos; entrar en la estancia y acabar con los Wendols que haya, o subir por el rocaje hasta una plataforma estrecha y de aspecto peligroso para bajar al otro lado de la sala.

 Mira tanto a la sala como a la plataforma: el vikingo sabe perfectamente que los dos caminos conllevan riesgos, sin embargo también sabe cual es su misión, y que para lograrla deben pasar lo más desapercibidos posibles. Y un reguero de cuerpos del enemigo muertos no ayudaría mucho a pasar desapercibidos.

Señala a la plataforma, dando a entender que es el mejor camino para continuar.

 - ¡EH! Estamos aquí para matar Wendols, no para jugar al escondite.- Susurra Herger cuando su capitán le señala las rocas.- Si me mato subiendo eso ¿Que gloria quedara para mi en un futuro?

Después de prevenir a sus compañeros de la peligrosidad de portar armaduras en esta misión miró a los dos caminos que se postaban frente a el. Un ataque frontal sería ir hacia una muerte segura...

Asintió con la cabeza la orden de Buliwyf viendo que es la mejor decisión y sonría el escuchar las quejas de Herger. Si morimos todos en una lucha cuerpo a cuerpo no conseguiremos la misión y no habrá honor para nadie. Ahorra energías para la salida.

Aunque la idea de no llevar armadura no le hacia demasiada gracia, sin duda era lo mejor para realizar esta misión suicida.

Si vas a caerte Herger, espero que lo hagas antes que yo, prefiero caer sobre algo blando..