Partida Rol por web

Confirmado, del novicio no íbamos a sacar nada en claro. Cuando se fue, dejándonos solos, Gundane habla de esperar al día siguiente, y Ramiro de salir por la noche a investigar.

- ¿Realmente pensáis pasar toda la tarde encerrados en vuestras celdas esperando a que vuelvan a buscarnos para la cena? - les pregunte sorprendido - vamos, no sé lo que está ocurriendo aquí, más creo que debiéramos ver un poco el monasterio -

- Mi alma pecadora necesita redención urgente y no pueden negarme el consuelo espiritual de la capilla - sugiero – pero, se han olvidado decirnos donde se encuentra, así que tendremos que buscarla por nuestra cuenta, ¿no? -

Había division de opiniones sobre qué hacer a continuación. Gundane optaba por descansar, Ramiro por esperar la noche y Tomás por ir a la capilla, mientras que Erramun callaba y escuchaba. De este modo la compañia se dividió. Quedando todos descansando menos Tomás que se fué a buscar la capilla.

No era un monasterio grande, así que en breve distes con la capilla. No se veía a ningún monje en ella, pero claro, estában ocupados con sus quehaceres diarios. Por el camino tropezaste con alguno ,pero no parecieron reparar en tí ya que llevabas los hábitos que os dieron .

La capilla es pequeña, con un cristo de madera y distintas imagines religiosas y un pequeño confesionario.

Nadie más quiso venir conmigo a visitar el monasterio, no debí dejar bastante claro que lo de la capilla únicamente era una excusa para poder andar por ahí sin llamar la atención.

No tuve problemas para encontrar la capilla, y aunque me encontré un par de monjes por el camino a ninguno le extraño mi presencia.

Una vez en la capilla me senté en uno de los bancos. Tenía que pensar que hacer. La verdad esperaba que el monasterio fuese un poco más grande y quizás algo más rico, sino no se me ocurría que pudiera querer ocultar el abad. Me quede pensando a donde podía ir ahora, pero no se me ocurrió nada que no fuese buscar la celda del abad, lo que sería demasiado problemático para hacer solo. Así que decidí volver a las celdas pero por otro camino, podría al menos conocer la disposición del monasterio y quién sabe si encontraría algo que ver en el recorrido.

Tampoco encontraste nada que llamase tu atención a la vuelta.Parecía un monasterio normal y corriene. Los monjes dedicados a sus quehaceres y vosoros en medio. Si el abad o los monjes ocultaban algo no lo parecía, pero seguías con la mosca tras la oreja.

Vovió Tomás de su "visita" al mosterio.

Llegó la hoa de la cena  os guiaron de nuevoal comedor. Fué una cena silenciosa. Os llevaron de vuelta las celdas y allí pensabais pasar la nochesalvo que tuviéseis algún otro plan.

Volviendo del comedor te parece ver a una mujer desnuda de gran belleza. Ha sido sólo un instante, pero jurarías que es real.

Volviendo del comedor te parece ver a una mujer desnuda de gran belleza. Ha sido sólo un instante, pero jurarías que ha sido real.

Sorprendido, miro por dos veces el sitio donde vi la mujer, y luego a mis compañeros. Ellos parecen no haberla visto, pero yo estoy convencido que sí. Pero no puedo molestar a dos personas tan ilustres como Gundane y Erramun por algo que quizá está solo en mi imaginación. Así pues, lo tengo decidido.

Esa noche, tras llegar a nuestras celdas, intento salir de ella y deambular por el monasterio, buscando especialmente el comedor o salón que nos fue negado al llegar empapados. Intento que no me vean en todo el proceso.

Volviendo del comedor, permanezco sumido en mis pensamientos. De pronto, mi cara parece cambiar y miro varias veces en una dirección. Sin embargo, no digo nada, y simplemente entro en mi celda. Ni siquiera espero para saber si teniais algo que decir, me dirijo directo allí.

Y más de lo mismo en la cena, era un monasterio aburrido, y a pesar de que en mi paseo no encontré nada, la actitud del abad sigue haciéndome pensar que ocurre algo.

Estoy a punto de hablar al volver a las celdas cuando Ramiro se marcha sin decir nada. Me quedo mirando sorprendido al resto.

- Parece que tiene prisa nuestro compadre - les digo - y bien Gundane, ¿tendes algún plan para mañana o vamos a marcharnos sin facer nada? -

La cena resultó todavía más insustancial que la comida, dado que ni tan siquiera hubo ningún tipo de intercambio de conversaciones, en mejor o peor tono, como ocurrió por la mañana. Erramun suponía que el novicio habría dado parte a su superior de la conversación que mantuvieron con él, y los detalles de la misma no habrían hecho si no agravar su humor y su opinión sobre ellos.

De vuelta a sus correspondientes celdas, por el recorrido que ya empieza a resultarles conocido, por un momento algo parece desviar la atención del infanzón, pero tras sacudir levemente la cabeza, continúa el camino hasta llegar a las cercanías de sus respectivos aposentos. Ramiro se interna en el suyo sin mediar palabra, y Tomás pregunta a Gundane sobre nuestro plan para el día siguiente.

-No estoy muy seguro de qué tenéis en mente para que hagamos, Tomás. Pero desde mi punto de vista, poco más se puede hacer aquí.-Se atrevió a adelantarse al recaudador en su respuesta.-Aunque las circunstancias estén resultando un tanto extrañas y no hayamos tenido la mejor de las acogidas durante nuestra estancia en el monasterio, creo que lo más prudente es descansar para regresar mañana por donde hemos venido y que Gundane eleve una queja a la Diócesis por lo innecesario del viaje, y los gastos y esfuerzos en balde que ha hecho esta comitiva para venir hasta aquí. Que la Iglesia nos repare este malentendido.

Tras decir aquellas palabras, Erramun quedó a la espera de que el interpelado respondiera a la pregunta de Tomás. A fin de cuentas era el encargado de dirigir al grupo y, salvo que dijera algún tipo de disparate, el infanzón estaba dispuesto a seguir acatando sus órdenes.

Nada tengo pensado hacer, tan sólo informar a la diócesis navarra -les dije- de estos hombres que aquí habitan, que faltan al respeto a los representantes de la misma y que, de no ser por la nieve, nos habrían echado a patadas. El obispo les dará su merecido, sin duda. Si no fueran hermanos, se habrían llevado una buena consideración de mi parte -apoyaba las palabras de Erramún, y no era la primera vez que habría uno de usar la fuerza para recaudar dineros o hacer entrar en razón a quien no seguía los preceptos que representaba Gundane-.

Al final, indignados porque no os trataban como pensábais que debían de trataros marchásteis a descansar. El tema del caminante moribundo parecía que lo dejásteis apartado y poco interés mostrásteis en los acontecimientos que os relató....bueno a Tomás no que estaba muy ocupado en el piso de arriba de la posada. O quizás era eso lo que os hacía tan recelosos del trato recibido, quién sabe. El caso es que os dormísteis y esperásteis acontecimientos.

Cuando creiste que todo el mundo estaba acostado saliste a investigar. No encontráste nada raro. Un monasterio normal y corriente y ningún ruido se oía. Quizás la imágen de la joven desnuda había sido solo tu imaginación jugandote una mala pasada....quizás no.

Busco, a ver si encuentro, el salón, donde no nos dejaron ir la otra vez, solo por asegurarme. Quizá allí hubiera algo raro.

Se veía que ni Gundane ni Erramun estaban muy preocupados por lo que ocurría en el monasterio, y que si el tiempo lo permitía mañana partiríamos temprano. Realmente me apetecía que por la mañana hubiese un gran temporal a ver cuál era la excusa del abad para que nos fuéramos.

Me fui a mi celda cavilando. Seguía enfadado por la actitud del abad. Intente dormir un poco, ya que no se me ocurría que podía hacer yo solo para descubrir lo que ocultaban, pero luego se me ocurrió que Ramiro se había ido directo a su celda, pero por la tarde había mencionado hacer una excursión nocturna. Tal vez era a él al que debía preguntarle. Me levante y fui a buscarle.

No encontraste nada en tu busqueda, todo tranquilo....demasiado tranquilo. QUizás lo que viste a la vuelta de la cena solo fué producto de tu imaginación.

Cuando volviste a tu celda había alguien allí de espaldas, parecía que te buscaba.

Miras en la celda de Ramiro pero no hay ni rastro de él. Su cama está vacía y no hay nadie en la habitación.

Maldita sea Pienso, pensando que igual era alguno de los hermanos y se había dado cuenta que faltaba. Dejando la puerta de mi habitación abierta, por si tenía que recurrir a alguno de mis compañeros, me acerco un poco.

¿Qué desea vuecencia de mi persona? Es decir, si es a la mia persona a quien buscais, por supuesto...

Me preparo para salir corriendo en caso de ver que las cosas se complican, especialmente cuando se de la vuelta.