Partida Rol por web

El Heredero de Piedra

1.- Introducción

Cargando editor
16/01/2012, 09:46
Director

 Una vez despedidos del Lord de las tierras, quien parece ser el capitán de la guardia, el tal Liam Davenport, os conduce por los pasillos de piedra adornados por tapices y muebles de madera labrada hacia el primer de los partios exteriores del castillo.

 A partir de este primer patio exterior os conduce, como hasta ahora, sin dudar, hacia lo que será vuestra residencia durante el tiempo que permanezcáis en el castillo pasando por un portón hasta alcanzar un segundo patio y finalmente llegáis, tras pasar un segundo portón, a lo que sería el primer patio de acceso al castillo. Allí os dirige hacia una de las torres ntegradas en el muro perimetral del castillo, con unos ventanucos orientados al interior del patio.

 Acabáis de entrar en un barracón de la guardia, que al parecer está en desuso. En esta habitación de planta circular, correspondiendo a la sección de la torre. Está repleta de literas de madera con colchones enrollados con sencillas cajas de madera a modo de arcones a los pies de estas. En la estancia hay una figura sentada en uno de los dos bancos de madera que presiden la entrada al barracón, esta paraece sumida en sus cabilaciones, es un chaval delgado, pelirrojo y de ojos saltones que se sobresalta al veros llegar.

Notas de juego

 Estáis en la torre que queda al norte del patio marcado con el número 2.

Cargando editor
16/01/2012, 10:07
Director

 Sin dudarlo, dandote por eludido, una vez despedidos del Lord, conduces a quienes serán tus compañeros de viaje y misión hacia el lugar que será su hospedaje, el actual vacío barracón de la torre norte uno. Emplazado en la torre norte del primer patio.

 Allí os aguarda ese mequetrefa de Raúl. Lord Torquemar te ha dado órdenes, expresas, por ser su hombre de confianza, de que ese sujeto no se escape.

 El grupo permanece en silencio mientras los conduces por los pasillos a través de la torre del homenaje, cruzáis los patios tres y dos y, finalmente, en el patio uno, en el norte, está la torre que contiene el barracón. Cuando entráis, ves al tipo ese, Raúl el Trapero, sentado en uno de los dos bancos de la entrada, que da un respingo cuando lo encotnraís.

Notas de juego

Cargando editor
16/01/2012, 10:36
Raúl el Trapero

 Cuando entráis, tras el respingo inicial, al ver que tras el oficial hay un grupo de gentes de fuera, los posibles aventureros parece relajarse un poco.

 - Ho-hola, yo soy Raúl. ¿Vosotros debéis ser a quienes tengo que guiar hasta el cubil de la bestia, verdad?

Cargando editor
18/01/2012, 21:33
Liam Davenport

-Vaya, vaya... a quién tenemos aquí!- dijo Liam acercándose al enclenque Raúl con cierto odio en la mirada (con claras intenciones intimidatorias)- Si es Raúl, "el valiente" cavallero capaz de dejar al hijo de mi señor a merced de una peligrosa criatura... pero lo suficiente inútil como para volver al castillo y explicar lo sucedido...

El capitán Davenport agarró al apodado "El trapero" por el cuello de la camisa y, acercándolo aún más a su endurecido rostro, continuó:

-Pues ándate con ojo, mierdecilla, porqué si veo que a la más mínima intentas escapar de tu obligación de llevarnos al cubil del basilisco, yo mismo te cortaré el cuello y lanzaré tu cabeza al río. Me has entendido?

 

Cargando editor
18/01/2012, 21:45
"Extranjero" Jack

Pocas veces había tenido la oportunidad de visitar el interior de un castillo. Si años atrás, cuando fué esclavo lo hubiesen encerrado en un lugar hecho de piedra como este, quizás no hubiese podido huír. Fué una suerte que sus "amos" lo subestimasen tanto. El paseo hacia los barracones fué impresionante, muy... exótico. Bueno, sólo ver que los guardias vestían todos igual ya era curioso de por sí. Los barracones ya le fueron más familiares: oscuros, con aglomeración de camas y falta de espacio. Como en la bodega de un barco, pero sin humedad. Viendo como el señor de la zona habló del guía, Jack pensó que lo habrían "alojado" en las mazmorras. Pero por suerte (eso esperaba Jack) compartirían camarote y podría juzgar él mismo al chaval. Pero el capitán de la guardia (¿tenía un barco? ¿dónde?) ya había tenido tiempo de sopesar las cualidades del joven. El hombre de color no entendió parte de la conversa, pero tampoco hacía falta para saber de qué iba. Esperó que Liam dijese lo que se moría de ganas de soltar y luego, muy lentamente le cogió del brazo y lentamente separó a los dos, digamos, camaradas. -Amani mtu! Amani -dijo suavemente- Todos podemos tener segunda oportunidad. Si basi wewe mtu nusu kijinga: "No dejes que tu ujinga te convierta en medio-hombre". Cuando la tensión se relajó Jack pudo empezar la conversa como la tenía planeada: Se encaró a Raúl y empezó a hablar con voz firme: -¡Hola, amigo! Me puedes llamar Extranjero Jack. Parece que haremos esta travesía juntos. -Acto seguido extendió su diestra al chico. Esta vez no había tenido que calcular sus palabras, se había limitado a un saludo formal muy utilizado. Siempre funcionaba. Claro que era un saludo carente de significado para Jack y todos los lobos de mar. Lo soltabas y quedabas bien, y si en un futuro tenías que degollar al saludado, éste no se sentía traicionado

Notas de juego

Vaya, he tenido que ampliar el post por que cuando he empezado todavía no se había publicado el de Nanuk. (Bueno, más lectura para los demás)

Cargando editor
19/01/2012, 13:28
Raúl el Trapero

 Nada más ver al capitán d ela guardia, el muchacho ya hizo un involuntario gesto de defensa, llevándose la mano a la cabeza y palideciendo ante de miedo.

 Cunado el capitán de la guardia lo alzó por el cuello, la mirada que lanzaba el chaval era de pánico con los ojos abiertos como platos, intentando alejar su semplante de tan peligroso personaje.

 - Yo-yo no-no os fa-fallaré... señor.

 Alcanzó a balbucear aterrado de miedo como estaba. Entonces el Extranjero Jack, intercedió, quizás por lástima, tal vez para que hubiera algo de tranquilidad. Después de tranquilizar al capitán, cuando pudo ver la expresión del mozo, cuando le tendió la mano era de sincero agradecimiento. Se afanó para estrechar la mano de ese hombre venido de otras tierras.

 - Yo ehh... sí mucho gusto. Extrangero Jack. Yo... so... yo me lla... mi nombre es Raúl.- Contesta con dificultad, aún con el susto en el cuerpo.

- Yo, yo seré vuestro guía. Os conduciré hasta la guarida de la bestia.- Y mirando hacia el capitán añadió, con voz esayada.- Para poder recuperar el cuerpo de mi amo, y traerle de vuelta para que pueda ser devuelto a la vida... y para pagar mis faltas.- Termina diciendo avergonzado mirandose con atención las puntas de los gastados zapatos.

Cargando editor
22/01/2012, 22:30
Hècate

-¿Este es nuestro guia?- pensaba sin decir nada, intentanba pasar inadvertida entre el grupo. Los compañeros parecian de confianza, quizas algunos mas concentrados en la mision que otros. Pero realmente mi preocupacion era ese pequeño guia que daba mas bien la sensacion de ser mas una carga que un beneficio. Analizaba con paciencia la situacion, parecia un buen grupo, competente, valiente, confiaba en que la mision saldria, pero tenia claro que no daria la vida por nadie. Ahora mismo su vida solo tenia una mision, y aquella situacion era solo de paso. La bestia, no le intimidaba, despues de los horribles acontecinientos que cambiaron la vida no ha vuelto a mirar a los ojos a nadie ni a nada.....veremos como va la situacion.

Cargando editor
23/01/2012, 18:39
"Extranjero" Jack

-Bien... Bien... esto es bueno -dijo complacido el hombre del mar mientras examinaba su cama. Desplegó lo que se entendía como colchón y se acomodó. Encontraba a faltar esa humedad de la que siempre rabiaba. -Con un poco de suerte no habrá monstruo... en entrada de guarida. Cogeremos el compañero y la recompensa después. Había hablado demasiado rápido, no estaba seguro de haber construido correctamente la frase, pero tratándose de bichos peligrosos la gente adquiría una capacidad de comprensión muy buena. Todavía esperaba encontrar al infeliz convertido en piedra en el mismo lugar dónde lo dejó Raúl. Y si la béstia lo había engullido... Bueno, ya se les ocurriría algo. -¿Alguien tiene licor?

Cargando editor
24/01/2012, 10:05
Raúl el Trapero

 El pelirrojo muchacho se apresuró en asentir ante las reflexiones de aquel hombre venido de tierras lejanas, manteniendose en pié junto a uno de los postes de la litera, procurando pasar desapercivido, especialmente del capitán y su mal carácter...

 En esta condición, el joven miró, sin pretender levantar hostilidades o molestias, a los presentes. Procurando de no mirar al hombre del lord. Su mirada se puso en el instrumento que portaba aquel silencioso muchacho que no debía ser mucho mayor que él mismo.

 ¿Un juglar, como demonios se mete un juglar en una empresa como esta? ¿Acaso se ha tragado sus cuentos?

 Finalmente la mirada de ojos grandes y tristones del muchacho se pusieron en la figura del último recién llegado... recién llegada, mejor dicho. Sin poderlo evitar, su tez clara llena de pecas se suborizó ante la presencia de aquella mujer tan exótica y hermosa.

 Dióooos, que peazo de mujé'.

 Sintiendo el rubor arder en sus mejillas, bajó raudo la mirada, par ainteresarse de nuevo en las puntas de sus zapatos, intentando pasar, dealgún modo, inadvertido.

Cargando editor
24/01/2012, 10:13
Director

 El lugar era espacioso, espacioso para un grupo reducido como el que soys, pues al contar las literas, esta planta podría albergar hasta una veintena de hombres. Vosotros apenas érais cinco.

 Las literas tenían unos colchones enrollados encima del somnier, con unas sencillas mantas de lana al lado. Al pie de las literas habían unas cajas de alguna madera, sin pulir o pintar, casi espartanas.

 Estas literas estaban repartidas en la planta, pero en la entrada había un par de bancos formando una L, os cuesta poco imaginar a unos guardias haraganear en esos bancos, jugando a los dados o a las cartas.

Notas de juego

 Este lugar será vuestro hogar duante esos días que paséis por aquí. Si no queréis hacer nada en especial podemos pasar directamente al viaje. Pero si queréis hacer algo en especial, ahora es el momento. Cosas como buscara información, ir a visitar a Jeremías, etc.

Cargando editor
26/01/2012, 15:50
Raúl, el Trapero

Quizás el lugar era espacioso, pero para aquél joven pelirrojo de ojos saltones, se le hacía más bien estrecho, porqué cada vez que se movía tenía que dar un largo rodeo ya que intentaba no andarse a menos de dos o tres metros del Capitán Davenport.

-Esta es mi litera.- Les indicó para que no dudarán a instalarse, pero sus palabras estaban de más pues aquello era obvio, ya que era la única en qué el colchón ya estaba puesto, aparte del que Extranjero Jack estaba acomodando, y sus cosas estaban justo encima completamente desordenadas.

Luego, sin saber que hacer y sintiéndose cohibido por los presentes, miró el techo, a las paredes, haciendo sin darse cuenta algún sonido irritante con la boca, quedando a la espera de que alguien rompiera aquél molesto silencio y contase alguna cosa de interés, pero no parecía que fueran a decir nada, así que, se impacientó.

Los miró ahora unos, ahora los otros y al final viendo a la joven, se subió a una litera con agilidad de un acróbata y gateó de una a otra (para conservar la distancia con el severo capitán) hasta situarse donde ella estaba.

-¡Hola! Mi nombre es Raúl…- repitió sin bajarse de donde se encontraba y extendiéndole la mano con una sonrisa. Y es que la joven ni se había presentado, así que aguardó por si lo hacía ahora, luego siguió indagando. –Tu no eres de aquí ¿no es así? Tienes aire de venir de muy lejos…- observó. -¿De donde vienes?-

Cargando editor
26/01/2012, 21:07
"Extranjero" Jack

A la que acabó de ajustar el colchón se sentó de una manera curiosa encima de éste: De piernas cruzadas y escondiendo los pies en el trasero. Por si alguien tuvo dudas si el hombre de color estaría cómodo en tal posición, Jack desenvainó tranquilamente su machete sin ni siquiera dar la sensación de que podía perder el equilibrio.
Con el arma desenfundada en la mano, examinó atentamente su filo. Parecía desgastada.

Y no era de estrañar, desde su forzado éxodo no había tenido tiempo de cuidarla y llegado a estas tierras, con la sensación de haber salvado otra vez más el pellejo, la había descuidado. Tendría que hacer una vistita al herrero y esperar que le hicieran un buen precio... Iba corto de líquido.

Enfundó otra vez el machete y se puso a hurgar en sus pocas pertenencias con la vaga esperanza de encontrar algo con lo que beber, pero no tuvo suerte.
También tendría que comprar algo de alcohol... Ummmph, demasiadas cosas. La verdad era que no se esperaba que sus compañeros de cacería serían tan reservados, todos parecían sumidos en sus pensamientos ¿Habían sido reclutados forzosamente?

Cargando editor
27/01/2012, 22:12
Liam Davenport

Liam pensó que, si querían tener éxito en su campaña, deberían presentarse formalmente y saber quién resguardaría sus espaldas en caso (seguro) de tener problemas.

Se acomodó en uno de los bancos e alzó la voz un poco para que fuera oida por todos.

-Mi nombre es Liam Davenport y soy capitán de la guardia de Torquemar. Debo pedir disculpas por mi brusca presentación ante este necio que nos guiará hasta el cubil del monstruo...- y Liam enfatizó el insulto lanzando una mirada agresiva hacia Raul-..., pero huir dejando atrás a un compañero no entra dentro de mi forma de ser. Creo que lo mejor es que nos presentemos y sepamos los unos de los otros. Si tengo que luchar, me gustaría saber al lado de quién lo hago.

El capitán espero que sus nuevos compañeros siguieran su ofrecimiento de entablar una primera conversación y organizarse como grupo.

Cargando editor
27/01/2012, 22:26
Raúl, el Trapero

Raúl habia esperado que la mujer se presentase, riese, o algo, pero en vez de eso la voz tronadora del capitán irrumpió su tranquilidad. Según le propinaba aquellos pocos halagadores epítetos, el pobre joven se hundía más y más escondido en la litera en un intento de huir ante aquella severa mirada.

-Lo de no huir se dice claro... eso es porqué él no ha visto aún el basilisco.- Rechistó con un hillilo de voz que solo pudieron escuchar los que tenía más cerca, que obviamente Davenport no se contaba entre ellos.

Cargando editor
28/01/2012, 11:05
"Extranjero" Jack

Al final el hombre de la armadura había recuperado el control en sí. Bien por él, por que parecía un guerrero capaz y a Jack le gustaría que el hombre guardase su furia para la béstia, en lugar de rematar al chaval.

-Un placer de conocerte Liam -otra frase préviamente estudiada- Me puedes llamar Extranjero Jack. Parece que haremos esta travesía juntos. -...y otra vez con una apuesta segura. Quizás no dominase el idioma del todo, pero estos formalismos mecánicos le iban de perlas.
-Señor Liam, ¿sabe vos de cuántos... guerreros... iban en el grupo de Hugo? -Acabadas las expresiones pre-estudiadas la conversa se volvía más difícil -¿O quizás lo puede decir Raúl?

Cargando editor
28/01/2012, 11:57
Raúl, el Trapero

Notas de juego

loading... truc-truc-truc

máster:

-¿O quizás lo puede decir Raúl?

necesito información... aunque quizás mejor se la des a Davenport, así tiene otro motivo para postear y meter bocado. ;P

 Respuesta: El grupo estaba formado por Ser Hugo, y media docena de compañeros, entre ellos estabas tú. Era para alcanzar el número 7, para que los juglares tuvieran más herramientas para cantar y narrar la gesta.

Diluvi: Vale, esperaré un poco a ver si se animan el resto a postear y sino lo suelto.

Cargando editor
28/01/2012, 12:08
Director

Notas de juego

Señor Liam, ¿sabe vos de cuántos... guerreros... iban en el grupo de Hugo?

Respuesta: El grupo estaba formado por Ser Hugo, y media docena de compañeros, entre ellos estaba Raúl. Dos de ellos eran guerreros de la casa que habitualmente actuaban de guardaespaldas del heredero, los otros cuatro eran "amigotes" como Raúl.

Cargando editor
29/01/2012, 12:32
Raúl, el Trapero

El hombre de piel oscura estaba en la litera consiguiente por debajo de la cual se encontraba en ese momento Raúl, así que cuando este lo mencionó, asomó su cabeza hacia abajo para responderle:

-Pues eramos algunos más de los que aquí somos...- Observó dando a entender la locura de esa misión. -Eramos un grupo de seis más ser Hugo.- Aclaró mostrando 7 dedos. -El heredero es muy dado a las historias de gestas y caballería, me convenció diciendo que así nos ganaríamos fama a raudales y los corazones de las más bellas damas, y que siete era un número mágico para ser recordados en las canciones que los juglares cantarían aún los siglos por venir. Me dijo, esto será "matar y cantar".- El trapero intentaba poner voz grave cuando repetía dialogos del principe. -"Yo me ocuparé de todo pero tu Raúl no puedes faltar", no dijo nada de como iba a ser el monstruo, ni que ibamos a inmortalizarnos como esculturas de piedra.- Estaba convencido de que aquellos forasteros serían sensatos y comprenderían que cualquiera habría huido en su lugar, fue escondiendose según recordaba aquél engendro.

Cargando editor
31/01/2012, 11:41
Director

 Sin apenas percatarse de ello, los compañeros pasaron el resto del día preparándose para aquella misión. Por la noche vinieron un par de pinches de cocina trayendo un humeante caldero sobre una carretilla así como pan, queso y un poco de tarta de carne, para dar la comida. Al parecer se dedicaban a pasar de torre en torre donde estaban alojados los guardias para hacer entrega de la cena.
 Finalmente se hizo tarde y la promesa de una dura tarea, pero con fantástica recompensa, hizo que los aventureros se acostaran pronto, para estar preparados para lo que el destino les tenía preparado.

 Poco antes del amanecer, pasó un guardia anunciando que en un hora estaría preparada la carreta con unos tablones de madera, cuerdas, mantas, provisiones, y la red que solicitaron.

 - En breve pasarán para darles el desayuno.

 Y como la noche anterior vinieron unos pinches de cocina trayendo comida para el desayuno. Leche de cabra, queso, pan recién horneado y mantequilla y un trozo de tarta de frutos secos. El desayuno se sucedió en silencio.

 Finalmente, carganda cada uno con sus escasas pertenencias partieron hacia el patio donde ya les aguardaba la carreta, con una mula, y unos bultos bajo una lona detrás. Junto a esa, con semblante serio, estaba el Lord de las tierras.

Cargando editor
31/01/2012, 11:50
Reimundo de Torquemar

 El hombre iba ya vestido para cumplir desde bien temprano con las ocupaciones propias del lord de unas tierras, pero a pesar de ellas, su rostro mostraban las arrugas propias de la preocupación y el pesar, mezcladas con las de la edad.

 - Bien aventureros.- Dijo centrando su atención en todos salvo en el esmirriado pelirrojo.- Sed raudos, no deberíais tardar más de tres días en alcanzar el cubil de la bestia. Recorreréis el mismo camino que mi hijo, al final del día de hoy pernoctaréis en la posada, Las Cinco Jarras, está junto al Camino Real. Después tendreís un día hasta la casa de caza y de allí al cubil, otro día. No perdáis tiempo en otras cosas.

 Finalmente centró su atención en el capitán de su guardia y en un tono más cercano, posando su mano derecha en su hombro, le dice.

 - No me falles, no puedes fallarme Davenport, tráeme a mi heredero.

 Y sin más el camino aguardaba.