Partida Rol por web

Tenía grabado las inscripciones de la pared. Por desgracia Erick no podía descifrarlo, aunque seguramente su padre sí. Estuvo cabilando entre quedarse un poco más por si lograba averiguar más información, o marcharse ya y no tentar más a la suerte.
Al final le pareció que las inscripciones eran más importantes, sobretodo con la referencia al Ragnarok. Por lo que decidió salir.

Bueno, ahora toca lo dificil. Que es salir sin que me pase nada más.

Se dirigió a la salida. Pero con cuidado, no confiaba en que estuviera todo despejado, por lo que segurametne tendría que deslizarse sin que lo vieran. Algo en lo que no era muy ducho la verdad.

Abandonas la obra sin problemas

Una vez en el coche, Erick se acerca con cuidado. No debería de pasar nada, pero nunca está de más prevenir.

Al llegar se quitó el chaleco y se dispuso a abrir el maletero para ver cómo estaba al tipo que tenía encerrado.

El tipo se ha despertado, y te mira con nerviosismo, pero no hace ningún ruido

Erick sonrie al tipo para intentar tranquilizarlo.

Bueno. Lamento lo ocurrido, en serio.
Ahora te voy a quitar la mordaza y hacerte unas preguntas rápidas. si me contestas sinceramente te dejaré marchar. ¿de acuerdo?

Cuando el tipo asiente, el aesir le quita la mordaza.

Muy bien. Primera pregunta. ¿Sabes por qué estaban buscando una cueva en este lugar?

El obrero parece asustado, pero no grita

- No... no lo sé... Yo solo soy un trabajador. Nos pusimos a excavar como nos dijeron y apareció esa cueva

Erick asiente al ver que el tipo contesta. Por suerte, pues no sabía qué haría si no lo llega a hacer. Desde luego no pensaba torturarlo.

¿Y nadie comentó nada sobre la cueva? ¿Quién te contrató? A tí y a los demás.

Mientras hablaba, Erick se quitó el casco y el chaleco del tipo. Despues de todo eran de él y se lo pensaba devolver.

- Un... un tipo llamado Krönen contrató a nuestra empresa para realizar la excavación. Por lo visto es un coleccionista de antigüedades o algo así.

Krönen, obviamente. Por lo visto él sabía lo que había en la cueva, o al menos lo que podría haber. Era aun más urgente que descifrará lo que ponía.
Desató las piernas al tipo y le ayudó a sentarse.

Muy bien. Ahora voy a soltarte. Te devuelvo tus cosas. He copiado tanto los datos de tú telefono como los que tienes en la cartera. Si le cuentas a alguien lo que ha pasado recibiras una visita que no te gustará. No seré yo. Sino alguien desagradabel. Y a lo mejor no se contenta sólo contigo.
¿Me comprendes?

El tipo asiente, y no dice nada cuando le dejas marchar. Simplemente se aleja poco a poco, mirando de vez en cuando hacia atrás.

Erick se sentía un poco mal por haber tenido que intimidar al tipo. Era un humano en medio de un guerra que ni sabía que existía. Un simple trabajador. Pero por lo menos sólo se había llevado un susto.

Ahora tenía que ir a hablar con su padre cuanto antes. No sabía qué era lo que ponía en la inscripción, pero algo le decía que era importante.

Cuando regresas a Las Vegas ya es de noche. En la recepción del Excalibur te informan de que tu padre se ha retirado a su habitación, después de haber pedido que le llevasen la cena.

Erick maldice por lo bajo cuando escucha a la recepcionista decir que su padre se ha retirado. Sabe que no debería molestarlo, pero no tiene más remedio.

Espero que en verdad esto sea algo importante, si no me voy a llevar una buena.

Le agradecería que le avisase por favor. Es urgente.
Digale que Erick Schauffler desea reunirse con él.

La recepcionista asiente y hace una llamada de telefóno

- ¿Señor Sturluson? Lamento molestarle pero está aquí Erick Schauffler. Dice que quiere verle, que es urgente [...] Muy bien, se lo comunicaré. Gracias y disculpe.

La recepcionista cuelga y te mira

- El señor Sturluson le recibirá en su habitación. Número 806. ¿Necesita que le guíe algún botones?

Erick suspiró aliviado cuando escuchó a la recepcionista decir que podía subir.

Podré encontrarlo yo sólo, muchas gracias.

Trató de no parecer muy nervioso, pero no pudo evitar acelerar el paso en dirección a los ascensores. Sentía una urgencia extraña. No sabría decir por qué, pero había algo en el ambiente.