Partida Rol por web

Viendo como las pistas se os agentan y no conseguís avanzar en la investigación decidís tomar unas cervezas y hablar con la gente del lugar, el lugar está hecho para turistas y se nota, todo el mundo es muy amable, la tabernas están cuidadas y las cartas están en varios idiomas, la gente es muy abierto y no reaccionan de forma extrañan incluso ante una pareja de personas tan variopintas como vosotros. Os encontráis con mas turistas en el lugar pero la zona no está masificada y podéis encontrar fácilmente vuestro espacio.

A la gente le gusta hablar y según la cerveza va soltando las lenguas, poco a poco os van contando mas historias sobre el lugar, al parecer hay unas cuantas historias sobre sucesos extraños y animales raros en la isla central, aunque estas historias saltan en el tiempo, hay momentos en los que se producen estos sucesos y luego pueden pasar muchos años hasta que vuelven a suceder, además no parece haber relación ninguna entre los diferentes sucesos, unos son trágicos y otros alegres, unos hablan de animales y otros ni los mencionan, parecen sucesos aleatorios.

También vais consiguiendo mas historias sobre el señor Kin, al parecer sus capacidades curativas son legendarias, incluso hay quien dice que realiza curaciones imposibles, roturas sanadas en muy poco tiempo, personas al borde de la muerte que se salvan misteriosamente, aunque al parecer no es infalible y hay personas a las que no puede salvar.

Las historias no parecen llevar a buen puerto, si hay muchas, pero demasiado variopintas...igual que las mujeres del lugar.

-Mucho turismo, esa es una ventaja, cortejas a una bella doncella hoy y mañana parte a su tierra...como Gabriel y sus puertos comerciales con bailes de salón y rizos danzando al viento...

-¿Me he perdido lo que nos acaba de contar ese tipo? Puede ser...bueno, seguro que era una historia sobre un pájaro de huevos sanadores...

De todo lo que nos cuentan, solo hay una cosa que me llama la atención: los que no pudieron ser curados por el señor Kim, así que pregunto un poco sobre esas personas, si hay alguna viva o si sus familias viven por la zona. Tal vez una visita podría darnos alguna pista... 

Todos los enfermos a los que trato el señor Kim y no pudo curar eran enfermos terminales en estado crítico, todos murieron a los pocos días u horas. Los familiares te cuentan que se trataban de personas muy enfermas y que recurrieron al señor Kim de forma desesperada, el los atendió e intento curarlos, pero no pudo hacer nada por salvarles la vida. También te dicen que aquellos que a los familiares de aquellos que murieron no les cobro nada por sus servicios.

-¿Alguna idea amigo?- pregunto a Kris cuando veo que no parece que tengamos una salida sencilla para este asunto.

-Creo que el tipo ese al que estamos buscando se nos escabulle un poco...bueno, de hecho tal vez no sea el que fui a visitar, tal vez sea otro, pero aquel hombre tenía algo y el entorno donde vivía también ¿y si vas a visitarle tu?

Es lógico, a Kris no le ha visto y puede hablar con él tranquilamente de hecho ¿por qué no me ha acompañado?

Estoy apunto de abrir la boca cuando me fijo en una jarra de cerveza de la esa contigua, la espuma me hace pensar en el mar, el mar en los barcos y los barcos en las barcas, las barcas en los puentes y los puentes en la falta de ellos y eso me hace recordar el miedo que tiene Kris al agua.

-Necesitamos una enfermedad grave o curiosa...tal vez incluso que alguien...sufriera debilidad...no, tengo que quitarme de la cabeza eso, o si no.mmm...

Ya ya cierto...el agua...necesitamos estar atentos entonces a lo que ocurra por la zona...¿se te ocurre cómo enfermar de forma convincente?, aunque eso no sería bueno y ni siquiera sabemos si él es el sospechoso, aunque eso ya lo he dicho...

Kris atiende a lo que dice Decland. Está a punto de contestarle con el ceño fruncido. Cuando él mismo responde por él.

-Una manera de enfermar, dices? Uhmm, podría ser, pero a quién deberíamos hacer enfermar? A ti? Sería un poco sospechoso, no? A mi? Ese viejo vendrá aquí sólo para ver a un enfermo? No lo parece. Porqué debería ir a una isla en medio del lago? Las soluciones que veo son de larga duración. Puentes, presas, o unir la tierra entre la isla y tierra firme. Pero esas soluciones son demasiado costosas en tiempo. Podría hacer intentar hacer otras cosas que posiblemente no me costarían tanto tiempo...

Ante esto último, la curiosidad me puede.

-¿hacer algo, más rápido?¿A qué te refieres?

Realmente no había contado con hacer nada extraño, pero tal vez se podía pensar y si Kris tenía capacidades para acelerar las cosas eso era una buena noticia.

-Creo que deberíamos hacer todo lo que esté en nuestras manos, además, tal vez así llamemos la atención del que buscamos...

Poco a poco el tiempo y los días van pasando, tenían que encontrar una solución, una forma de alcanzar su objetivo y pronto, el inquisidor no tenía pinta de ser ese tipo de personas a los que no les importa esperar...

Pero un noche mientras estáis en la posada hace su aparición por la puerta de la posada Melissa Rooseau y como la otra vez que la visteis todo en la posada parece detenerse durante unos segundos y que el único ruido que se oye es el de sus tacones al andar y lo único que se mueve es su esbelta figura y su melena al aire, hasta que de pronto todo vuelve a la normalidad, y la gente vuelve a su vida, aunque muchas miradas siguen atentas a los movimientos de Melissa.

Al poco de entrar en la taberna os ve sin demasiados problemas, la verdad es que Kris es algo así como un faro, y se dirige de forma decidida hacia vosotros, aunque intercambiando algunas palabras amables con algunas personas con las que se cruza.

Llega a vuestra mesa y se dispone a tomar asiento. - Decland Wimguer y Kris Frey, estoy encantada de volver a veros. - Añade esto último echando una mirada cómplice a Decland. - Decidme, ¿qué os trae por aquí?

Kris observa a Melissa aparecer. Sin duda alguna aquella mujer causaba sensaciones por donde pasaba. Le recordaba a él en las tierras del norte, también causaba furor en las chicas, aunque a él se le daba mucho peor deshacerse de ellas. Esos pensamientos le subieron algo los colores. Por suerte, su aspecto en las zonas más civilizadas contrastaba con el hecho que las chicas no solían estar acostumbradas a hombres tan grandes y de constitución tan fuertes, así que su belleza rivalizaba con la intimidación que les causaba por ser tan grande.

Kris sonríe a Melissa y le comenta:

-Buenas noches señorita Rooseau. Nosotros también estamos encantados- dice mientras aprecia el pequeño detalle de Melissa hacia Decland. Sin duda esos dos habrán tenido algo- Pues verá, necesito visitar al señor Kim, a ese viejo curandero que habita las islas del lago. No tendríamos tantos problemas si los lugareños no se empeñasen en que me suba a un bote pesquero incapaz de sostener a 2 personas para cruzar el lago.

Todo comienza a ir verdaderamente mal. Los días pasan y parece que no avanzamos, así que las noches en la posada se convierten en monotonía poco a poco.

-Creo que si sigue así, deberíamos pensar en comprar una casa...

Estoy diciendo esto cuando entra una mujer que quitaría el aliento a un muerto. Observo cómo se mueve, cómo vailan sus cabellos al viento inexistente del lugar. El dorado se cruza con su hermoso rostro y sus pisadas marcan el movimiento de su cuerpo...una mujer increíble sin duda alguna. Sonrío y me digo a mi mismo que debería conocerla...

Sus pasos la acercan a nuestra mesa y mi mente se pone en alerta, dice nuestros nombres y...-¡¡ELLA!!.

La sensación de esa mujer no había desaparecido en mi interior, su perfume, su contacto...pero en mi mente se habían perdido. Por suerte volvieron a tiempo.

-Qué agradable sorpresa- digo al tiempo que me inclino ante ella-ahora mismo este sitio ya está completo con tu presencia.

Kris explica a la perfección cual es nuestra traba actual y aunque estoy tentado , no le cuento nada de la inquisición.

-¿Y qué ha hecho que tus pasos lleguen hasta un lugar de belleza tan singular?, sin duda he de decir, que sea lo que sea estoy encantado con que haya sido así.

No puedo evitar mirarla con intensidad, con deseo y con...curiosidad...

Melissa se sienta a la mesa y se pone cómoda, lo que provoca que el resto de la posada, aunque malhumorados, dejen de prestar tanta atención hacia ella ahora que está sentada con vosotros, alguno con mala cara parece dispuesto a acercarse a la mesa, pero al ver a Kris se lo piensa mejor y da media vuelta.

Pues la verdad es que mis motivos son mucho más normales, vengo de vacaciones, este es un buen lugar donde desconectar del estrés del trabajo, descansar y pasar un buen rato, darse unos baños en los lagos...

Se la ve complacida con la mirada de Decland y le devuelve la mirada, también con deseo.

Así que vosotros habéis venido a ver a un tal señor Kim... si, creo haber oído hablar de él, ¿es una especie de curandero? - hace una pequeño aspiración llevándose la mano a la boca. - ¿Os paso algo? ¿Estáis enfermos? - Añade con un tono de preocupación en su voz. - Si puedo ayudaros de alguna manera, por favor decídmelo.

Kris miró dubitativo a Decland. A no ser que la chica le hiciese volar, lo transportase a las islas de algún modo o conociese algún túnel por donde llegar a las islas, de poca utilidad iba a serles.

- Pues la única solución que veo es que podamos atraer al señor Kim a tierra firme.- Aunque esa idea no era del todo de su agrado, al fin y al cabo, podían estar seguros realmente que el curandero este era quién estaba usando ese "foco de poder"?

Ella se convierte en un punto de atención, lo que provoca que el resto de temas parece algo más lejanos que de costumbre.

-De vacaciones ¿eh?, la verdad es que es un bello sitio para venir a disfrutar y a relajarse. ¿Llevas mucho tiempo viniendo?-echo un vistazo a la gente de allí.-como siempre, tu belleza no pasa desapercibida, pero en este lugar...

¡Este lugar!, no, no estamos enfermos...pero...buscamos a alguien y tal vez ese hombre nos pueda ayudar.

Vuelvo a no saber si estoy hablando demasiado, pero sus ojos...vaya ojos...

-Me alegra verte aquí Melissa...

Me alegro de que no os pase nada, me quitáis un peso de encima. - Comenta aliviada. - Así que el señor Kim está en la isla y vosotros no podéis ir y el no quiere venir... Bueno, si me decís que información queréis podría ir yo a hablar con él, o podría intentar convencerle de que venga aquí... Mucho más no se me ocurre para ayudaros

Pero tendréis que esperar a mañana si no os importa. - Añade estirando el cuello. - Vengo de un largo viaje y necesito...relajarme. - Con total naturalidad y sin que Kris se percate de ello Melissa empieza a rozar la pierna de Decland con su pie y a subir lentamente...

La verdad es que he venido un par de veces más, es un buen lugar donde pasar el rato y evadirse, un lugar donde desconectar, de abrazar el silencio y la calma más absoluta.

De pronto parece darse cuenta de algo. - ¿Donde están vuestros compañeros? Shalash, el grandote que quería dedicarse a la prostitución, Valeria, que parecía mas baja de lo que era por ir con vosotros y el otro... no me acuerdo de como se llamaba. - Mientras su zapato empezaba a llegar a una zona critica...

-Bueno, el resto del grupo...nos dividimos por motivos económicos...creo-miro a kris de forma interrogativa ¿por qué nos dividimos?

Lo cierto es que el recuerdo de Shalash ejerciendo la prostitución es digno de mantener, aunque no esotoy muy seguro de que sea un recuerdo real...

-Lo cierto es que de una forma u otra aquí estamos Kris y yo intentando solucionar un par de asuntillos sobre la instalación de una herrería y otra cosa, pero que debe ser de menos importancia ya que no la recuerdo, aunque tenía que ver con el hombre de la isla...

En el momento en el que Melissa Rooseau sigue mostrando sus intenciones todo se vuelve más irrisorio aún. ¿qué más da la herrería?¿qué más da el inquisidor y todos los malditos caballeros de Tol Rauko?

-Sabes, cuando estudié medicina, nos hablaban de la importancia de la buena colocación de la musculatura. En ocasiones, con el cansancio, comenzamos a utilizar más nuestro cuerpo y una buena sesión de masaje y un baño relajante son un buen remedio para solucionarlo. 

¡Oh qué pena! - dice cogiéndoos a los dos de la mano - ¡El dinero! cuantos problemas puede traer y a cuantos amigos es capaz de separar. Es una pena, parecíais formar un buen equipo. - Aparta lentamente sus manos de vosotros y el mero roce de su mano sobre las vuestras acelera vuestro pulso.

Pues espero que se solucionen vuestros problemas con la herrería... - Añade sin estar muy segura de lo que está pasando o de si lo que dice Decland es cierto. - y con el señor Kim, si puedo ayudaros no tenéis mas que decírmelo, pero como he dicho lo dejamos para mañana. - Retira el pie del contacto de Decland y parece que se dispone a levantarse.

Ahora si me disculpáis y no tenéis nada más que decirme me retiro, creo que seguiré el consejo de Decland  - mientras echa la cabeza hacia atrás y toma aire a la vez que con las manos se coloca el pelo - y buscare alguien que me dé un buen masaje para descansar bien esta noche. - Os mira esperando si tenéis algo más que decirla antes de irse.

-Me parece una idea genial, me ofrecería yo mismo pero creo que voy a tomarme un baño relajante en mi habitación.

Si, todo desaparece al lado de esta mujer, incluso el enorme Kris y los problemas desaparecen con los bucles del cabello dorado...

Después de un poco más de charla, mientras acabáis vuestras últimas bebidas, cada uno se va a su habitación a descansar pensando en el día de mañana y en las nuevas oportunidades para la realización de la difícil tarea que tenéis entre manos.

La noche discurre sin incidentes y al despertar al día siguiente os volvéis a reunir en la taberna para desayunar y afrontar el nuevo día.

Finalmente Melissa acaba acompañándote en tu habitación durante tu baño relajante y pasa la noche contigo, la noche es mejor incluso de lo que recordabas y por unos momentos olvidas el trabajo, el inquisidor e incluso el mundo entero.

Una noche que haría olvidar cualquier cosa a un hombre. Claro está que para mi eso es algo normal, pero la expresión es lo que cuenta.

Para el desayuno bajo flotando en mi mente y cuando veo a Kris, no vuelve a mi mente nada del trabajo. Me encuentro pletórico.

-Compañero, creo que hoy es un magnífico día y que nuestros asuntos puede que se encaucen de una vez por todas.

En mi mente nace una ligera idea. Un vacío voraz con una alegría desmedida se alimenta plácidamente, así que mi interior sonríe satisfecho.

-Creo que iré a visitar a ese hombre otra vez, tal vez esta vez me escuche...tal vez pueda ayudarnos.

Sin duda alguna mi idea es algo descabellada, tengo que hacer algo que intento no hacer y no enseñar a nadie, pero el "amor" y la ensoñación de una noche con Melissa provoca que sea más imprudente que normalmente.

Kris fue el primero en bajar a desayunar, la habitación estaba bien, se notaba que era un sitio diseñado para atraer turistas e incluso su cama era bastante grande y muy cómoda, lo bastante grande como para que no se sintiese “encogido” al dormir en ella, una sensación a la que estaba acostumbrado al dormir en otras tabernas por culpa de su inusitado tamaño, realmente podría haber disfrutado su estancia en un lugar como este si las circunstancias fuesen distintas, pero ese no era el caso, se encontraba con que un abismo insondable se extendía entre él y su objetivo, aquella pequeña isla en medio de un letal lago que solo era cruzado por pequeñas barcas que difícilmente podrían soportar el peso de un colibrí.

Prácticamente había empezado a desayunar cuando vio a Decland acercarse, por las miradas que intercambiaron él y Melissa la noche anterior y lo feliz que bajaba Decland parecía bastante probable que hubiesen pasado la noche juntos. Kris no pudo evitar pensar que su compañero era un hombre afortunado.

Veo que has descansado bien esta noche, me sorprende que te atrevas a volver a subir a uno de esos enclenques barcos, y dime ¿qué tienes pensado? ¿Qué piensas hacer para que esta vez te haga caso? El tiempo se nos acaba...