Partida Rol por web

El ambiente cenizo que originó la llamada de Lewis se ha mantenido en el aire, ayudado por la oscura tormenta que se ha apoderado del pueblo. Una vez en la casa y en la habitación que me ha correspondido me siento en la cama por un buen rato, con la mirada perdida en un punto cualquiera de la pared del cuarto.

No puedo dejar de pensar en las víctimas y en el M.O. del asesino. 

¿Un imitador que realizó un desastre de la primera muerte? De alguna manera Lewis está conectado con este caso más allá de ser un símple ídolo de pirados. ¿Guió la mano de Lewis voluntariamente los cortes del asesino? De ser así, ¿por qué tanta diferencia entre ambas muertes? ¿Por qué querer incriminar al loco del pueblo? ¿Qué hay en la iglesia?

Demasiadas preguntas.

Transcurrido un largo rato, me incorporo con un sonoro suspiro y bajo al salón tras lavarme la cara en el lavabo del baño.

El resto de mis compañeros parecen haber comenzado ya la discusión, así que me quedo en silencio apoyado en el marco de la puerta a la espera de la respuesta de Johnson a la pregunta que Dwighr acaba de formularle.

La pregunta de Dwight le pilló desprevenido.

¿Qué es lo que pretendía?¿Examinarle?¿Ridiculizarle de nuevo? Estaba claro que el agente al mando no contemplaba ninguna opción o punto de vista que no fuese el suyo.

Decidió medir sus palabras.

-Bueno, es evidente que Lewis tiene mucho que ver en éste caso. Y el hecho de que tenga tanta información apunta a que el asesino no es un imitador, si no más bien un sicario del propio Lewis. No digo que el que lo esté haciendo no esté disfrutando, pero parece que todos los pasos que va dando están dirigidos- cogió aire antes de continuar.

-Eso explicaría la diferencia abismal entre los dos asesinatos. Puede que el homicida nunca hubiese pensado en matar a nadie antes de que Lewis le metiera la idea en la cabeza, pero después de probar la sangre le empezó a coger el gusto...-

Se levantó de su asiento y dió unos pasos hasta la ventana.

-Sea lo que sea que nos espere en la iglesia va a tener la marca de Lewis-.

Se cayó unos instantes, no sabía si expresar la idea que le rondaba la cabeza, pero sabía que al menos Selina pensaba como él, lo que le ayudó a continuar.

-Sigo sin fiarme de la sheriff y su ayudante- añadió escudriñando el exterior de la casa de huéspedes, como si esperase que el esasperante Fred apareciese por debajo de la ventana.

Cuando el Agente Johnson dice la última frase, una tos suena desde un mueble cercano. Es Glenda Norm, la dueña de la casa de huéspedes, armada con un plumero. La situación la hace sonrojarse, aunque no duda en intentar disimularlo, sin éxito.

- Lo siento. Sólo estoy limpiando un poco. - Dice nerviosa y a continuación se va a otro lugar, huyendo del sofoco.

Un ruido puso en alerta a todo el equipo. Tal era la tensión del momento que una simple tos por parte de la señora Norm atrajo las miradas de los cuatro. Cuando la dueña del hotel se largó, Dwigth retomó la palabra. No sin antes hacer una pequeña pausa, como si lo que fuera a decir fuese especialmente revelador. 

- Personalmente creo que podría tratarse de una trampa. Suspiró, dejando que la pausa dramática hiciera su efecto y captase la atención de todo el mundo. Los asesinatos, las fotos... Resultaba evidente que el FBI tomaría cartas en el asunto, y de todos los agentes, creo que yo era el que tenía más papeletas para encargarme del caso. Si Lewis quisiera tenerme aquí en este momento, le habría bastado con dar unas instrucciones exactas a una persona de confianza. Un lacayo con la suficiente sangre fría para cometer los crímenes, pero quizá no un asesino per se. Hizo un gesto de reconocimiento hacia Peter, quizá la primera deferencia en esa dirección desde que llegaron a Ashville. En ese punto estoy de acuerdo con el agente Johnson. Nuestro asesino está aprendiendo. Por supuesto, sabría todo acerca del asesinato, pero solo en teoría. Sólo a través de las enseñanzas de Lewis. Pero no hay nada como la experiencia para aprender. 

Selina quiso decir algo, pero Dwight le hizo un gesto para que le dejase decir algo más. 

-La intervención telefónica del señor Lewis fue breve, pero suficiente para mencionar el... incidente de la bomba. Tuvo que hacer un visible esfuerzo por continuar, claramente compungido por sus recuerdos. Yo era el blanco de aquella bomba. Era a mí a quien quería ver muerto Lewis. Le pisábamos los talones y yo representaba su principal amenaza. Sin embargo lo pusimos entre rejas. Dijo sin un ápice de orgullo, tampoco de humildad. Ahora está intentando vengarse. 

Selina escuchaba con atención el desarrollo de las teorías de sus compañeros. Después de iniciar las indagaciones por el pueblo y por las escenas de los crimenes, era la primera reunión del equipo para poner en común sus ideas. Un momento de los más importantes de la investigación, para empezar a encaminar sus pasos en una dirección o en otra. Tras escuchar las palabras de Dwight, creyó que era buen momento para realizar su aportación:

-¿Y si se tratara de un admirador? Una persona que siguió con especial interés el caso de Lewis, y ha desarrollado un vínculo con él. Que de alguna manera se pusiera en contacto para expresar su admiración y hayan establecido una relación de maestro-alumno.-Se paró un par de segundos, atento a las reacciones de sus compañeros, antes de continuar-No dudo que Lewis haya aprovechando la circunstancia para contactar con nosotros y añadir un grado mas de diversión a nuestra costa. Tiene recursos suficientes para haber deducido que mandarían a un equipo dirigido por el agente Dwight para ocuparse de este asunto. Sé que mi teoría es muy parecida a la que ha ofrecido el jefe, pero difiere en el hecho de que no descartaría tan rápido que el autor material de los asesinatos no tuviera impulsos homicidas propios. Y que gracias al apoyo de su particular maestro esté consiguiendo llevarlos a cabo. Podría ser más peligroso de lo que estamos pensando.

Al acabar de hablar, dirigió una mirada a sus compañeros, parándose en último lugar sobre el rostro el doctor Sullivan, que era el único que quedaba por aportar sus ideas, como una silenciosa invitación a que completara aquel círculo de primeras impresiones.

Me rasco el mentón mientras, cabizbajo y con la mirada perdida en ningún lugar concreto del suelo, pienso sobre las opciones que presenta el equipo. 

Siento la mirada de Sparks posarse en mí y alzo la vista hasta encontrarme con la suya. Arqueo una ceja al tiempo que una idea corre por mi mente.

- Sea un admirador o una marioneta de Lewis, ¿tal vez podamos rastrear las cominicaciones del preso? En el primer caso, es muy probable que el admirador mantuviese una correspondencia o comuncación más o menos contínua con Lewis en la que profesaba su pasión por la obra del asesino. En el segundo, Lewis habrá tenido que ponerse en contacto de alguna forma con su marioneta para darle instrucciones. En cualquiera de los dos, puede que incluso aquél que buscamos haya llegado incluso a verse en persona con Lewis en la cárcel, tal vez le haya visitado mientras esaba en prisión. - Hago una breve pausa - Creo que deberíamos contactar con la prisión federal y que revisen todo contacto con el exterior que haya podido tener Lewis en los últimos meses, y si ha recibido alguna visita frecuente recientemente -

Me vuelvo hacia Dwight.

- Respecto al aviso en la iglesia, estoy de acuerdo. Si hay una bomba y es una trampa, deberíamos llamar al HDS y que se presenten aquí cuanto antes. -

-Os recuerdo que la sheriff y su ayudante también tienen la información de la iglesia. Puede que a éstas horas lo sepa medio pueblo. Si tardamos mucho en ir pueden contaminar cualquier prueba o...- se detuvo un momento para asegurarse de que su querida anfitriona no estaba cerca -hacerlas desaparecer-.

No estaba seguro de lo que podían encontrar en aquel lugar, pero lo que tenía claro es que, si se trataba de algo valioso, una pista que les pudiese encaminar hacia el asesino, tenían que llegar a ella antes que cualquiera de los habitantes de Ashville. 

Dwigth sintió levemente ante las reflexiones de Selina y el doctor Sullivan. Al agente Johnson, por el momento, simplemente le ignoró. 

Resulta evidente entonces que el señor Lewis tiene algo que ver con estos asesinatos. También es necesario que se haya puesto en contacto de alguna manera con alguien del exterior. Llamadas telefónicas, mensajes escritos, visitas... Habrá que investigar en qué tipo de condiciones de confinamiento ha vivido Lewis los últimos meses y en especial las últimas semanas. Si ha tenido compañeros de celda, si ha podido comunicarse con el exterior, con los guardas de seguridad, con el mismo alcaide. 

Esta vez, sí, se dirigió a Peter. 

Señor Johnson, su manifiesta falta de confianza en las fuerzas locales me empieza a resultar inquietante. Déme una sola razón para desconfiar de la sheriff Baker o su ayudante, Fred Willis, e iremos derechos a esa Iglesia. De lo contrario, se encargará la unidad de explosivos de lidiar con el asunto. No pienso poner en peligro a ninguno de mis hombres de manera gratuita.

Su expresión vuelve a tornarse una máscara fría e impenetrable, pero dentro, John Dwigth revivía una y otra vez los gritos de horror de su unidad al ser atravesada la metralla de aquella bomba. El cuerpo del agente Finnegan inerte en el suelo, el torso calcinado de la agente Powers, su amigo, Héctor Sanchez, sangrando de los ojos y los oídos, y los aullidos de Sanders, que quedó atado a una silla de ruedas el resto de su vida. 

No, definitivamente no iba a dejar que aquello ocurriera de nuevo.

-No tengo ninguna razón en concreto. Si la tuviese ya estarían ambos detenidos- contestó a la pregunta de Dwight -Junto con el señor Hill- apostilló sabiendo que el agente al mando entendería la referencia al hecho de que la detención del loco Hill se había llevado a cabo sin ningún tipo de cargo o prueba en su contra.

-Lo que quiero evitar son filtraciones innecesarias, ya sea por candidez o por mera estupidez todo el mundo en este pueblo son "como de la familia" y no me gustaría que alguna prueba desapareciera porque la sheriff o su ayudante comentasen algo a alguien indebido-.

-Ahora bien, ¿quiere esperar aquí hasta que lleguen los artificieros o la Guardia Nacional o quien quiera que tenga que venir? Por mí perfecto, señor- concluyó estirándose en toda su envergadura, casi como si se estuviese cuadrando ante un oficial de los marines.

Selina asistía en prudente silencio al encontronazo dialéctico, una vez más, entre sus compañeros de equipo. Estaba convencida de que Johnson era un buen tipo, y un agente más que cualificado para formar parte del grupo de investigación. En el FBI no se toman estas cosas a la ligera, si estás en tal o cual sitio, es porque has demostrado que lo vales. Pero tal vez estaba teniendo una actitud demasiado cuadriculada, algo que parecía chocar frontalmente con su jefe de equipo. Solo esperaba que la fricción producida en estos momentos no degenerara con el paso del tiempo trabajando juntos.

-No creo que ninguno aquí tenga ilusión por salir volando por los aires en la iglesia de este pueblo dejado de la mano de Dios. Pero entiendo que, en todo caso, si que acudiremos para estar presentes junto con el resto de las autoridades que supervisen la operación de la gente de explosivos, a una distancia prudencial, ¿no?

Nadie podría verlo reflejado en el rostro hierático del agente Dwight, pero Selina creía intuir los motivos por los que su jefe ponía tanto celo a la hora de acercarse con su equipo a una zona con explosivos. Y más sabiendo que la mano de Lewis parecía tener alguna influencia en todo aquello.

Dwight asintió, serio. No le gustaba el tono de Johnson, no le gustaba en absoluto. Sinceramente, estaba cansado de su actitud díscola, pero no se dejó incitar por las pullas del joven marine. Ya daría parte a las altas esferas cuando fuese el momento. Selina, por su parte, aportó algo constructivo, aunque sus comentarios no reflejaban más que lo evidente.

-Por supuesto, señorita Sparks. Estaremos presentes, junto al resto de fuerzas locales, y me temo que un buen puñado de curiosos también. -se dirigió al doctor Sullivan. -Quiero que se ponga en contacto con el HDS inmediatamente, señor Sullivan. Trasmítales la máxima urgencia y con suerte los podremos tener mañana por aquí. 

Ya se habían demorado suficiente, le había pedido a la sheriff Baker una hora y no pensaba ausentarse por más tiempo que el prometido. Se encaminó, con las manos en los bolsillos, hacia la salida del hotel. Ya en el marco de la puerta giró sobre sus talones y posó su lacónica mirada sobre Peter Johnson. 

-Entiendo sus suspicacias, agente Johnson, por muy poco justificadas que estén. Por ese motivo vamos a interrogar al joven Fred Willis. De hecho, va a ser usted quien lleve el peso del interrogatorio.

El teléfono móvil del Agente Dwight suena en su chaqueta. Es la Sheriff Baker.

- ¿Agente Dwight? Hemos evacuado la iglesia, - Hace una pausa de un par de segundos, para continuar con un tono tranquilo aunque algo hastiado. - pero Mary Benson se niega a abandonar el edificio. Repite continuamente que allí no hay ninguna bomba y que son... bobadas. Insiste en continuar con los oficios habituales de la iglesia. - De fondo se escucha a una mujer, algo airada, lanzar frases como "¡Dejen al párroco hacer su trabajo!", "¿Quién iba a querer poner una bomba en una iglesia?" o "¿En serio, Joanna? ¿Vas a echarnos de la iglesia?" - El párroco parece dispuesto a obedecer, pero Mary Benson está... montando una escena. - Termina en voz más baja.

Peter asintió a la ¿proposición?¿orden? de Dwight de interrogar al ayudante de la sheriff, no le daba miedo ni aquel pobre paleto ni la presión a la que pretendía someterlo el agente al mando.

Estaba pensando en una respuesta mordaz cuando sonó el teléfono. Era la sheriff. ¿Cómo lo hacía para ser tan oportuna?

Escuchó las palabras y se puso la chaqueta.

-Hay que sacar a esa mujer de allí. Si hay una bomba podría acabar con ella- dijo con un tono más apremiante de lo que deseaba.

-No me importaba esperar si la iglesia estaba vacía, pero si existe la posibilidad de que haya víctimas mortales no puedo quedarme mirando- añadió.