Partida Rol por web

veo como mi compañero sale de su escondrijo y empieza a llamar la atencion de la temida bestia.No se si es locura o quiere convertirse en martir de nuestra aventura,lo que esta claro es que ya no hay marcha atras,tendremos que luchar ya que de nada nos sirve escabullirnos para volver a salir al exterior.

luchar y puede que morir con honor,o huir y acabar congelados en la tempestad,tremenda eleccion la que tendremos que tomar.

me quedo escondido esperando la reaccion del demonio de piel blanca,aunque haya visto a Zaius,aun no sabe que habemos mas entre las grietas,la sorpresa sera nuestra unica esperanza.

-Manteneos firmes chicos,no os movais por nada del mundo,Zaius seguro que es lo bastante listo como para alejarlo de las grietas y asi nosotros podremos atacar por la retaguardia.sera nuestra unica oportunidad,viendo a donde nos ha llevado todo esto.-

susurro Dornadar al resto de sus compañeros mientras observaba como Zaius seguia agitando sus brazos y gritando al nuestro enemigo para que no se percatara de nuestra presencia.

mientras tanto,apreto aun con mas fuerza su hacha esperando tener la oprtunidad de dar un golpe certero al enemigo por su espalda sin que pueda reaccionar al golpe.

espero que si llega el momento,mi hacha pueda atravesar la dura piel del inmundo ser.

Grandes y misericordios dioses enanos dadme fuerzas para que este humilde enano pueda terminar la noche con vida junto al resto de sus compañeros.

El yeti al ver al clerigo llamarlo no pierde un momento y sale direccion hacia el con unos gritos escalofriantes - GGGGGGGGrRRUUUAAAaGG!!!! - pero por un instante la criatura se queda confusa y no ataque a su presa.

Avanza con todas las intenciones de aplastarlo y al final se frena, mis ojos no dan cabida a lo que sucede. Trato de ver a mis compañeros para saber que están haciendo, dado que mi magia no haría gran cosa contra alguien de semejantes dimensiones.

 "Todo está bien, es el momento", me digo a mí mismo.

Aprovecho que la criatura ha quedado completamente confundida ante la firmeza del clérigo y salgo de mi escondite. Preparo mis puños y, aprovechando que está de lado y distraído, me abalanzo sobre la criatura.

"Todo está bien; aguanta, compañero".

Salgo corriendo de nuestro refugio. Trato de ir lo más rápido posible para evitar que la bestia acabe con el pobre Zaius. "Aguanta, aguanta".

El ruido de mis pisadas acompaña mi carrera hacia la inmunda criatura que se cierne sobre el Clérigo. Sin dudar un solo instante, me deslizo hasta quedar a su lado. Entonces concentro toda mi fuerza y mi energía en mi puño derecho y me preparo. Flexiono las rodillas, tomo impulso y, con un movimiento seco y certero, acierto a la criatura de lleno.

-¡Kiai! -grito al golpearla.

Parece que el efecto es el deseado pues el monstruo, aturdido, parece confuso y no sabe muy bien cómo proceder. Pero no durará demasiado...

"Todo está bien", pienso.

-¡Ahora, compañeros! -grito.

Observo desde la grieta como transcurre la batalla y tengo la sensación de que no vamos a salir vivos, así que al menos intentaré dejarle un regalo en forma de flecha clavada.

Salgo de la grieta tan rápido como puedo hasta posicionarme en un lugar en el que tengo un tiro franco, miro a los lados, tenso mi arco y disparo. Puedo ver la flecha en el hombro del yeti y veo desde el momento en que atraviesa su piel que mi acción desencadenará mi muerte.

¿Quién me mandaría a seguir al maldito Loy en la búsqueda del legado?