Partida Rol por web

- Estupidos, diria yo. Nadie sabra de tu derrota, ni los que regresen la recordaran... ni tu mismo. Sera como si no hubiera pasado. Entonces ¿Porque arriesgarse entonces a perder lo que tanto valoras? ¡Orgullo! Solo por eso. Ninguna de nosotras desearia tener hijos con un estupido como tu. Dare un mal informe de ti, dire que no... sirves para procrear y te mandaran a tu casa.

-Orgullo de guerrero, que sois vosotras sino eso? Guerreras. No estoy deacuerdo contigo, vosotras si sabreís de mi derrota, no me gusta engañarme a mi mismo, si tengo que ser derrotado lo seré, y tanto se aprende de las victorias como de las derrotas. No soy un cobarde que quiera hacer como que no ha pasado nada. Obviamente no me gusta perder, acaso a tí si?  Quién diga lo contrario miente. És ese mi orgullo.-

- ¿Comparas el orgullo de una batalla con esto?.- Pregunto mirando a mi alrededor.

- Como quieras, no voy a discutir contigo, responde. ¿Tienes hijos?

-La vida entera es una batalla. No sabés que te puedes encontrar a cada paso que das, y siempre tienes que luchar de un modo u otro. En la batalla no solo es físico, sino psíquico.... Como la vida misma. Como ésta situación que se me ha planteado, como tantas situaciones que nos quedan en la vida venidera.

A tú respuesta he de decir que no, no tengo mujer en mi tierra porque no he tenido tiempo, con lo que hijos tampoco.

La vida en mi pais es dura, viajar, luchar, no he tenido un resquicio de descanso...-

- Eres un necio. No necesito un discurso. ¿Crees que a mi me gusta eso de tener que compartir a un hombre con todas?¿Crees que no me gustaria tener una vida normal y enamorarme, tener una familia normal?

Nos sacrificamos por la tribu y tu no tienes nada que decir a eso, el informe sobre ti lo dare yo y dire que has sido penoso.

Suelto una carcajada. -Pues genial entonces, asi seré libre...- La digo con una sonrisa triunfante. -Pero mujer, aclara tus ideas primero. Me instas a que me quede, y cuando te doy esa posibilidad de forma justa me criticas por ello....- Niego con la cabeza.

-El concepto de penosidad depende del ángulo por el que lo mires. Tus palabras y tús actos son contradictorios, no sé quien es más penoso... Yo aunque no compartas mi forma de ver las cosas tengo coherencia.-

Tuerzo el gesto.- Eres un hombre bastante estupido. Eres el unico que me gustaba de los que han traido pero si no quieres quedarte tampoco yo te quiero para nada. Ahora te regalo tu maldita libertad para que la disfrutes todo lo que yo no podre, porque mis hermanas elegiran a otro para ser el padre de mis hijas y ahora callate. Ire a por la maldita llave y les dire que te suelten ya, sera un alivio para los dos.

-Mmmmmm... Eso cambia las cosas. En serio te gustaba?- Pregunto arqueando una ceja. -Me pareces una mujer interesante, realmente es cierto?- Añado un poco dubidativo. La fiereza de su gesto asi parece. -Kitiam, lo siento. No pretendía ofenderte, tan solo enfadarte para conseguir la libertad... Debes entender que no es fácil para mi tampoco verme en ésta situación, por mucho que me atraiga mi "carcelera"....-

Me sincero. -No quería ser el juguete sexual de nadie, pero que confieses que te gustaba eso lo cambia todo. Por amor si estaría dispuesto a quedarme....-

- Tu no entiendes la situacion.... aunque te quedaras no te quedarias conmigo. Serias de todas. Con suerte podriamos tener algun esporadico momento de intimidad para la reproduccion. Eso no es amor ni nada.

¿Ahora vas a fingir que te gusto?... -pregunto cada vez mas desconcertada con este hombre..- No te comprendo en absoluto, me das dolor de cabeza, no sabes si te quieres ir o no.

La escucho con atención, negando con la cabeza cuando me pregunta si finjo. -Kitiam, creo que te he hablado con claridad. He dicho que por amor si me quedaría...- Suspiro. -...Tú me pareces distinta a tus "hermanas", me has tratado bien, no como a un animal, eres preciosa, y se nota que ésto no lo haces por gusto, sino por obligación.

No esque esté enamorado de tí, apenas nos conocemos, pero si me atraes, y si me gustas.

Como te dije antes, en mi tierra no tengo mujer, he compartido lecho con mujeres, pero no tengo una mujer que me espere. Me gustaría encontrar el amor, y si es aqui, contigo, pues si estaría dispuesto a quedarme junto a ti.

No entiendo vuestras "tradiciones", pero tú dijiste que si soy uno de los elegidos podría elegir con quién compartir lecho, no?-

La comento con sinceridad.

-Bien podría aceptar que me liberarses, pero tengo la duda de si estoy delante de la mujer de mi vida o no...-

Añado en un susurro.

-Y si piensas que finjo, acercate y pon tú mano en mi corazón, y dime si es fingido estós latidos...-

- Si, pueden elegir... despues de un tiempo. Cuando han cumplido su funcion. Es algo dificil de explicar pero tampoco necesitas explicaciones.

Suspiro tras sus palabras.

-Entonces...- Empiezo pero dejo en el aire lo que sigue, a ver si lo completa ella. No me ha quedado claro nada, pues no sé si me creé o no, o que va hacer conmigo finalmente.

- No vas a ser feliz aqui...Que nos gustemos no significa que pudiera funcionar...No en esta sociedad. Hace tiempo que se me pasa una cosa por la cabeza. Si descubrieramos que es por que no tenemos niños varones o porque nuestros hombres se muerieron podriamos parar esta locura en una sola generacion... pero no se por donde empezar a buscar.

-Debeis de poseer una biblioteca, o un lugar sagrado dónde guardar documentos, un lugar prohibido quizás? Ahí es un buen lugar dónde empezar a buscar.-

La comento pensando un poco.

-Podriamos ir juntos, mi pueblo a hecho muchos intercambios culturales, poseemos grandes conocimientos que quizás te puedan ayudar. Quiero ayudarte Kitiam, por tí, por tú pueblo, por nosotros...-

Añado ofreciendola una sonrisa cómplice y cálida. Definitivamente me gusta, es una mujer que piensa, me recuerda a las de mi tierra, pero con un toque salvaje la mar de excitante.

Saco una llave de entre mis pechos y le libero las manos.- Voy a confiar en ti, espero que no me falles. Sigueme de cerca, no te alejes de mi o parecera sospechoso.

-Vale, no te preocupes.- La afirmo doliendome de las cadenas un poco -Puedes confiar en mi.- añado dandola un corto beso en los labios, de forma cálida.

-No me separaré de tí. vamos...- comento y me preparo a seguirla.

Al salir veis un monton de mujeres vigilando. Como Belfas sale acompañado y no pareces atacar a la chica se apartan dejadoos el camino despejado hasta una cabaña. Todas suponen lo que vais a hacer en ella y que Belfas ya esta "domado" lo suficiente para ser "util"

El pueblo es un poco diferente a como esperabas, te da la sensacion de que en otra epoca tuvieron grandes constructores e ingenieros que levantaron edificios en piedra, con formas muy complejas. Las casas mas nuevas son mucho mas sencillas, de madera barro y paja.

La mujer te lleva a una de esas cabañas de madera endeble.

El interior es muy simple y no deja lugar a duda por su escaso moviliario de cual es su funcion.

Me sorprendo del cambio arquitectonico sufrido, y eso me da a pensar que si haya un lugar sagrado, quizás prohibido para las más jovenes que cuente que ha pasado realmente con su pueblo...

Una vez llegamos a la cabaña miro a kitiam, y luego a la ventana de atrás, por si podemos salir por ahí e internarnos en el complejo antiguo.

-Vaya, pues es acogedora...- Bromeo ligeramente, sonriendola, aunque es solo para relajarla un poco a ella, y darla más confianza. No creo que la guste "rebelarse" y tendrá miedo a las repercusiones si nos cojen....

Me quito la ropa para ponerme algo mas comodo y discreto, si vamos a movernos a urtadillas no puedo ir con algo escotado y rojo.

Al crecer sin hombres no conocemos el pudor de quitarnos la ropa, ya que entre mujeres es algo normal. Saco unos pantalones de un baul y una camisa sencilla, teñido de colores verduscos.

Le paso otro pantalon a el, con lo que lleva no se movera bien. Es una talla algo mas grande aunque no se si le servira.

Señalo la ventana.- Saldremos por ella cuando estes listo.

No puedo evitar mirar su cuerpo cuando se cambia, descubriendola una preciosa figura, al no tener ella pudor, yo no voy a ser menos, asi que me quito los ropajes mostrando mi cuerpo torneado por entrenamientos y batallas, con alguna cicatriz, y coronado por un enorme tatuaje...

Me pongo los pantalones, y quedan por mis caderas, una vez listo.

-Cuando quieras.-