Partida Rol por web

El lamento de los Primeros

Capítulo 1 - El artista

Cargando editor
15/12/2019, 22:15
Ruru Sauceviejo

- Mediocres...- Repitió aquella palabra en un susurro. - Siempre que alguien pronuncia esa palabra, recuerdo a ese fantástico arcano. Un mago que posee una torre con miles de puertas que le conducen a tan diversos lugares. - Se rascó la cabeza y esbozó una sonrisa. - Su nombre no le hace justicia la verdad. Mediocrus el mago. Y el apellido... - Bufó. - Mediocrus Pésimus. ¡Hay que ver!

Fuera como fuera, aquel inciso que nada tenía que ver con el tema que estaba tratando, sirvió para rebajar un tanto la tensión. Ruru seguía creyendo que aquellas personas ocultaban más de lo que decían saber. El motivo, no podía saberlo.

​​​- ¿Vamos ya a su taller? - Les insistió, dado que parecía que conocían tan poco a su patrón que él mismo. - Quizás allí encontremos información útil para la investigación...

- Tiradas (1)
Cargando editor
16/12/2019, 17:51
Ekarion

Ekarion asintió al escuchar a Tass - Si Martha está en la torre entonces estará bien cuidada, y si Samuel está allí dudo que se haya quedado con Martha más de lo necesario, al menos sé donde encontrarlo. 

La pregunta de Tass a la sacerdotisa lo sorprendió en cierta forma, la nigromancia era una disciplina arcana prohibida y nunca había conocido a conjuradores divinos que admitieran usarla. Pero lo cierto era que no había tratado con muchos sacerdotes, los de la Tríada tendían a ignorarlo por su raza y los de los Primeor escaseaban. Sin embargo le agradó la respuesta de Minvant, demostraba un respeto por los muertos que quizá este en particilar no se merecía. - A mi me gustaría que me contara para qué le arrancó escamas del brazo a mi hermana, le dijo que si se portaba bien pintaria cosas bonitas con ella... no dijo para ella, ni sobre ella, y sé que ella no pinta... y hasta donde sé nuestras escamas no son componentes de pinturas conocidas. - se encogió de hombros - Espero que encuentren sus notas...

El dragón pronunció unas palabras en dracónico y movió la mano sobre el frasco de pintura, y estudió el resultado con ojo crítico. - La pintura no es venenosa, podeis tocarla sin temor a morir... al menos no por veneno, no puedo responder por lo que os hará quien tenga que limpiar las manchas de vuestra ropa. 

Mientras esperaba que los guardias despejasen el área de escombros y recuperasen el cuerpo Ekarion se concentró en la pintura, todo artista dejaba su rúbrica, por lo general la firma era evidente pero a veces el artista no deseaba ser reconocido inmediatamente. Aún en esos casos el ego solía ser lo suficientemente grande como para que dejaran algun rasgo característico o escondida en algún trazo o texto. Ekarion no esperaba identificar la firma en sí, pero si ubicar áreas características que pudieran ocultarlas, segúramente tendría mas posibilidades de éxito si la comparase con la otra pintura, la de la cabaña de la que había hablado Ruru, pero estudiarla ahora le permitiría reconocer patrones y pinceladas más adelante. Sólo esperaba que la firma no hubiera estado en uno de los pulpos. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Lanzo Detectar Veneno sobre el frasquito con la pintura.

Estudio el cuadro con Artesanía (dibujo) para ver si encuentro la firma. 24 

Doy por asumido que no escucho nada del interrogatorio, si no es así avísame.

 

Cargando editor
17/12/2019, 11:38
Tassabra

Tassabra tensó la mandíbula cuando la sirvienta habló de Martha, y de cómo había pasado la noche con él. Ya se había formado en su cabeza la idea de que tenía una aventura con el pintor. Oírlo confirmado no le gustó, aunque tampoco sabía por qué debía Martha importarle un ardite su opinión. Ya era mayor para que hiciera lo que quisiera, aunque el hecho de que Frescobaldi hubiera quedado reducido a un montón de pulpa sanguinolenta aplicaba un matiz de complicación a todo aquel asunto. No sólo había estado a punto de morir en los tentáculos de aquella criatura: había visto como despedazaban el cuerpo de su amante delante de sus ojos. Había visto buenos soldados y guardias traumatizarse por eventos menos fuertes del que había vivido su hijastra.

Tassabra salió de su ataque de introspección, interrumpiendo ese cauce de pensamientos que en ese instante no llevaba a ninguna parte. Hizo un gesto a Ruru para que se detuviera.

—Sí, un momento. ¿Conocías o podrías describir a la persona que entregó el cuadro?

Cargando editor
17/12/2019, 20:12
Narrador

Aquellas gentes no mentían, no parecían querer ocultar nada más allá del escarceo que el pintor había tenido con la hija de Tassabra. Habían dicho que había pasado la noche allí, el ama de llaves estaba siendo totalmente sincera al respecto, incluso sin saber que estaba hablando con la madre de la susodicha. La doncella más joven estaba devastada por las lágrimas, el lacayo estaba pálido y el mayordomo que había reconocido el cuerpo estaba bastante serio. En realidad, estaban por un lado angustiados por el destino de su señor y por otro, asustados ante la perspectiva de haberse quedado sin un amo al que servir, es decir, sin trabajo. 

-Dile como era esa persona, Nino -instó el ama de llaves-. Tú fuiste quien abrió la puerta, ¿verdad? 

Otro joven con librea se adelantó y movió la cabeza de forma afirmativa, pero sin mirar a Tassabra a los ojos a pesar de que el muchacho medía una cabeza más que ella. 

-Pues... era joven, ¿sabe? Bueno, no estoy seguro, su cara era bastante joven. Era moreno, no, no, era rubio... 

-Nino, céntrate -amonestó la mujer cuando el chico dudó entre moreno, castaño y otra gama de colores de pelo. 

-Lo tenía así -dijo moviendo las manos sobre su cabeza para decir que tenía el cabello como largo y liso, o eso daba a entender con sus gestos, pero tampoco estaba muy claro-. Llevaba el cuadro debajo del brazo, dijo que era regalo de un admirador, me lo dio y se fue. Iba muy bien vestido. No, no, no me refiero a que fuese aristócrata y vistiera bien, es que... bueno, mi madre es costurera y sé diferenciar una buena tela de la que no. Ese tipo iba elegante, muy elegante, pero no era noble... Uno distingue al que es noble del que no, ¿sabe? Ese hombre vestía bien como para ser un repartidor o alguien del servicio... 

Notas de juego

Tassa, tira Saber local 

Cargando editor
17/12/2019, 20:28
Minvant

-¿Hizo eso? -preguntó Minvant poniéndose muy seria-. En ese caso sería interesante ir a su taller o si dispone de un lugar de trabajo en esta casa, revisarlo de arriba abajo. 

Pero la sacerdotisa no hizo nada, a fin de cuentas su trabajo era ayudar con los heridos y los fallecidos, no entrar en una investigación en la que no tenía competencia. A menos, claro, que alguien le diera permiso para ello. Sin embargo, miró a dos guardias que estaban allí plantados sin hacer nada. Uno de ellos la miró desafiante y el otro fue a buscar a Tassabra para pedirle permiso para ir a investigar el taller. La Cazadora lo fulminó con la mirada y el soldado lo tomó como un sí. 

Cargando editor
17/12/2019, 20:32
Narrador

El cuadro era excelente, la técnica bastante buena, sin embargo, aunque la pintura tenía mucha fuerza visual... en cierto modo, era demasiado clásico. Para un ojo inexperto podía pasar como una pintura extraordinaria, pero a Ekarion la pintura no le decía nada más, excepto una cosa. Allí había magia. No se trataba de que del cuadro manase magia a raudales sino que la mano del artista no era la de uno cualquiera. No había firma, pero no hacía falta: el cuadro había sido pintado por un mago y por una persona aficionada al arte y a la pintura. Los colores eran correctos, pero solo eran eso, colores correctos.

El lienzo tenía el fondo pintado, la ausencia de las criaturas en el dibujo no era visible a menos que alguien se detuviera a mirar las incongruencias, de lejos en verdad parecía un barco tocado por una tormenta. El método empleado solo podía parecerse a la escritura arcana sobre pergaminos, firmemente estructurada, como la red tejida de un conjuro. Uno podía realizar tal o cual gesto, podía decir tal o cual palabra de otra manera, pero siempre, siempre había un patrón. Y en ese cuadro había un patrón. 

Cargando editor
18/12/2019, 04:36
Ekarion

Ekarion tomó una hoja de pergamino de su morral y con una carbonilla copio las bases del patrón, sabía perfectamente que no debía copiarlo completo, si bien las posibilidades de conjurar un hechizo ajeno eran ínfimas, sobre todo con uno tan complejo como lo era este cuadro, siempre existía la posibilidad de que su sangre jugase una mala pasada. El ejercicio le serviría para reconocer el patrón en otras obras, quizá incluso en la forma de conjurar de otro mago. 

Mientras dibujaba estudiaba el patrón, intentando reconocer los elementos del conjuro y sus componentes, mientras lo hacía respondió distraídamente a Minvant - El taller está en la zona artística, pero allí es donde enseña a sus alumnos y dudo que tenga algo de valor real. Si Frescobaldi era un verdadero artista tendrá su propio atelier en éste edificio, y es aquí donde guardaría sus proyectos más preciados. Cuando termine con el cuadro iré a buscarlo, puedes acompañarme si así lo deseas. 

- Tiradas (2)

Notas de juego

La primer tirada es de artesanía dibujo

Cargando editor
18/12/2019, 17:16
Ruru Sauceviejo

Si, será mejor revisar por completo el edificio antes de ir a su taller. - Le dijo el enano a Ekarion. - Las principales pruebas deben de estar aquí, al menos las que pueden destruirse o contaminarse más fácilmente. - Hizo una breve pausa. - Tú ves pintando, que nosotros vamos a echarle una ojeada a la casa. - Se dirigió entonces al mayordomo. - ¿Tenía su señor un despacho o un "artelier", o cómo se diga, en este edificio? - Esperó la respuesta, pero fuera como fuera iba a empezar a buscar en todo recoveco existente en aquel edificio hasta sacar algo en claro o tener por seguro que no había nada que rascar.

Cargando editor
20/12/2019, 18:47
Tassabra

Tassabra reconoció la descripción que le dio Nino, se trataba de un ratero e informador que siempre se vestía de forma elegante para sus canalladas. Quien fuera que estaba detrás de aquello habría contratado al chico para llevar el cuadro al estudio de Frescobaldi. Era probable que el chico no tuviera ni idea de quién estaba realmente detrás, pero Tassabra nunca dejaba cabos sueltos.

Le indicó al guardia más cercano que quería que encontraran al chico que acababa de describir el sirviente. Antes de acompañar a Ruru al estudio de Frescobaldi le dijo a Nino:

—Nino, ¿dónde vas a estar los próximos días? Me gustaría que me ayudaras a identificar al repartidor si damos con él.

- Tiradas (1)
Cargando editor
23/12/2019, 07:20
Narrador

El sirviente abrió la boca para responder, pero entonces se dio cuenta de algo y bajó la cabeza, avergonzado. Se había quedado sin trabajo, su señor había muerto.

-Supongo que volveré con mi madre -comentó rascándose la cabeza-. Hasta que encuentre otro trabajo. Trabaja para el señor Lorenzus Archerus, pueden preguntar por su taller en el barrio.

Miró al resto de los sirvientes, que presentaron todos la misma cara de angustia al saber que tendrían que buscar un nuevo trabajo.

Cargando editor
23/12/2019, 12:32
Narrador

Angelo Frescobaldi era un artista y un maestro de la pintura, crítico de arte y coleccionista. Y su taller privado estaba fuera de la mansión, en la parte trasera, escondido en el jardín trasero rodeado de árboles. El ama de llaves condujo a Tassabra y a los demás hacia allí, dudó unos segundos antes de abrir la puerta, pero finalmente decidió que, fuese lo que fuese lo que el señor guardaba allí, los sirvientes no podían impedir que la guardia investigara sobre ello.

-El señor tiene una hermana -comentó la mujer, cogiéndose las manos delante. Suspiró-. Alguien tendrá que decirle que ha muerto. Se llama Trebellia Frescobaldi, vive... bueno, no sabemos donde vive ahora concretamente. Es artista, como el señor, pero no compartía las mismas aficiones ni estaba interesada en la academia. Hace unos cuantos meses que no la vemos, pero lo más probable es que la encuentre en ese lugar al que llaman Row. Le interesa, uhm, todo lo relacionado con no humanos.

La frase quedó muy ambigua y en cualquier caso, su opinión carecía de total importancia. El taller no estaba cerrado con llave, era una construcción de madera, bastante grande, con un espacio en un lateral despejado de plantas en el que había un caballete con una pintura a medio realizar y que quedaría sin finalizar, pues su artista estaba muerto. En el interior del taller había dos bancos de madera repletos de herramientas para mezclar pinturas, estantes con tarros, pinceles y espátulas de todos los tamaños, lienzos amontonados y en el ambiente flotaba un fuerte olor a disolvente y pintura, que no muchos estaban acostumbrados a respirar. Había óleos, pinturas, carboncillos, lápices de colores, acuarelas, toda clase de ingredientes y polvos, trapos manchados de pintura, botes con pintura reseca, plantas, hierbas secas, pigmentos macerando en viales. Podía haber sido el estudio de un mago y no el de un artista, pero a fin de cuentas, todo parecía en su lugar.

En un estante apartado de los demás, los ingredientes estaban dentro de botes de mejor calidad, en pequeños viales de cristal cuyo contenido era poco común y otros estaban envueltos en paños. Ekarion dirigió su vista hacia allí y encontró lo que había ido a buscar envuelto en un trozo de tela blanca: pequeñas escamas rojizas de unos pocos centímetros, hasta una docena.

 

Cargando editor
23/12/2019, 16:03
Ekarion

Ekarion estudiaba la planta del atelier en busca de alguna anomalía que pudiera esconder un cuarto secreto cuando la mujer que los había guiado terminó su introducción. En ese momento vió la estantería con los ingredientes y por un momento todo se detuvo, tomó una de las escamas rojas y la estudió con detenimiento, comparando su dureza con las propias y analizando la morfología. Definitivamente eran escamas de dragón, y tenían el mismo color y morfología que las de Alea, podían ser las escamas del antebrazo de su hermana o de otra dragona roja.

Frunció el ceño y envolvió las escamas en la tela, dejándolas por el momento en la estantería. Estudió las técnicas de Frescobaldi para convertir los materiales en pigmentos, y estos en pinturas, y no encontró nada extraño en principio. Deseó haber memorizado más conjuros para detectar magia, pero todo indicaba que no podría investigar el lugar adecuadamente hasta el día siguiente o hasta que consiguiera un par de pergaminos.

Estudió las pinturas, aprendiendo a reconocer el estilo de Frescobaldi, y reconociendo a un tiempo que había cuadros de otros artistas, la mayoría inconclusos, probablemente obra de sus alumnos. De hecho un par de los cuadros finalizados que no le pertenecían tenían la firma de Martha - Estos los hizo tu hija - le dijo a Tass mientras se los señalaba. Las escenas pintadas por Frescobaldi eran en su mayoría paisajes de la ciudad Imperial, aunque también había retratos de nobles. El estilo era clásico y definitivamente no era el pintor de las obras vivas.

Cuando hubo terminado de recorrer el taller observó las paredes y el suelo, no parecía posible que hubiera un sótano o escndites secretos, pero cuando había dinero se conseguían cosas maravilosas. Se paró en el centro de la habitación y sacó un pergamino de su morral y conjuró las palabras del mismo, mientras se deshacía pudo sentir cómo sus sentidos buscaban revelar todos los escondites secretos que Frescobaldi hubiera puesto en su taller. Tras haber recorrido toda la estancia un par de veces con la mirada terminó por rendirse ante lo evidente. - No hay compartimientos ocultos ni cuartos secretos. - dijo a sus compañeros.

Luego se acercó nuevamente a la estantería de los ingredientes raros y los guardó todos en su morral, incluidas las escamas de Alea. - Luego os confirmaré si hay algo de origen mágico, o que pueda ser usado para algo más que pigmentos. Por favor, hacedme saber si encontráis notas de Frescobaldi acerca de sus experimentos con pigmentos. 

 

Cargando editor
24/12/2019, 10:06
Ruru Sauceviejo

¿El Row? - Preguntó el enano. - ¿Qué es eso? ¿Un lugar? ¿Un barrio, un establecimiento?

 Ruru sabía más bien poco de la ciudad. No le gustaba ir allí. Ya lo había dicho en más de una ocasión y sobre todo si tenía que ir con Señor Pinckel. Siempre que llevaba a su osa a la ciudad, algo le pasaba y siempre acababa pasando al menos una vez por una jaula. Era despistarse y ya no estaba. Por lo tanto, no tenía ni la más remota idea de que era el Row. Por otra parte, era cierto que quizás fuera importante ir a ver a la hermana de Frescobaldi, que por cierto tenía un nombre muy bonito. La abuela de Ruru también se llamba Trebellia.

- Tiradas (1)

Notas de juego

He tirado aqui el buscar, pero lo uso en el taller de Frescobaldi.

Cargando editor
24/12/2019, 10:10
Ruru Sauceviejo

Ruru se puso a buscar por el taller como lo estaba haciendo el resto. No sabía muy bien que era lo que estaba buscando o lo que pretendía encontrar, pero desde luego que tenía que ser algo que no encajara en aquel lugar. Luego Ekarion les recordó a todos que era mago y que podía detectar magia. Lo que no sabía Ekarion era que él era druida y que también podía hacerlo.

Yo me encargo... - Le dijo a Ekarion. 

Se concentró y colocó las manos abiertas por delante de su mirada tratando de percibir las auras de todo lo que allí se encontraba, por tal de determinar si alguna de ellas portaba los componentes esenciales de la magia. 

Notas de juego

Lanzo detectar magia.

Cargando editor
26/12/2019, 11:37
Tassabra

Tassabra no podía chasquear los dedos y detectar magia, ni tampoco puertas secretas. No era una druida, ni una maga. Era una guerrera, sabía blandir un trozo de acero afilado con cierta mañana, y aguantaba de pie cuando le partían la cara. También había sido capitana de la guardia durante muchos años, y su instinto le decía cuando no había más que rascar en la escena de un crimen: y éste era uno de esos momentos.

Dejó a Ruru y Ekarion hacer sus cosas, mientras ella fingía interés. Al fin y al cabo, el dragón estaba en esto por algo personal, para investigar por qué Frescobaldi había extraído las escamas de su hermana convalenciente, y allí las había encontrado.

Para Tassabra estaba claro. El siguiente paso de la investigación pasaba por seguir hablando con gente: con Martha (que había presenciado el ataque), con la hermana de Frescobaldi (por si tenía alguna idea de quién podría querer matar a su hermano) y con el muchacho que trajo el cuadro (por si sabía algo del hombre que le había pagado por llevar el mortífero cuadro).

Cargando editor
26/12/2019, 13:32
Ekarion

Una vez Ekarion terminó de buscar evidencia física, buscó al ama de llaves que los había llevado hasta allí. - Disculpe, ¿hay algún retrato de la Señorita Trebellia en la casa? - preguntó dedicándole la mejor de sus sonrisas.

- Hay uno aquí en el taller - dijo la mujer con evidente tristeza mientras levantaba un paño bajo el cual se encontraba un cuadro que miraba a la pared.

El retrato representaba una mujer guapa, de cabellos rubios, que le sonreía abiertamente al pintor, Angelo. Era evidente para Ekarion que cuando la pintura fue hecha la relación entre los hermanos había sido buena. Sin embargo, la forma en la que éste había sido guardado, protegido y oculto a un tiempo, le hablaban de un extrañamiento entre los hermanos. La tristeza de la mujer al revelar el cuadro le decía que el asunto había afectado a toda la casa, y que no había sido resuelto.

Estaba casi seguro de la respuesta que recibiría a su siguiente pregunta, pero debía hacerla. - ¿Quien en la casa la conocía más y podría contarnos algunas cosas sobre ella? - preguntó respetuosamente.

La mujer lo miró casi horrorizada - Esas cosas no se cuentan, lo que haga la Señorita es cosa de ella, nostros servirnos al Señor - fue su ardiente respuesta.

Ekarion negó con la cabeza y puso las manos delante suyo - Oh no, No me refiero a cosas íntimas, quisiera saber que tipo de arte hacía, y a que se refería cuando dijo que tenía intereses diferentes a los de su hermano. 

El ama de llaves lo fulminó con la mirada y respondió ofendida - No se que tipo de Arte hace la Señorita, y no me corresponde revelar asuntos de la familia. 

El dragón retrocedió con el rostro encendido por la vergüenza, su falta de etiqueta no le había resultado evidente hasta que fue demasiado tarde - Mil disculpas - dijo sinceramente - no insistiré.

Miró a Tass claramente nervioso, ya le había dicho alguna vez que dejase las preguntas a quien pudiera hacerlas con tacto, o al menos avalado por una autoridad que no permitiera que el interrogado se pusiera a la defensiva. - Cap... Tassabra, creo que he terminado aquí - dijo revisando rápidamente la biblioteca en busca de notas o de un diario - Supongo que querrá hablar con Martha, o con la señorita Trebellia, alguien debe comunicarle las malas nuevas. Te espero fuera para ir donde tu digas.  

Cargando editor
27/12/2019, 09:22
Ruru Sauceviejo

- Deberían ustedes colaborar. - Le dijo el enano. - Somos representantes de la ley y estamos tratando de ayudar a la resolución del asunto. - Ruru parecía enfadado, aunque su tono de voz no se mostraba demasiado alto. - Hay otros casos que podrían estar relacionados con éste. Si nos mienten o no nos cuentan todo lo que saben, podrían ser acusados de obstrucción a la justicia y ser encausados. Pero lo más grave, es que puede que éste no sea el último caso y puede que muera más gente. - Hizo una breve pausa, para dar algo más de dramatismo al asunto. - ¿No se sentirían responsables, si sabiendo que podrían haber aportado algo más de lo que han aportado, muere alguien habiéndose podido evitar? - Y allí lo dejó esperando una reacción por su parte.

Cargando editor
30/12/2019, 09:10
Director

Tras una exhaustiva búsqueda en el taller, no sé encontró ninguna entrada secreta y el único objeto mágico que Ruru detectó fue un juego de pinceles que podía flotar en el aire y pintar a deseo del que lo manejara. Si Frescobaldi lo usaba para pintar con más comodidad, para mezclar sin manchar el resto de sus brochas o para limpiar las repisas de la ventana, no lo podían saber y con aquel descubrimiento concluía, presuntamente, la investigación sobre el lugar de trabajo del pintor.

Tampoco dieron con un diario, más allá de cuadernos con dibujos e ilustraciones que eran más bien bocetos y anotaciones, además de ensayos un tanto complejos acerca de la composición pictórica de paisajes en una zona urbana. Encontraron documentación sobre sus estudios de pigmentación, Ekarion pidió revisarlo, pero debía ser en otro momento pues la investigación debía continuar y en otro lugar.

Aunque Ruru intentó que el servicio hablara, no lo hicieron, pues nada más tenían que decir. La hermana de Frescobaldi era también retratista, pero no dieron más información de utilidad. Los secretos que ella tuviera no eran conocidos por los miembros del servicio, por lo que poco iban a revelar. Lo más probable es que si seguían apretando las tuercas, los criados acabarían contando cosas que no eran ciertas solo para complacerlos y tendrían que desbrozar las mentiras para dar con la verdad. También ayudó el hecho de que Tassabra decidiera regresar al salón, sabiendo que nada más se podía sacar de allí.

Cuando regresaron a la mansión, la sacerdotisa se había acercado a Señor Pinckles mientras esperaba el regreso de los investigadores. Miró a Tassabra, preguntando si era necesaria su ayuda o ésta había concluido. La osa parecía muy desanimada, aunque aparentemente estable. 

Cargando editor
30/12/2019, 14:47
Ruru Sauceviejo

¿Cómo está Señor Pinckels? - Le preguntó el enano a la sanadora. - ¿Has podido neutralizar ese veneno?

De ser así entendía que su osa tendría hambre, estaría cansada o simplemente querría marcharse de esa horrible ciudad. Él también quería regresar al bosque, aunque de momento, no podía hacerlo. Fuera como fuera, Ruru se acercó a su osa y la examinó. Quería saber que le pasaba, porque estaba así de desanimada. Para aquel enano, Señor Pinckles era como una hija y se preocupaba por ella. 

¿Qué tienes, guapa? - Le preguntó. - También quiero ir a casa. Ahora buscaremos comida. ¿Vale? - Le acarició el lomo y la cara, para acabar plantándole un beso en un lateral del morro.

¿Dónde vamos ahora? - Le preguntó a Tassabra. - Si ella está bien... - Dijo en referencia a su osa. - ...podemos partir de inmediato. Si hay que tratar el veneno, tendré que irme con ella... - Miró entonces a la sacerdotisa. Ella tenía la clave.

 

- Tiradas (2)
Cargando editor
02/01/2020, 12:57
Tassabra

Tassabra empezó a soltar órdenes en cuanto Ruru le pidió su opinión. La costumbre.

Ruru, tú irás a los cuarteles a comprobar si ya han dado con el chico que trajo el cuadro asesino a la casa de Frescobaldi para interrogarlo. Ekarion, vé a hablar con la hermana de Frescobaldi —Indicó a sus dos acompañantes —. Yo iré a ver si Martha está bien y recuerda algo del asalto que pueda servir de ayuda en la investigación. Minvant, tú vendrás conmigo.

Miró a todos los presentes para ver si alguien tenía alguna objeción. Al fin y al cabo eran de su mismo rango.

Nos reuniremos en los cuarteles para poner en común la información que hayamos recabado —Dijo después.