Partida Rol por web

En vista de que no observo nada esclarecedor simplemente arrastro la cama hacia la otra punta de la habitación y una vez allí la vuelco poniéndola de costado apoyada en la pared y pongo una mesilla sujetándola.

- Así no te moverás maldita cama. - pienso tras limpiarme el sudor de la frente.

Antes de abrir la puerta, Michael se apresuró a recargar su arma, reemplazando las tres balas que había gastado con otros tres cartuchos que sacó de su chaqueta. Cerró el tambor, pero no guardó el revólver. Ahora estaba listo para entrar.

El padre Alexander se santiguó cuando el agente Parker abrió fuego contra los candados.

Perdónalos Padre, porque no saben lo que hacen.

Agente, por favor, creo que sería mejor que no fuera tan ... expeditivo a la hora de usar ese arma. Como bien ha dicho podría salir herido alguien accidentalmente.

Alexander miró los agujeros que habían quedado tras la acción del policía.

Errrr. -Sybill tardó unos segundos en responder- no, no fue mi marido...de todos modos no veo  motivo para sorprenderse si no lo he conseguido abrir

Sybill apenas se inmutó cuando el policia disparó repetidamente contra el candado y observó algo nerviosa la puerta abrirse.

Michael se volvió algo molesto hacia el sacerdote.

- Cierto, quizá debí probar con una oración... -comentó en voz baja.

Con decisión, abrió un poco la puerta del sótano y se asomó para ver qué había dentro.

Tras colocar la mesilla tapando la cama me vuelvo a situar en el sitio que ocupaba la misma un instante antes.

Cuando oigo los disparos un pensamiento cruza mi mente.

- Seguro que no se les ha ocurrido ninguna forma mejor de entrar al sótano que disparando a los cerrojos que tiene la puerta. - pienso. ¿Qué se puede esperar de una mujer y de un policía de pueblo? Nada bueno, sin duda. El pobre Padre Alexander está en clara minoría con esos dos incompetentes.

La habitación parece normal, exceptuando pro la mancha seca. El lugar que ocupaba la cama está sucio, algún insecto se mueve buscando un rincon donde ocultarse pero no parece que haya nada mas. El profesor miró por si hubiera alguna rendija por la que empujar la cama por fuerza, algún truco que hiciese posible todo aquello pero nada parecía salirse de lo normal en una casa como aquella.

Camino de espaldas hacia la ventana con la mano hacia atrás, para tener controlada la pared, para que si activo algún resorte pueda verlo y si viniera algún objeto pudiera esquivarlo.

Al final te das con la espalda en la pared y en la mano. Nada ni nadie parece acercarse a ti, algunos cristales crujen cuando los pisas pero nada anormal ocurre. Por otro lado, esta vez tampoco habéis escuchado los ruidos que escuchasteis las dos veces anteriores...

Avanzo hacia delante poniendo los piés en paralelo al camino que seguí de espaldas.

Tras abrir la puerta del sotano veis unas escaleras de madera que descienden hacia la oscuridad del sótano. Desde luego no parecen estar en buen estado y la oscuridad no hace mas sencillo el bajar por ellas a tientas.

El profesor aparece detrás vuestra y se une a vosotros.

No ocurre nada distinto.

Tras comprobar que nada surge efecto me encamino hacia la puerta para bajar las escaleras y reunirme con el resto del grupo.

El padre Alexander se preparó para bajar por las oscuras escaleras. Avanzó con cuidado y, aunque tropezó una vez, pudo continuar con cierta seguridad.

Tengan cuidado al bajar, sobre todo con uno de los escalones del principio.
Creo que sería más útil tener algo con lo que alumbrar aquí abajo.

Mientras sus compañeros probaban a bajar a Sybill se la ocurrió una idea.

No se muevan. Voy a ver si encuentro los fusibles. Estoy segura de que la instalación eléctrica sigue funcionando.

La joven desapareció y se dirigió hacia la cocina donde habia visto la caja de fusibles y la abrió. Tras un pequeño sobresalto cuando una araña enfada por ser molestada se movió violentamente, encendió los fusibles y se dirigió de nuevo tras sus compañeros.

Sybill se apoyó con cuidado en la barandilla y comenzó a bajar por las precarias escaleras. La dolía bastante la pierna debido a la caida del día anterior pero bajaba bastante bien...al menos hasta que vió a la araña en su mano. La joven pego un bote debido a la inesperada visita y cayó rodando escaleras abajo.

Tras bajar las escaleras, no sin un pequeño traspiés que hizo que la señorita Leefort se tuviese que sujetar al profesor Rogers, con un pequeño raspón y algo de dolor para el profesor llegaron al sótano. Era un lugar oscuro y la bombilla que hay sobre sus cabezas apenas ilumina la habitación. 

Hay muchas cosas repartidas por la pequeña habitación, como herramientas, cañerías, trastos viejos, cubos de basura, clavos, tornillos,etc. En el lado derecho según entráis hay una pequeña habitación. Los muros son de ladrillo exceptuando los que conforman este pequeño cuartucho y el muro que tenéis frente a vosotros.

Alexander se aseguró de que tanto la mujer como el profesor estaban bien. Sin duda las caídas que habían tenido les estaban empezando a pasar factura.
Después se preocupó del lugar en el que se encontraban. La luz de aquella bombilla poco permitía observar salvo sombras que convertían aquel lugar en un sitio más que lóbrego. Se giró en dirección a aquel pequeño cuarto que se encontraba en uno de los laterales del sótano.

No creo que al final vayamos a encontrar mucho aquí.

Dijo mientras se aproximaba a la pequeña sala.

Mientras bajamos por las escaleras Sybil se tropieza y casi nos hace caer a ambos. Trastabillando llegamos al final de la escalera.

El cuarto parecía un cajón desastre. Todo lleno de trastos y herramientas varias.

Justo a la derecha hay una puerta que conduce a otra habitación.