Partida Rol por web

Fred se dirije a Sullivan con una sonrisa en el rostro.

-Muy bien agente, cuando usted diga, nos movemos. Voy arrancando el coche.-

Tras esto, sale del local y se dirige a una de las dos rancheras aparcadas justo en frente de la comisaría. Las rancheras son de color crema y tienen el logo del sheriff en las puertas

Jules sonrió levemente al ayudante de la sheriff e hizo un pequeño gesto de espera antes de acercarse a Dwigth y tenderle una pequeña tarjeta, con varios números y un dirección de correo.

- Es mi número personal y mi correo electrónico. Estaré pendiente de cualquier llamada por si surje algún problema o dato que querais comunicarme. -dijo, mirando también al resto del grupo.- Estoy seguro de que son lo suficientemente capaces para dejarme a mí el trabajo del laboratorio, pero este caso es lo bastante peculiar como para no dar nada por supuesto, ¿no creen? Mucha suerte y nos vemos en la llamada nocturna.

Y sin mediar mucha más palabra, el corpulento forense se acercó directamente a la puerta del copiloto a la que había ido Fred Willis. Al pobre muchacho le esperaba o bien una densa y macabra conversación hasta Joshuas tree o bien un incomodo y largo silencio...

- ¿No sería mejor que alguien vaya con él? - pregunta mientras observa al afroamericano subiendo a la ranchera - No es que me ofrezca voluntario... - musita tras pensarselo dos veces, recordando la fama del forense - Pero no se si deberiamos dejar sola con un ayudante de sheriff a una de las dos personas más capacitadas del equipo. - determina sin dejar de caminar.

La agente Sparks meditó sobre la nueva información. Los crímenes se habían sucedido de manera relativamente rápida, lo que con “suerte” podría indicar un modus operandi no muy metódico, que podría haber conducido al asesino a cometer algunos errores. Pronto lo descubriremos…

Salina asintió cuando intervino el agente Johnson. – Sí, es posible que el asesino intente atentar contra nosotros al considerarnos como la principal amenaza frente a sus planes. Si os parece bien, yo acompañaré a Sullivan. Os informaremos de cualquier avance o pista que obtengamos de las evidencias que hayamos podido encontrar en el análisis forense-.

La agente Sparks consideraba que era la mejor opción puesto que, aunque no entendía sobre ciencia forense, con las conclusiones del agente Sullivan podría ayudar a llegar a alguna conclusión. Además, tenía suficiente estómago como para participar de las autopsias sin perder la concentración ni la sangre fría, necesarias para realizar un análisis adecuado de los datos que extrajeran. Eso sin contar que la motivación del agente Johnson –el otro “músculo” del equipo– sería mayor acompañando a su admirado John Dwight que yendo con el incómodo forense.

Salina intercambió sus datos de contacto con sus otros dos compañeros y se situó junto al agente Sullivan.

En cuanto la agente Salina entra en la ranchera esta arranca con un sonoro ronroneo y se pone en marcha. Al volante, el joven ayudante de la sheriff conduce con rapidez, tras lo cual, tras unos minutos, salen del pueblo y el vehículo enfila en dirección al pueblo. En un intento por amenizar el viaje, el joven empieza a hablar.

-Bueno, un asunto asqueroso este del asesino. Lo cierto es uqe hasta ahora, lo más grave que habíamos tenido que atender eran pequeñas peleas entre gente del pueblo y algún borracho. Es terrible ver un cadáver ¿no creen?-

Tras un giro del volante, la ranchera sale a la carretera principal.

Al salir de la comisaria del sheriff, acompañados por la  joven, os encamináis andando hasta la tienda de Elmore. Mientras camináis, comprobáis lo pintoresco que es el pueblo y sin embargo, se pueden distinguir dos corrientes, una más conservadora, que parece intentar luchar contra el avance del tiempo y otra más moderna, seguramente de jóvenes recién llegados al lugar que traen las nuevas tendencias. Tras apenas unos minutos, llegáis hasta un pequeño edificio algo sucio con un escaparate con diversos alimentos. Tras acercarse a la puerta, la sheriff la abre y tiende la llave al agente Dwight.

-Muy bien agentes, aquí les dejo solos. Debo atender unos asuntos. Sin embargo, si tienen cualquier duda, pueden llamarme a este número.-

La sheriff les tiende un papel con un número de móvil escrito en él. Entonces, con un saludo, se aleja calle arriba hacia la comisaría. Os encontráis solos.

Sullivan, sentado en asiento del copiloto, ladeó levemente la cabeza y miró al joven ayudante desde detrás del cristal de sus gafas.

- En realidad, no hay gran diferencia entre un cadáver y una persona durmiente, exceptuando obviamente los signos vitales básicos y las supuestas heridas, si es que las sufren. Es más, en la época victoriana era habitual tomar fotografías postmortem de bebes y niños fingiendo que estaban dormidos. La muerte es tan desagradable como usted quiera hacerla, Sr. Willis. Para mí es solo parte de mi trabajo y un paso más tras la vida, aunque he de decir que en ciertos momento me incomoda no saber hacía donde. Por supuesto -Enfocó los ojos fijamente hacía el retrovisor central, intentado encontrar a la Sra Sparks- yo solo soy un forense y estoy seguro de que para ustedes, los agentes de campo, será algo mucho menos científico, más...humano.

Durante unos instantes, Fred permanece callado, para finalmente romper en una sonora carcajada.

-Muy buena agente. Eso esta bien, sentido del humor- Se sigue riendo mientras se seca un par de lágrimas que resbalan por su mejilla. -¿Sabe? Casi me lo creo jeje. Fotos de niños durmiendo. ¿Es algún chiste de forenses? Muy bueno, si señor.-

Entonces sigue conduciendo por la carretera.

Sullivan se quedó unos segundos en silencio, ciertamente sorprendido, e incluso dirigió la vista a la agente Sparks con incredulidad.

- Me temo, Sr. Willis- dijo, bajandose levemente las gafas - que es un hecho histórico de sobra conocido y contrastado. Para esa gente era el único recuerdo que podrían conservar de sus seres queridos, ya que las fotografías eran un bien escaso y caro, y se atesoraban con cariño. Es más, es altamente probable que si ve alguna fotografía de aquella época, este viendo un cadáver. Es fácil de comprobar: al ser fotografías de larga duración, los vivos parpadeaban y por lo tanto, se veía a la vez en la foto el ojo abierto y el ojo cerrado. Los muertos no. 

Se adentra en el interior de la tienda no sin antes dedicar una sonrisa a la sheriff a modo de despedida, el suelo de madera cruje bajo sus pies, observa a su alrededor con cierta inquietud, no sabía muy bien que buscar... Así que recorre con la mirada la sala, intentando ver si algo llamaba su atención.

John entró en la tienda tras el agente Johnson. Se toma unos segundos en la entrada, mirando a su alrededor, y acto seguido rebusca en sus bolsillos hasta dar con unos guantes para recogida de pruebas.

- Bien, empecemos a buscar.

Una vez dentro de la tienda, lo primero que os llama la atención es que, a pesar de su pequeño tamaño, las estanterías se encuentran medio vacías. Muchos de los productos (Todos alimenticios) están caducados o a punto de caducar y una fina capa de polvo cubre estantes y el mostrador. En este hay varios cajones con papeles, un libro de cuentas y algo de dinero. Tras el mostrador hay una puerta cerrada. Por lógica, debe llevar al almacén.

Tras echar una rápida ojeada, no ves nada que te llame la atención, salvo por los productos en mal estado que habrían echo las delicias de cualquier inspector de sanidad. Te sorprende saber que cosas así no solo se vende, sino que se compran y consumen. Después el mundo se sorprende de la tasa de muertos por enfermedades en estos pueblos apartados. Cuando estas dispuesto a hablar con John, ves que este s e arrodilla en el suelo donde al parecer hay una mancha oscura, justo en frente del mostrador por donde acabas de pasar apenas unos instantes. Se te pasó por alto.

Con ojo clínico, localizas el primer elemento extraño, una mancha en el suelo, justo en frente del mostrador. En un principio crees que el agente Johnson lo investigará, pero este parece pasar de largo y se dirige al fondo. Prefieres no montar una escena y te diriges en persona al lugar de la mancha donde te agachas para examinarla de cerca. Tiene un color oscuro por el paso del tiempo, aunque se puede adivinar una tonalidad rojiza. Tras acercarte un poco más y olerlo, te llega un fuerte olor dulzón mezclado con podrido. Frambuesas, parece ser una antigua mancha de mermelada.

Tras el último comentario del agente Sullivan, el rostro de Fred se torna en horror tras lo cual se encierra en un mutismo y con la mirada fija en la carretera, conduce sin volver a sacar el tema. Al final, el resto del viaje se hace en completo silencio por parte de los 3 ocupantes. Tras hora y media más de coche, finalmente llegáis al pueblo de Joshua Tree. Siendo una ciudad más grande y mejor comunicada, esta se asemeja más al típico pueblo moderno de estados unidos, con chalets coloridos y edificios nuevos. Tras recorrer un par de calles, llegáis a un gran edificio gris en el que se puede leer una placa

“Instituto medico forense de Joshua Tree”

Tras aparcar en la puerta, los 3 ocupantes os dirigís a la entrada donde una joven sentada tras un mostrador os pide la documentación. Gracias a la presencia de Fred, el proceso es rápido y en pocos minutos estáis recorriendo los fríos pasillos del edificio. Al poco llegais a un pequeño despacho donde la joven os dice que esperéis.

-Si esperan unos instantes, el doctor Gullavson llegará enseguida-

No os hace esperar demasiado. Al poco entra en la sala un hombre rubio y delgado, de mediana edad que os tiende la mano.

-Soy el doctor Mark Gullavson, un placer, agentes. No tengo mucho tiempo así que si no les importa vayamos al grano. ¿Por donde quieren empezar?-

- Vaya... - suspira acercándose a su superior - Si llega a ser un perro, me muerde en el culo... - sonríe acuclillándose al lado - Buena vista, jefe. - dice examinando la mancha al mismo tiempo que John, también saca el teléfono y hace una foto.

Aunque a cualquier otra persona, hora y media de viaje en silencio le hubiera resultado incomodo, lo cierto es que el forense lo disfrutó como un enano con una sonrisilla interna. Le hacía gracia la simplicidad animal, el terror, con el que la gente afrontaba esas cosas, sin plantearse la visión de aquel momento.

Y, bueno, tenía que mantener la fama que se había ganado, ¿no?

Más allá de aquel mutismo, el chico no parecía guardar nada personal contra él (o era mejor profesional que mucha gente del cuerpo) pues apenas habían llegado al hospital y ya estaban frente al doctor Gullavson. Rubio, delgado...sabía apreciar el humor del destino, asi que no pudo evitar una leve sonrisa al ver a dos personas absolutamente opuestas físicamente dedicadas a lo mismo.

Jules estrechó la mano del doctor e inclinó levemente la cabeza a modo de saludo. Le gustaba la gente directa, y más cuando era gente que estaba entre él y su trabajo. Hacían las cosas mucho más faciles.

- Yo soy Jules Sullivan, el forense del grupo dedicado a la resolución del caso, y ella es la Señorita Sparks, que viene a ayudarme y en calidad de nexo de unión con el resto del grupo. -señaló con su amplia mano a Salina, esperando un momento por si quería presentarse personalmente-Prometo que robaremos lo mínimo de su tiempo. Si no le importa, me gustaría empezar viendo los cuerpos.

El doctor asiente ante la petición de Sullivan, sin embargo, los agentes pueden notar como el forense les mira con aire de suficiencia. Es solo un instante y se desvanece rápido, el detalle queda grabado en vuestras retinas. Mientras camináis, el doctor empieza a hablar.

-Los cadáveres ya presentaban rigor mortis cuando llegaron aquí. En ambos casos, las muertes se produjeron por herida de arma blanca, un arma curva a mi parecer-

Entráis en la típica sala donde se conservan los cadáveres y acompañáis al doctor hasta dos habitáculos que, al llegar, abre primero uno, luego otro. Dos bultos con forma humana se encuentran tapados con sabanas blancas. Entonces levanta ambas sábanas mostrando los cadáveres. Alguien tras vosotros suelta un carraspeo. El agente Fred se agita.

-Si me disculpáis, yo os esperaré fuera-

Podéis ver cómo sin esperar a que os despidáis, sale corriendo de la habitación con la cara de color ceniza. Tras sonreír socarronamente, el forense continua, esta vez señalando a los cadáveres.

- El señor Bale presenta una incisión pectoral que le atravesó el corazón. En cuanto al señor Elmore, presenta una amplia incisión en la zona abdominal que derivó en la salida al exterior de parte del aparato digestivo. El cadáver presenta además una fuerte contusión en el cráneo, fruto de un fuerte impacto. Los cadáveres parece que fueron manipulados para ponerlos en una postura determinada.-

Henchido de orgullo, mira al agente Sullivan y con falsa amabilidad le hace un gesto hacia los cuerpos.

-Por favor, si desea mirarlo por usted mismo-

En su voz se adivina cierta sorna muy mal disimulada.