Partida Rol por web

-Muy bien caballeros.- dice Cunningham levantándose cortesmente -En ese caso no les quitaré más tiempo... y no dudéis en venir a verme si tenéis algún problema.- 

Lord Lytton inclino ligeramente la cabeza a modo de despedida y se dirigio hacia la salida -pongamonos en marcha, no cabe duda de que el tiempo apremia... -dijo este mientras habria la puerta y la cruzaba -

-De acuerdo. Respondió Marvin. Ya nos hemos demorado lo suficiente aquí y no hay motivos para hacerle perder más tiempo con nosotros señor Cunningham. Muchas gracias por la información, ahora tenemos cosas que atender si queremos continuar con el viaje que nos ha traido accidentálmente a su localidad.

Con aquello en señal de despedida, Marvin le ofreció la mano al hombre y tras estrechar la aparéntemente pequeña mano comparada con la de Marvin, este dió media vuelta y se dirigió a la puerta de salida.

-No es necesario que nos acompañen, sabemos el camino... je. Dijo socarrónamente.

Mi enclenque estado llama a moverme lo menos posible ahora que estaba en una posición cómoda, con lo que, me limito a saludar con un gentil gesto al alcalde, para seguir al grandullon lo mejor que puedo.

Ha sido un placer gentilhombre.

-Por favor señores, soy un servidor público y eso es precisamente lo que hago, serviros de la mejo manera posible. Y no dudéis en preguntar lo que os haga falta. Si no es a mi siempre estará algún asistente.- responde Cunningham mientras os hace adiós con la mano desde donde está sentado y os ve marchar.

Una vez en las calles no os cuesta nada encontrar a alguien que os confirme la ruta hacia la casa de Hogard. Os dirigís hacia allí caminando a un ritmo pausado, para no forzar la pierna de Ismael, y de paso vais viendop un poco el movimiento de la gente en el pueblo. Todos os miran con curiosidadm e incluso algunos os saludan al pasar. En su mayoría los habitantes son gente mayor, aunque hay algún que otro joven pero podríais decir que la edad promedio del pueblo está alrededor de los 50 años.

Al cabo de un rato llegáis a la casa de Hogard. Es una vivienda pequeña pero bien cuidada, le faltaría una mano de pintira y algunso arreglos, pero el esmerado jardincito que hay delante y la pulcritud que se puede ver en el porche os hacen sospechar que lo que hay que reparar no es por dejadez sino por falta de dinero. Al lado de la casa hay un almacén grande, con las puertas abiertas y en donde podéis ver la sombra de un hombre trabajando, desde donde estáis no le véis del todo, pero parece estar haciendo algunos arreglos mecánicos en uno de los dos camiones que hay guardados allí.

Lord lytton se adentro en el jardin a paso distendido tras andar unos metros este paro en seco y sus mirada se situó frente a una de sus flores preferidas, la flor de la peonia. -curioso lugar para tan bella y exótica planta- murmuro... tras  lo cual volvio a su mente el hombre trabajando en sus camiones  - HOGARD,  ¿DAVE HOGARD? -grito molestamente -

_Aquí estoy!!- responde una voz desde dentro, se oyen unos ruidos metálicos (como de alguien que deja caer alguna herramienta sobre el cemento y unos segundos después aparece saliendo por la puerta un hombre joven, de entre 35 y 40 años, que os saluda.

-Bienvenidos a Halpin caballeros, espero que se encuentren mejor.-

Teneís más que un correcto jardin caballero -Dijo Lord lytton mientras giraba su cabeza hacia dave - y he de deducir por vuestro comentario que participasteis en el rescate, ¿me equivoco?, sea como fuere mis amigos y yo estamos buscando un transporte hacia el lugar del accidente, pues echamos en falta algunos pertrechos que tienen un alto valor sentimental y es nuestro deseo tratar de localizarlos...

-Claro que he sido parti... partici... que he estado en el rescate. Si hemos usado mis camiones para ir.- responde Dave entusiasta -Eso si, si quieren que volvamos hasta ese sitio antes de un par de días debería dejar pendientes unos trabajos que tengo que terminar... y la verdad es que no estoy como para perder dinero.- termina ligeramente avergonzado

Oh disculpadme mi nombre es Barclay Thornton Bulwer-Lytton III... Vos mi querido desconocido podeis llamarme Lord Lytton, para no aburriros concretare mis palabras pues el tiempo apremia, ¿conoceis el daily post? pues me pertenece, espero que comprendais caballero que la minuta no será ningún problema...  - "B" avanzó con seguridad hacia Dave hasta situarse delante de el y le miro directamente a los ojos - ¿Que me dice? un trabajo sencillo, nos lleva a los tres al lugar del accidente, recogemos nuestros pertrechos y vuelta al hogar.... hogar que al menos vos caballero, despues del sencillo trabajo, podreis mejorar de aspecto y confortabidad -Tras esto Lord Lytton esbozo su media sonrisa y le lanzó un guiño - Decidme ¿cuanto quereis por el servicio?

-Bueno...- dice Hogard (quien ha abierto un poco los ojos ante la mención del Daily News pero poco más que eso) con expresión pensativa -... calculando el combustible y el trabajo.... a ver.... supongo que con unas 18 o 20 libras estaría bien.-

Instintivamente Lytton se echo mano a su cartera la cual habituaba a guardar en el bolsillo interior derecho de su chaqueta

-Barclay sacó treinta libras de su cartera y se las extendio-  Incluir también alguna frivolidad para el viaje, algunos refrescos y...¿no dispondreis de algun tipo de tabaco de pipa? -dijo tono de falsa esperanza tras lo cual se giro hacia su viejo amigo - teneis que recuperar fuerzas mi querido Montesco, continuais estando demasiado pálido...

-Sin problemas señores.- dice el campesino entusiasmado al ver la rebosante cartera de Lytton -Tabaco seguramnente lo encontraréis en el almacén, que como es el único local que funciona os será fácil de encontrar. Está ahí en la calle principal. Mientras tanto guardaré un poco las cosas y os paso a buscar por allí si os parece en unos...¿20 minutos?-

20 minutos en punto -remarco lord Lytton con una medio sonrisa - Bien mis queridos amigos, vayamos a ese llamado almacen a ver que podemos encontrar alli, el sentido común me dice que enseres y alimentos básicos...pero a veces el sentido común es el menos común de los sentidos  - dijo dandose la vuelta y echando andar dando por echo que Marvin cargaria con el maltrecho Montesco -

En el almacén hay unas cuantas personas, y todas se muestran entre interesadas y amigables, y reaccionan amablemente al veros recuperados del accidente. Por suerte si hay tabaco, eso si, es tabaco inglés y bastante fuerte. 

Alguien os ofrece una cerveza que Marvin acepta de inmediato bebiéndose la mitad de un trago y el tiempo va pasando entre las típicas preguntas de curiosidad acerca de cómo es América y de si es cierto que allí no ha caído siquiera una sola bomba. y de pronto todas las preguntas se callan en un murmurllo, miráis por la ventana y véis llegar al alcalde en persona.

El hombre entra saludando amablemente, y a pesar de que evidentemente no era esperado el asombro pronto da paso a la confraternidad y todos responden su saludo incluso alguno palmeándole la espalda.

El hombre se dirige al grupo de investigadores y les dice:

-Señores. los voy a molestar pidiéndoles ayuda. Estamos a punto de reacondicionar las rutas de salida del pueblo, y nos encontramos conque en la principal un enorme tronco ha caído. Esperar ayuda desde fuera nos llevaría semanas, así que he pensado que tal vez usted ...- dice señalando a Marvin -... podría unirse a la cuadrilla y ayudarnos.-

Marvin, un poco sorprendido, consulta con el restoy al final deciden que lo mejor es que vaya; después de todo, así podrán salir de allí más rápido. Ya Ismael y Lytton se encargarán de buscar el libro en el lugar del accidente.

Al final, unos minutos después de la partida de Marvin, llega Hogard en su camión y os recoge, llevándoos hasta el sitio del accidente.

Tardáis apenas unos quince minutos en llegar allí, y el panorama es desolador. Arboles quemados y aplastados, restos de butacas y fuselaje esparcidos sin ton ni son, y algunas manchas de sangre son testigos de lo que ha ocurrido aquí.

Hogard os dice que en la misma noche que os rescataron el alcalde mandó recoger los cadáveres y enviarlos a una morgue improvisada.... y que probablemente aún estén allí.

Luego se sienta sobre el tocón de un árbol y se pone a liar un cigarrillo.