Partida Rol por web

Los investigadores quedan a primera hora del día siguiente de haber visitado a la Señorita waller en la Estación Central de Boston. Allí compran un par de billetes de asientos contiguos en el tren de las 9 AM con destino Sommerville. No llevan ni veinte minutos sentados en uno de los largos bancos de madera de la estación cuando un se anuncia por megafonía la salida del tren que entre otros destinos, incluye Sommerville.

Aunque parezca mentira, la maleta del Señor Miller es más abultada que la de la señorita Wallace, como si aquél detective llevase un muerto o media casa a cuestas...

Un revisor acomoda las maletas y os sentáis en vuestros asientos. El tren está apunto de salir.

Sentado en el asiento sacaré la pitillera, encenderé un cigarro y abriré un poco la ventanilla. Le dará el billete al revisor en cuanto se lo pida. Al rato Oliver entablará conversación con Renata.

- Señorita, que piensa de todo esto. ¿Qué es lo que el olfato le dice?

- Pues no se que pensar.

Mi primera impresión fue la de que se habría cogido una juerga monumental y aparecería en un par de días con una resaca del 15. Después me planteé la posibilidad de que se hubiese fugado con alguna mujer, pero eso no tendría sentido salvo que existiese algún motivo para que se avergonzase de ello, algo como que esa mujer fuese una cabaretera... o incluso que en lugar de una mujer fuese un hombre.

Pero después de esos comentarios acerca del robo de cadáveres y el hecho de que la policía del lugar no quieran saber nada... no tengo muy buenas vibraciones sobre este asunto.

¿Y qué piensa usted?

Mientras habláis, el tren arranca, comienza a andar primero despacio y luego va cogiendo velocidad. Salís de la estación y al rato dejáis la ciudad de Boston, ante vosotros se abren los paisajes tan hermosos de Nueva Inglaterra: praderas infinitas y multitud de árboles diferentes.

Oliver asiente con aceptación a las palabras de Renata. Mientras juega con el cigarrillo entre los labios le responde.

- Que muy probablemente tenga usted razón, esas desapariciones de cadáveres son más que sospechosas. Pero debe actuar con más sutileza con los habitantes de Sommerville. Creo que nuestra primera visita debería ser la comisaría a ver que es lo que saben y que es lo que no quieren investigar. Luego el cementerio, si le parece bien señorita.

- Yo casi preferiría ir, antes del cementerio, al apartamento del desaparecido, a ver si observamos algo de interés.

Se anuncian las primeras paradas, varias ciudades más o menos grandes en las que bajan muchos viajeros y pocos son los que suben, poco a poco el vagón se va vaciando.

La próxima parada es la vuestra.

Oliver asiente a Renata. - Como guste señorita, no sería una mala opción. Creo que esta es nuestra parada deberíamos ir preparándonos. Se levanta, se pone la americana y busca su maletón. Esperará en la puerta de salida a Renata y la ayudará bajar la maleta de la chica del tren, como un buen galán.

El tren se detiene y ambos os apeáis en la estación- nada del otro mundo, como tantas otras, la típica estación de pueblo pequeño -  y salís fuera de la estación.

Sommerville es un pueblecito industrial - de unos 6.000 habitantes aprox. según tenéis entendido - con las casitas de estilo victoriano, es uno de esos pueblos de la Nueva Inglaterra profunda que se mantienen estancados en las viejas tradiciones coloniales.

Las fachadas de las casas están un poco ennegrecidas por el hollín provocado por las fábricas de la zona, cuyas chimeneas humeantes pueden verse desde cualquier punto del pueblo.

El pueblo, monumentalmente hablando, no es gran cosa, tiene una pequeña biblioteca, el ayuntamiento, la comisaría de policía, una bonita iglesia, un almacén general y un hotel. Recorréis el pueblo observando todos estos edificios hasta que llegáis a la puerta de la comisaría de policía- se nota que no hay mucho delito en Sommerville, pues es un edificio pequeño de una sola planta -.

Mirando con curiosidad la enorme maleta de Oliver.

- Podríamos ir ahora mismo a la casa de Mr. Waller y usarla como almacén para... lo que sea que lleves ahí.
 

Baja la mirada hacia su gran maletón, no puede evitar lucir una sonrisa

- Tiene usted razón, vayamos a su casa primero. Además es que esto pesa, no se crea que no... -duda un momento -Luego podemos venir a la comisaría. ¿Recuerda usted la dirección ? ¿ tiene usted la llave ?

Levantando la vista de la maleta y oteando el ambiente como un viejo marino que olfatease el aire salado dela mañana tratando de prever una galerna, responde:

- Por supuesto, es en la Avenida Lincoln nº 13 3º, supongo que lo más conveniente sería tomar un taxi, salvo qu conozca usted esta localidad y crea conveniente ir a pie, claro...

Cual caballero andante y guiñando un ojo a la periodista

- No, por Dios no. Sería una pena ver estropeados esos preciosos pies. Tomemos un taxi  - señala una gran avenida a vuestra izquierda - Tomemos un taxi allí.

Se encamina a la mencionada avenida.

- Vayamos pies... digo pues.

De la que andan hacia el taxi mira de reojo a su acompañante con una curiosidad mal disimulada.

- Anda que parezco imbécil...

Nuestros protagonistas toman un taxi, que por sólo 2,65$ les lleva  a la Avenida Lincoln. Algo os dice que el taxista os ha dado una gran vuelta al tomaros por lo que sóis-forasteros- y que la dirección , no distaba mucho de donde os encontrábais. Bajáis del taxi, juraríais que el taxista se ha reido de vosotros al bajar.

Os plantáis en la misma puerta del apartamento del desaparecido.

Oliver sale del coche el primero y con cortesía le abrirá la puerta a Renata. Casi con ansía se encenderá un cigarrillo mientras observa como el taxista saca las maletas del coche.

Le echa un vistazo al edificio, saca su libreta de notas y apuntará cuatro ideas de lo que ve en su entorno. Los locales de alrededor del lugar, el ambiente que hay y los nombres de los vecinos que tenía el desaparecido comprobándolo en el buzón.

- Cuando usted quiera Renata, yo la sigo. No se sabe que nos podemos encontrar aquí dentro. Oliver se acaricia la cartuchera donde lleva el revolver, para recordar que está ahí y sentirse más seguro. Por si acaso.

- Gracias, muy amable.

Renata se toma unos escasos 3 segundos en echar un vistazo al edificio, particularmente a las ventanas del 3º piso, para luego echar a andar hacia el portal número 13 con paso decidido.

Entra en el portal y, si nada raro ocurre, se dirige directamente hacial el domicilio del desaparecido.

Subís hasta el piso en cuestión, Renata saca la llave del sobre y tras introducirla la hace girar con cuidado como si esperase que ocurriese algo malo. Pero nada ocurre, tan sólo se abre la puerta: la luz del pasillo entra en la estancia contigua a la puerta, se trata de un saloncito. Poca cosa, tan sólo una mesa con cuatro sillas en el centro de la estancia y estanterías a rebosar de libros a los lados de la mesa. Un poco más allá, detrás de la mesa, a los lados se abre una puerta en cada uno (izquierda y derecha).

- Bueno, veamos que tenemos aquí...

Renata entra en la vivienda cerrando la puerta tras de si una vez que entre Oliver, para ponerse a continuación a estudiar y analizar cada objeto del domicilio del desaparecido. Se fija especialmente en correspondencia que pudiese haber y busca en concreto algún diario, aunque sea de facturas.