Partida Rol por web

Luego de intercambiar algunas palabras con el Inspector, me incorporo colocándome justo al lado de mi amo de llaves. Sujetando su brazo con cierta delicadeza, acaricio su mano de forma sutil mientras expreso:

-Claro... Richard jamás haría algo que me afecte, sus intenciones son buenas y conociéndolo un poco... Estoy segura que hoy por la noche arreglaremos cuentas los dos solos. ¿Verdad mi querido amo de llaves? - pregunto en un tono dulce, casi melodioso mientras que mi mano continua acariciando la suya hasta soltarla y regresar al lugar en donde se encontraba sentada junto al inspector. -Por cierto, Encanna... Noto que tenemos los mismos gustos, tal vez un día podremos hablar de ello. Sería... Interesante. -comento al pasar justo cerca de la vampiresa morena. 

- Haygor, por favor.. Acompañe a las vampiresas, desde que el Doctor no está prefiero que él las guíe hacia los servicios. Nueva dueña, nuevas reglas... - afirmo en un tono amable tras hacerle un gesto a mi mayordomo para que se ocupe de ello. Eran mis invitados y por ello, recibirán la mejor atención de la casa. 

El inspector mudó el color de la cara durante la conversación con la heredera, pasó de su habitual tono pálido tirando a blancuzco a uno más coloreado que terminó por contagiarse a las orejas, lo que hizo que buscase una copa de vino y le diese un trago, para cuando la joven heredera volvió a sentarse a su lado Hans había recuperado la compostura... aunque seguía manteniendo el sonrosado en las orejas.

- Me halaga su invitación señorita Atkins... vendré a visitarla en otro momento se lo aseguro... pero por el día- añadió rápidamente- no quisiera importunarle a horas intempestivas- añadió al tiempo que posaba su diestra sobre la izquierda de manera involuntaria para estar en una posición más cómoda, al hacerlo, la heredera pudo ver como la mano izquierda estaba oculta por un guante negro mientras los dedos de su mano derecha tambolirearon sobre el dorso enguantado de la zurda... y si de fijaba un poco más, podría ver como el dedo anular del inspector conservaba una marca de un anillo, pero a tener por el color uniforme de la piel... debía hacer tiempo que no lo portaba.

Al final parecía que nadie iba a azotar a nadie, lo cual era una lástima. Hacía por lo menos un siglo que no escuchaba gritos de dolor en las mazmorras de un castillo.

En fin, los viejos tiempos...

Aunque estaba seguro de que Encanna no desaprovecharía cualquier oportunidad y, por ahora, el mayordomo le estaba dando bastantes facilidades.

Kerrick paseó por la sala admirando la decoración y pasó disimuladamente un algodón por una de las repisas.

Joder, está condenadamente más limpio que mi castillo. Voy a tener que contratar a alguien.

Y así era porque ya no es que hubiera polvo en algunos rincones si no que se podían dejar pisadas como si fuera nieve gris. Eran los problemas de que nadie arrimase el hombro en la conservación del castillo. Él el primero.

Se preguntó cuándo acabarían las presentaciones y demás parafernalia y empezaría la fiesta. Y en qué consistiría ésta.

Aleera me arrastró por el salon del brazo, mientras yo le decia No, espera, quiero ver como lo azotan! Pero hizo caso omiso.

Que mala eres, yo queria divertirme un rato, hasta quizas me dejaban azotarlo a mi tambien. Se ve que varias personas de ahi querian hacerlo. Le digo mientras me acomodo la pollera que quedó medio levantada...

Te estuve buscando y no te encontré! asi que decidi venir sola, te gusta mi disfraz? Le digo mientras me doy una vueltita para que pueda apreciarlo bien.

Había intentado advertir discretamente a mi compañero de servicio, esperando que lo inapropiado de la situación pasara algo desapercibida. Pero definitivamente casi todos los invitados y la propia señora de la casa declararon abiertamente su opinión sobre la desafortunada intervención de Richard. Pensé que debía quitarle hierro al asunto:

-Bueno bueno, creo que mi buen compañero ha sido víctima de la emoción de volver a disfrutar de la celebración de una agradable velada de amigos entre estas paredes, después de tantos años. Simplemente se ha venido arriba, este Richard siempre ha sido un muchacho... impetuoso.- Digo estas ultimas palabras echando una mirada pícara a la señorita Atkins.

A los pocos instantes, escucho la orden de mi señora, y me hago cargo.

-Como deseéis, mi señora.-Dirigiéndome a Angelina y Aleera, continúo.-¿Les importaría acompañarme, señoritas? Tal vez después de esta temporada sin acudir a la mansión pudieran desorientarse y dar con la puerta equivocada. Yo las guiaré, podría recorrer esta casa de punta a punta con los ojos cerrados. ¿Alguien más nos quiere acompañar al servicio?- Ofrecí amablemente al resto de los presentes.

Cuando el amo de llaves propuso el brindis, el hombre lobo se sintió triste y emocionado. Alzó su copa un instante - Por el gran Viktor, nunca habrá otro igual.-  Lanzo un prolongado y lastimero aullido. Acto seguido vació la copa de un trago.

Luego vió que tanto Nadine como la mayoría de los invitados se quedaron perplejos por la iniciativa de Richard y, con su agudo oído de lobo escuchó los murmullos de desaprobación. Le parecía bien azotar a los criados. No hacía falta ninguna razón para ello. Él mismo azotaría a cualquiera de los presentes con mucho gusto y se dejaría azotar al llegar su turno. Pero no entendía el enfado con Richard. Cuando los asistentes retomaron sus conversaciones, Lobo se acercó a Richard, le pasó un peludo brazo por el hombro y le dijo:

-Ha sido un brindis fantástico. Veo que tienes todo un rebelde en tu interior luchando por salir y patear unas cuantas normas. Me gusta. No dejes que te digan lo que hacer y alimenta tu bestia interior.  

Cogió dos copas y tendió una a Richard: También Viktor te quería y tienes derecho a brindar por su memoria. 

Y tú HombreRana -dijo dirigiéndose a Haygor- deberías aprender corage de Richard.- Apareció también una copa ante Haygor sostenida por el lobo con la cola. (Sí, la cola de un Lobo no es enrollable como la de un mono y no sirve para coger objetos, pero tras años de práctica Lobo ha conseguido, no sin dificultad, usarla para levantar una copa)- Alza su propia copa- ¡Por Viktor!

Evidentemente, la señorita Atkins decidió no azotarme, y mucho menos, dejar que me azotara una vampiresa de tan poca reputación como Encanna. Todo había sido culpa suya, le encantaba ser el centro de atención y cualquier escusa era valida para sacar a la luz sus perversiones mas oscuras.

Las palabras de mi ama me dejaron patidifuso. Tras repetirlas varias miles de veces en mi cabeza "Estoy segura que hoy por la noche arreglaremos cuentas los dos solos. ¿Verdad mi querido amo de llaves?", no pude evitar que una pequeña cantidad de babilla, se derramara por mis labios, incotrolablemente. No sabía a ciencia cierta que querían decir aquellas palabras, pero sin duda alguna, mi mente divagó por rincones desconocidos, inundados de lujuria y placer...

Mientras me encontraba absorto en mis pensamientos, Haygor estuvo ojo avizor y se prestó a acompañar a las vampiras a donde quiera que pretendieran ir. Esto no me preocupaba demasiado, ya que me había asegurado de cerrar todas las puertas importantes con llave, pero ya sabemos que Haygor es todo un caballero y no dejaría a las señoritas vagar solas por el castillo.

Mi amigo peludo estaba en todo su esplendor. Me felicitó por mi brindis, quitándole hierro al asunto, lo cual me reconfortó y agradecí sinceramente.

La fiesta transcurría con normalidad y elegancia. Quizás había llegado el momento de darle un poco de ambiente distendido, así que decidí que era la hora de poner música de la buena, así que me dirigí al equipo de sonido y propuse varias piezas alzando la voz.

-Señoras y caballeros, aquí presentes. Una vez completos de aforo y aprovechando que tenemos los cuerpos templados, es hora de un poco de música-comento, mientras voy moviendo las manos a ritmo de batuta. Después de las palabras de Atkins, estoy muy tontorrón. -Tengo varias opciones para esta velada. Por un lado la delicadeza de Juan Sebastian Bach, con su sugestivo violín, que sin duda alguna, nos hará sentir lo maravillosa que es la vida. Otra de las opciones sería las cuatro estaciones de Vivaldi, pura esencia en todo su esplendor. Y aquí...tengo otra cosa que no sé exactamente donde ha salido... "DaddyYankee, Luny Tunes y Noriega presenta Mambo regetonero pa tu cuelpo entero"-extrañado miro con cara de espasmo la carátula de esta misteriosa composición...-¿Os apetece alguna de estas opciones?

El inspector tras haber intecambiado algunas palabras con la heredera y recuperar el color natural de sus mejillas, acogió con agrado las palabras del amo de llaves, así como también fue coreado por el hombro lobo, que al menos también se había repuesto de los estragos de la época del celo... las vampiras rubia y pelirroja se habían ido a fisgonear por el castillo... y aunque no era muy partidiario de que precisamente ellas se fueran de excursión... a saber lo que podían hacer, la señorita Atkins fue lo suficientemente rápida para mandar a su eficiente mayordomo, por lo que quedó más tranquilo para poder disfrutar de la velada.

- Es una buena selección Richard- admitió con el rostro menos severo- podría empezar por cualquiera de ellas- lo animó mirando de reojo a la heredera por si daba su visto bueno, al fin y al cabo era su fiesta.

Asintiendo a las palabras del Inspector me incorporo con una botella vacía en la mano y una sonrisa traviesa que reflejaba la picardía de mis pensamientos. -Gran sugerencia Richard pero antes... Jugaremos al juego de la botella. Una persona lo gira y debe darle un beso en donde quiera... Cada cual sus preferencias, no vaya a ser yo la que impida un beso apasionado en mi fiesta. Así que todos en círculo... Es hora de divertirnos y no vale decirme que no. - expreso llamando incluso a Haygor, las vampiresas chismosas, los invitados en general y mi amo de llaves. 

Ya en el centro del salón mientras cada uno se acomodaba, giro la botella entusiasmada por la misma ansiedad de quien me tocaría al detenerse. Por suerte, era Encanna la afortunada, así que colocándome enfrente de ella beso sus labios de forma fugaz (apenas rozando siquiera) para luego otorgarle la botella y darle el poder. 

-Encanna te toca. ¡Suerte! -  expreso regresando a mi lugar, en cierta forma esperando una respuesta agradable del juego. 

Lobo sigue la corriente y se pone inocente y distraído en el círculo de besos.

Pero cuando la botella comienza a girar, el nerviosismo y sudoración de Nadine hace que sus sentidos lupinos se disparen como una alarma de bomberos.

La botella parece que no detenerse nunca mientras el pecho de Nadine sube y baja con su tenso respirar.

La botella se detiene ante Asangre, no... Haygor, no... ¡¡¡Encanna!!!. Nadine se acerca a ella y roza sus labios ruborizada. Lobo también se ha acercado a ellas inconsciente de sus propios movimientos y contempla embobado el beso a dos palmos de distancia.

-Encanna te toca. ¡Suerte!

Luego Nadine se gira y ve a Lobo casi pegado a ellas, pero antes de tener tiempo de sorprenderse y dar un respingo, una lengua canina le barre la mejilla de abajo a arriba. Lobo reparte lengüetazos mentolados a Nadine y a Encanna por igual.

Si bien llegó a la fiesta desconfiado ante la nueva dueña de la mansión, acaba de decidir que le gusta la heredera de Viktor.

Encanna sonrió ilusionada ante la propuesta de la heredera y dió unas palmaditas estúpidas. Si, Sí, juguemos a la botella... y el que no quiera dar beso, le damos unos azotes en el trasero con la fusta de los caballos!!!! Encanna se volvía a dejar llevar por sus ilusiones y deseos, sin importarle que tal vez era la única en la sala que deseba ver un poco de piel pálida tornarse en un rojo camarón...

La heredera puso la botella en movimiento y el azar hizo se detuviera frente a la vampiresa morena. Jijiji, rió Encanna mientras cerraba los ojso y ponía morritos esperando el ósculo de la bella heredera. Unos suaves y calurosos labios acariciaron los suyos. Encanna abrió los ojos y vió la mirada de la heredera fija en ella mientras se separaba... la vampiresa sonrió y cogió la botella para darle un buen giro... pero el impulso impetuoso del señor lobo, le hizo soltar una sonora carcajada.

Caramba, nuestro peludo amigo no es capaz de aguantarse a cuando le toque el turno... dijo Encanna. Srta Atkins, le ruego disculpe a nuestro.... en ese momento el hombre lobo regala a Encanna sus más generosos lenguetazos. Encanna trastabilla y cae de culo al frio suelo mientras sigue riéndose, por la situación y las cosquillas que le propina el hombre lobo con su lengua.

Quita!!! Quita!!! JAJAJA, Quita Tobi!!! JAJAJA!!!! Finalmente Encanna consigue separar al cánido y vuelve a sujetar la botella. Le dá un rápido giro a la botella y observa como la botella se detiene justo delante de....  Richard!!!!

Encanna se levanta dejando bien a la vista sus impresionantes curvas y se acerca lentamente a Richard, mirandole fíjamente y sonriendo pícaramente.... a falta de unos metros Encanna se agacha y se arrodilla frente a Richard....los ultimos metros los hace a cuatro patas sonriendo maliciosamente mientras le mira.... Miaaaaaaaaauuuuuuu!!!!  MiaaaaaaaaaaauuuuuuU!!!!! 

Encanna acerca su boca a un tenso Richard, pero no le besa. Acerca sus labios a su piel y deja que su aliento helado haga que a Richard se le ponga la piel de gallina.... Encanna se acerca a la oreja de Richard y con su legua acaricia su lóbulo para finalmente arañarla ligeramente con sus afilados colmillos.

Encanna, se retira de vuelta a su asiento, pero no mira a Richard, sino que observa cual es la reacción de la heredera....

Definitivamente aquel juego no era del gusto del inspector, el escote de Encanna lo ponía muy nervioso y tan sólo imaginarse que la dichosa botella se detuviera frente a él y tuviera que dejarse morrear por la exuberante vampira lo ponía muy nervioso... pero ¿por qué demonios a Encanna le gustaba tanto ponerlo en un aprieto como aquel? que él supiera no le había puesto ninguna multa, ni metido en el calabozo y ¡Mira que le había dado motivos, por desorden cívico!

Así pues Hans se quedó observando con pavor los giros que fue dando la botella... vamos con los huevos de corbata... pero parecía que los hados les estaban siendo favorables pues el afortunado de los besos tanto de la heredera como de Encanna no fue él. Aliviado decidió que era hora de marchase no fuera que le tocara a él su turno y terminara por liarla.

- Bueno...- suspiró- creo que debo ausentarme de esta agradable velada- trató de excusarse poniéndose en pie- he de decir que ha sido un verdadero placer pero debo retirarme ya...- mientras trataba de salir, el inspector tropezó con una pata de la silla haciendo que su cuerpo se inclinase hacia la mesa y como acto reflejo que su brazo izquierdo se apoyase sobre la supericie de madera haciendo girar la botella. Hans vio pasar su vida ante sí a cada giro que realizaba el vidrio... entonces la botella se paró frente a Serena, a pesar del alivio que sintió su pálido rostro se sonrojó al mirar a Tayfresas... había girado al botella debía cumplir- espero que no le moleste señorita Tayfresas- de manera que tras mirar a la doctora unos segundos se acercó a ella le tomó la mano y se la beso como un caballero dedicándole una sonrisa.

La doctora deja incluso de respirar mientras mira con los ojos muy abiertos a Hans cuando se acerca. A pesar de parecer cohibida, demuestra algo de decepción cuando le besa simpemente en la mano.

- No sé retire, Inspector, la fiesta no será lo mismo sin usted.

Hans no supo interpretar el gesto de Tayfresas... era un hombre tan estricto y más aún consigo mismo, que no era capaz de captar ese tipo de señales ni aunque se lo indicaran con un par de antorchas, señales de humo o flechas de colorines. Pero lo que no podía evitar era la necesidad de complacer a la mujer que le había salvado la vida, le gustaba verla feliz y si le pedía que se quedara un poco más... a pesar de Encanna... lo haría.

- ¿De verdad desea que me quede un poco más?- le dijo con una ligera sonrisa deteniendo su prudente retirada- deacuerdo...- accedió quedándose al lado de la doctora

Una tanto ruborizada por la efusividad del lobo, acaricio su cabeza entre tímidas sonrisas. - ¡Pero que dulce eres! -  expreso alucinada por la manifestación de cariño, incluso me atrevo a darle un abrazo bien fuerte para que no se olvide de mi. 

Luego de aquella pequeña escena, observo detenidamente como Encanna se acerca a Richard, algo dentro mío se retuerce pero no lo manifiesto, dado que el Inspector es quien me distrae girando la botella y tras darle un dulce pero caballero beso en su mano, el juego continúa.

- ¡Vamos! A rodar esa botella que la fiesta sino se torna aburrida. - incentivo a los participantes aplaudiendo para captar su atención. - Inspector, no se retire. Me agrada su compañía. - sólo esperaba que se quedara un rato más.

Tras la proposición de ambientar la cena con música, la señorita Atkins propuso el picaresco juego de la botella. Al mayordomo no le hacía ninguna gracia aquel jueguecito, ya que el sistema del azar podía ser demasiado puñetero. A pesar de su desagrado, asintió formalmente a la petición de la señora de la casa y se dispuso a participar. Todo fuera por complacerla.

Nadine giró su botella. Mientras daba vueltas, el mayordomo cerró los ojos, cruzó los dedos y comenzó a rezar para que el cuello de la misma se detuviera frente a él. De esta manera podría besar a su señora, con la excusa de que el azar así lo había querido. Cuando abrió los ojos descubrió a su musa acercándose lentamente a la maldita y detestable Encanna. Aquello no podía ser verdad. ¡¡¡Maldito seas, azar!!!! Por si no fuera suficiente, el hombre peludo se sumaba a la fiesta, impartiendo lengüetazos a tutiplén. 

Intentó borrar de su mente la imagen que acababa de observar, pero la infame Encanna se disponía a girar la botella. -No creo que el azar sea tan jodidamente perverso como para que detenga la botella delante de mí. Su pensamiento pareció materializarse. Estaba claro que aquel no era su juego y todos los astros se habían unido en su contra.

Cerró los ojos y se preparó estoicamente para recibir el beso, que mas que un beso era una condena. Intentó visualizar en su mente la imagen de su ama y así intentar hacer el momento un poco menos tortuoso. Notaba como la vampiresa se iba acercando lentamente, a la vez que realizaba sonidos gatunos. Mantuvo los ojos cerrados, no quería ver aquella cara de pervertida. Un frío aliento penetró por sus orificios nasales, lo cual le provocó que todos los pelos de su cuerpo se pusieran en alerta. Haciendo acopio de su valentía, se mantuvo firme, hasta el momento que sintió una extraña sensación en su oreja, acompañada de un pequeño mordisco. -Por fin acabó este maldito suplicio.

Richard, todavía patidifuso por lo ocurrido, siguió contemplando la continuidad del juego. El inspector realizó su acción y besó la mano de la señorita Tayfresas, de un modo caballeroso. Se dispuso a abandonar la fiesta pero al final decidió quedarse. Solo quería llamar la atención, como siempre.

Richard se adelantó, era su turno. Con la mala suerte que había sufrido anteriormente, el destino no iba a ser tan cruel y estaba convencido de que su giro de botella se iba a detener en Nadine. Agarró el objeto y lo giró con todas sus fuerzas, mientras mantenía la mirada fija en el cuerpo giratorio. Volvió a cruzar los dedos y rezar -Que se detenga en Nadie, que se detenga en Nadine, que se detenga en Nadine...

-¡¡¡¡¡¡¡SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!!!!!!!!!!!-gritó, incontrolablemente sin darse cuenta. Su voz retumbó por toda la sala. 

Su cara se iluminó como estrella fugaz. -Bendito azar, bendito juego, bendita vida. Iba a besar a su señora. Vació su mente, dejándola totalmente en blanco para disfrutar de aquel momento y así poder guardarlo para el resto de su vida.

Lentamente se dirigió hasta la posición de la bella muchacha y acercó sus labios a la boca de ella. No sabía que iba a ocurrir simplemente se dejaría llevar...

-¡¡¡¡¡¡¡SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!!!!!!!!!!!-gritó, incontrolablemente sin darse cuenta. Su voz retumbó por toda la sala

Pero no gritó solo. Contagiado por la emoción, Lobo se sumó a la manifestación de alegría del amo de llaves.

AUUUUUUUUUUUUUUUUUUU!!!

Lentamente se dirigió hasta la posición de la bella muchacha y acercó sus labios a la boca de ella

Ese es mi Richard, pensó Lobo.

Cuando estaba a punto de acompañar a las vampiresas hasta la entrada del baño, la anfitriona propuso romper el hielo de las actividades festivas con un clásico, que por ser sencillo no deja de ser igualmente divertido. Así que todos permanecimos en la sala principal para participar.

Empiezan los giros y a Nadine le toca besar a Encanna. Por accidente el inspector Hans hizo un turno involuntario que acabó con un caballeresco beso en la mano de la doctora Tayfresas. A la vampiresa le toca a Richard, y la incomodidad de mi compañero ante el fortuito encuentro me saca una sonrisa. Luego a éste le toca besar de nuevo a la señora.

Alguno está de suerte esta noche.

Desde su llegada, no ha pasado desapercibido a mi atenta mirada la complicidad entre el amo de llaves y la nueva señora de la casa. A la señorita Atkins también la noté ligeramente incomoda mientras Encanna cumplía su turno de juego con Richard. Sin embargo, su grito de júbilo sin disimulo alguno volvió a hacerme cabecear ligeramente a modo de desaprobación.

Ay, este hombre está perdiendo las formas por la señorita Nadine a ojos vista. Y las formas son algo fundamental para la gente del servicio de una casa respetable.

Reflexionaba sobre esto mientras esperaba que durante el beso fueran algo más comedidos que con la celebración, al menos mientras hubiera invitados delante.