Partida Rol por web

Despues otro día mas de viaje, casi llegada la noche, por fín llegais antes las puertas de Mylton. Mylton es una ciudad donde las nieblas permanecen como si estuvieran motando sobre el terreno medio helado y embarrado.
Una empalizada de madera cubierta por diversos cúmulos de nieve abraza el pueblo y en la zona sur se sitúa un sólido y enorme portón. Una atalaya se eleva por encima de la empalizada detrás del sólido portón. Un vigía armado con una lanza, cubierto de gruesas pieles, se asoma al veros. - ¡Alto, ¿quién va?! – grita a la vez que un helado halo sale de su boca. - Tengo órdenes estrictas de no dejar pasar a nadie hasta que no termine la sentencia. -

Arcturus miró al guardia, dejando que parte del desprecio que sentía por el mismo se transluciera en sus ojos y en su voz al hablar.

Mi nombre es Arcturus Indraghar. Venimos de Anubel y nos dirigimos a la Fortaleza de Farar llevando viveres. Venimos a esta ciudad para pasar la noche y continuar camino. Traemos ordenes del capitan Farar.

Esperaba que la mención del capitan fuera suficiente para hacer que el obtuso guardia abriera las puertas. No tenia ganas de dormir otro dia mas en el suelo.

decidi acercarme al guardia ...baje de la llama y camine hacia el con las manos visibles no valla a ser que sospeche que trate de atacarle....por suerte era el mismo que estaba en la puerta el dia que estube en la ciudad la primera vez....

buenas noches señor guardia hace bastante frio y llevamos dias viajando hasta esta ciudad...como buen dice mi compañero estamos en mision de llevar viveres al fuerte y necesitamos un lugar seguro donde descansar...no querra que se produzca una situacion grabe para myrton el echo que el fuerte  de farar pierda los viveres en una emboscada porque no nos dejasteis dormir en la ciudad esta noche?

- Está bien, os dejaré pasar, pero...ni una palabra de esto a nadie! Espero que no os vean, y sios ven, no habéis entrado por esta puerta. ¿Ha quedado claro? Venga, pasad. - dijo el guardia

El pequeño pueblo está cubierto por una ligera capa de nieve reciente, como si le hubiesen dado una nueva capa de pintura y vuestras huellas fueran las primeras en manchar la inmaculada superficie.

Os encamináis a través de arracimadas chozas de madera y a lo largo de las calles de barro helado hasta la silenciosa plaza del mercado donde espera una horca.

La gente de la plaza, abrigada hasta las orejas por el frío, mira en una única dirección: la tarima de madera elevada. Sólo la luz de una débil luna y unas pocas antorchas iluminan el escenario.

- Si el condenado tiene suerte - afirma en ese momento un mozo de cuadra - el cuello se lo romperá nada más caer al vacío; es una muerte rápida e indolora. En caso contrario quedará ahí colgado, el rostro se le pondrá morado y, con la boca abierta, se agitará como un pez fuera del agua hasta morir. - Otro plebeyo añade - Es Logadón, el famoso jefe de los asaltantes de caravanas..-

Un grupo de cuervos posados en lo alto de lo que parecía ser un antiguo templo parece también contemplar el espectáculo.

Un soldado montado en un hermoso corcel negro, seguido de un carro tirado por bueyes en el que va el prisionero irrumpe en la plaza. La gente abre paso. Detrás cabalgan un caballero y un sacerdote. Dos hombres de armas cierran la comitiva.

La multitud parece mostrar un talante extraño. Habitualmente disfrutan con los ahorcamientos. Por lo general, el preso suele ser un ladrón, y ellos aborrecen a los ladrones; pero aquel ladrón es diferente. Nadie conoce su identidad ni de dónde ha llegado. Se decía que era Logadón, pero nadie conocía realmente al jefe de los ladrones de caravanas. No se puede odiar a un hombre sin saber si era él o no realmente.

El hombre de tez blanca, tiene ojos saltones y el pelo color zanahoria. Observáis cuando sube a la horca que comienza a forcejear y acto seguido, el verdugo le propina un puñetazo en la barriga, momento que aprovecha para introducirle la soga en el cuello.

Se produce un silencio absoluto entre la muchedumbre. Lo habitual sería que el condenado implorara a su dios pidiendo perdón. En cambio, veis cómo comienza a entonar una canción con una voz alta y pura, en una lengua desconocida en aquellos lares.

La canción podría entenderse como algo así…- Todas las aves y los hombres tienen que morir, pero las canciones pueden vivir eternamente. -

Mientras canta, el reo mira a un solo punto entre la multitud: una bonita muchacha de pelo oscuro y largo. Su ancha cintura y sus abultados senos os hace pensar que está embarazada y que el prisionero es el padre de la criatura. Lágrimas corren por sus suaves mejillas.

En ese momento, un grupo de cuervos levanta el vuelo hacia el cielo graznando y el preso cae al vacío con la mirada perdida. La cuerda se tensa bruscamente y el cuello del ladrón se rompe en un chasquido.

La muchacha de pelo oscuro cae de rodillas frente a la horca, con los brazos alzados y extendidos ante ella.

La gente se aparta rápidamente de ella, pues esa es la postura que se adoptaba para lanzar una maldición. Todo el mundo sabe que las maldiciones de quienes han sufrido una injusticia son especialmente efectivas y algo no marcha bien en este ahorcamiento.

La joven mira con hipnóticos ojos al caballero y al sacerdote y veis cómo lanza su maldición: - ¡Yo os maldigo! Sufriréis enfermedades y pesares, hambre y dolor. Vuestra casa quedará destruida por el fuego y vuestros hijos morirán en ella. Moriréis atormentados por el dolor…-

Mientras pronuncia sus últimas palabras, la muchacha coge un saco que había junto a ella y saca un gallo. Sin saber de dónde, en su mano aparece un cuchillo y de un solo tajo le corta la cabeza al animal.  Inmediatamente, arroja el cuerpo descabezado contra el caballero y el sacerdote. Éstos se apartan rápidamente, y aunque evitan que les dé el gallo de lleno, la sangre les salpica en todo el rostro.

La muchacha se vuelve y comienza a correr entre la multitud. El caballero manda a sus hombres que la persigan. El gallo descabezado, aunque no del todo muerto, corre por el suelo, alrededor del ladrón colgado ahora con su rostro azulado y muerto, dibujando un círculo desigual sobre la nieve manchada de su sangre.

Lo ultimo que veis es que la muchacha se mezcla entre la multitud, perdiéndola de vista entre el gentío

Curioso.

La cara de Arcturus era impasible ante la situación, no iba con el y no podia sacar provecho alguno. Cogió a alguno de los aldeanos por el brazo para evitar su marcha, y cuando este iba a imprecarle algo, un simple vistazo a su semblante y sus armas le hicieron callar.

Busco una posada, mis amigos y yo estamos cansados. Seras tan amable de indicarme donde hay una.

No era una pregunta.

El aldeano os mira con cara de asustado, y te señala con el dedo diciendo - Si, eeestaa por allí señor, sese llama la Poposada de las Culebras. - señalaba hasta una calle al este de vuestra situación.

Dornadar se sentia un poco contrariado por la situacion en que les habian llevado sus pasos.no era muy deboto de tales espectaculos,ademas una ejecucion no le parecia que fuera una muerte muy honrosa.-Vamonos ya a la posada que nos han indicado,no me apetece estar mucho tiempo aqui fuera con el frio que hace y viendo a ese pobre infeliz colgado de la soga.-

caminaba con mis compañeros entre la muchedumbre....mis manos no saltaba las riendas de mi montura mientras obsevamos todos lo acontecido...

me quede frio...semejante "espectaculo"....no pense que veria una cosa asin pero..ocurrio.....cuando conseguimos la informacion de la posada no pude evitar decir...

vallamos lo mas rapido a la posada y mientras mas rapido se haga de dia mejor....esto me huele muy mal y creo que lo mejor es que al alba slair de la ciudad sin demora

Vaya espectáculo... - Susurró el elfo. 

Lol-Yang tiene razón, entremos rápido en la posada e intentemos descansar. Ya nos queda poco camino.

No me gusta nada este pueblo, pero una noche en una posada siempre es mejor que en el suelo.  

Dragus contempló la escena con curiosidad. Varios de sus compañeros mostraron su desagrado con la situaciónm pero su postura era más próxima a la de Arcturus. Había visto cosas peores a lo largo de su vida, y estaba segurísimo de que no serían las últimas.

Se mantuvo callado. No hacía falta que el también dijera de entrar en la posada.

Tras unos minutos andando conseguiis llegar hasta la posada. Esta posada es un tugurio que huele a cerveza y vino añejo. Un cartel de madera oscura, con el diseño de dos culebras entrelazadas, cuelga de la entrada de la puerta.

El nombre de la posada proviene del plato típico que se prepara como especialidad de la casa: culebras asadas.

Pieles de pequeñas culebras cuelgan por todos lados, adornando el salón principal. Otras pieles de animales como sapos, pequeños caimanes, etc. también decoran el escenario.

Una música invade un escenario situado al fondo de la taberna, donde unas bellas bailarinas danzan, al son de la música, con enormes serpientes enroscadas por los exuberantes cuerpos de las muchachas …

Arcturus observó con autentico asco el local. La vida en los barracones podia ser dura, pero una vida dura adrede para ahorrar unas pocas monedas de cobre era para matar a los propietarios.

Quizas lo haría.

Reunió a los compañeros y al mercader y les habló:

No me gusta este pueblo ni esta posada. No vamos a dejar las carretas sin vigilancia. Se harán guardias de todos modos. La primera la haré yo y alguien mas, el resto repartidlas como querais.

Ahora Arcturus se acercó al posadero y pidió una habitación comunal para todos y una cena.

Aquel pueblucho le pareció sin duda bastante desagradable al clérigo elfo, pero sin embargo sentía comprensión y respeto por sus habitantes, ya que no sabía lo las circunstancias que les habían llevado comportarse de aquella manera...

Sin duda lo que más impactó a Zaius fué el ritual de la mujer frente al patíbulo, había escuchado historias de como algunos isleños en zonas más ecuatoriales realizaban rituales similares, de gran poder y efectividad, pero nunca había sido testigo de uno de estos. Algo saltó en sus tripas, miedo, y se le notaba en el rostro. Algo lívido y sin decir palabra alguna siguió a sus compañeros hasta la posada.

Dentro de aquel tugurio no se sentía mucho más seguro, pero sin duda sería mejor que pasar la noche al raso en el bosque. Cuando Arcturus les sugirió velar, incluso dentro del pueblo por las mercancías le pareció excesivo en un primer momento, pero luego se dió cuenta de que no era en absoluto una idea descabellada...

Vale Arcturus, estoy de acuerdo, debemos vigilar las mercancías incluso tras estos muros, quién sabe de que calaña son los habitantes de este lugar, yo haré la primera guardia contigo, no estoy demasiado cansado.

Menthor o Dornadar deberian acompañaros - Dijo Corintur mirando a Zaius.

Yo hago la segunda guardia con el otro guerrero y Lol-Yang. Prosiguio con semblante serio.

Dornadar, ¿estaras en tu salsa en esta taberna verdad?

Aunque no era su posada ideal a Menthor eso le daba igual,solo necesitava algo para quitarse esa estampa de la cabeza y alli estaban chicas con sus bailes exoticos cerveza,vino y la idea de dormir en cama y comer caliente tambien le agradaba pero pensaba todavia en la sentencia de aquel hombre.
Me parece buena idea Arturus no podemos dejar la caravana en ningun momento a solas y mas viendo el acontesimieto tan grotesco que acabamos de precenciar,podria haber cualquier tipo de represaria por parte de los secuales de Logadon o incluso no ser el sentensiado Logadon.Asi que yo hare la segunda guardia,todavia tengo algunas preguntas que hacerles a Loyn-Yang.

un gran suspiro se me escapo de mi cuerpo al entrar en la posada....y no pude evitar decir....por todos los dioses ni en el templo mas pagano y mas satanido arian semejante cosa de lugar...pero lo dije por lo bajini porque si la taberna estaba llena de gente es porque les gustaba y no quiero herir sensibilidades...

me di cuenta que el clerigo tenia mala cara..seguramente compartia la misma idea que o del lugar....dirigiendome a mis compañeros de trasnoches dije

por mi perfecto y como seremos nosotros los que estemos despierto al alba tened por seguro que os despertaremos para salir de este pueblo sin demora.....cada minuto que esoy aqui mas mala espina tengo y mi cuerp y alma no para de decirme que huyamos de aqui

nada mas entrar por la puerta de la posada miro alrededor y seguidamente escupio en el suelo-A semejante tugurio le llaman posada en este pueblo?por todos los dioses,que si esta es la mejor posada del pueblo no quiero ni imaginar como sera la peor.te dire algo Corintur,de veras me tomaria una buena pinta de cerveza,pero este lugar no me trae mucha confianza de que tenga buena comida y bebida.prefiero irme directamente a descansar despues de hacer la guardia.