Partida Rol por web

El laberinto del bufón

IV - Mucho más que un secreto

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09/02/2017, 12:02
Balakar

Me relajo ligeramente, en el convencimiento de que ni siquiera Taifold Thunderhammer podría recorrer el atestado centenar de pies que separa a mis compañeros de mi fiel hacha. El hecho de que el vagabundo con el que discutian diese media vuelta y se marchase contribuyo a mi tranquilidad, mientras Zafira regateaba en la lengua de los mercaderes, en apariencia ajena a lo que estaba sucediendo.

- Tendria que haber agarrado una ballesta del cuerpo de guardia como pago por avisarles de los problemas que se les avecinan...- Resollé. Mientras veía a Avlin serpenteando entre la gente y llamandome agitando su mano, como si no le hubiese visto todavía.

- ¡¡Hooray, Avlin!!- Respondí a la manera enana, todavía serio y con la diestra presta sobre el hacha.- Buenas noticias, sin duda... Cronista y juglar de esta compañia.- Dije, desdeñando sus observaciones sobre los lugares de culto humanos.- Con suerte sacaras algunas monedas de plata en una taberna si lo adornas adecuadamente.- Añadí, mordaz, consciente de que era probable que nuestras andanzas acabasen bastante mal.

"Lo bueno de Avlin es que siempre sabremos que tratamamos..."

- Espera, espera... Vuelve atras y explicame quien era ese tipo con el que acabaís de encontraros.- Levanté la vista hacia los dos humanos que se acercaban a nosotros.- Hooray a vosotros tambien. Y qué, Jake, ¿renovando viejas amistades en el pueblo?- Pregunto, mosqueado.- Me ha dado la impresión, desde la distancia, de que ya os conociaís, ¿no?

Notas de juego

Ivvy es la mascota de Avlin, ¿no?

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09/02/2017, 20:49
Asdra

Ya pasada la tensión del incidente fue muy agradable volver a reencontrarse con dos de sus compañeros. Sin embargo las palabras que el enano dirigió a Jake no gustaron a Asdra. ¿De qué iba a conocer Sully a ese borracho? Suspiró y tomó aire de nuevo para armarse de paciencia. Las suspicacias y paranoias del grupo tenían que acabar si querían lograr la misión con éxito. Después de todos era sabido que la vista de un enano no era demasiado aguda.

- Sólo era un borracho maleducado tratando de vendernos un carro.- Contestó tratando de ser amable con Balakar y antes de que Jake pudiera contestar algo peor.- Deberíamos apresurarnos para llegar a la tienda lo antes posible. Además de pedirle a Avlin un relato de nuestras aventuras hemos conseguido que nos hagan una buena rebaja en productos del templo. Consigamos el dinero y volveremos a por ellos.

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09/02/2017, 21:08
Jake O'Sullivan "Sully"

Tras el desagradable encuentro con el supuesto mendigo, Jake a la cabeza, acompañado de Avlin y Asdra, iniciaron el paso hacia el punto de reunión acordado.

Habían recorrido escasos pies cuando algo alejado de ellos, Jake logró divisar la figura de Balakar, que los miraba fijamente. El gesto de “Sully” hacía él fue tan discreto que el enano pudo pensar fácilmente que no le había reconocido. – Ya habrá tiempo de hablar en la tienda de suministros…, pensaba confiando mientras continuaba andando. Fue entonces cuando el pequeño gnomo elevó la voz para saludar a su camarada mientras se aproximaba hacia él. - ¿Pero… ¡qué…!?

Y allí estaban los dos, saludándose como si nada mientras se ponían al día de sus respectivas misiones en la zona más concurrida de Venatus. El rostro de Jake pasó de una rabia contenida a una resignación evidente. – La madre que los parió…, susurró hacia Asdra mientras se aproximaba hacia ellos negando con la cabeza.

-Se supone que nos reuniríamos en el punto acordado…, respondió al enano sin responder a su pregunta. – No había necesidad de juntarnos ahora y permitir que nos relacionen…, añadió frustrado. Y es que, si Jake ya estaba actuando como un paranoico desde que abandonasen Saduj, el encuentro con aquel extraño le había hecho sentirse mucho más inseguro en aquella ciudad. – En fin…, lo hecho, hecho está…, comentó tratando de quitar hierro al asunto para intentar no demorar mucho más la marcha. – ¿Informasteis sobre las huellas?, pregunto fijando su mirada en Zafira, quien parecía estaba realizando tareas comerciales. – Si no os queda nada más que hacer, deberíamos partir a Pateacaminos… No quiero pasar ni un minuto más de lo necesario en este pueblo…, sentenció

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10/02/2017, 06:06
Zafira 'Ithildin

Zafira ignoró a Sully y Avlin para mantener la cobertura de no conocerse, y sólo le dijo a éste último en un susurro apenas perceptible: Si, los alcanzo allá más tarde.  Y siguió con la venta de herbolaria. 

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10/02/2017, 06:07
Zafira 'Ithildin
Sólo para el director

 

Se acercó a la adivina a ofrecer los compuestos alquímicos naturales.  Sabía que su buen uso sería para la causa además.

 ¿Señora? ¿Me cambiaría esto por monedas o por pergaminos de curación? 

¿Me podría ayudar a leer mi destino?  Le quiero contar cosas que me preocupan y quisiera me ayudara a interpretarlas. 

Planeaba contarles del cuervo, de aquel misterioso mago nigromante que los seguía, contarle de las huellas de ogros y sus patrones, y lo que había visto o no en el mayordomo, además de noticias del camino.  Todo serían dicho en clave, como quien confía en su adivina de confianza. 

A la vez, esperaría noticias de ella.  Le dejaría la pata del cuervo en el vial, por si alguno de los magos de la resistencia podía hacer screeing a lo que las fuerzas de la opresión planeaban.  Ella sabría que hacer con ello.

 

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10/02/2017, 16:21
Balakar

Un gruñido es la respuesta que le dedico a la rara mirada que me dedica Asdra al preguntarle por su relación con el desconocido vagabundo que les ha interpelado hacia unos instantes. Tampoco me hace gracia la repentina prisa que parece tener todo el mundo porque nos reunamos en el emporio de Pateacaminos, asi que me acerqué a ellos, dejandole espacio a la elfa para terminar con sus asuntos.

- ¡Eh!- Respondo a Jake, que parece bastante molesto por el hecho de encontrarnos antes de lo previsto.- Que tampoco lo hemos hecho a proposito... Zafira todavía esta regateando como una verdulera, leñe.

Las buenas noticias estaban entremezcladas con las malas, en lo que parecia iba a ser la tónica de nuestras andanzas.

- Os he visto por casualidad...- Lo que es casi un milagro, teniendo en cuento el ajetreo de esta maldita avenida.- Y me ha dado la impresión de que habia algo entre vosotros... Aunque mis ojos no me sirven tan bien encima de la tierra como bajo ella.-  Añadí para Asdra, con una sonrisa desviada. Volví la vista hacia Jake, asintiendo.- Si, hemos informado.- Arrojé la bolsa que nos habia dado el sargento como pago por cumplir con nuestro deber civico a las manos de Asdra.- Un puñado de monedas para nosotros y un probable ascenso para cierto sargento de la guardia.

El susurro de Zafira acarició mis orejas como una brisa invernal en la boca de una mina.

- Nos vemos.- Respondí en voz baja, antes de hacer un gesto con la barbilla a mis compañeros en dirección a donde se suponía que nos dirigiamos.- Adelantaos. Yo me quedo en esa esquina... Vista vuestra reacción con los nativos, no me apetece que nadie moleste a nuestra curandera... A saber lo que quedaría del pobre desgraciado.- Rezongué, entre dientes.

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12/02/2017, 18:47
Asdra

Asdra se mostró conforme con Balakar. Mejor que protegiera a Zafira por lo que pudiera pasar. Ella por su parte volvió a la vera de Jake y se encaminó hacia el punto de reunión.

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12/02/2017, 21:01
Samsi

Cuando el explorador salió de nuevo al exterior fue consciente de algo más que del inmenso contraste que existía entre el oscuro y deprimente interior de Suministros del Pateacaminos y el ruidoso y rebosante de vida ambiente de las calles Venatus. Su montura y la de su compañera, ambas atadas al poste que databa de los días en que la tienda era una taberna de éxito, piafaban y relinchaban presas de la excitación. Los constantes cabeceos y los espesos y blancos espumarajos que caían de sus bocas no podían significar otra cosa que aquello que alteraba por igual a hombres y animales: el sexo femenino. Una mirada hacia su derecha le valió a Aldar para comprender que, dentro de la casa de postas que se alzaba a escasos metros de la tienda, debía haber alguna yegua en celo cuyo irresistible aroma había alcanzado las fosas nasales de ambas monturas. Aunque les comprendía enormemente, Aldar hubo de dejar a ambos animales padeciendo su particular calvario para centrarse en algo más necesario como era el examinar la destartalada fachada de la tienda.

Tras un leve estudio desde el otro lado de la calle el explorador llegó a la conclusión de que Bloermund no había invertido ni un cobre en modificar la distribución interior del edificio. Las cuatro ventanas que daban a la fachada, a poco más de diez pies de altura todas ellas, debían corresponderse con las habitaciones en las que antiguamente se habrían hospedado los viajeros que iban o venían de Argentea. Aldar, al no lograr divisar el mobiliario de éstas por quedar las ventanas bloqueadas por unas deslucidas cortinas que habían perdido su color original por la acción del sol, tuvo que asumir que como mucho serían cuatro las estancias que daban a aquel lado del edificio.

Viendo que poco más podía hacer desde allí, Aldar se adentró por el estrecho espacio que existía entre la casa de postas y la tienda de Bloermund con el fin de echar un vistazo a la parte posterior del edificio. Allí, en un espacio amplio y abierto dominado por el olor el olor a estiércol y a caballo, Aldar distinguió las huellas de rodaduras que identificaban aquel sitio como el lugar donde los carros se detenían para descargar sus cargamentos. Una yegua sin marcar mordisqueaba las briznas de hierba que creían a su alcance, el cual no era mucho dado que se encontraba atado a una anilla de metal clavada a la fachada de un cobertizo.

Es por ‘alante. - Escuchó decir a alguien. - La tienda, digo. Que s’entra por ‘alante. - Añadió a continuación.

Se trataba de un mozo de cuadras, joven, tan joven que no era más alto que la valla que delimitaba el corral de la casa de postas. Rastrillo en mano, había hecho un alto en la poco agradable tarea de limpiar de excrementos la explanada trasera. Al ver a Aldar allí, el muchacho seguramente había imaginado que éste buscaba la puerta de acceso al local.

El explorador, antes de que el muchacho lo sacase de sus pensamientos, había tenido tiempo para descubrir que, en efecto, existía otra puerta de acceso a la tienda. Ésta, al igual que la principal, era de madera y su estado, como no podía ser de otro modo, era lamentable. Hinchada y combada hasta el punto de que sobresalía del marco, ésta permanecía cerrada, supuso Aldar, por algún cerrojo dispuesto en el interior.

Como en la fachada delantera, la parte posterior del edificio también poseía cuatro ventanas en la planta superior. Aquí, al menos, el explorador pudo intuir la distribución de lo que veía gracias a la chimenea, que debía corresponderse por fuerza con la cocina. Unas platos apoyados contra los grasientos cristales confirmaron sus sospechas: la cocina ocupaba el espacio de dos de aquellas ventanas.

Las otras dos debían pertenecer a una habitación grande, seguramente la mejor habitación con la que contaba la taberna en sus días de bonanza. Esto lo confirmó Aldar gracias a que las cortinas, nuevas y del mismo color, se encontraban abiertas y no se distinguía medianil entre ambas.

Sobre unas cajas de madera medio carcomidas que habían sido apiladas contra la pared alguien había dejado una silla de montar junto con mantilla doblada.

Notas de juego

La estructura exterior de la tienda es de piedra, aunque las paredes del interior y los suelos son de madera.

Las ventanas de la planta superior están a 10' de altura. Están marcadas con líneas azules y las puertas con líneas rojas. El área de puntos crees que puede ser la distribución de la cocina. Las otras dos ventanas imaginas que debe ser una habitación solamente.

Puedes pinchar en el mapa por si necesitas hacerlo más grande.

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12/02/2017, 22:06
Balakar

Notas de juego

Según nuestro amable Dungeon Master, la bolsa que acabo de pasarte contiene 15 piezas de oro.

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12/02/2017, 23:29
Elmyra Hulmenar

No fue hasta que Aldar hubo dejado el local que Elmyra se decidió a acercarse al mostrador. Lo hizo de mala gana, con el ceño fruncido y a grandes zancadas, puede que alentada por la pregunta que Freya acababa de hacerle a su tío.

¿Con nosotros? - Aunque sabía que la pregunta no iba dirigida a ella, Elmyra tomó la iniciativa y no tardó ni un segundo en responder. - ¿Quién va a vivir aquí? No necesitamos a nadie. ¿Verdad tío? - Frente lanzó el pellejo chorreante de vino hacia Bloermund para después apartarlo a un lado sin demasiados miramientos pese a su condición de inválido. El hombre, lejos de protestar, se contentó con tener a su alcance la deseada bebida, la cual no tardó ni un pestañeo en llevársela a la boca. - Pero bueno, ya basta de hablar de nosotros. ¿Y vosotros?¿Qué sois, alguna clase de aventureros? - Preguntó con poco interés.

Como había imaginado Freya, sería la muchacha quien se encargaría de tasar las mercancías destinadas a la venta. Observaba con poco interés una espada larga, lanzando breves y suspicaces miradas desde abajo a la imponente mujer que se alzaba frente a ella. Su tío, ajeno más mental que físicamente de toda conversación, se relamía de gusto con los primeros tragos a la bebida carmesí, cada uno más generoso que el anterior.

Bueno...no parecen de mala calidad. Me parece que me quedaré con todo. - Observó pasando el dedo por el filo de la espada, la cual sujetaba con dificultad debido a su peso pero de una forma que daba a entender que no era la primera vez que lo hacía. - Os puedo dar unas treinta y cinco monedas de oro, me siento generosa. - La muchacha se cruzó de brazos y dedicó una sonrisa lobuna Freya. ¿Os hace? Puedo dároslas ahora mismo si queréis.

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12/02/2017, 23:35
Venatus

Dejaron a Balakar en la esquina donde se habían reunido con él y retomaron el paso hacia Suministros del Pateacaminos que no quedaba muy lejos del lugar donde instantes antes se habían topado con el extraño mendigo. A medida que ascendían por la vía, unos y otros se fueron dando cuenta de que la tranquilidad que allí se respiraba poco tenía que ver con el ajetreo de las calles que habían dejado atrás; de hecho si no hubiesen sido testigos de lo insistentes que podían llegar a ser los comerciantes locales uno hubiese pensado que no se encontraba en la misma Venatus.

Los lugareños que por allí caminaban o los pocos mercaderes que habían establecido pequeños puestos comerciales en las callejuelas que daban a la calle principal no dedicaron a los tres compañeros más que una breve mirada de curiosidad antes de volver satisfechos a sus quehaceres diarios sin más tardanza. Aquella familiaridad que los habitantes de Venatus habían desarrollado hacia los forasteros, por ser estos tan numerosos, parecía que podría jugar en favor de la compañía de aventureros, pues con tantos cientos de caras nuevas pasando por allí a diario, era pocos los que podrían recordarlos una vez pasasen un par de horas.

Suministros Pateacaminos se levantaba a un cuarto de milla de la entrada norte entre unas cuadras de alquiler y un taller textil de modestas dimensiones. La tienda no siempre había sido lo que era en la actualidad. Antiguamente, en los tiempos en que la antigua Calzada Real aún era transitada con asiduidad, había sido una famosa taberna cuyo nombre, «El Último Trago del Pateacaminos» era aún recordado por los más ancianos del lugar. Una vez Argentea fue abandonada por la caída del tráfico comercial con Noradian la taberna la acompañó en su triste final. Estando ya ésta en horas bajas y prácticamente abandonada, Bloermund vio en allí la oportunidad que estaba buscando y decidió que, después de haber tentado demasiado a la suerte en la a menudo corta vida de los aventureros, sería una sabia y barata inversión comprar el decadente local. Así lo hizo y, tras reformarlo de forma somera para adecuarlo a su nuevo y prometedor negocio, comenzó a vender todo aquello que los mercenarios que acompañaban a las carretas de mercaderes podían acabar necesitando en sus peligrosos viajes. Sin embargo, por lo que Asdra, Avlin y Jake veían a primera vista, el nuevo empresario no había dedicado a su propiedad todo el tiempo y dinero que ésta merecía, o al menos no había sido así en los últimos años dado el estado de su destartalada fachada: maderas combadas, postigos medio caídos y tejas partidas en su tejado eran pruebas inmediatas de la dejadez imperante en el negocio. ¡Si hasta el antiguo letrero había sido reaprovechado clavando una tabla con la palabra «Suministros» sobre el antiguo nombre!

Los caballos de Aldar y Freya se encontraban atados a unos postes frente a la puerta. Ambos piafaban y relinchaban presas de la excitación. Los constantes cabeceos y los espesos y blancos espumarajos que caían de sus bocas no podían significar otra cosa que aquello que alteraba por igual a hombres y animales: el sexo femenino. Sí, no era difícil imaginar que dentro de la casa de postas que se alzaba a escasos metros de la tienda debía haber alguna yegua en celo cuyo irresistible aroma había alcanzado las fosas nasales de ambas monturas.

Cuando los tres pasaban por la callejuela, un vistazo hacia la derecha les permitió reconocer a Aldar, que conversaba con alguien que se encontraba en lo que debía ser un corral en la parte trasera de la casa de postas.

Notas de juego

Veis a Aldar hablando con alguien, pero desde donde estáis no podéis ver quien es.

En caso de que vayáis a entrar en la tienda sólo avanzad hasta la puerta, que luego os seguiría describiendo.

Podéis ampliar el mapa pinchando en él si no sois capaces de leer algo.

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13/02/2017, 00:00
Venatus

Al poco de que Aldar prestase atención al mozo, el runrún lejano de una voz aguda que no descansaba ni para tomar aliento iba ganando en intensidad. Llegaba acompañada del sonido de los cascos de los caballos sobre el empedrado, por lo que el explorador pudo imaginarse quién era uno de los que se acercaba. Pronto, por el rabillo del ojo, Aldar acabó captando a tres de sus compañeros que llegaban por la calle principal llevando a sus monturas por las riendas.

Notas de juego

El mapa sólo muestra lo que pueden ver ellos desde su posición.

Para cuando ellos aparecen ha pasado un minuto y poco desde que te sorprendiese el niño. Si quieres puedes poner a parte las primeras partes de la conversación con él en caso de tenerla.

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13/02/2017, 00:26
Adivina

Con gusto recibiré tu valiosas plantas, hija de la tierra. - Fue lo primero que salió por la boca de la anciana una vez se hubo asegurado de que nadie reparaba en su conversación con la joven druida. La mujer aceptó con una sonrisa sincera las plantas que Zafira le cedía y asintió de forma pausada a sus peticiones.

Sí, no tendré problema en cambiar esto que me traes por algo que ha de serte más útil según lo que los hados que gobiernan tu destino han transmiten a través de tus manos.  - Zafira reparó en que la mujer, cuando tomaba con ambas manos las plantas destinadas a la venta, había sujetado también las manos de la elfa de forma intencionada, reteniéndolas con ella el tiempo suficiente como para que pudiese sentir más de lo que la druida había expresado con palabras hasta el momento.

¿Leer tu destino? - Preguntó con la mirada perdida en el pecho de Zafira. - Ciertamente podría. - Contestó - Pero, ¿quién soy yo para privarte a ti de la posibilidad de hacer algo por alterarlo?¿De quitarte la única oportunidad que tienes de cambiar lo que hasta ahora ha estado mal? - Su voz, aunque cálida y agradable al oído, sonó muy distante y enigmática para Zafira. - ¿Cómo podría sobrellevar yo la culpa por convertir en inalterable tu destino si te lo transmito? No, podría leerlo, pero no lo haré hija de Loltún. La responsabilidad que me pides es demasiada para poder asumirla. - Sentenció con los labios pálidos, como si se hubiese visto víctima de un terrible y helador viento helador.

Por un momento la joven druida vio preocupación en el ajado rostro de la adivina ahora que parecía haber abandonado el extraño trance en que se había sumido. Después de los segundos durante los cuales la Zafira le expresó de forma críptica sus preocupaciones, la mujer había recuperado por completo el color de la piel y sus labios volvían a mostrar el tono rojizo previo al momento en que se conocieron.

Son muchos hilos distintos los que quieres unir en el mismo ovillo Amaranta y no todos ellos del mismo color o grosor. - Comenzó diciendo. - Los hay muy delgados, poco importantes para el que observa distraído, pero imprescindibles para el que quiere hacer lo correcto. - Observó con el ceño fruncido el vial con la pata del cuervo zombie antes de guardarla bajo su regazo. Respiró profundamente y Zafira logró captar un leve temblor en las manos de la mujer.

No has de mirar hacia atrás Amaranta, pues lo que os persigue es el miedo y éste poco puede hacer si sois precavidos. Es al frente donde debes prestar atención, pues es allí donde mora el mayor de los peligros al que nos enfrentamos. Ahora nuestros enemigos están desunidos y es tu obligación el conseguir que sigan así hasta que estemos preparados para el golpe final. - Sonrió. - Aún eres es pronto para saberlo pero, cuando la puerta de los tres orbes se abra y aquel que carece de nombre fije la vista sobre ti y los tuyos, lo más probable es que no tengamos mucho tiempo para lanzar nuestro ataque. Habéis de ser rápidos una vez localicéis aquello hacia lo que te diriges Zafira, sea lo que sea. Será entonces cuando tendréis que acelerar vuestro paso...

Mientras la mujer soltaba toda aquella clase de frases que en un primer momento parecían inconexas y carentes de sentido, ésta había ido rebuscando en el pequeño mostrador tras el que se hallaba una serie de pergaminos; dos, para ser exactos. Se los tendió a la joven.

Sé que harás buen uso de ellos, hija mía.  - Dijo levantando la vista hasta los profundos ojos de la elfa. - Sé que lo harás. Ahora, ve y ata los hilos que unen tus sospechas con la realidad. 

Notas de juego

La mujer te da dos pergaminos de curar heridas leves de nivel de lanzador 3. Cada uno cura 1d8+3 pg.

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13/02/2017, 01:15
Venatus

Balakar dejó que sus compañeros retomasen su camino calle arriba en dirección a la tienda de suministros que les había aconsejado Corum y se dedicó a observar a Zafira. No le hizo falta moverse de donde estaba, desde aquella esquina tenía una excelente visión tanto de los que se alejaban como de la druida, que llevaba ya un buen rato hablando con una anciana que regentaba un diminuto tenderete entre dos grandes puestos de venta de hortalizas. Aunque no podía escucharlas, hubiese pagado con gusto el poder escuchar lo que hablaban; y es que desde que se toparan con Jake y los suyos, la druida y lo que parecía ser alguna suerte de adivina no habían cesado de conversar la una 

No fue hasta que hubieron pasado unos minutos que el enano, intrigado, se echó a un lado para disponer de una mejor visión del puesto en el que se encontraba Zafira. Sólo en aquel momento le pareció distinguir a éste cómo la mujer intercambiaba con la joven elfa una serie de pergaminos.

Para aquellos entonces, Asdra, Avlin y Jake ya se habían convertido en tres diminutos putos casi imperceptibles por la distancia y la multitud que iba y venía por la transitada calle. Como Balakar vio que se detenían frente a un edificio, el enano imaginó que se trataría de Suministros del Pateacaminos.

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13/02/2017, 08:08
Zafira 'Ithildin
Sólo para el director

 

Muchas gracias señora.  Le hizo una reverencia, con cortesía y calidez.  Así haré con los hilos, mantenerlos separados para poder cortarlos mejor cuando llegue el tiempo de tejer una nueva tela.  

Y claro, miraré con fuerza adelante, y mandaré aviso a casa tan pronto tenga noticias.  Gracias por su sabio consejo.  Que estas plantas fortalezcan a su vez el quehacer de su cuerpo entero. 

Se despidió como cualquier clienta a la que le acaban de leer la fortuna, y se encaminó a Pateacaminos después de lanzar una rápida mirada a Balakar indicándole que tenía lo que buscaba. 

 

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13/02/2017, 08:13
Zafira 'Ithildin

 

Lista Balakar, vamos.  Le indicó al ponerse junto a él casual en el camino. Hice buen trueque con esa señora, unas hierbas y algunas pociones por este par de pergaminos de curación.  

Yo los puedo leer en caso de urgencia; claro que siempre prefiero que se queden sin usar, eh.  -dijo, mostrando un poco de aprensión pero recomponiéndose rápidamente tras un oteo simbólico al horizonte.  

Vamos.

 

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13/02/2017, 09:41
Aldar
Sólo para el director

En mi inspección del terreno, siendo ese un territorio ajeno a mi experiencia, el urbano, rodeé el edificio buscando observar el lateral y la parte trasera. Eso me llevó a través de un callejón hasta un suelo terroso donde las marcas de los carromatos evidenciaban el tránsito de mercancías. La voz del mozo de la casa de postas me sorprendió, quizás precisamente porque los sonidos de la ciudad me confundían con frecuencia. En los bosques todo sonido que se saliera de lo habitual me alertaba, pero en la ciudad... todo se salía de lo habitual, para mí.

Nah, tranquilo, chico... -Le dije con aparente desgana, acercándome a la valla que limitaba su zona de trabajo, esa en que se afanaba por limpiar excrementos de los animales- La jefa se encarga de eso, yo sólo estoy haciendo tiempo porque, por lo visto, le estorbo. -Le expliqué, justo antes de apoyarme en la valla con un codo, subiendo un pie al primer tablón horizontal de la misma en una postura relajada- Mujeres... -Mascullé alzando la mirada al cielo, resoplando con un gesto divertido- Menudo curro tienes, chico, debes de pasar mucho tiempo aquí afuera si tienes que hacer esto a menudo... -Comenté señalando el suelo lleno de moñigas, ya que comenzaba a intentar encauzar la conversación en una dirección concreta. Desvié la mirada hacia el edificio otra vez, fijándome en la yegua y en la silla de montar, y recordando el gesto de Freya. Alcé la mirada a las ventanas de la planta superior, y volví a mirar aquella silla. No tenía pinta de pertenecer a la criaja, y estaba seguro de que Bloermund llevaba muchísimo tiempo sin montar un caballo, de modo que ¿a quién pertenecía aquella montura? ¿Quién estaba arriba, con la chica? ¿Y qué relación tendría, si es que la tenía, con lo que le estaba sucediendo al viejo?- Oye, chico, ¿sabes hay mucho tránsito de cargamentos en Suministros del Pateacaminos? Un colega me dijo que era un buen negocio, pero el material que he visto dentro parece viejo y mal cuidado... -Pregunté, tratando de aparentar que me movía más la curiosidad que el verdadero interés. Sin embargo, en ese instante tuve que desviar la mirada hacia el callejón que había cruzado para llegar hasta allí, viendo cómo el sonido ya me había advertido de lo inevitable, la llegada del gnomo y sus acompañantes...

Tan sólo esperaba poder evitar que interrumpieran lo que tenía entre manos.

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13/02/2017, 10:01
Aldar

Apoyado como estaba en la valla de la casa de postas, en la parte trasera tanto de ese negocio como de Suministros del Pateacaminos, el oído ya me había advertido de la voz de Avlin acercándose, lo que unido al sonido de varios cascos sobre el empedrado indicaba que eran varios los compañeros que acudían a la cita. ¿Ya? Se habían dado prisa, desde luego... ¿Estarían todos? No, en seguida pude ver a través del estrecho callejón que se trataba únicamente de Avlin, Asdra y Sully. Balakar y Zafira seguirían ocupados aún.

Maldije para mis adentros al darme cuenta de que me habían visto. Que se acercasen en ese preciso momento podía echar a perder lo que trataba de hacer, por lo que me apresuré a hacerles un gesto con la cabeza en cuanto mi mirada se cruzó con las suyas, señalando el edificio donde se encontraba el negocio. Esperaba que comprendieran que les instaba a entrar en lugar de venir a donde yo me encontraba. Estaba casi convencido de que Asdra lo entendería, y que Jake ni siquiera tendría intención de acercarse a mí en cualquier caso si podía evitarlo, pero no me fiaba un pelo de los impulsos irreflexivos del gnomo.

Aún así, traté de confiar en que la suerte acompañase, y devolví toda mi atención al mozo de la casa de postas, esperando lograr soltarle la lengua acerca de lo que le había preguntado... y sobre el otro asunto que me tenía intrigado.

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13/02/2017, 13:36
Asdra

No tardaron demasiado en llegar a Suministros del Pateacaminos lo cual era bueno. Aún tenían que recoger el dinero que pudieran darles allí para luego regresar y Asdra estaba inquieta después del incidente vivido. Cuanto antes partieran mejor. Al llegar vieron que Aldar hablaba con alguien en un callejón. Recordando justamente lo que había pasado de camino con Balakar, Asdra temió que el gnomo montara allí mismo un espectáculo de efusivo reencuentro entre camaradas. No le parecía tan grave como en medio de la calle pues ya habían llegado al punto de encuentro pero sería mejor pasar desapercibidos.

- Entremos cuanto antes.- Dijo a sus dos acompañantes al cruzar la mirada con Aldar. El caballo de Freya estaba también ahí así que esperaba encontrarla en el interior de la tienda. Había atado bien fuerte a su cinturón la bolsita con la recompensa que Balakar había obtenido, junto con Zafira, de las autoridades.

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13/02/2017, 22:35
Avlin Tuercegris

Avlin caminaba alegremente entre las casas, cada vez más separadas y cada vez más desvencijadas conforme iban alejándose del centro de Venatus. El gnomo narraba con entusiasmo aquella ocasión en la que había sobrevivido a un ataque nocturno de salteadores de caminos, cuando observó como la mirada de Asdra se elevaba por encima de su posición para ver algo a lo lejos, entre los restos de unos viejos edificios de madera.

La sonrisa del hombrecillo fue amplia y sincera e iba a levantar la mano y a saludar con presteza cuando sintió una mano que le golpeaba en el cuello.

- Ouch.

Jake O'Sullivan "Sully"- Mantén la boca cerrada, gnomo- le espetó Jake- y haz caso a Asdra.

El gnomo se frotaba la nuca con cara circunspecta mientras los pasos rítmicos de los animales les llevaban hacia la entrada de Suministros Pateacaminos.

Dolido en su orgullo, el gnomo dirigió su mirada al desvencijado cartel, que no estaba en mejor estado que el resto del parcheado local. Esperaba que los suministros estuvieron mejor cuidados que el propio negocio que los vendía.

Notas de juego

Me he tomado la libertad de usar a Jake para que el gnomo no meta la pata de la forma habitual :-p