Partida Rol por web

- ¡Eh, espera! ¡Tienes que decirme quién eres! - grité a lo desesperado cuando el tío comenzó a transformarse. No podía evitar pensar que era un animal super bello, pero aún así me aterrorizaba pensar que me tendría que transformar en algo así.

- Al menos, dime cómo se hace - le solté con angustia cuando estuvo completamente transformado - ¿Tengo que pensar en una imagen o algo así?

Intenté esforzarme en pensar en lobos, en mutaciones y esas cosas, apretando los puños con fuerza.

El lobo volvio a su forma hominida... Te miro y solto sin mas - Tu eres mi Hija, y yo Soy George Hardstone, Fauces-de-Acero, parteneciente a la camada de Fenris y tu tutor en este momento - La delicadesa no parecia ser lo suyo pero quizas si solo que debia mostrarte que el mundo no era todo color de rosa - Quieres aprender a trasnformarte? pues enojate... saca esa fiera que esta reprimida en tu corazon... hechame la culpa de tu vida miserable... anda! liberate Niña! - Grito con fuerza cerrando los puños.

Una *mirada fiera te dejo helada, pero pronto comenzaste a sentir un calor en tu pecho... era la rabia qeu afloraba en ti, el lobo...

- Eso es, enojate.... liberate....- No fue una sonrisa lo que se habia dibujado en su rostro sin no algo asi como un sentimiento mutuo... el te habia encontrado....pero no creia que fueras aceptar las cosas asi de faciles.

La foto que te habia mostrado Lucile pronto vino a tu mente tayendo todos aquellos rostros hasta que te llevo al de tu padre.... quien tenias enfrente.

Escuché la explicasión atenta, dándole la importancia que realmente tenía aquello y viendo, como en los labios de mi madre todo se veía más sencillo o al menos, más comprensible. Seguramente, si se confía en alguien, si te sientes unido a él, es más sencillo no sacar de contexto las cosas, no sentir tantas dudas, o al menos, tranquilizarte sabiendo que poco a poco irás comprendiendo.

- Aprenderé mamá. Aprenderé para que estés orgullosa de mí...

Sí, me estaba comportando como una niña, pero quizás era lo que necesitaba desde hace tiempo, poder sentirme así en los brazos de ella.

No tenía más preguntas en aquel momento, bueno, en realidad tenía miles de ellas, pero nada que no puediera esperar o nada que no pudieran responderme aquellas otras personas que había visto, incluso la tía borde del coche. En ese momento sí que se me ocurrió algo más, pero fue cuando el silencio duró unos minutos.

- ¿ Y quién es mi padre?

Tu madre te miro por un segundo - Tu padre es con quien te criaste, el es una parentela..., que es una parentela? es quien sabe de nuestra existencia y tambien es con quien podemos reproducirnos... - No iba a entrar en mucho detalle - Yo amo a tu padre pero la vida de Uno de los nuestros no es tan segura por eso solo pude estar contigo en contadas ocasiones.... y bueno hay veces qeu el deber llama y hay que responder - Suspiro

Me había perdido un poco con aquello de la parentela, pero es que nunca había escuchado nada así y había supuesto, que mi padre sería alguien como ella, quizás alguien muy fuerte y valiente que luchara contra aquellos bichos que habíamos visto antes y no el que en realidad era, lo que me hizo mirar a mi madre con cara de asombro, pero como siempre, mi labia me perdía.

- Yo pensaba que mi padre sería también uno como nosotros... pero supongo que si me quedé con él es porque no es así ¿ no?

Me quedé unos momentos como pensando, pues estaba imaginando cosas que me hicieron sentir escalofríos y como sabía que mi madre me miraría mal o alguna cosa por preguntar sobre eso.

- Vale, no pregunto más, no quiero agobiarte el primer día que te vuelvo a tener cerca.

Jessica sonrio - No tu padre es un humano comun y corriente, mis genes mas que nada estan en ti y te dieron ese poder que duerme dentro tuyo.... Hay un codigo, que seguimos casi al pie de la letra pero una de esas leyes es que un hombre lobo no se apareara con otro hombre lobo - Se explico - Nuestra sangre y genes son poderosos y al unirse estos genes producen a un Metis, un hombre lobo con una deformidad... que ya lo has visto creo - en ese momento jorscar vino a tu mente, el hombre le faltaban los ojos... incluso ahora parecia que te dabas cuenta que habia nacido sin ellos.

- Bien - Asintio - Debo prepararte para tu rito de iniciacion donde deberas esforsarte al limite para lograr superarlo... no solo con la fuerza sino tambien con la astucia -

Me quedé un momento pensando en aquel viejo y la única pena era que no tenía ojos, porque por lo demás, me había caído muy simpático el hombre, sobretodo porque de alguna manera, había conseguido que yo estuviera ahí. Iba a preguntar algo sobre usar métodos anticonceptivos, pero seguía siendo mi madre y esas cosas no se le preguntan a una aunque ya tuviera diecinueve años y distara de ser virgen.

- Igual la borde... - No me acordaba del nombre de la chica, pero ya la había bautizado.

- Vale, lo que tú me digas que tengo que hacer...

Sí, estaba animada para hacer lo que tuviera que hacer. No podía defraudarla, no ahora después de tanto tiempo y todo lo que había sucedido. Necesitaba seguir siendo su pequeña y que se sintiera orgullosa de mí.

- Pero yo no soy nada fuerte, además que me han dicho que yo no tengo que ser una guerrera sino más bien todo lo contrario...

Ambas comenzaron a caminar saliendo de aquel bosque en direccion hacia donde se encontraba la tormenta, los ojos de tu madre estaban atentos a cada movimiento en el lugar, una brisa fria recorrio tu cuerpo y le hizo temblar, al ver esto tu madre se acerco y te miro fijo.

- Deberiamos empezar por lo basico, el cambio de forma... esto aumentara considerablemente tu fuerza y tu movimiento... pero las primeras veces duelo horrores - Aclaro... - Para hacerlo debes buscar a tu lobo interior o si no recurrir a tu rabia... pensamientos tristes o la misma pasion de un combate puede despertarla - Explico.

Vamos... intentalo, busca en ti a tu lobo - Sonrio tu madre.

Notaba la ira extendiéndose lentamente por mi cuerpo. Mis mejillas se sonrojaron debido al enfado. ¡¿Cómo era capaz ese tío de venir de repente y soltarme que era mi padre, con esa indiferencia, ese desprecio?! ¿Es que no tenía sentimientos? ¿Es que yo no le importaba nada? ¡Podría habérmelo dicho tomándonos un café o algo así!

- P... pero... ¡¿Cómo te atreves?! - exclamé sin poder encontrar las palabras que quería decir. Lo que quería en realidad era ir hacia él y pegarle un puñetazo por habernos abandonado, por haberme hecho pasar por aquel tipo de experiencias relacionadas con lobos y cosas extrañas. Que yo fuera un bicho raro era su culpa. Que fuera a convertirme en un monstruo para la sociedad, también.

Intenté contener mi cabreo, porque siempre he sido una persona relativamente tranquila. No quería montar una escena en plan Heidi, pero sus palabras habían sido como detonantes para mí.

- Apareces de repente - farfullé con poca coherencia - Diciendo que eres mi padre, ea, así de repente. ¡CÓMO TE ATREVES! Ni un hola, ni un qué tal... ¡En todos estos años! ¡No me has dado ni una maldita prueba de tu existencia! ¡No eres nadie para venir ahora y decirme estas cosas con esa... frialdad asquerosa de Rambo!

Apreté los puños, furiosa. Quería irme de allí, dar la vuelta y volver por el espejo.

- Eso es Pequeña, saca la rabia que tienes en ti - Sonrió y también murió por dentro  lo lamentaba en lo más profundo de su corazón pero no había tiempo y las cosas debían aprenderse rápido. George se mantenía quieto mientras te observaba sin algún signo de miedo o similar.

Lo estás haciendo bien, libera la rabia… ven aquí y dame ese puñetazo que tanto deseas, desata tu RABIA MARION!  Cada palabra le destruía pues solo pensaba en abrazarte y pedirte perdón, pero ahora no había tiempo para ello, quizás los otros estaban pasando por lo mismo… pero eso en este momento te importaba una mierda, el pensamiento llego junto con el nombre de Ethan quien parecía haber muerto… luego el no entender dónde estabas y buscar respuestas siempre con enigmas…. Y cuando buscabas las respuestas que un tío apareciera y te cantara las verdades en la cara no eran nada bueno verdad? A veces la verdad duele como una daga de hielo en el corazón.

Tu cuerpo comenzó a cambiar pero pronto luego de sentir un dolor agónico volvió a la normalidad dejándote en cuatro patas jadeante, el dolor se esparcía como un virus letal por todo tu cuerpo, tus ojos estaban cerrados y tus dientes  tan apretados que parecían a punto de estallar, tu madre te observaba desde la altura sin hacer nada y sabias en tu más adentro que esto debías hacerlo sola….

Recurre a tu Rabia Hija, buscala en tu interior explotala y asi podras transformarte... - Fue casi un susurro pues el dolor no te dejaba oir o pensar.

- Tu puedes- Sonrio apretando los puños

Tu cuerpo comenzó a cambiar pero pronto luego de sentir un dolor agónico volvió a la normalidad dejándote en cuatro patas jadeante, el dolor se esparcía como un virus letal por todo tu cuerpo, tus ojos estaban cerrados y tus dientes  tan apretados que parecían a punto de estallar. Quien aseguraba ser tu Padre te observaba desde la altura sin hacer nada y sabias en tu más adentro que esto debías hacerlo sola….

-Está bien, está bien. Yo también miraré por el maldito espejo. Más me vale encontrarme con un tio buenorro- murmuré esto por lo bajo al final, intentando que el viejo no me escuchara. Quería saber en qué acabaría toda esta mierda.

Miré por el espejo, intentando tener una mente abierta. Ya había pasado por lo peor, eso de ser lobo. Ahora era cuestión de conocer más, de saber algo relacionado con mis raíces, suponía.

Intenté concentrarme en aquello que me decía mi madre, pero en aquel momento no podía estar triste, pues a pesar de todas las situaciones, mi alegría era tan inmensa por tenerla a mi lado que me impedía concentrarme. En realidad, algo sí que lograba, pues me dolía todo el cuerpo, como si mis huesos rozaran los unos con los otros en las articulaciones, como si se encogieran y estiraran a su antojo sin que yo prudiera hacer nada para evitarlo y mis mandíbulas se mantenían increíblemente tensas, pues apretaba los dientes con tanta fuerza que pensaba que los rompería.

Escuché sus palabras, de fondo, y traté de concentrarme con aquel dolor, pero no era concentración lo que requería, sino dejar que aquel dolor se hiciera tan fuerte que no pudiera soportarlo más, tanto, que no pudiera soportarlo, que todo pareciera ir a desmoronarse sobre mí, a mi alrededor y fue en aquel momento cuando por unos instantes, todo se volvió de nuevo del color rojo de la sangre.

Miré a aquella mujer que tenía delante y aunque gruñí debido al fuerte dolor que sentía, aunque increíblemente sin derramar una lágrima por ello, la reconocí y no me pasó como antes que salí corriendo hacia Gaia con intención de pasar por encima de su cadáver.

Mis manos, las levanté para ver algo parecido a unas pequeñas garras peludas pero que aún conservaban su forma y luego miré el resto de mi cuerpo y vi pelo en él, aunque no como antes, sino menos.

- ¿ Por qué ahora soy más pequeña y parezco más... humana? - No entendía nada y pensaba que me trasformaría de nuevo en el inmenso bicho que veía todo desde las alturas.

- Entonces? que vez alli en el espejo, vez al chico lindo que esperabas? - Pregunto el Viejo, si te habia escuchado... bueno ya se te habian quitado estas dudas.

Observaste el espejo buscando respuestas... pero que habia alli? que habian encontrado las otras dos chicas....

- Imagina que eres tu la del otro lado.... Cruza el espejo.... -

Lo lograste - Dijo tu madre mientras sonreia te miro por unos segundos - Esa es la forma Glabros, estas a medio caminos de la fase de guerra - Comento....

- Y mas pequeña? no lo creo - Cuando te fijaste bien habias crecido unos centimetros, tus antebrazos tenian pelo y tu rostro al igual que tu musculatura habia cambiado... - Ahora Brooke, relajate... deja salir al lobo y sigue cambiando... dolera lo se pero es necesario... - Dijo Tu madre..... -Debes llegar a ser un lobo, debes lograrlo -

No me debía de haber explicado bien, pues yo me refería a que era más pequeña que antes cuando había cambiado de forma sin querer, pero sus siguientes palabras me dejaron claro que aún podía cambiar más y aunque aquello era un verdadero suplicio, me volví a concentrar en ello.

- Vale...

Entre mucho dolor, más del que me hubiera gustado, aunque me hiciera sentir más viva que nunca, mi cuerpo volvió a cambiar, y ahora, sí que veía a mi madre realmente pequeña, y cuando conseguí volver a recuperar el aliento, pues como poco me quedaba sin él al hacer aquello por no decir que me retorcía de dolor aullando ahora, asentí con mi enorme cabeza.

- Así de grande decía antes...

Volví a mirar mis pies, ahora enormes, peludos y con forma de cualquier cosa menos de los pies de una mujer.

- En un lobo... - Me lo repetí a mí misma para seguir con lo que ella me pedía.

- Que esté orgullosa de ti Brooke! - Necesitaba mis propios ánimos para aquello. - Duele pero si te fuera a hacer algún mal no te estaría pidiendo que lo hicieras.

Otro fuerte dolor, de nuevo mi cuerpo se retorcio y mis patas delanteras se apoyaron en el suelo. De nuevo, recuperar el resuello y ver que ahora estaba a cuatro patas, aunque sentía la potencia de estas y como mi mandíbula ahora era muy fuerte, no me dolía al apretarla tanto.

- Así soy demasiado grande para ser un lobo.... - Suspiré de nuevo y asentí ante la mirada de mi madre.

El siguiente cambió me dolió bastante más, pero cuando terminó, noté como con una pequeña pata estaba cubriendo mi rostro, como ahora era más pequeña y me sentía ligera, aunque no podía ponerme ni en pie por el esfuerzo realizado y lo agotada que me sentía.

- ¿ Soy un lobo? - Creía que sí mirándome mis patas, pero dejé caer mi cabeza sobre el suelo, notando como mi corazón seguía latiendo con mucha fuerza.

Tu madre sonrio lo habias sabias en ese momento de que eras capaz y ademas notabas como tu madre realmente estaba orgullosa de ti, Jessica aplaudio un par de veces y luego miro hacia la tormenta... - Vamos Pequeña... es tiempo de ver las cosas como son.... siente la libertad.... junta tu fuerza y hechemos a correr por la tierra - Jessica comenzo a moverse tomando velocidad y tras un salto haciendo uso de su rabia paso a Lupus...

Se movio agitando su pelaje - Vamos....- dijo y luego aullo a la luna con cierto emocion palpable.