Partida Rol por web

Aquel hombre que habló se acobarda y los que están con él también al escuchar a la terrible mercenaria hablar de la hambre de su lobo, poco a poco todos abren el círculo. Deja deja muchacho, más vale que nos acompañes para que nos pongan esa buena cerveza y sino que te encargues tú de él eh, una sonrisa sale aunque nada agraciable, ya que ves que sus dientes están en muy mal estado. 

Mientras los dos mercenarios se alejan escuchan los gritos de su Jefe al tendero ¡ESTÁS LOCO NO, NO LO HARÉ! No me puedes pedir esto he dicho que ¡NO!

Vais viendo que el pueblo es muy simple un camino recto es toda la vía del poblado, agrupadas a su alrededor casas de un mismo tamaño y de los mismos materiales. Creéis que esa estructura cuenta en la táctica que utilizaron cuando el poblado fue atacado al no tener los orcos ningún punto al que dirigir sus ataques, la taberna parece otra casa más y si no fuese por la gente que va entrando no sabríais localizarla al no ser por el ruido tan estridente que sale de su interior.

Al entrar veis que los granjeros, propios de las granjas de alrededor conservan distintas cicatrices de guerras, todos ellos han sido los responsables de defender sus granjas ante el invasor. Como así lo reflejan algunos en sus cicatrices faciales pero estos son los más agraciados a otros les falta una pierna o un brazo. Las mesas están abarrotadas y el único espacio es cerca de la barra aunque esté a rebosar, las jarras de cerveza corren de un lado para otro y es una mujer la que se ocupa de todo ello, a causa de su edad creéis que es la la mujer del posadero.

Estos guardan un silencio total cuando entráis algunos os miran de cara y otros de refilón, el posadero al percatarse de esta circunstancia os grita: Señores ¿qué queréis tomar? Mientras la gente os va abriendo paso y lo que parecía muy difícil para pasar ahora parece lo más fácil del mundo. 

Adowyn avanza hacia la barra, seguida de Leryn, que ignora por completo a los presentes, y al llegar a la misma levanta tres dedos y señala a una jarra de cerveza.

Luego parece recordar algo y dice, Uh, y trae agua para mi amigo de cuatro patas; con un cubo bastará.

Los gritos del líder de la caravana pudieron ser escuchados perfectamente, llamando la atención de Eloki. ¿Acaso sucedía algo que pudiera traerles problemas durante el viaje de vuelta? De ser así, esperaba ser informada lo antes posible... pero por ahora dejaría al hombre tranquila. Ya le preguntaría luego con calma.

Al entrar en la posada, pudo ver fácilmente que allí todos eran combatientes hechos y derechos muy a su pesar. Eso la puso un poco nerviosa y procuró ser lo más discreta posible. Se dirigió a la barra, pero ya Adowyn había pedido, por lo que se limitó sentarse tranquilamente, dejando el mosquete a su lado con un suspiro.

Una vez pedida la cerveza, Adowyn se acerca a la mesa de Eloki y, tras hacerle señas a Barstan de que se acerque, se deja caer en el asiento con un gemido.

Bufff, no sé qué me hace más falta, si esa cerveza o un buen baño. ¡Del puto polvo del camino tengo el toto en carne viva!, dice en voz baja, sólo para su compañera.

Una vez pedida la cerveza, Adowyn se acerca a la mesa de Eloki y, tras hacerle señas a Barstan de que se acerque, se deja caer en el asiento con un gemido.

Marcus el posadero os pone las cervezas, aquellos que van con vosotros los caravaneros también piden de las suyas.

 - Edrus: ¿Y bien señores que tal el viaje? os dice mirando a todos en especial a vosotras. 

- Grump: Bien bien dice Grump mientras da otro sorbo a su cerveza, estamos más tranquilos con los mercenarios, los viajes lo hacemos con menos nerviosismo.

- Edrus: ¿Tan fuertes son? quizás si son así deberían de hablar con el alguacil seguro que podrían ser de ayuda en el pueblo, y les pagaría bien.

- Grump: No, son nuestros mercenarios no trabajan para nadie más. Dice mirando al tabernero enrabietado...

- Edrus: Oh vamos Grump tenéis las posaderas tan jodidas que al menos deberéis estar una semana, pero vuestros hombres de armas parecen más frescos seguro que pueden ganar un poco de dinero extra mientras.

- Grump: Se queda pensativo, lo que quieran hacer mientras descansamos no me incumbe siempre y cuando traigan buen aspecto al iniciar el viaje.

- Edrus: El posadero otra vez sonríe a Grump y os mira, ¿y bien señores os interesa ganar algo de dinero mientras vuestra caravana descansa?

Adowyn se mira a sí misma, mira a Eloki, y contesta en voz neutra: tienes mala vista, posadero. No es señores, es señoritas. ¿Verdad, Eloki? Finas señoritas de Oppara*

Eloki alzó una ceja, mirando a Adowyn por debajo del sombrero cuando la habló así.

- Aunque pueda agradecer el baño igual que tú, no hacía falta ser tan gráfica - suspiró, acomodándose en su asiento -. Pero puedo esperar un poco más.

Cuando tuvo la cerveza delante, la cogió y dio un trago largo y tranquilo, dejando que la cerveza le relajara la garganta y apagara su sed. Mientras hacía eso, escuchó la conversación entre el posadero y los de la caravana. ¿Trabajo? Siendo la región en la que estaban, la hobgoblin podía hacerse una idea de qué clase de trabajo sería, pero algo la mosqueaba.

- Señorita sí, pero habla por ti en cuanto a lo de fina y de Oppara - resopló ante las palabras de la cazadora, antes de mirar al posadero -. ¿Cómo es que el alguacil busca gente? Esta no es una comunidad en la que falten manos hábiles para pelear.

Barstan ya había asumido que iba a tener que limpiar los caballos cuando la actitud de las mercenarias hizo recapacitar a los caravaneros, así que finalmente acabó acompañando al grupo hasta la taberna.

Allí, cuando la gente empezó a pedir, Barstan miró a Marcus (no era Edrus en el post inicial?) enarcando una ceja de forma que el posadero entendiera la que se le vendría encima si servía su notoria agua amarilla.

Adowyn, la mercenaria del lobo, le hizo señas para que se sentara con ellas y, tanto para no ser descortés como para conocer un poco mejor a sus posibles compañeras, así lo hizo.

Cuando se acercó, la conversación parecía haber derivado de una insinuación sobre bañarse y señoritas, hacia un posible trabajo que Marcus estaba ofreciéndoles.

¿Me he perdido algo? -preguntó Barstan sentándose con una jarra de cerveza en la mano- ¿Y oye Marcus, porqué dices que el alguacil necesita ayuda y yo no me he enterado de nada? -añadió, rezando para que no tuviese nada que ver con los malditos cruzados. Al fin y al cabo, el alguacil estaba en un principio de su parte, como el resto del pueblo.

Unas gotas de sudor caen por la frente del posadero cuando se da cuenta de su tremendo error, oh señoritas perdonen claro señoritas, voy a darle de beber a ese lobo...dicho esto coge un cubo de agua y lo pone encima de la barra. Perdone te dice quizás por la gran cantidad de gente que sería muy dificultoso dejar el cubo en el mismo suelo. Barstan o Barstan échame una mano, y no tiene nada que ver con los orcos, pero nos está prohibido hablar de lo acontecido, si Barstan te has perdido muchas cosas al estar...ve que no tiene que dar más información que la debida. Ya sabes...te dice mientras os mira por si todo va bien. 

Oh vamos Edrus ya está bien de tanto secreto cuando todos sabemos lo que sucede, después se envalentona para contar lo sucedido. Hace unos días, en una granja de la periferia, algunas cabezas de ganado fueron brutalmente masacradas en sus rediles; luego fueron asesinadas dos personas la camarera Saki, que nunca regresó a casa tras salir del trabajo en esta posada y el pastor Beven, a quien atacaron junto con su rebaño cuando regresaba a la ciudad. 

Su voz cambia a la de súplica tenéis que hacer algo con los ataques, tememos que sean cosa de bandidos o de alguna bestia de los alrededores. 

Adowyn escucha al tabernero y al lugareño con cara de interés, y cuando acaba suspira.

Demasiada tranquilidad, dice. Vale, dadme tiempo para tomar un baño caliente y cambiarme de ropa y después echaré una ojeada. ¿Tú que dices, Eloki, echamos una mano a esta buena gente?

Sea lo que fuera lo que hubiera pasado, resultaba curioso que uno de los lugareños no lo supiera, y aún más que el alguacil quisiera mantenerlo en secreto. Al menos, en una comunidad como esa que estaba cada dos por tres peleando con los orcos. ¿Es que acaso se trataba de algo distinto?

Sin embargo, otros no querían quedarse callados y uno de los lugareños se lo explicó. Lo de las vacas no desentonaba con los orcos, pero... ¿desaparecer una mujer en mitad de la población? Eso ya era más inusual.

Bebió largamente de su cerveza, encogiéndose luego de hombros.

- Podríamos, sí. Lo primero sería hablar con el alguacil, de todas maneras, para ver si él está interesado en nuestra ayuda.

Pues entonces hagámoslo al revés, dice Adowyn. Mientras preparan el baño hablamos con el alguacil.

Se levanta y mira de soslayo a Barstan y a las hachas que lleva al cinto. Si sabes usar bien eso, igual te interesa apuntarte a la fiesta. Será divertido.

- Es una idea - aceptó Eloki, apurando su cerveza -. Pero no sé si aparecer delante del alguacil cubiertas de polvo del camino va a causar una buena impresión.

Se puso en pie, cogiendo su mosquete y luego mirando al semiorco.

- ¿Nos guías, por favor?

Así que por eso no he visto a Saki por aquí... Joder, era una buena chica.

Barstan se levantó apesadumbrado.

Por supuesto que voy. Pero no creo que sea divertido. Vamos, seguidme. dice Barstan mientras se dirigue a la puerta.

Señoras dice el posadero cada vez más envuelto su cara en sudores y con la boca seca al parecer por las veces que intenta tragar. No hay ese tipo de cosas aquí, tenemos el Río Cernícalo y ahí es donde todos van a bañarse o refrescarse. No obstante podemos incorporarlos en algunas habitaciones supongo que algunos barriles de cerveza podrían servir a modo de baño, y traer el agua también en dichos barriles pero ya sería demasiado tarde para hoy, en todo caso para mañana al mediodía estaría todo listo. Claro que los lujos se pagan por...Se queda callado cuando ve la reacción de los aldeanos al mirar estos cada vez al posadero de peor modo se podría hacer para mañana no hay problemas. Te dice finalmente en una sonrisa fingida con su rostro empapado en sudor.

Coges un abrevadero o similar, que pueda contener agua y no se salga, lo pones en un cabina tipo letrina pero más grande detrás de la posada. A continuación calientas agua en cubos y lo llenas (o buscas un lanzador de conjuros que te caliente el agua). Ya tienes tu bañera. Esta idea de negocio que te acabo de regalar te permitirá cobrar a tus parroquianos un tanto por baño caliente. De nada, dice Adowyn con sorna.

Después le da un cachetito cariñoso al posadero y sale en dirección a la puerta encogiéndose de hombros ante la mirada asesina de Eloki y dice, rematando: ¡Hombres!

Eloki no se molestó con el posadero porque las dijera de ir al río. Ella era práctica y sabía bien que un baño caliente no sólo era un lujo para los viajeros, sino también en ocasiones para los mismos dueños de posadas. Llevaba tiempo y esfuerzo. Y desde luego no era la primera vez que había tenido que usar un río, arroyo, lago o similar para poder asearse.

La hobgoblin suspiró ante la actitud de su compañera, encogiéndose de hombros y diciéndole al hombre:

- Por mí no se preocupe. Estaré bien con el río.

Y se dirigió hacia la puerta, llevando su bolsa y el mosquete a la espalda.