Partida Rol por web

El laberinto del bufón

IV - Mucho más que un secreto

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10/03/2017, 02:02
Tamorfien - "Tam El Buho"

¡Cállate estúpida zorra! ¡Nos despellejará vivos a los dos! - Aunque el enfado era el que dominaba la boca de Tam, el miedo se abría paso a través de su garganta haciendo que cada palabra sonase como un grito desesperado.

¡No sabes de lo que estás hablando! - Se llevó las manos a la cabeza y sus callosos dedos se perdieron entre su grasienta cabellera. - Dioses...Dioses...

Es por eso por lo que os hablé así, lo siento. Os...os tomé por algún asesino. Perdonadme. Por favor os lo pido, dejadme ir.- Qué rápido podía cambiar la actitud una persona cuando se sabe cercano a la muerte. Tal era el caso de Tam, que ahora había dejado a un lado los insultos y la cólera para dar rienda suelta a la súplica rastrera del que quiere salvar el pellejo a toda costa.

Desde la estancia principal de la tienda llegó el desagradable sonido de los vómitos de Bloermund que en ese momento se retorcía y doblaba sobre sí mismo expulsando por la boca todo lo que aún conservaba en el estómago. Zafira, que le había suministrado alguno de sus remedios naturales, indicó que todo era normal. No había que temer por su vida. Aquello vendría bien al antiguo aventurero para despejarse.

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10/03/2017, 02:20
Suministros del Pateacaminos

Notas de juego

Posesiones de Tam:

Armadura de cuero.

Bolsa de cuero con 42 p.o, 21 p.p.

Espada larga de gran calidad.

Daga de gran calidad.

Posesiones de Kefflen:

Armadura de cuero.

Ballesta de mano de gran calidad.

4 virotes.

Daga.

Bolsa de cuero con 12 p.o, 23 p.p y 45 p.c.

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10/03/2017, 02:22
"Apestoso" Kefflen

Notas de juego

Las reacciones de Asdra y Jake sobre el mendigo no son diferentes en modo alguno al de las del resto de tus compañeros. Puede que incluso menos compasivas. Jake no le ha dedicado sino una mirada de desprecio, la misma con la que en más de una ocasión ha obsequiado a Aldar durante sus discusiones.

Asdra, por su parte, parece más interesada en sus posesiones que en su identidad.

No crees que se conozcan de antes.

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10/03/2017, 16:00
Aldar

El registro de Tam dio como resultado que, en efecto, ocultaba algo entre sus ropas. Aparte de la bolsa de monedas, encontré oculta una daga de buena factura, la cual sostuve entre mus dedos junto a la bolsa mientras descendíamos las escaleras, mostrando en alto lo que había encontrado a nuestros compañeros antes de colgar la bolsa de mi cinturón. La daga, en cambio, permaneció en mi mano.

El malnacido explicó quién era el asaltante de Balakar, su compañero en los sucios negocios que tratase, que intentó hacer pasar por algo remotamente honrado hasta que la cría sufrió un arrebato. Una mujer despechada, incluso una tan pequeña, era una mala cosa. Pero no sentía la más mínima lástima por él, ni por ella, eran gente despreciable.

A ver, tarambana... -Espeté al desgraciado mientras me apoyaba en la pared con cara de pocos amigos- ...no te confundas más, a quienquiera que esté haciendo limpieza entre tus amigos malhechores, no deberías temerle más que a nosotros. Sigue sin confesar el trapicheo que tenéis aquí montado con el viejo y me costará poco dar un festín a los cuervos con tus tripas aún en vida. Esas pobres aves tienen que comer...

El resto de negocios sucios de esa gente no era estrictamente de mi incumbencia. Era despreciable, sí, pero no asunto mío. Lo que habían hecho con un amigo del leñador que tan bien se había portado con nosotros... era otra historia.

Notas de juego

Conservo la bolsa y la daga de gran calidad de Tam, de momento.

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11/03/2017, 11:35
Balakar

Respondí a las chanzas y comentarios de Avlin y Jake con un chasquido de labios despectivo y un escupitajo. Decidí dejar que la herida parase de sangrar por sí misma, sin hacer caso al aspecto que tenía. Tenía que admitir, aún a regañadientes, que todo aquel asunto había despertado mi curiosidad.

El hecho de que uno de ellos hubiese tratado de ensartarme con un palillo de dientes solo había servido como excusa para hacer un poco de ejercicio.

Aldar había mostrado en alto los frutos del registro y fruncí el ceño. La daga parecía demasiado buena, sobre todo comparada con el clavo oxidado que había esgrimido el apestoso individuo que respondía al nombre de Kefflen. Desvié la vista a la ballesta de mano que le había quitado. Su factura era buena y cara. Me rasqué la barba con la mano, inquieto.

El grito de la niña hizo que levantase la cabeza y que mi diestra volase para cerrarse sobre el mango de mi hacha. Tam estuvo a punto de saltar sobre la muchacha, pero incluso aquella rata conservaba un poco de seso. El suficiente como para saber que si tocaba un pelo a la chica, acabaría muerto. Lentamente, solté el hacha y me acomodé.

"Lo malo es que probablemente nos cortaríamos a nosotros mismos solo por ser el primero en darle su merecido."

A pesar de lo desagradable de la situación, de las implicaciones morales de la relación entre Tam y la chica y de la ruina en que se había convertido el amigo de Corum, la sensación de que estábamos rascando algo importante.

"Menudo embrollo... Un grupo de bandidos que elige a sus victimas aquí para asaltarlos en el camino de Fliermar... Que están siendo cazados por alguien en el camino... Y todavía no sabemos quien es el misterioso padre de esta cría."

Gruñí al escuchar la amenaza de Aldar. No es que no fuese verdad que Tam debiera temernos, pero sí que era importante saber que era todo ese asunto de los bandidos y sus enemigos.

"Si no recuerdo mal, la ruta de Aldar pasa por ese camino."

Regruñí y me alejé del grupo, mientras buscaba algo parecido a una manta con la que cubrir al anciano tendero y devolverle un poco de dignidad.

- Tratar a un anciano así... *Malditos pedazos de escoria...*

Notas de juego

*En enano en el original.

Edito:

Balakar conserva la ballesta de mano, por ahora. La daga de Apestoso está fuera, a menos que la halla recogido Avlin o Zafira.

Espero que ahora esté más claro :)

 

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11/03/2017, 12:55
Jake O'Sullivan "Sully"

Favorecido por el protagonismo de Aldar y que la amenazante Freya obligaba a que Tam no la perdiese de vista, Jake ocupó un lugar desde el que aquel rufián no le tuviese controlado.  

Como bien había dicho Avlin, estaban perdiendo ya demasiado tiempo en aquella polvorienta tienda de suministros. Algo de lo que Jake era consciente y que comenzó a ponerle cada vez más nervioso… Fue por ello que las primeras respuestas a sus preguntas, no sólo le dejaron insatisfecho a él y sus compañeros, sino que además terminó por agotar su limitada paciencia.

Estiró el brazo con el que empuñaba la espada larga y tras ello la dejo caer al suelo. El sonido que provocó aquello, si bien distaba mucho del provocado por Tam cuando la dejó caer desde el piso superior, fue suficiente para que todos callaran y girasen su mirada hacia Jake.

Fue entonces cuando Tam encontraría algo más que su antigua espada ocupando el suelo. El puño de Jake se lazó al centro de su cara tan rápido que aquel pobre desgraciado no lo llegó ni ver venir.

-¡Se acabaron las gilipolleces!, exclamó mientras su nariz comenzaba a sangrar. –Nos da igual irnos de aquí con lo puesto o dejando un par de cadáveres a nuestro paso… ¡nos vas a contar todo de una puta vez y rapidito!, advirtió mientras desenfundaba de nuevo su espada. – Y tú, mocosa… ya estás diciendo que clase de “potingue” le habéis estado dando al viejo y por qué…, advirtió con una mirada amenazante. 

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11/03/2017, 13:08
Freya

A medida que las cosas continuaban sucediendo a mi alrededor, me arrepentía más y más de no haberle propinado unos cuantos golpes a aquel malnacido de pelo grasiento, al menos aquello me habría procurado algo de desahogo.

El desequilibrado de Balakar había comenzado a gritarme sin ton ni son, después de haber entrado en el lugar como si nada pasara, hablándome como si fuera poco menos que un perro. Aquello me recordó a mi época de cautiverio en el asentamiento de los ogros, lo que unido a la insensatez del enano provocó que en pos de contener mi rabia diera un sonoro puñetazo contra la pared.

- Como vuelvas a hablarme así, enano… - le miré furiosa, mostrando mis dientes incluso. – Te cortaré ese corto pescuezo tuyo.

Mientras Bloermund se recuperaba, y se esclarecía algo lo del tipo tirado en el suelo, Tam y Elmyra comenzaron a hablar; o más bien a tirar mentiras y verdades. Su discusión nos desveló parte de lo que sucedía, aunque no precisamente lo que queríamos saber, cosa que Aldar no tardó en recordarle al ladrón entre amenazas tras haberle registrado. Este estaba más que asustado, llegando incluso a mostrar una actitud de suplica, justificando lo sucedido con habernos confundido con asesinos; ya que alguien se encontraba acabando con los malechores que el padre de la cría enviaba.

- Menos escoria en el mundo, ya ves tú qué problema… - mascullé entre dientes, mirando después a Tam. – Habla de una vez, estás agotando mi paciencia. – espeté, apretando mis dientes después.

Sin embargo, la paciencia de alguien más ya se había agotado. Jake dejó caer la espada, llamando así la atención de todos los presentes, tras lo que propinó un puñetazo al bandido que le hizo incluso sangrar por la nariz. Amenazó entonces a ambos de forma contundente, ante lo cual sólo pude añadir una cosa.

- ¿Un par de cadáveres? Mejor que sean tres. - apunté mirando con malicia a la criaja y a Tam.

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11/03/2017, 13:54
Avlin Tuercegris

- Y no te olvides de tu padre, niña- añadió Avlin mientras volvía a levantar la ballesta para apuntar a Tam- queremos todos los detalles, punto sobre punto. Ya veis que no vamos a andarnos con miramientos.

El hombrecillo señaló la nariz sangrante de Tam para hacerles entender a ambos lo que les esperaba de no colaborar. Había que acabar con aquello rápidamente, obtener todos los datos y entregar a aquellos malnacidos a las autoridades. El gnomo rezaba para que todavía no fuera tarde para hacer algo por el pobre Bloermunt. Su pasado como alquimista le decía que muchas veces, este tipo de pociones ingeridas durante largo tiempo dejan un poso tan denso que ya es imposible de limpiar. Esperaba que no fuera ese el caso.

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11/03/2017, 16:57
Zafira 'Ithildin

Esperando que hiciera efecto el paliativo que le había dado a Bloermund, Zafira dijo a todos:  Pues Balakar y yo podríamos ir con nuestros nuevos amigos de la guardia.  Seguro ellos, y el gremio de mercaderes más, estarán contentos de poner a estos dos tras las rejas.

Al hacerlo los observó a la niña y el ladrón con mucha atención.  Una mirada de alivio de parte de Tam significaría que estaban corrompidos los guardias y habría que saltarlos o buscar una alternativa. 

Pero antes necesitamos saber donde guardan todo lo que le han robado al tendero.  Y donde iba a ser su punto de emboscadas estos días, y como les avisaban a los asaltacaminos que carretas descuidadas eran las buenas. 

Podemos usar magia, o pedir magia prestada, para ello. 

Habló luego en voz baja para que solo la oyeran sus compañeros, pasando junto a ellos, so pretexto de acomodar aquí y allá algo, o revisar y comentar de las armas capturadas. 

¿Y si imitamos que somos unos comerciantes y sorprendemos a los asaltacaminos?  ¿Nos queda de camino a donde vamos? 

Yo puedo hablar -pero hasta mañana- con el caballo y que me revele su ruta habitual. ¿A su cueva de ladrones?  Así también los podríamos sorprender. 

- Tiradas (1)
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12/03/2017, 15:07
Balakar

El eco de los puñetazos de Freya hizo que me envarase como si me hubiesen azotado con un látigo. Le dediqué una mala mirada, antes de dedicarme de nuevo a encontrar aquella maldita manta. Me concentré en ignorar los golpes que Jake le propinó a Tam y las amenazas la pareja. El viajecito cada vez pintaba peor.

Regruñí y puse los ojos en blanco al oír a la muchacha elfa mencionar mi nombre, estableciendo una relación de amistad con la Guardia de Venatus. Después del recibimiento del sargento de guardia en las puertas, la idea de que volver a vernos le causase algún tipo de alivio o alegría era simplemente asombrosa.

Para mi sorpresa, la druida hizo una relación de preguntas bastante acertada sobre como trabajaban estos tres, dónde podrían esperarnos, cuando podrían asaltarnos. Básicamente poniendo en voz alta las preguntas que Jake había puntualizado de un puñetazo. Aunque la sugerencia de usar magia hizo que se me erizasen los pelos de la nuca.

- ¡Eh! No somos agentes de la Ley. Ya sabes porqué hemos venido a esta tienducha...- Me acerqué al grupo, con los pulgares en el cinturón.- Lo que hemos descubierto serviría para darle una paliza a estos dos y una buena azotaina a la mocosa. Si espabilamos a Bloermund y dejamos esto en manos de la Guardia, podremos recoger y marcharnos. Ellos avisaran a los comerciantes que recorran el camino y organizaran patrullas para evitar asaltos.- Mascullaba las palabras, molesto.- Y si nos tropezamos con ellos, cosa que dudo... Que se le va a hacer... Ahorraremos trabajo a la guardia... Pero, lo cierto es que tengo curiosidad por saber quien es tu padre, mocosa.- Fijé mi mirada en la chica.- No me cuadra que estéís sangrando a tu tío. Al puñetero hermano de tu propio padre.- Después de mirarla fijamente unos segundos y le lancé una mirada cargada de odio a Tam.- ¡Habla! ¡¿Quien es su padre?!

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12/03/2017, 17:47
Asdra

Observando a sus compañeros veía reflejado en ellos cómo era el mundo. La violencia lo gobernaba todo y, manteniéndose en un discreto segundo plano, Asdra reflexionaba sobre ello.

No podía decir que los malos modos de Balakar no la afectaran, pero sí que estaba acostumbrada a un trato semejante. Cuando la mandó apartarse de aquella manera tan ruda se le atenazó la boca del estómago y esa mirada triste que solía acompañar a la mujer se instauró de nuevo en su rostro. Llovía sobre mojado, desde luego. Como las gotas que caen poco a poco sobre la roca y van perfilando su forma, cada desprecio, cada palabra malsonante, cada insulto, habían forjado el carácter de la mujer de la misma manera, poco a poco, pero inexorablemente.

El mundo era cruel y lo que primaba era la ley del más fuerte. Sólo había que observar un poco alrededor para darse cuenta de ello. Incluso aquellos que se erigían como defensores de una idea mucho más bucólica de la vida, acababan dejándose llevar por la ira. Desde luego Asdra lo comprendía bien. El uso de la fuerza era un atajo muy atractivo. ¡Oh, si ella la tuviera! Entonces más de uno iba a enterarse de lo que valía un peine. Sin embargo no era así, así que se limitó a agachar la cabeza, sumisa, e ir a por la palangana que pedía el enano gruñón.

Por mí como si se desangra...

Asdra podía carecer de fuerza bruta pero no era tonta. Además era muy paciente. Más tarde o más temprano necesitaría que Balakar la protegiese, sobre todo si el camino hacia su misión era tan peligroso como lo pintaban, y le convenía llevarse bien con él. Pero también sabía que un día el mango de la sartén podría estar en su mano. Ese pensamiento le daba fuerzas para seguir.

Arrugó la nariz cuando Bloermund echó el contenido de su estómago por el vomitivo que Zafira le había dado. Ya que tenía un trapo húmedo en la mano lo utilizó para limpiar la barba del viejo.

- Habrá que hacer llamar a Corum. No creo que Bloermund pueda estar solo.- Asdra daba por hecho que no lo dejarían al cuidado de esa joven arpía. A pesar de las maldades que ésta hubiera hecho Asdra apartó la mirada al verla moquear y derramar lágrimas.

Tan joven...

Al parecer tenía un padre, aunque eso no significara mucho, pero sólo por eso Asdra empatizaba más con ella. Si su padre hubiera estado vivo quizá no se encontrara ahora metida en aquel lío. Los intercambios entre Elmyra y Tam empezaba a aclarar las cosas. La niña estaba dispuesta a confesar pero Tam se escurría como una largartija sin hacer mucho caso a las amenazas de Aldar. Fue entonces cuando Jake dejó caer la espada y le endiñó un puñetadzo en toda la cara. Asdra se estremeció y se encogió de hombros, asustada. Mäs sangre derramada.

Se acercó a la muchacha para quitarle el pelo de la cara con un dulce gesto y ofrecerle el trapo que Balakar había rechazado para que secase sus lágrimas.

- Vamos muchacha. No llores más. Cuéntanos lo que pasa aquí de una vez por todas y no te pasará nada, te lo prometo. - Por lo que había dicho Elmyra se intuía que no sabían qué era lo que había estado atacando a los hombres de su padre. ¿Serían los oso búhos? Trataba de distraer a la chiquilla del espectáculo que estaban dando la bárbara y el enano delante de los cautivos. ¿No podían dejar sus diferencias hasta que estuvieran solos de nuevo? La iracunda mujer no se callaba ante los malos modos del enano y así no habría forma de que aquello acabase bien. Al menos Balakar, una vez pasado la primera y desorbitada reacción, decía algo con sentido. No eran asuntos suyos. Suficiente tenían con haber ayudado al amigo de Corum. Ahora éste y la guardia tendrían que ocuparse del resto.

- Cojamos el dinero y regresemos al templo.- Las pertenencias de los dos rufianes podrían valerles de recompensa por resolver el entuerto de la tienda y con su dinero podrían comprar algunos pergaminos más en el templo.

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12/03/2017, 18:52
Elmyra Hulmenar

El puñetazo de Jake a Tam pilló a éste último tan de sorpresa que no tuvo tiempo para realizar ni el más mínimo quiebro con el fin de contrarrestar la fuerza del golpe. Si no hubiese sido por la pared que separaba el descansillo donde se hallaban de la estancia principal de la tienda, que fue la que detuvo su cuerpo al verse violentamente propulsado hacia atrás, éste se encontraría en esos momentos tirado en el suelo en una situación muy similar a la de Kefflen.

Como estaba claro que Tam necesitaría de tiempo para hablar, pues de su nariz y boca manaban sábanas de sangre – y algún que otro diente – como si de una macabra fuente se tratase, Elmyra fue la que primero se avino a confesar viendo que las amenazas no eran sólo palabrería.

Mi...mi padre se llama Saem-Dolan y nunca se ha llevado bien con mi tío. - Dijo con los ojos desorbitados cuando consiguió separarlos de su malogrado amante, quien ocultaba su rostro con ambas manos profiriendo atenuados alaridos de dolor. - Pero mi…mi tío cree que está muerto. - Sentenció con una frialdad impropia para una niña tan joven. - Hice lo que mi padre me dijo cuando llegué aquí hace casi seis meses. Le dije que mi padre había sido asesinado por los orcos y que yo escapé de milagro en el único caballo que teníamos. - Volvió la vista hacia donde Bloermund estaba siendo atendido por las dos mujeres. - Mi padre sabía que mi tío no se negaría a acogerme en su casa.

Elmyra se tomó unos segundos para respirar antes de continuar con la confesión, mientras, volvía la cabeza para observar ahora a Tam con actitud desafiante. - Padre tiene una compañía de hombres leales que le siguen allá donde vamos. La mayoría, son antiguos presos que conoció durante los años que estuvo encerrado en la prisión de Inebar y que le son fieles como perros. Cuando salió libre decidí irme con él porque no me gustaba el hi... hombre que vivía con mi madre. - El rencor existente en sus palabras pesaba más que las lágrimas y el arrepentimiento que en éstas pudiese haber, el cual no era mucho. - Hemos vivido asaltando a los mercaderes de Seiltar desde que yo tenía diez años pero decidimos que era mejor que viniésemos a Eltsembar porque aquí sacaríamos más y los soldados no dan tantos problemas.

Notas de juego

Seiltar es el Reino vecino de Eltsembar que queda al oeste.

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12/03/2017, 21:42
Tamorfien - "Tam El Buho"

Ef effa brufja... - Interrumpió Tam separando las manos ensangrentadas de la boca, hecho que provocó que un enorme coágulo de sangre y saliva resbalase por su barbilla hasta caer entre sus pies.

Por la forma en cómo su boca se movía hacia un lateral con cada palabra y por los gestos de dolor que se reflejaban en su rostro era innegable que tenía la mandíbula rota. Aun así, si ponía en los platos de una balanza el tener que confesar con dolor o el perder la vida a mano de aquellos aventureros, quedaba bastante clara cual sería la opción por la que se decantaría.

Al parecer, según confesó luego de que consiguiese arrancarse uno de los incisivos que había quedado medio suelto por el golpe y que era el que más problemas le estaba dando, el hecho de que se encontrasen en Eltsembar no era debido en su totalidad a lo que creía Elmyra. Según Tam, y aquí parecía estar ajustándose más a la verdad que lo que habría hecho un paladín a la hora de dirigirse a su Dios, la decisión de regresar a Eltsembar había sido sugerida por una bruja llamada Ilsenne, que era la misma que fabricaba los polvos que Elmyra tenía que depositar en el vino de su tío.

Esta misteriosa mujer, de la que ninguno de los dos supo decir su procedencia ni de qué la conocía Saem-Dolan, se había introducido en la vida de la compañía hacía poco más de dos años, cuando el grupo celebraba en una sórdida taberna de Trevalen, capital de Seiltar, el botín conseguido al asaltar por casualidad una caravana cargada con toda la fortuna de la viuda de un noble que había decidido volver a Trevalen tras el fallecimiento de su esposo. Saem-Dolan, que por algún motivo se sintió muy afortunado porque sus caminos se hubiesen cruzado, le ofreció un puesto en la banda como su mano derecha para sorpresa de todos, sin embargo, nadie protestó pues, según él, con ella no habría presa alguna que se les resistiese.

Tales palabras no pudieron ser más acertadas. Los primeros meses con Ilsenne fueron increíblemente rentables para la banda, puesto que la mujer acabó resultando ser una hábil conocedora de las artes mágicas, capaz de someter con sus hechizos a carretas protegidas con más de una decena de defensores sin que ningún miembro de la compañía cayese herido o muerto. No obstante, cuando llegó el invierno y el poco tráfico comercial que se arriesgaba a salir a los caminos lo hacía protegido hasta los dientes, Ilsenne comentó que conocía algo en Eltsembar que podría hacerlos inmensamente ricos.

Nof trajo hafta un pueblo que fe llama Argéntea, no muy lejof de aquí. - Comentó tras escupir una flema sanguinolenta. - Allí conocimof a dief hombref que llevaban mucho tiempo allí. - Frunció el ceño. - Efof cabronef no fe mefclan con nofotrof para nada, fólo hafen lo que Ilfenne lef ordena. La figuen a donde quiera que va.

Según Tam, la idea de drogar a Bloermund y robar todos los cargamentos que llegasen a la tienda fue idea de Ilsenne, que sorprendió al mismo Saem-Dolan al hacerle sabedor de que su hermano vivía en Venatus. - ¡Conofco a Faem defde hafe dief añof y of juro por todof lof Diofef no tenía ni idea de que tenía un hermano! - Espetó levantando los brazos.

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12/03/2017, 22:52
Elmyra Hulmenar

Aunque le fastidiase tener que dar la razón a aquél que hacía tan sólo unos instantes la había despreciado, Elmyra tuvo que asentir de mala gana: ella tampoco había oído en su vida hablar a su padre de que éste tuviese un hermano hasta que la bruja, como ellos la llamaban, hizo saber a todos de la existencia de Bloermund. Sólo a raíz de aquello Saem-Dolan comenzó a hacer leves menciones a su hermano, con el que no había hablado en más de veinte años y del que desconocía si seguía vivo o muerto.

Ella me envía con él, - dijo refiriéndose a Tam, una vez se recompuso de la sorpresa de que Tam conociese más sobre los planes de su padre que ella misma, - los polvos negros que tengo que echar en el barril de vino. Así he estado varios meses, ganándome la confianza de mi tío y envenenándole sin que llegase a darse cuenta.

Cuando creyeron que el veneno había afectado lo suficientemente a la mente de Bloermund como para que éste quedase sumido en aquel estado de ensoñación con tan sólo beber un sorbo, llegó la orden de Saem, o de su mano derecha, de comenzar a vaciar la tienda de toda arma o armadura que encontrasen, así como de cualquier carro que descargase sus mercancías en ella.

No sé para qué quieren tantas armas. Puede que sea para defenderse del que ha hecho desaparecer a nueve hombres de mi padre desde que se asentaron en Argéntea.

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12/03/2017, 23:59
Tamorfien - "Tam El Buho"

Dief...- corrigió Tam. - Antef de anoche defapareció Krelar.

Creo que tu padre  fe prepara para una guerra. - Dijo encogiéndose de hombros. - ¿Y qué hafe efa bruja? Todo el día leyendo efe maldito libro: «La leyenda del Príncipe Efiliado». ¿Dónde eftán laf riquefaf que nof prometió? 

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13/03/2017, 00:49
Tamorfien - "Tam El Buho"

Notas de juego

Averiguar intenciones:

La mención de Zafira sobre las autoridades hizo que por un segundo ambos amantes se mirasen el uno al otro. Ambos parecían compartir el miedo a verse entregados a la justicia, la cual solía tener poca paciencia con aquellos que atacaban a los mercaderes, fuente principal de riquezas de la región.

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13/03/2017, 10:16
Asdra
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Te dejo tirada de cono de bardo mientras postea la gente.

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13/03/2017, 10:50
Canción del Príncipe Exiliado

La primera mención que le vino a la mente sobre el «Príncipe Exiliado» fue la canción que tantas veces había escuchado en boca de los juglares y bardos que cantaban en la Teta de la Loba. Aunque cada autor era libre de añadir y modificar versos para adaptarlos al público al que tuviesen que dirigirse, los primeros versos de la misma siempre se mantenían inalterados:

Canción del Príncipe Exiliado (Twäntara Elthegata)

Atentos amigos
venid a escuchar 
la trágica historia
de funesto final.

Se trata de un elfo de sangre real
al que su herencia quisieron negar
llevado por la ira su tierra dejo atrás
y con sus siervos buscó un nuevo hogar.

Pasaron los siglos hasta encontrar
la sagrada montaña que habitarán
mitos y leyendas contaban que allá
un Dios antiguo encerrado está.

A medida que la canción profundiza más en el personaje del Príncipe, cuyo nombre algunos dicen que era Halhadnelos y otros lo llaman Dadalthe, ésta cuenta como éste tras renunciar al Reino de su padre, no se sabe porqué, fue desterrado. 

Tras mucho vagar sin rumbo fijo, el príncipe al que le habían acompañado algunos fieles y amigos, acabó fundando una ciudad al pie de una montaña encantada. El punto culminante de la historia, justo el que corresponde a los últimos versos, sugiere que fue tentado o encantado – aquí difieren las distintas versiones –  por una criatura mágica encerrada en el corazón de la misma, lo que precipitó que aquellos que eran sus aliados acabasen encerrándolo en lo más profundo de la montaña donde, según se especula, acabaría volviéndose loco.

Aunque sin duda no hay registros históricos que avalen esa teoría, algunos han querido ver en ella la representación de la historia del auge y caída de Noradian, la misma ciudad a la que os dirigís.

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13/03/2017, 10:58
Avlin Tuercegris

Avlin dio un respingo al escuchar el título del libro y buscó a Aldar con la mirada. Parece que el destino no les había cruzado con aquellos tipos por casualidad. La bruja buscaba lo mismo que ellos. No eran buenas noticias que, de repente, lo que todos creían secreto, pareciese convertirse en una carrera. ¿Cuántos más estarían al tanto de su existencia?

El gnomo hizo algunas suposiciones en su cabeza a partir del relato de los dos maleantes. Parecía evidente que aquella mujer de conocimientos arcanos estaba manipulando a la compañía y, aunque el inútil de Tam no se diera cuenta, el hombrecillo pondría la mano en el fuego con que la llegada de los seguidores de Ilsenne y la desaparición de los hombres de Saem-Dolan no eran una casualidad.

Probablemente aquella retorcida mujer estaba tratando de hacerse con los mandos de la compañía del padre de la mocosa para asaltar la montaña y hacerse con el objeto, haciendo desaparecer a los incondicionales de Saem-Dolan y sustituyéndolos por su propia gente.

Cabía otra posibilidad, por supuesto, cabía la posibilidad de que aquella mujer y aquella segunda compañía de asaltantes de la montaña fueran también enviados por Heinrrich. Y no era ninguna estupidez tal y como iban los cosas con ellos.

Recordaba que Zafira, hacía unos días, les había hablado también de las traicioneras intenciones de Heinrrich, del asalto a la ciudad, de guerra... ¿Serían los hombres de Saem-dolan, tal vez, alguna de las partidas que estaba preparando para asaltar a la ciudad?

Deseaba consultar todas y cada una de aquellas posibilidades con sus compañeros, pues las cosas empezaban a tomar forma poco a poco, todavía quedaban muchas piezas del puzzle por juntar. claro, pero empezaban a esbozarse algunas líneas del dibujo de forma más clara. Tenían que acabar con aquello rápido y ponerse en marcha. El tiempo seguía jugando en su contra y aquellos tipos demostraban que Heinrrich no se estaba quedando quieto esperando sus movimientos.

- No perdamos más tiempo- interrumpió Avlin.

El gnomo hizo una pausa. Quería entregarlos a la guardia y acabar con aquello de una vez pero se le ocurrió algo a última hora que sin duda les sería de utilidad. Estaban totalmente rendidos y era evidente que lo único que querían era salir de esa con buen pie.

- Dadnos la localización exacta de vuestro campamento, y el número de hombres que allí se encuentran- pidió- también sus defensas. Al menos vosotros podréis salvar el pellejo para ver nuevos días. 

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13/03/2017, 15:07
Aldar

La expeditiva táctica de interrogatorio de Jake había hecho todo el trabajo. Viendo cómo aquellos dos largaban de pronto sin parar, y como estaba claro que no tenía nada que hacer, me acerqué a uno de los barriles y de un pequeño salto encarame a uno de ellos mis posaderas, con la capa descargada a un lado y una rodilla flexionada casi sobre mi pecho, y así atendí en silencio, sentado. Mis manos jugueteaban con la daga mientras mi cabeza trataba de componer una explicación lógica de cuanto se contaba, al tiempo que discriminaba la información que nos interesaba de la que era sencillamente prescindible.

Me hizo gracia que los bandidos fueran tan sumamente ciegos como para no haber sido capaces de sumar dos y dos. Culpaban de la desaparición de los suyos a asesinos de fuera, sin preguntarse siquiera si la bruja y sus leales podrían tener algo que ver. Sin embargo, aquello no era asunto mío. Por mí, podían matarse entre ellos hasta que no quedase ninguno.

Sí me interesó saber que aquellos bandidos eran los que me había comentado Durian que se habían asentado en Argentea. Sobre todo porque, a pesar de que pensábamos evitar ese lugar, según lo relatado por Tam la bruja podía tener intereses en nuestro destino. No en vano en Argentea estaban lejos de cualquier ruta comercial donde desarrollar sus fechorías, de modo que ¿qué otro objetivo podían tener?

Guardé silencio y aguardé a que los demás decidieran cómo proceder. Bastantes voces estaban alzándose ya, todas al tiempo.