Partida Rol por web

Aun mareado y aturdido, tengo que apoyarme en un árbol para evitar volver a caerme. La última comida amenaza con salir al exterior, mientras siento el mundo girar como en una noria de un molino. Ni siquiera puedo fijar la vista en lo que tengo delante, pues veo a tres Besnayäs.

Que pena que sea una ilusión óptica, si tuviéramos tres besnayas... pienso, sonriendo. La miro, poniéndome serio. Con voz temblorosa y mientras me aferro el costado, le digo:

dame algo para tapar esta herida e intenta salvas a Iluvathar... o tendremos problemas si las perras se despiertan. Como ves, mi interés no es por él, jaja digo, con una risa falsa que deja clara mi preocupación por el explorador.

Un extraño resplandor surge de las manos. Se va formando de motitas luminosas que vienen del cielo, del suelo, emanan de los árboles... incluso algo de los durmientes mastines, y a los pocos segundos Arédhel esta en condiciones de ponerse en pie. Aún sigue teniendo unas extrañas sensaciones en el costado, pero, al tocarse, mientras se pone en pie, la sensación es algo que dura, pero los daños han desaparecido totalmente. La luminosa bola entre las manos de la elfa desaparecen repentinamente. Ella sabe que lo que ha hecho ha funcionado, pero, faltaría poder verlo, porque entre las capas de metal ensangrentado y babeado, era complicado ver nada.

Los perros dormían con incomoda insistencia. Se removían entre sus sueños, moviendo las patas como si corrieran o masticando, como si disfrutasen de un manjar. Entre las plantas apareció un dunlendino, con pinta de cazador, y muy nervioso y asustando, al ver a sus animales, se puso a llorar.... arrodillándose ante ellos, tomándolos de la cabeza, y abrazándolos con un llanto desconsolado. Os miró y os preguntó algo en su lengua materna, que ninguno de los dos llegásteis a entender. Sonaba a como si os hubiera espetado una acusación o exigido una explicación de esto. Iltharion sigue desmayado, y el dulendino es como si no se hubiera dado cuenta de que está allí alguien que igual tendría que conocer.

24 de junio de 2707. 19:02. Laberinto de caminos de Imladris del lado SUR. Día soleado y caluroso. Sin viento ni nubes. Sonido ambiental de la propia naturaleza (Pájaros...) y el rumor de ambos ríos.

Parpadeo varias veces, aturdida. Sé que Gilúvatar está bien, siento que sus heridas sanan. Pero cuando voy a buscar al paciente ya estabilizado... Me encuentro con la aparición de un hombre desconocido que se dirige a nosotros en una lengua también desconocida. Me dirijo a él en Oëstron mientras busco con la mirada a Ithlarion:

—Desconozco esa lengua que hablas. Pero si estás preocupado por los animales, ellas están dormidas. Por el tercero no pudimos hacer nada, estaba muerto cuando lo descubrimos.

Sonrío a la curandera alzándome en toda mi estatura y separando la mano de la herida. Recojo mi arma y me preparo por si Besnayä tuviera problemas cuando aparece un tipo extraño hablando en un idioma extraño.

Cuando se acerca a las perras dormidas me pongo en guardia apuntándole con el arma. Esos animales no son tuyos, son de Ithlation. No sé quién eres pero más vale que te apartes hasta que Ithlarion haya podido responder sobre qué ha pasado.

De momento me mantengo tranquilo, pero desde luego no voy a estar así mucho tiempo si sigue actuando de esa forma. No me gusta para nada ni su forma de hablar ni su forma de acusarnos con su lenguaje corporal, y no lo pienso consentir.

Por mucho que miréis Itharion no está. No hay ni rastro de su cuerpo, ni huellas, ni marcas de sangre, ni si quiera una mera intuición de que allí hubiera habido alguien. Mientras buscáis sorprendidos al guardia elfo, sin éxito alguno, el dulendino llora desconsoladamente, por los animales caidos. Uno de ellos empieza a despertar, mientras, el otro, yace aún roncando, y el tercero, destripado, inerte .... adorna la hierba con sus entrañas.

En oestron, cutre y mal hablado, entre llantos, suelta algo así como: - Mis perros, mis lindos perros, mis queridos perros....

Te das cuenta que la presencia del compañero de tu escolta ha desaparecido, cuando has realizado los hechizos y te ha llegado la energía de tu diosa, para hacer las curaciones. Igual, cuando han llegando donde este "ser" estaba, y las energías de poder de una diosa han llegado, ha desparecido.

Realmente si, pero estás buscando en el sentido que no es.

No hay señales de pisadas, arrastrado, sangre ... ni nada donde esperabas, más que de Gilú y de la perra.

Esa pregunta era para ella.

Es que ha descubierto algo ... pero se ha equivocado de hechizo , y eso le hará perder tiempo.

jajajajajaj

Besnayä empieza a concentrarse y busca algo con el poder que su Diosa le confiere y transmite, orientando las manos hacia donde sea, para buscar, como si fueran unas orejas que escuchan, aquello que quiere encontrar. Haciendo giros y orientando, al final termina enfocando a Gilúvatar. Algo hay en él de lo que ella busca.

No es él ... el muerto viviente, sino que la magia de un muerto viviente a afectado la cabeza de tu compañero.

Nada. Eso es residual ... y se desvanece con el tiempo.

Es como un pedo. Airea y se va antes, pero no puedes hacer mucho más.