Partida Rol por web

Se va reuniendo un circulo alrededor del pregonero, muchos de ellos marineros interesados, otros menos los viandantes. Vamos señores el gran duque Su excelentísimo Donosti gaugrel financiará este proyecto cuyos cooperantes son miembros prestigiosos de la Universidad de la ciudad. El fin es encontrar artefactos que al parecer fueron depositados por una antigua civilización más avanzada, cuyos hallazgos serán recompensados por una buena cantidad de oro ¡Sí oro Señores! 

Los murmullos aumentan, la gente por lo bajo empiezan a comentar las buenas nuevas mientras uno de los ciudadanos:

- Ciudadano: ¿Y qué decirnos de la protección? ¿Iremos bien protegidos? esas tierras están olvidadas de las manos de la divinidad no podemos ir sin una buena protección.

- Pregonero: Claro señores el mismo capitán de la guardia elegirá a sus mejores hombres para dicho embarque aquellos que quieran deberán inscribirse en este papel, plazas limitadas que serán expuestas en las afueras de esta posada dentro de dos días, todo aquel que desee inscribirse deberá de argumentar sus capacidades e intereses para este viaje.

-¿Y qué quiere vuestra sociedad de nosotros?- La idea de entrar en una secta no era precisamente alentadora para Samantha la cual estaba considerando partir hacia Osirion según la información que le estaba dando Fulgur. 

...

Todo aquello no le interesaba al numerio, que estaba escuchando los cantares ahí fuera. No había nada que le interesara en un grupo de monjes que se recluyeran para hacer su vida en un lugar apartado.

-No, gracias -sacudió la cabeza- ¿Tenéis algo que ofrecer que no sea iluminación? Porque creo que me están llamando ahí fuera...

No era cuestión de ser grosero, pero siempre podía hablar con ellos DESPUÉS si era necesario. También ir detrás del pregonero, pero no conocía la ciudad, y no sabía cómo organizarse por una ciudad que fuera tan... milimétrica.

Me siento a la espera de la respuesta de los sabios. Además observo a cada uno de ellos algo tenía que decir, de todas formas seguro que el mesonero sabrá donde encontrar al pregonero.- Decid, ¿otros han aceptado vuestra propuesta ya? tenía que sacar información y no sabía si podia ser por este lugar donde encontrar lo que buscaba.

Bron se percata de el poco interés de Samantha como de la negación directa de Hamula. 

Tanto Sullivan como Ernest se ponen un poco nerviosos ante vuestra actitud y hacen gestos para hablar. Pero Bron con una mano los invita a calmarse y guardar silencio.

Señores este invierno ha sido mucho más frío de lo habitual, la nieve ha caído sin cesar y es posible que el paso siga cerrado, voy a necesitar manos fuertes y algún tipo de magia a ser posible para abrir ese camino, hemos comprado ganado para llevarlo a nuestra abadía. Si estáis dispuestos a ayudarnos seréis bien recompensados.

En cuanto a la pregunta de Samantha y Knasus sí algunos de los invitados aceptan y ven que su mente como su cuerpo mejoran con nuestra filosofía, después mirando a Samantha os ofrecemos una invitación para mejorar vuestras cualidades señora, un cambio para mejorar tanto vuestra mente como vuestro cuerpo y en caso de no estar interesada os pagaríamos por vuestra ayuda.

Te parece todo normal, no notas que escondan un interés oculto o te estén engañando.

Parecían... ¿honrados? Sólo debían ser tipos muy, muy raros.

"...¡huh!"

-Oh, bueno -se rascó el cuello: aquello era otra cosa- ¿Comida y techo?

Si era algo así, y además le daban unas monedas, probablemente fuera mejor que irse al culo del mundo, o donde quiera que estuvieran reclutando aventureros. Como cualquier otra persona, asegurarse algo en el zurrón para unos cuantos días al menos y prevenirse para el futuro no le iban a caer mal; mucho mejor que... bueno... cualquier cosa de allí de donde venía.

A Samantha seguía sin hacerle demasiada gracia aquello. No tenía nada en contra de aquellas personas pero no le gustaban ese tipo de organizaciones… no quería verse prisionera dentro de su propio cuerpo por haber seguido a aquella gente.

Imperaba aun el beneficio de la duda y que aquellas personas fuesen honestas y necesitadas de ayuda… pero prefería prevenir a curar.

-Agradezco su ofrecimiento… pero debo rechazarlo Maese Bron. Estoy completamente segura de que entre los presentes habrá gente más capaz que yo para el problema que os aflige…- dijo con toda la cortesía del mundo.

Devan había escuchado con atención, aunque sin acotar nada. Cada tanto tomaba un sorbito del cuerno de hidromiel y miraba la cara de los cultistas y de los demás invitados. Lo que ofrecían era, al menos para el chico, bastante tentador: una mente más afilada, un cuerpo más poderoso... Pero sin embargo, algo no le olía bien.

-¿Puedo hacer una pregunta? dijo tímidamente, cuando un silencio incómodo llenó la mesa ¿Cuál es el método que usan para desarrollar sus habilidades? Quiero decir, no la filosofía y demás, sino... Hacen algún tipo de entrenamiento o meditación especial o...

Dejó la palabra en el aire y volvió a tomar de su cuerno. Los pregoneros de afuera también ofrecían trabajos que el tanto deseaba, y al parecer con una recompensa mas sustancial. Tenía que tener toda la información antes de tomar la decisión.

A la pregunta de Hamula te responde el hombre con una sonrisa de complicidad por supuesto hablamos de un puñado de monedas de oro, nuestro monasterio no es rico pero somos generosos con las personas que nos ayudan a mantener nuestra orden, aunque tengamos que estar durante un año con pocos recursos materiales, pero necesitamos del ganado si hay comida para nuestros feligreses lo demás se puede sobrellevar.

Después se vuelve a Samantha cuando escucha sus palabras por supuesto señora también le deseamos lo mejor en sus cometidos, y ya sabe que si cambia de opinión, estaremos muy agradecidos de tenerla entre nosotros aunque sea por poco tiempo.

Afirma ante la pregunta de Devan con la cabeza mientras que mira pacientemente lo que tiene que decirle, consiste en el aprendizaje de filosofía, teología y ética también incluye ejercicios físicos para mejorar tanto la mente como el cuerpo.

Con la información que recibes te das cuenta que no aceptan a cualquiera y solo los eruditos tendrán cabida en este viaje, solo personas que se dedican al bello arte de la escritura o que tienen algún trabajo a fin. Muchos de los viandantes siguen su marcha sabiendo que sus capacidades no llegan a tanto, mientras que otros quizás sirvientes salen corriendo en busca de algún carromato para comunicárselo a su señor.

También hay gente de ropas elegantes uno de ellos habla con firmeza - Vamos pregonero no creerás que toda la gente erudita va a estar paseando en este momento por esta calle para apuntarse, mejor es que dejes ese papel en la puerta de la posada para que vayan firmando aquellos que lo vean, y no estaría demás saber a dónde nos podemos dirigir para explicar nuestros intereses y argumentar nuestros conocimientos...¿es qué nuestro estimado duque no tiene una oficina para hacer las gestiones pertinentes?

El pregonero se queda algo pálido y empieza a sudar, parece ser que el viaje no está tan bien preparado cómo decía y sin saber muy bien qué decir con titubeos responde em sí ahora mismo colgaré esta hoja en la puerta de la posada, con respecto a lo que me comentáis creo que sería una buena idea dejarlo en la universidad, seguro que allí os podrán dar más indicaciones. Ya sin saber cómo salir del atolladero se dirige a la puerta empezando a clavar la hoja en la puerta de la posada.

Se tocó el mentón con la mano envuelta en guante de cuero (no se los había quitado dentro del bar).

-Mmmmm. Seguro -accedió- Añada comida y techo de su parte y lo que me quepa en un saco de comida al irme y tiene personal.

Después de todo, podía ser un aventurero... pero la comida le vendría muy bien, y qué mejor sitio que un monasterio para conseguir eso, sobre todo si iba a llegar una remesa para el invierno. La disciplina y religión de allí le preocupaban menos, pero unas cuantas monedas de oro en el bolsillo le valían, y no tenía problemas con un trabajo físico más fuerte que extensivo, la verdad. Su campo tradicional allí, era, bueno, difícil de explotar. E irse a Osirion, estuviera donde estuviese eso, era moverse otra vez.

Mejorar mis habilidades sería de sumo interés, además de ser útil para ayudar a otros, estoy con él - mientras señalo a Hamula.- De todas formas el oro tampoco me vendría mal.

El hombre sonríe al ver vuestra predisposición, no es que esté faltandoos al respeto es una sonrisa de agradecimiento de cortesía. Estupendo entonces partiremos ahora, creo que es bueno salir cuanto antes, el ganado necesita de pastos y  sitios donde reposar y alquilar ahora una granja sería un gasto innecesario. ¿No creéis señores? En cuanto terminéis de comer partimos.  Estaremos a las afueras de la ciudad con el ganado preparado, hasta entonces os deseo que tengáis buen provecho. Sin más que decir se levanta y los demás también y se dirigen hacia la puerta algunos os sonríen mientras otros van directamente hacia el exterior. Os quedáis los cuatro...

Samantha se despidió de la procesión de extraños con cortesía. –Señores… les deseo un buen viaje dijo al elfo y los humanos. Siento no acompañarles… pero soy un poco reticente al respecto.- las sensaciones que le había transmitido Fulgur no eran del todo halagüeñas pero aun tendría que hablar con él para que le contara todo.

Al abrirse la puerta vio a su compañero justo fuera y al pregonero clavando una hoja de papel… parecía que la cosa se iba a resolver más pronto de lo que parecía. 

Igualmente señora, pero claro con su acompañante no creo que sea difícil no volver a encontrarnos alguna vez más.- me acerco a la muchacha- Aún así suerte con tu destino.

Que le faltaran al respeto no era su principal problema, no era uno de esos salvajes orgullosos y susceptibles de enormes músculos de su tierra. O... bueno... da igual.

-Mmmmm -murmuró mientras echaba un trago del pichel- Nos veremos allí.

Eran una compañía extraña, pero no había conocido monjes que no lo fueran. Además, uno escuchaba rumores. Al menos estos no parecían de la clase que te secuestraban por la noche arrancándote de tus casas para llevarte ante los Grandes Amos. Cuando se marcharon, decidió hablar con la Nacidabruja y su regalo.

-Hey. ¿Tienes un momento? -preguntó, y en caso de que así fuera- ¿Has visto algo en esa gente?