Partida Rol por web

El semiorco aún estaba dormido fruto de su intrépido ataque con su cabeza y a pesar de su inconsciencia inspiraba algo de lástima mientras un enorme chichón se inchaba en su frente con alarmante velocidad, en tanto el enano liberaba a la pelirroja que de los concientes era la que en mejor estado parecía estar.

Nathul y Kalamar por su lado esperaban su pronta liberación, el bárbaro no dudó en apremiar que soltaran a clérigo primero con la esperanza de que este logrará hacer que su deidad actuará en favor del grupo, sin embargo para el joven penitente toda la situación escapaba de toda lógica y presentía lo peor.

Mishella se acerca por la espalda del conductor, que parece asumir que son los pasos de su camarada, a lo que le hace un comentario sin dejar de ver el camino: estos malditos despeñaderos están cada vez peor, siempre es mejor ir por los túneles pero el jefe... el tipo no termina la frase cuando mishella que al parecer había tomado la daga de la mano del enano lanza una estocada a la espalda del humano.

La carreta golpeaba una roca y con violencia sacude a todos al interior del vehículo, la daga se clava con todas sus fuerzas en el asiento de carreta a unos centímetros del conductor que gira su cuerpo para mirar aterrado el escape de sus prisioneros, con fuerza tira de las riendas para detener la carreta mientras grita: GUARDIAS QUE SE ESCAPAN, ESCAPAN.

El vehículo de los prisioneros comenzana a minorar la velocidad y el sonido de los cascos de caballos de la escolta parece incrementarse y acercarse peligrosamente.

MISHELLA, DESASTE DEL GUARDIA Y ACELERA, NO PUEDEN ALCANZARNOS - grita Yerguez a ver que la situación acaba de dar un giro inesperado.

Yuelral líbrame de las buenas  intenciones  que de las malas  ya lo haré yo .Murmuro al ver que  lo que estaba teniendo había terminado por suceder  y aun que pareciese  increíble  nuestra  había  vuelto a empeorar   y eso que parecía  imposible. Ayyy .Esa queja es lo único que  sale de mis labio al  ver que  de nuevo vamos a entrar en combate  y esta vez  tenemos aun menos posibilidades 

Vaya pues... las cosas no iban nada bien pero eso no significaba que no pudieran tener un golpe de suerte que les sacara de allí. Desde luego peor habría sido no intentar escapar. Le tocaría confiar en la labor de sus nuevos compañeros y deseó que los que se encontraban libres bastaran para salir con bien de esta prisión. No quería convertirse en un esclavo... si había abandonado su tribu era para encontrar un futuro mejor y quizás encontrar a su pariente perdido.

Ahora con las manos y los pies atados, no se podía atisbar ningún futuro. El semielfo decidió entonces dedicarse a darle tirones a las cuerdas para deslizar las manos con más facilidad. Él también iba a necesitar un golpe de suerte que por ahora no llegaba.

Tras el traqueteo de la carreta no había tiempo que perder. El golpe con la daga fue errado y tendría que tratar de sacar el arma del asiento si quería poder seguir usándola para defenderse. Por fortuna para sus raptores, Mishella no tuvo la fuerza suficiente para desclavar el arma blanca, con lo que tendría que esperar para volver a intentarlo.

Los ojos del semiorco comenzaron a abrirse lentamente, frente a él uno de los bandidos nadaba en un charco de su propia sangre, y wiri solo sentía un agudo dolor en su frente, pero recordaba lo que allí aconteció, sin embargo al parecer sus compañeros luchaban desesperadamente por alcanzar la libertad.

El clérigo miraba expectante como sus amarras seguían intactas y las desventaja del combate se hacía evidente.

Mishella se aferra a la empuñadura de la daga pero esta no se libera de la madera y el conductor no parece querer esperar a que sus cautivos lo matarán como al guardia.

que está pasando ahí adentro? demanda uno de los jinetes que con una lanza trata de mirar sin éxito al interior de la carreta.

Y su compañero le responde furioso: te dije que estos imbéciles ni para cuidar hongos sirven, que no escapen o el jefe nos vendera como furcias, sin perder tiempo salta desde el caballo a la parte de la trasera del vehículo, levanta la carpa y con asombro ve lo que ha ocurrido, por un demonio, cómo es qué? dice mientras trata de sacar su espada.

El jinete que ya casi había parado el carro lanza su mano derecha hacia una macana de su silla y sin compasion la levanta y buscando el rostro de la muchacha ataca a mishella pero está logra evitar salir lastimada por el golpe.

Yerguez ve a sus compañeros heridos, sin armas o equipo y en una situación claramente desventajosa, cuando el guarda se sube y por la sorpresa de la situación no logra sacar su arma, este ve una nueva oportunidad de tratar de poner la situación a su favor y se apresura a tirarle las llaves a Wiri que parece estarse reincorporando y le dice Libera al resto. Mientras da un paso en dirección hacia al guardia que se acaba de subir y estira su mano con la intensión de sacar el arma que este no logro sacar.

Iba todo bastante mal y él seguía atado lo que limitaba mucho sus opciones. Que él supiera lo único que podía hacer era una cosa: romper aquellas cuerdas de la mano para poder luchar.

- Caeré haciendo lo que pueda.

Se dijo a sí mismo. No estaba dispuesto a quedarse quieto durante un combate porque su reputación como luchador estaría en entredicho. Nada de eso, al final las cuerdas cederían. El bárbaro recurrió a toda su fuerza entrando en un frenesí desgarrador. Iba a intentar darlo todo.

Viendo que el bárbaro se movía, incluso aguantando el dolor de sus heridas, hacía la parte de delante, junto a Mishella, la arquera no lo dudó e hizo acopio de todas las fuerzas que le quedaban para sacar la daga clavada en la madera.

- Vamos, sal de una vez... - Murmuraba en voz baja, haciendo el esfuerzo.

Y dicho y hecho. Por fortuna para la joven, la daga se desclavó y al momento giró sus ojos hacía el hombre que tenía allí en frente. No se lo pensó dos veces y agarró la pequeña daga con fuerza para intentar atacar al desprevenido guardia que iba en la parte delantera.

El semielfo recurre a sus instintos más salvajes y como si su cuerpo fuera poseída por la ira misma este logrará romper las ataduras, las cadenas de sus manos de templan y los anillos parecen resistir con fiereza a separarse uno de otro, entonces el es
Labon más débil de la cadena comienza a seder y se rompe, la visión no podía ser más aterradora para la guardia que ahora que había escuchado de este bárbaro.

Mishella por su parte Tita una vez más y logra sacar la daga, con rapidez traza un tajo vertical sobre el guardia, si bien este logra bloquear parcialmente con la macana la chica se las arregla para que la punta de la daga trasero una fea herida en el rostro del adversario, el hombre tenía los ojos inyectados en lágrimas y parecía desear gritarle mil omproperios a la muchacha, sin embargo temía que de hablar si quiera está le clavaría la daga y lo mataría en el acto.

Los otros dos compañeros permanecían inmóviles 2 testigos silenciosos de la liga por su libertad y que ahora no tenían más remedio que rezar a los dioses por la victoria de sus aliados.

El enano había tratado de quitarle el arma al humano pero solo habían acabado forcejeando para que finalmente de alzará victorioso el guardia, triunfal saca una de su macana y con un movimiento rápido de su muñeca estrella el pedazo de cuero en el rostro del enano que gira la cara por el impactó, uno de sus de sus molares sale despedido y ante sus hijos un millar de estrellas la nublan la visión por un instante.

En tanto en comdictor logra empujar la chica un poco y de manera frenética agita su macana en dirección a la mishella sin embargo el conductor que se había levantado para pelear pisa en falso y resbala de la carreta y sigue derecho mientras grita aterrado: la ballesta usa la ballesta luego se escucha un golpe seco contra las rocas del camino.

Un último guardia aparece por la parte delantera de la carreta montado a caballo, este apresuraron acomoda una lanza a su costado mientras saca y carga una ballesta a de manera apresurada, una vez cargada apunta a la pelirroja y el advierte: rindanse y no tendremos que arrastra sus cuerpos hasta el campamento.

Se encontraba en muy mal estado, hecho una pena. Las heridas volvían a dolorle debido al intento esfuerzo pero había tenido éxito y tras un grito que había semejado ser el de un oso, logró liberarse.

En ese momento su mente buscó opciones pero habían realmente pocas. No tenía armas y podía escuchar a un guardia pidiendo la rendición, solo que había que seguir adelante fuera como fuese.

- Te voy a liberar.

Agarrando ahora al clérigo, iba a intentar obrar la misma gesta que hacía unos segundos, porque quería que tratara de curarle a él o a otros. Con un clérigo libre la lucha se inclinaría a su favor, salvo que cayeran de la carreta. Tenía unos segundos antes de terminar agotándose, ¡los emplearía del mejor modo!

Mishela se movió tan rápido como pudo para acercarse al bárbaro, que estaba en un estado de frenesí típico de los bárbaros, y viendo que estaba rabioso le ofreció la daga y avisó al resto del grupo.

- Toma Nathul, con esto te será más fácil liberarlo y defenderte. Por cierto, ese tipo nos apunta con su ballesta... - Añadió sin más.

Iba siendo  hora ... ya  llegue a pensar  que  la próxima vez  que me viese  libre de estas ataduras  seria  cuando  la Diosa  me recibiese a mi muerte ..Digo al ver  que  por fin alguien se  acuerda de mi   y no voy a morir  atado sin poder  defenderme  o al menos intentarlo .Venga  amigo , esto no es nada  para ti .Con esos  músculos  tiene  que  ser  pan comido 

Veo que  el compañero  suda  y se debate  con mis cadenas .. en estos  momentos  me gustaria  poder  ayudarle  de alguna manera  pero  solo me queda  elevar un plegaria  muda  a la diosa  para que nos mire con buenos ojos  y presta algo de ayuda  al titánico  esfuerzo  de Nathul...Mi señora  que te quedas  sin clérigo  como yo me quede  sin  abuela 

Viendo cómo tendían la daga hacia él, hubo de agarrarla con el propósito de usarla. Trataría de cortar aquellas cuerdas para que el clérigo quedara libre y si fuera posible les asistiera con sus poderes.

Solo a estos mequetrefes los recibirá su diosa. - dice Yergez al oir a kalamar. Luego ve como el hombre que estaba al frente se cae, dice - Mishella, toma las riendas y sacanos de aquí. mientras le manda un golpe al guardia que esta frente a él.

Viendo que Wiri recupera la consiencia le dice- Wiri, dale las llaves a Nathul y ayuda a Mishella.

El enano había lanzado un golpe a su agresor en respuesta, el pícaro hace una pequeña finta con el puño y a lo que el humano abre una apertura en su defensa, la macana del enano impacta en las costillas del hombre que se encorva de dolor, y resistiéndose a caer se agarra de la carpa del carro para no desplomarse.

El bárbaro salta sobre el clérigo a toda velocidad como si se tratara de un jabalí desbocado, con un arrebato descomunal de fuerza en medio de un alarido templa los eslabones de la cadena uno de estos comienza a doblarse y en un minúsculo clink se revienta la cadena dejando en libertad semielfo, Kalamar a su vez agradece como puede y pidiendo el favor de su señora nota como la punta de sus dedos parecen presentar un hormigueo, al bajar la mirada ve como 6 de sus dedos parecían liberar un destello de color verde intenso, reconociendo la ácida bendición de su señora.

Aun poseído por la fuerza de la ira Nathul se gira y se encuentra con la mirada de mishella que le ofrecía su daga para que descargara sus salvajes ataques sobre sus enemigos, la muchacha había tomado una decisión bastante arriesgada pues tras de ella escucho el sonido del mecanismo de una ballesta activándose...

El guardia que peleaba con yergez no se rendía y sin piedad descargo su macana sobre la clavícula del enano el impacto es devastador, el enano sufre un dolor significativo al tiempo que siente sus manos cada vez mas pesadas y como su cabeza comienza a dar vueltas, de seguir así, pronto caería inconsciente y yergez lo sabía.

mishella siente como si su vida terminara en un instante, el guardia no había dudado y disparando su ballesta una saeta se había proyectado en dirección a la humana, el proyectil zumba en el aire y se clava de manera profunda, la muchacha se gira aterrada pero al revisar su cuerpo no siente nada, y al mirar a su lado ve como en un de los retablos de la carreta el proyectil impacta a unos centímetros de una de su pierna.

wiri aun se encontraba parcialmente desorientado tratando incluso de incorporarse, sus compañeros libres ya no le restringían el movimiento de manera significativa pero las cadenas una le impedían usar plenamente sus habilidades.

bajo la carreta se incorporaba el conductor y tan rápido como puede trepara el costado para reintegrarse a la batalla, mientras gritaba: MATENLOS MATENLOS A TODOS, Y QUE EL JEFE SE JODA, las palabras y expresiones del hombres estaban cargadas de desprecio, furia y sobretodo de desesperación, a pesar de todo esto seguían en ventaja, estaban mayormente sano, armados y con armaduras.

Con un gruñido triunfal, había logrado liberar al clérigo creyendo que podría ser sanado. Lo habían dejado hecho polvo y no tenía demasiadas opciones. Pero sólo había un guardia ahí, lo superarían con el número y la rabia.

Nathul fue a por él. Le dolía tanto el cuerpo que incluso fallaban sus piernas y no logró más que inclinarse a un lado mientras atacaba, de modo que el ataque fue débil.